2. Cosas para ser feliz
Este mundo es un lugar inquieto. Vemos a la gente apresurada, buscando un sentido para sus vidas con
mucha actividad. Muchos se dedican a buscar las riquezas. Otros quieren todos los placeres de la vida
sensual. Todavía hay otros que quieren una vida de ocio, y arreglan su vida para trabajar menos y jugar
más. Sin embargo, sus espíritus se quedan intranquilos. Con el tiempo, los aparatos, los placeres y las
posesiones pierden su atracción. Cada nueva diversión captura la atención por un tiempo, pero pronto
pierde su atracción; hay algo que falta.
Las decepciones son una parte de nuestras vidas. Los defectos físicos limitan nuestras actividades. La
familia necesita cuidado constante. Nos sentimos atrampados en nuestro trabajo o vocación, porque
carecemos de la pericia' de otro trabajo. Gastamos dinero y nos endeudamos esperando que la compra
siguiente haga la vida más tolerable. Nuestro matrimonio no ha llegado a ser lo que esperábamos.
Buscamos la satisfacción y el propósito de la vida en vano.
¿Es eso todo que hay en la vida? ¿Debe de haber algo significativo que nos dé satisfacción, que no?
¿Algo más permanente? Seguramente hay una solución.
3. ¿QUÉ ES EL PROBLEMA?
¿Qué es lo que contribuye al descontento de nuestros espíritus?
La vida es una oportunidad y, a la vez, una responsabilidad. Estamos tristes cuando no hacemos
lo bueno que sabemos hacer. Pecar contra nuestros prójimos nos trae inquietud y culpabilidad.
Pecar contra nosotros mismos nos carga la conciencia. Nos sentimos responsables de nuestras
acciones.
La mayor parte de la gente presiente que la vida tendrá consecuencias más allá de los pocos años
aquí en la tierra. Para muchos, esto significa que reconocen un poder espiritual más alto con un
propósito más alto manifiesto en el universo. No siempre conocen quién o saben lo qué es.
Muchas veces la gente está insatisfecha con la vida porque no la comprende desde la perspectiva
de Dios. Son ignorantes dela voluntad y el propósito de Dios para el hombre, a veces
voluntariamente. Muchos no se imaginan la felicidad eterna de los fieles, y prefieran ignorar el
juicio final de los malvados e impíos (Romanos 6:23).
4. LA VIDA ABUNDANTE ES DISPONIBLE
Jesús dice en Juan 16:24: “Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recíbiréis, para
que vuestro gozo sea cumplido”. El gozo que Jesús da no se quita fácilmente del corazón del
cristiano.
A veces nos sentimos cargados a causa de las tentaciones. El gozo es un fruto de la presencia del
Espíritu Santo que fluye más profundo que esas cargas. No es una emoción liviana que rebosa todo
el tiempo, sino
una confianza tranquila en el Senor que nos permite permanecer firmes en tiempo de prueba y
victoriosos en la tempestad.
Algunos dicen que el camino del cristiano es demasiado estrecho para poder gozarlo. Ciertos
piensen que para ser feliz, uno debe tener el poder para hacer lo que quiera. ¡Prueba al Señor!
Hallarás que es un placer servir al que murió por ti. Comprenderás claramente que él que sirve al sí
mismo es él que está en esclavitud mientras que el siervo de Cristo es él que está libre.
La satisfacción verdadera no se encuentra en seguir la moda o imitar a otros para ser aprobados.
Vivir de esta manera llega a ser una fuerza que obliga, y dirija a la esclavitud. Cuando somos
humildes, estamos libres. Libres para ser quién somos. Libres de la preocupación de lo que otros
piensen de nosotros.