DOMINGO 1º DE CUARESMA. POR LA TENTACIÓN A LA CONVERSIÓN
1. POR LA TENTACIÓN A LA CONVERSIÓN.
Queridos amigos: Ayer reflexionaba, que en la vida no todo es crecer, avanzar o
ganar. Hay momentos y ocasiones en las que ganamos, y otras en las que
perdemos. Hay situaciones en las que prosperamos y otras en las que
disminuimos o decrecemos.
En la vida de toda persona hay tentación y conversión.
Tentación de poder.
Conversión de convicción.
Tentación de no querer.
Conversión de reflexión.
La tentación puede venir de nosotros mismos, de nuestro mejor amigo o de
nuestro peor enemigo. Puede venir por una mirada, por una palabra, por un
silencio, por un deseo, por una presencia, por una añoranza o por un fracaso.
La tentación siempre nos está rondando.
¿Cómo hemos de vivir los creyentes en Cristo la experiencia de tentación y
conversión?
El libro del Deuteronomio. 26, 4 – 10, nos da una pista aprovechable: Creer en
Dios que escucha, que nos acompaña, que nos libera y que nos da la fuerza de su
Espíritu para no caer en la tentación.
San Pablo en Romanos. 10, 8 – 13, nos recuerda, que Dios es el que salva y que
nadie que “crea en Él quedará defraudado”.
El evangelio de San Lucas. 4, 1- 13, destaca el protagonismo del Espíritu Santo
en la vida del creyente, y de modo especial en la tentación y conversión.
Señor: danos la fuerza de tu Espíritu para no caer en la tentación del poder, del
orgullo, de la autosuficiencia, del milagro fácil o del tentar a Dios.
Danos la fuerza de tu Espíritu, Señor, para “convertir las piedras en pan”. Es
decir, para que pongamos en acción todas las posibilidades que nos ofrece la
vida “para convertir las piedras en alimento, en progreso y en solidaridad”.
Danos, Señor, la fuerza de tu Espíritu para no hacer del dinero el único Dios que
mueva la política, el progreso, la justicia o la sociedad.
Que sepamos ayudarnos, Señor, a convertir la temeridad en precaución, la
preocupación en confianza, el anquilosamiento en riesgo, y “bajar abajo” a
compartir cuanto podamos, a buscar salidas y soluciones, a acoger y dar alegría.
Ayúdanos, Señor, a aprovechar la tentación para convertirnos más a Ti, hacer
crecer más nuestra fe, ayudar a ser más felices a los demás, y a no olvidar, que
creer en la caridad, suscita caridad ( Lema de Cuaresma)
Gabriel.
1º. Domingo de Cuaresma. Ciclo. C. Madrid. 17 de Febrero de 2013.