4. Y uno puede sentirse ofendido por un…
Estímulo
Real
Objetivo Exagerado
Imaginario
5. Una posible diferencia:
• Al inocente
• Es un acto de justicia: es su derecho
SE “DISCULPA”
• Al culpable (de un mal causado de forma
intencionada)
• Es un don, un acto de amor y misericordia
SE “PERDONA”
6. La reacción a la ofensa
AGRESOR OFENDIDO
Remordimiento
DOLOR
Resentimiento
CULPA
¿RESPUESTA?
7. La reacción a la ofensa:
RESENTIMIENTO o PERDÓN
- VIRTUDES / VICIOS
- Inteligencia + Voluntad
- Sentimientos
8. El perdón…
ES
• Una decisión libre y gratuita
• Esforzarse por no estar
recordando
• Renunciar a la venganza
• Cambiar el mal en bien, dar
algo positivo
NO ES
• Un sentimiento
• Un derecho de nadie
• Dejar de sentir
• Un ataque repentino de
amnesia
• Renunciar a nuestros
derechos
• Que todo vuelva a ser igual
que antes
9. Etapas del perdón
1. Reconocer el daño, aceptar el dolor.
2. “Mirar” al agresor.
3. Tomar una postura: el perdón.
4. Analizar motivaciones que suponemos que tuvo. Puede
errar. Puede cambiar. Irlo separando de la ofensa.
5. (Puede ser que el agresor quiera manifestar su
arrepentimiento).
6. Rápido o paulatino cambio o conversión del corazón.
7. Generar un nuevo marco de relación interpersonal entre
perdonado y el que perdona.
8. (Manifestación expresa del perdón por parte del ofendido)
10. El “otro lado” del perdón: el perdonado
1. Arrepentirse es un acto de la conciencia que reconoce la
culpa por haber hecho algún daño a otra persona, que me
lleva a compadecerme de la persona dañada y al deseo de
no volver a hacerlo.
2. Al margen que pueda haber atenuantes o de cómo se lo
esté tomando la persona agraviada, ahora quiero pedir
perdón de forma expresa y clara.
3. Entender que el otro no quiera perdonarme o que se tenga
que tomar su tiempo, dejarle espacio.
4. Tratar de reparar el daño causado.
5. Planear qué haremos para que no se repita.
11. La intervención de DIOS
• La gracia de Dios clarifica la inteligencia y potencia la voluntad
para que no se dobleguen ante la presión de los agravios.
• El corazón que se ofrece al Espíritu Santo cambia la herida en
compasión y purifica la memoria transformando la ofensa en
intercesión.
• Hay situaciones que sólo pueden perdonarse con la ayuda
divina, porque las fuerzas humanas resultan insuficientes.
• Sólo quien se olvida de sí y se entrega a Dios y a los demás
puede ser dichoso en la tierra.
• «Nada nos asemeja tanto a Dios como estar dispuestos al
perdón».
• «…como también nosotros perdonamos a los que nos
ofenden»
12. Consejos del PAPA FRANCISCO
“Siempre hay en la vida matrimonial
problemas o discusiones. Es habitual y
sucede que el esposo o la esposa discutan,
alcen la voz, se peleen. Y a veces vuelen
los platos. Pero no se asusten cuando
sucede esto. Les doy un consejo: nunca
terminen el día sin hacer la paz.”
(29.07.2016)
13. Consejo del PAPA FRANCISCO
“La ley del talión: lo que me hiciste, te lo devuelvo, Jesús
la sustituye con la ley de amor: lo que Dios me ha
hecho, ¡te lo devuelvo!
Con una palabra, un abrazo, una sonrisa, podemos
transmitir a los demás lo más precioso que hemos
recibido ¿Qué es lo más precioso que hemos recibido?
El perdón, que debemos ser capaces de dar a los demás.
Dios le da a cada cristiano la gracia de escribir una
historia de bien en la vida de sus hermanos,
especialmente de aquellos que han hecho algo
desagradable e incorrecto.”
(24.04.2019)
14. EL PERDÓN ES JUNTO CON LA
CONFIANZA UNA DE LAS DOS
FUERZAS QUE EL HOMBRE
NECESITA PARA VIVIR
Acción: agresión física, insulto, calumnia
Omisión: no recibo lo que esperaba (invitación, agradecimiento, reconocimiento)
Circunstancias: me tratan distinto (pero de manera que me sienta menospreciado) por situación económica, defecto físico, enfermedades que se padecen.
Muchos resentimientos pueden ser completamente gratuitos (propia subjetividad que aparta de la realidad exagerando o imaginando).
Todos hemos sufrido ofensas o daños, físicos o morales. Si el dolor permanece mucho tiempo se transforma en resentimiento.
En esas ocasiones, es frecuente que nos venga a la cabeza, de manera espontánea, devolver el insulto o el daño recibido. Esa reacción se puede considerar natural, lo que no significa que sea automática. Víctor Frankl decía que entre el estímulo y la respuesta existe un espacio para la libertad, y en ese espacio descansa nuestro crecimiento y nuestra felicidad. El perdón está en la raíz de ese descanso.
Para un gran número de personas el resentimiento suele ser el principal obstáculo a la felicidad.
Para Max Scheler «el resentimiento es una auto-intoxicación psíquica».
Alguien decía que «el resentimiento es un veneno que me tomo yo, esperando que le haga daño al otro».
Covey advierte que «no es lo que los otros hacen ni nuestros propios errores lo que más nos daña; es nuestra propia respuesta».
Cuando más enojo o ira tengas hacia los otros, más poder tiene estos sobre ti.
El medio más importante para resolver el problema del resentimiento es el perdón.
El odio tiende a permanecer al igual que el amor, salvo que hagamos algo para mitigarlo o dejar de alimentarlo.
El resentimiento se sitúa en el nivel emocional de la personalidad: “se siente herido”. A continuación puede tener lugar un proceso intelectual que lo arraiga más: “se considera ofendido”.
Pero la inteligencia puede también hacer un esfuerzo por comprender la forma de actuar del ofensor y descubrir atenuantes. Igualmente la voluntad puede decidir no retener la agresión para que no se convierta en resentimiento.
El hombre fuerte reacciona con energía directamente ante la agresión y automáticamente expulsa el agravio de su conciencia. En quien no tiene esta capacidad, la emoción negativa se instala dentro (no olvida), y se vuelve a experimentar una y otra vez.
El egocentrismo, el sentimentalismo y una imaginación descontrolada son los principal aliados del resentimiento (son como una caja de resonancia, y muestran una cierta debilidad en la personalidad).
En cambio, la gratitud es una virtud que ayuda a combatirlo. Al igual que el amor, la generosidad, la comprensión, la humildad…
Gratuito = ni se compra, ni espero nada a cambio
A perdonar se aprende perdonando
Uno se puede quedar atascado en alguna etapa. Vale más la decisión que el mero hecho de conseguirlo. Paciencia.
San Juan de la Cruz dice que si no logramos amar a esa persona, podría bastarnos con que no le deseáramos ningún mal.
En el momento en que lo he perdonado, yo también me he liberado de ese lazo. En definitiva, si ambos nos desprendemos de la ofensa, esta “desaparecerá” en el vacío.
“Soy una persona buena que a veces hago cosas malas; y cuando las hago entiendo que esos actos son fruto de mi libertad, aunque yo no sea ‘eso’; acepto mi responsabilidad, mi culpa, y mediante el arrepentimiento me libero de ella. Y vuelvo a empezar”.
Es posible que una persona diga que no se ve con fuerzas o capacidad de perdonar, pero eso no impide que perdonar siga siendo lo mejor, si se puede y cuando se pueda.