SlideShare una empresa de Scribd logo
1 de 152
Descargar para leer sin conexión
1
2
3
4
5
La primera vez que a Shinya se le permitió conocer a su pro-
metida fue cuanto tenía diez años de edad. Realmente se sentía
extraño tener tu propia prometida y compañera de toda la vida,
que además escogían por ti, a tan temprana edad, pero Shinya
recordaba que su corazón latía con fuerza debido a la emoción
de descubrir que finalmente se le permitiría conocerla. La chica
–su prometida– ¿cómo era? ¿Sería hermosa? ¿Amable? ¿Podrían
llevarse bien mutuamente?
Decir que «tales pensamientos tan dulces similares al amor
no estarían flotando en su cabeza» sería una mentira. Pensaba en
ambos. En un futuro alegre. Momentos divertidos con su amor.
Todos esos sueños llenaban su mente.
—……….
Pero, dicho eso, los sueños no iban a hacer que su corazón
latiera con más fuerza. Después de todo, una intensa sensación de
amor hacia una chica a la que nunca antes había conocido – era
algo que realmente no sucedía.
Más que eso, existía otra razón para que su corazón latiera
más y más.
Otra razón para su emoción.
Se le había permitido conocer a su prometida – cuando escu-
chó eso, lo que lo sacudió fue ese tipo de sentimiento de: …ah,
viví, sobreviví sin morir.
Diez años de edad.
Ya a esa edad, él había asesinado muchas veces. Esos a los que
él mato estaban en el mismo bote que él. Candidatos a prometi-
dos de Mahiru Hiiragi, la jovencita de la Casa Hiiragi. Candidatos
a prometidos que eventualmente se casarían con Mahiru Hiiragi
y traerían a la vida a otro chico con un ADN excelente y superior
para los Hiiragi.
El proceso de selección comenzó cuando Shinya tenía cinco
años de edad. Al principio, sin embargo, el proceso no fue ni cruel
ni rudo.
¿Corres rápido?
¿Aprendes rápido?
¿Eres bendecido con los talentos en los hechizos?
Shinya asistió a uno de los pocos jardines de niño en el país
que era regidos por el «Mikado no Oni», un culto religioso lide-
rado por la familia Hiiragi. Entre los diversos pequeños, él fue
elegido para formar parte de un equipo seleccionado compuesto
6
completamente alegre. Era más talentoso que los demás. Era
superior a otros. Reconocible. Un niño excelente. Un niño muy
excelente. Eso se lo decían cada día, y su corazón latía de forma
anticipada por la forma en cómo llegaría a ser mejor y derrotaría
a los demás niños. Su placer llegaba del aprendizaje y memori-
zación de varios hechizos y de los entrenamientos de su cuerpo.
Pero un día, el director le dijo:
— Shinya-kun, has sido un trabajador ejemplar y un exce-
lente estudiante. ¡Por tal razón, la casa principal te ha llamado
para que vayas a Tokio! ¡Buen trabajo! ¡Serás transferido a Tokio
mañana, así que prepárate!
Y desde ese día, no s ele permitió volver a su hogar. Escuchó
que sus padres recibirían 300 millones de yenes por parte de los
Hiiragi, y que su rango dentro del «Mikado no Oni» ascendería
varios escalones. Escuchó que sus padres estuvieron extasiados
que fueron elogiados por la casa principal. Pero, también se le
dijo que no tendría permitido ver a sus padres, nunca más. Shin-
ya lloró, aulló, y dijo que odiaba eso, que ya no quería nada, pero
ningún adulto lo escuchó. Al contrario, solo decían que eso era
un honor. Dijeron que no comentara cosas estúpidas. Pero su
vida a partir de entonces se volvió extremadamente ruda y cruel.
Tokio – Shibuya.
Una vez que lo transfirieron a una de las instalaciones de allí,
ya no tuvo tiempo de llorar. En la prueba que se realizaba una vez
cada tres meses, eras eliminado si no alcazabas el 30%.
En la competencia realizada una vez al año, donde se podía
matar a los demás, te eliminaban si no ganabas.
Si no ganas, mueres.
Si no ganas, mueres.
Si no ganas, mueres.
Dicho de otro modo, una y solo una persona podía sobrevivir.
Ya no recordaba cuantas personas eran cuando comenzó.
Solo lo intentaba desesperadamente cada día.
Aprender nuevos hechizos de magia.
Aprender nuevos hechizo de ilusión.
Obtener nuevas habilidades físicas.
Una vez, de vez en cuando, se hacía amigo de alguien. Un
amigo para celebrar su supervivencia juntos.
Pero ese amigo era eliminado por no llegar al 30%.
7
Eso llenaba de temor a todos, y cada vez ponían más esfuer-
zos, más que nunca.
Conocía un amigo.
Ese amigo moría.
Conocía un amigo.
Ese amigo moría.
Al final, dejó de hacer amistades.
Pero aun así, muchos fueron eliminados.
Recordaba que comenzó a sonreír indiscretamente con el fin
de manejar el enorme estrés. Quizá esa fue la mejor opción. Co-
menzó a aprender hechizos a mayor velocidad que esos que co-
menzaban a callarse, o esos que todo el tiempo estaban enojados.
Sonreír le hacia la vida más eficiente. Más que eso, había veces
cuando su oponente se autodestruía solo porque su rostro son-
riente lo obstinaba.
Sobrevivió desesperadamente con sonrisas indiscretas. Los
oponentes se volvían más fuertes, y las batallas dolorosamente
difíciles, pero sonreía y sobrevivía con desesperación.
—……..
Luego, un día, cuando fue al edificio de entrenamientos, no
vio más rostros familiares que él suyo. Un hombre extremada-
mente anciano que se presentó como un instructor de la familia
Hiiragi, quien le gritó una y otra vez a él y a los demás hasta el
día de ayer, hoy, repentinamente, hizo una reverencia de respeto
y le dijo:
— Felicidades, Hiiragi Shinya-sama. Al final, usted fue el ele-
gido para ser el prometido de Mahiru-sama.
Fue llamado Hiiragi.
El nombre de la casa principal – el nombre que lideraba la
secta religiosa «Mikado no Oni», cuyas reglas y enseñanzas fue-
ron seguidas por Shinya – ahora era parte de su propio nombre.
Incluso la actitud del instructor era completamente distinta
a la de antes. Parecía como si el instructor respetara realmente a
Shinya, no, le diera miedo.
A lo que el instructor le dijo, Shinya respondió sonriente.
— ¿Entonces, ya no tengo que seguir compitiendo?
— Así es.
— ¿Sobreviví?
— Si.
8
— Ah, lo hice…
Al principio, no sintió nada especial. Fue muy repentino.
Competir con los demás había sido una rutina, parte de su vida, y
por eso, fue incapaz de reaccionar apropiadamente.
Pero el instructor continuó:
— Y muy pronto, su prometida, Mahiru-sama, estará aquí de
visita. Ella misma pidió hacerlo. Parece que ella alberga un enor-
me interés en usted, Shinya-sama.
—……….
— Deseamos grandemente que el encuentro de los dos futu-
ros pilares de la familia Hiiragi se convierta en una experiencia
hermosa.
Habiendo dicho eso, el instructor se disculpó.
Shinya quedó solo en el salón de entrenamientos vacío. Se le
había dicho que conocería allí a su prometida. La conocería allí,
donde los interminable baños de sangre tomaron lugar. Una vez
se dijo eso, Shinya finalmente pudo sentirlo.
Había sobrevivido.
Pensó que el interminable baño de sangre seguiría por toda la
eternidad. Pero finalmente sobrevivió.
Al mismo tiempo, una chica apareció en la entrada del salón
de entrenamientos, la cual estaba un poco alejada de Shinya. En
una esquina de su mente, una muy pequeña, esos pensamientos
brotaron.
¿Qué tipo de chica era su prometida?
¿Sería hermosa?
¿Amable?
—……….
Mahiru se acercó. Parecía exceder todas y cada una de las
ideas que Shinya había tenido jamás.
Un largo y brillante cabello color ceniza. Unos ojos dignos
llenos de una poderosa determinación. Una piel completamente
blanca, casi transparente. Elegante, calmada, y con una voz reso-
nante y fría como el hielo.
— ¿Entonces tu eres el que sobrevivió para plantar tus se-
millas dentro de mí?
Shinya hizo una reverencia.
— Si. Por primera vez a sus servicios.
9
— ¿Te llamas…?
— Me llamo Shinya.
— Shinya… ¿y cómo se escribiría tu nombre en kanji?
— Está escrito como profundo y noche.
— Es uno poco común.
— ¿En serio? No lo había notado.
Después de todo, se encontraba allí a la corta edad de cin-
co años. Ni siquiera tuvo tiempo para pensar en esas cosas. Pero
ahora que se lo decían, parecía que sí, su nombre era poco co-
mún. Con una sonrisa, Shinya miró a Mahiru y le dijo:
— Pero, para una persona que vivirá bajo la sombra de usted,
«Mahiru»-sama, quien irradia como un sol, creo que es un nom-
bre ideal.
Pero una vez que Mahiru escuchó eso, su rostro mostró un
poco de disgusto.
— Esa es una forma demasiado servil de ponerlo.
Parecía que a Mahiru le disgustaba ese acercamiento. Pero
Shinya necesitaba ser aceptado por ella. La única razón por la que
se le era permitido existir en ese momento era debido a su estatus
como prometido de Mahiru.
Y Mahiru, al menos sintió interés por él y fue a ver a Shinya
en persona. Luego, allí mismo, Shinya necesitaba impresionarla.
Por eso, él pensó: ¿Qué tipo de actitud quería ella de él? ¿Qué tipo
de chicos prefería?
Sonriendo, Shinya exploró unas respuestas.
— Lo lamento muchísimo. Acabo de descubrir que he so-
brevivir, por eso no estoy muy seguro de cómo debería tratar a
una persona de la familia Hiiragi…
Pero Mahiru lo interrumpió y dijo:
— ¡No siento interés alguno en ti, así que se tú mismo!
Shinya miró el rostro de Mahiru. Observó y buscó que tipo de
expresión estaba mostrando, qué tipo de pensamientos llenaban
su mente.
Ella era una Hiiragi.
Desde el momento en que nació, se convirtió en un dios para
los seguidores del «Mikado no Oni». De seguro ya estaba enfer-
ma y cansada de la gente que trataba de absorberla.
Por eso, probablemente era mejor impresionarla de forma
distinta…
Pero, como si cortara sus pensamientos, Mahiru habló:
10
— Ya tengo a una persona a quien amar. Por eso, no puedo
aceptarte. Hoy solo vine para decirte eso.
Parecía que esa era la realidad.
Shinya miró a Mahiru.
—……………..
No dijo nada. Las palabras sin cuidado eran peligrosas. Mahi-
ru dijo que no lo elegiría. Pero si ese era el caso, Shinya no tendría
valor alguno. Y hasta ayer, todos los que perdieron y ya no tenían
valor eran eliminados.
Pero Mahiru siguió su historia como si leyese los pensamien-
tos de Shinya.
— Ah, no tengas miedo de hablar libremente. Puedo ase-
gurarte de que no hay vigilancia.
11
12
Shinya respondió:
— No puedo confiar en eso.
Ante esa respuesta, Mahiru sonrió un poco:
— ¿Así es cómo hablas? Entonces, por favor, continúa.
— ¿Es lo que prefieres?
— Bueno, sí. Pero aun así no me enamoraría de ti.
— ¿Hm? Que problemático. Y yo que sobreviví solo por esa
razón.
— Qué mal.
— ¿No te puedes enamorar de mí?
Escuchando eso, Mahiru volvió a sonreír un poco.
— Dejando de lado el poder o no poder, apenas nos veni-
mos conociendo.
— Entonces todavía hay una oportunidad…
— No la hay –lo rechazó inmediatamente.
Mahiru dijo esas palabras de forma muy tranquila, y al mis-
mo tiempo, Shinya fue capaz de sentir una poderosa determi-
nación en su voz, tanta, que no le permitiría objeciones. Lo que
significaba…
— Si es así, entonces hoy me matarán…
— No –dijo Mahiru sacudiendo la cabeza–, fingiré que esta-
mos saliendo, que te estoy agarrando cariño.
Ante esas palabras, Shinya pensó muchas cosas:
¿Por qué Mahiru hacia eso? ¿Qué razones tenia para venir
a conocerlo? Pero la respuesta brotó de inmediato de la boca de
Shinya.
— Entonces, eso significa que la persona que amas no es per-
mitida por la familia Hiiragi.
Como si se sorprendiera un poco, los ojos de Mahiru se am-
pliaron notablemente. Luego dijo:
— Como era de esperar, eres inteligente.
— Entonces me elegiste para encubrirte.
Mahiru sonrió. Su rostro brilló notablemente como si pensar
en la persona que amaba la hiciera feliz.
13
— Entonces, así es. Desde que escuché que eras de la Casa
Hiiragi, me preguntaba qué tipo de persona serias. Y ahora que lo
veo, solo eres una jovencita enamorada.
— Si –rió Mahiru–. Solo soy una jovencita enamorada, na-
cida en una casa en la que no se permite amar normalmente.
— ¿Y te puedes llamar a ti misma una jovencita?
— Jajaja. Como deseaba haber nacido como una niña nor-
mal.
—………….
— En una casa en la que se me permitiera amar a quien yo
quisiera.
Eso de desear haber nacido como un niño normal era lo mis-
mo para Shinya.
Matar a otros para sobrevivir.
Ser eliminado si fallabas en la obtención de un buen resulta-
do.
No quería vivir mientras luchaba con tales miedos.
— Pero, tú también –dijo Mahiru mientras miraba a Shin-
ya.– ¿No estás feliz de no tener elección y salir con alguien a
quien ni siquiera quieres?
Shinya respondió a eso.
— Si es con una chica encantadora como usted, Mahiru-sa-
ma…
— No me elogies, no es necesario.
Mahiru lo interrumpió, pero Shinya seguía sonriendo.
— No lo hago. Realmente eres bonita. Y aunque se dijo que
nunca obtendré tu amor – incluso si hasta ahora no tenía interés
alguno, estoy comenzando a desearlo, aunque sea un poco.
—……….
— Después de todo, nunca he perdido.
Shinya apuntó al lugar donde estaban, esa instalación de en-
trenamientos, donde lo forzaron a competir contra otros por el
simple hecho de sobrevivir. Y todo desde los cinco años.
— Tienes razón –sonrió Mahiru–. Porque si hubieses perdi-
do, te habrían eliminado.
— Por eso, estoy contento aun si solo estoy para encubrirte,
al menos por ahora. Luego me ganaré tu corazón. Si. Hagámoslo.
Esa será mi próxima meta.
Pero, aun sonriendo, Mahiru miró a Shinya con lastima, lue-
go dijo:
14
— Entonces, ¿te gustaría perder una vez, justo aquí?
— ¿Eh?
— Si pierdes una vez, ¿ya no seguirías obsesionado con eso?
— ¿Pero que di…?
Pero ya Mahiru se movía directamente hacia él.
Sus movimientos eran frescos, pero no rápidos.
Shinya abrió sus ojos a medio camino, miró en su dirección,
y dijo:
— ¿Esto es un Hiiragi?
Pudo sentir su corazón enrollarse con un latido. ¿Fuimos for-
zados a arriesgar nuestras vidas por una persona que solo puede
moverse de esa forma? Shinya pudo sentir como perdía rápida-
mente el interés y su deseo por ella.
Mahiru levantó su puño. Fue fácil detenerla. Una persona con
su nivel de habilidad habría sido eliminada hace mucho, mucho
tiempo.
Shinya levantó su mano, sujetó la mano de Mahiru.
No, creyó haberlo hecho.
Mahiru desapareció frente a sus ojos. Todo era una ilusión.
En eso, alguien le tocó la espalda, y una voz fluyó por sus
oídos.
— Jajaja, ¿piensas plantar tus semillas en mí, teniendo este
nivel? Ni siquiera fuiste capaz de tocarme.
Ella estaba en otro nivel. A un nivel distinto al de los chicos
con quien compitió hasta ayer.
Ella era un oponente a quien no podía tomar a la ligera. Eso
le hizo maldecir su estupidez.
Probablemente era un talismán de papel con hechizos con-
jurados pegados en su espalda. En eso Mahiru dijo suavemente:
— Explota.
Al mismo tiempo, Shinya se movió. Lo hizo con todas sus
fuerzas. Se colocó un talismán en sí mismo para contratacar los
hechizos y trató de minimizar el daño.
Dio unos cuantos pasos y se volvió.
Mahiru sonreía. Lo hacía tristemente.
15
Él simplemente no pudo encontrar aberturas en ella. Esta vez,
sintió una presión distinta.
Shinya y ella. ¿Quién sería el más fuerte?
Probablemente. Lo más seguro.
— Bueno, entonces esta vez, supongo que perdí, ¿no?
Mahiru sonrió.
— ¿Es tu primera derrota? Si es así, a partir de ahora te ha-
rás más fuerte –y dijo. Pero ante eso, Shinya sonrió y respondió.
— No. A estas alturas, al estar aquí, significa que perdí hace
mucho tiempo.
Desde el momento en que sus padres lo vendieron.
Desde el momento en que no pudo escapar.
Desde el momento en que no pudo rechazar el encuentro.
Desde el momento en que dejó de vivir libremente.
Desde eso, ya había perdido.
Pero Mahiru era distinta. Esta chica sí que lo era.
Ella llegó allí, no para perder. Sino para continuar amando a
la persona a la que le habían prohibido que amara. Ella llegó hasta
allí para elegir, con sus propias manos, su destino.
— Por eso, tengo una pregunta –dijo Shinya.
— ¿Cuál?
— La persona que amas, ¿es más fuerte que tú?
Mahiru sonrió con alegría. Lo hacía como si se divirtiese. El
rostro dejaba ver que era el de una chica que está perdidamente
enamorada.
En ese momento, ella parecía la más atractiva.
Era como si pensara en ello. Volvió ligeramente su cabeza a
un lado y dijo:
— Hmm, ¿Me pregunto… como es Guren? Ya sea fuerte o
débil, sin embargo, no me hará cambiar de idea.
— Eh, eso no es justo. Entonces no vendrá mi turno.
Ante las palabras de Shinya, Mahiru volvió a reír. Una sonrisa
brillante parecía a esa serena y tranquila tarde.
— Guren es fuerte, probablemente. Más fuerte que yo. Mu-
cho.
16
— ¿Entonces quieres a ese tal Guren?
— Hmmm.
— ¿Porque es fuerte?
— Hmmm.
— Ya veo. Es así. Bien, lo tengo. Actuaré como tu cómplice.
Hasta que puedas estar con la persona que amas. Actuaré como
tu cómplice en este lugar.
— Bien –sonrió Mahiru alegremente–. Entonces, por favor,
cuida de mí a partir de ahora, Hiiragi Shinya-san.
— Solo llámame por mi nombre. Yo haré lo mismo. De esa
forma seria menos sospechoso, ¿no? Por eso, Mahiru. Cuida de
mí también.
Una vez más, ante las palabras de Shinya, Mahiru sonrió:
Su rostro era increíblemente hermoso.
—…….
Y allí, por primera vez, él sintió un poco de celos hacia Guren,
a quien aún no conocía.
17
Guren Ichinose miraba la sangre que era retirada de su brazo.
Cuando la aguja penetró, esta extrajo una sangre de color ne-
gro que contenía una gran cantidad de dióxido de carbono.
—…Guren-sama.
La mujer científica le habló. Guren la miró. Allí, de pie, esta-
ba una chica de unos veinte años de edad que vestía una bata de
laboratorio blanca.
Era una investigadora de maldiciones perteneciente al «Mi-
kado no Tsuki» al cual estaba afiliado la Casa Ichinose – Mitsuki
Iori.
Cuando la quinta jeringa fue retirada, Mitsuki dijo:
— Ahora la investigación está completa.
— ¿Hm? Ah, gracias.
Guren asintió, y desenrolló su manga.
— Y, ¿para cuándo estarán listos los resultados de los exáme-
nes?
—…los demás investigadores ya han comenzado a investigar
su estatus, Guren-sama, por ello ya ha habido algunos resultados.
— Hm, ¿y?
—…todo indica que hay veneno en su cuerpo.
— ¿Qué tipo de veneno es?
—………..
Tras un momento de silencio, Mitsuki respondió de inme-
diato.
— Es desconocido… pero parece que es un veneno casero
que está inyectado con una maldición. En este estado, aun es no
está claro que tipo de maldición es.
— ¿Nuestras instalaciones de investigación es incapaz de ana-
lizar esta maldición avanzada?
—…así parece.
— ¿Eres capaz de investigarlo detalladamente?
— ¡Claro! Por favor, déjenos seguir trabajando. ¡Seguiremos
erosionado el veneno en su cuerpo, Guren-sama!
18
Guren miró con ojos entrecerrados la expresión determinada
en el rostro de Mitsuki, y en eso pensó en otro rostro. El rostro de
la chica que había colocado el veneno en él.
El hermoso rostro de Mahiru Hiiragi.
Ella estaba empeñada en hacer hasta lo imposible y sellar con
éxito el «Demonio» en el arma usando el «Kiju».
No, parece más bien que ya tiene una habilidad de combate
considerable. Sin importar qué, fui capaz de cortar a un miem-
bro de la aristocracia vampírica abrumadoramente poderoso al
cual los humanos nunca habrían sido capaz de igualar. Esto ya se
encuentra significativamente más allá de la ciencia y tecnología
actual, y el poder normal actual de las maldiciones.
—…….
Guren lo volvió a recordar. La sonrisa de Mahiru, y lo que ella
le había dicho:
— Pero ya no eres humano. Tu brazo fue cortado y aun así
fue capaz de volver a unirse. En tu alma, ya tienes una mezcla
del «Demonio». Por eso, al final, se romperá. Al igual que yo, tu
corazón se destrozado por la oscuridad. Ah, Guren. Parece que
nunca nos separaremos. Convirtámonos juntos en demonios,
¿sí?
Demonio.
Veneno de Demonio.
Veneno «Kiju».
Guren se tocó suavemente el lugar donde su brazo había sido
cortado, y que ahora estaba sanamente unido.
En eso, Mitsuki habló:
— Guren-sama, ¿puedo decir algo?
— ¿Qué es?
— Por favor, permita que el veneno sea experimentado en
unos cuantos sujetos humanos más.
—…………
— Aunque actualmente el «Mikado no Tsuki» no permite ta-
les experimentos…
Pero antes de poder finalizar, Guren sacudió su cabeza:
— No.
— Pero, para resolver esto, es…
19
— No, no lo permito. Soy el único con quien deben experi-
mentar. ¿No es suficiente? –respondió Guren.
No, claro, es imposible. Para llevar a cabo una investigación
de maldiciones así, lo esencial seria la experimentación humana,
sin embargo, debido a esto, tales experimentos fueron prohibidos.
Y no fue el «Mikado no Tsuki» quien promovió esa prohibición.
No, sino los maestros arrogantes – para ser exactos, los dirigidos
por la Casa Hiiragi, es decir, el «Mikado no Oni».
Si la Casa Ichinose comienza la experimentación humana, y
si se sabe que llevamos a cabo la investigación de la maldición
prohibida, entonces eso se convertiría en una declaración de gue-
rra contra el «Mikado no Oni». Si ese fuese el caso, el «Mikado no
Tsuki» seria derrotado al instante. La brecha de poder es inmen-
sa. Por eso…
—…úsenme solo a mí. En curarme – usen esa única razón
para investigar también.
Pero Mitsuki dejó ver una expresión de descontento.
— ¡No puedo hacer eso! ¡La toxina ahora está erosionando
de su cuerpo, Guren-sama! ¡Esta es una investigación urgente…!
— ¡Te dije que no! –gritó Guren, y Mitsuki se detuvo. En eso,
Guren volvió a decirle.
— Una vez que inicies la experimentación humana, no podrás
parar, ¿cierto? Investigar una nueva maldición, usar un nuevo ex-
perimento, crear nuevos poderes, el poder, el poder… y luego,
¿qué sigue? Serás consumida por ese poder, o serás derrotada por
la Casa Hiiragi. Sea cual sea el caso, el resultado es la destrucción.
Guren pensó en Mahiru.
— Guren, me gustas.
Obsesionada por el poder, Mahiru colapsó.
— Me gustas, Guren. Tu y yo somos iguales, donde la locura
y los demonios viven dentro de nosotros.
— Mitsuki –dijo Guren–, aún no hemos llegado a ese estado.
No uses la experimentación humana.
—………..
— Solo úsame como sujeto de pruebas. Experimentar con-
migo es suficiente. No es necesario completar la investigación
«Kiju». Con encontrar la forma de contrarrestar la toxina es su-
ficiente…
En eso, Mitsuki sonrió:
20
— Guren-sama.
— ¿Hm?
— Soy igual que usted, Guren-sama. Mi tipo de sangre es «A».
— ¿Y…?
¿Qué? Quise preguntar, pero lo que Mitsuki planeaba hacer,
era algo que ya me imaginaba.
— Detente…
Pero ya era demasiado tarde. Sus manos sujetaban la jeringa.
Dentro de esta estaba la sangre de Guren. Mitsuki introdujo la
aguja en su muñeca.
—…no puedo dejar que usted se convierta en un material de
pruebas -e inyectó la sangre.
— ¡Idiota! –Guren sujetó la jeringa, pero ya la sangre había
sido inyectada.
Claro, existía una posibilidad de que nada sucediera. Al mez-
clar la sangre de Guren, podría no surgir resultado alguno.
No, en realidad, Mitsuki sonríe.
—…de esta forma, la experimentación puede llevarse a cabo
un poco más. Usando mi cuerpo como material experimental…
—………..
Pero, con eso, Mitsuki fue incapaz de continuar. Su expresión
cambió por completo. Su cuerpo temblaba, colocó su mano dere-
cha sobre la izquierda, donde la sangre había sido inyectada.
— ¿…qué es…esto… tan poderoso…? –gritaba–. Este po-
der… yo… no puedo, no quiero…
Su mano izquierda se hinchó. La maldición de la espada cu-
brió su mano. Al levantarla, notó que se parecía a la mano de un
demonio.
— ¿Cómo? No puedo, controlar esto…
En eso, Guren sacó su espada. Esa espada que obtuvo de
Hiiragi Kureto, la espada demoniaca «Hakushi». Cortó el brazo
mutado de Mitsuki. Pero la mano izquierda comenzó a hinchar-
se más y más. Desde donde cortó, patas de araña comenzaron a
emerger, levantándose.
La mano que fue cortada ya era más grande que una camilla
del laboratorio.
En la palma, había tres ojos. También una boca llena de dien-
tes apareció – la cual quiso tragarse a Mitsuki:
21
— ¡¡Vete al infierno!!
Una vez más, Guren usó todo su poder y volvió a levantar la
espada. La clavó entre el dedo medio y el anular, cortando toda la
mano. La espada realizó una curva.
En ese instante, el monstruo de tres ojos lo miró. Luego abrió
su boca, y habló con una voz baja y ahogada.
— ¿…qué es esto, tu también eres un «Demonio»?
— ¡Cállate, monstruo! –habló Guren, y volvió a cortar la
mano. Esta cayó en silencio. Fue un corte en forma de cruz, y
cayó en la cama.
Esta vez, las puertas del laboratorio se abrieron, y unos cuan-
tos investigadores con batas blancas entraron.
22
23
— ¡Guren-sama!
— ¡Guren-sama!
— Olvídense de mí. ¡Traten a Mitsuki!
Guren les dijo a los demás investigadores.
Se volvió a ver a Mitsuki, quien había caído tendida en la
cama. Había perdido su brazo. Varios talismanes fueron fijados
en la zona de corte. Parecía que ya el sangrado estaba detenido.
Los investigadores quisieron mover a Mitsuki. Pero ella no
estaba escuchando lo que la gente a su alrededor le decía. Miró
sobre la cama, la enorme mano que había sido envenenada…
—…que poderoso. Este tipo de poder… ¿qué está pasando?
Nunca lo había visto… necesito… estudiarlo.
Ya había perdido su brazo. Ya no podía controlar el poder.
Pero aun así tenía una expresión placentera al hablar.
En eso, Guren volvió a pensar en las palabras de Mahiru:
— No puedes resistir el deseo de poder. Esa sed de poder.
Pues tu y yo somos iguales, vivimos en las profundidades de la
cueva sin fin…
La arrogancia en la infección. El deseo por la infección.
Varios investigadores estaban mirando el cuerpo del demo-
nio que estaba en la cama, interesados.
Alguien quiso tocarlo, pero Mitsuki habló:
— No lo toques. Eso sigue siendo contagioso. A partir de
ahora tienen que llevar uniformes anti maldiciones.
Ella fue apoyada por los otros investigadores, y luego miró a
Guren.
— Guren-sama, es vergonzoso que me vea de esta forma.
Pero, una sola palabra y progresaré con la investigación. Esta mis-
teriosa maldición la revelaré para usted.
Guren quiso reírse de sus palabras, y dijo:
—…acabas de perder un brazo, ¿y aun dices eso?
Pero Mitsuki malinterpretó esas palabras, pensó que la elo-
giaban, y por eso sonrió.
— Con el fin de que la humanidad progrese… con el fin de
que el «Mikado no Tsuki», liderado por usted, Guren-sama, sea
más poderoso, un sacrificio es necesario.
24
Si hubiese un espía Hiiragi entre ellos, eso habría sido trata-
do como un «intento de rebelión» y el «Mikado no Tsuki» habría
sido eliminado. Sin embargo, cada investigador en ese cuarto Gu-
ren los conocía desde su infancia.
Sin importar qué, el lugar estaba lejos de la base Hiiragi – en
Shibuya solo había personas del «Mikado no Tsuki» viviendo el
pueblo montañoso del distrito Aichi. Y ellos estaban en el centro
del sótano de la mansión Ichinose, en el laboratorio de investiga-
ciones.
— ¿La humanidad? Parece que es un poco indulgente hablar
así –dijo Guren. En eso, Mitsuki rió:
— Para los investigadores, todos son iguales… bien, escu-
chen, comencemos. Ya al menos tenemos un comienzo para este
experimento. Y, ¿Guren-sama?
— ¿Qué?
— Es la hora.
Guren miró el reloj en la habitación. Era la una de la mañana.
Si quiero llegar a la escuela Hiiragi, debo partir ahora.
—…yo volveré. Continua con la investigación –asintió Gu-
ren.
— Si, obtendré resultados para usted.
— No te apresures. Si la situación se vuelve riesgosa…
En eso, Mitsuki respondió:
— Tendremos mucha precaución para que la Casa Hiiragi no
lo descubra… bien, comprendo. Hoy fui un poco valiente. Fue
porque quise establecer algo de información frente a usted, Gu-
ren-sama.
Con que era eso. Aunque ella quería investigar muy en serio
«Kiju», ella no tuvo la aprobación para ello. Por eso es que ella
quiso realizar tal movimiento frente a mí… no.
— ¿…no me digas que todos los que están aquí sienten lo mis-
mo?
—……….
Todos se notaban nerviosos.
Bueno, es natural. Pues todos saben en lo que estarían invo-
lucrándose.
Camaradas.
Mitsuki Iori – aunque ella sabe que puede morir, aun siguió
adelante con esas cosas, con descuido.
25
Guren miró el exterior de la habitación. Ya había unos cuan-
tos soldados del «Mikado no Tsuki» en sus labores. Todos ellos
eran conocidos.
Parece que estamos reuniendo mucha fuerza.
—…..Guren-sama –dijo Mitsuki–. Si este experimento llega a
ser exitoso, el anhelado deseo del «Mikado no Tsuki» finalmente
será…
— Ya basta, Mitsuki –la interrumpió Guren. Él comprendió
lo que ella estaba por decir.
El deseo del «Mikado no Tsuki» - es simplemente erradicar
por completo al «Mikado no Oni». Dejar de ser utilizados, humi-
llados e insultados. Y ahora, justo frente a nosotros se encuentra
la posibilidad de alcanzar tal anhelado deseo. Por esa razón…
—…………..
Mitsuki y los demás ya han perdido el control. Lo mismo pasó
con Mahiru. Quedó completamente infectada con la arrogancia.
Una vez que empecemos, es muy seguro que la Casa Hiiragi
lo descubra. Todos seriamos asesinados en caso de que nos ex-
pongan. Y a pesar de saberlo…
— ¿…están listos para luchar contra la Casa Hiiragi?
— No tenemos intención alguna de dejarlo luchar solo, Gu-
ren-sama –respondió Mitsuki.
—……..
— Aunque nuestros padres son leales al suyo, es decir, a Ichi-
nose Sakae-sama – nosotros somos fieles a usted.
—……….
— Pero lo más importante, luego que Sakae-sama fuese tor-
turado por la Casa Hiiragi, nuestra determinación aumentó. No
queremos que nos vuelvan a humillar…
Pero, Guren, sin dejarla terminar, dijo:
—…suficiente. Lo entiendo. Ahora puedes parar.
— Pero.
— No, esto es suficiente. No voy a aceptar tus expectativas.
La expresión de Mitsuki se tornó clara. Una expresión alegre
emergió del rostro de los investigadores.
Retar a una organización que es 1000 veces más fuerte que
ellos, eso es suicidarse. Para lograr esa meta se necesita arrogan-
cia. Pero…
26
—…minimicen las pruebas humanas. Queremos ganar mien-
tras mantengamos un estado racional.
— Pero.
— Nada de peros. Esta es una orden. Si llegamos a ser descu-
biertos de inmediato por la Casa Hiiragi, las cosas se complica-
rían. Por eso, no hagan nada demasiado obvio.
—………….
— En cuanto a la declaración de guerra, es algo que yo deci-
diré.
— Pero, llevar a cabo eso de forma tan calmada…
— Si quieres hacerlo –la interrumpió Guren–, entonces hazlo
dentro de un año.
De repente, todos los investigadores se alarmaron, pues ya se
encontraban a mediados de agosto.
Por eso hacerlo dentro de un año, antes de comenzar la gue-
rra, eso sería en solo cuatro meses. Pero con el fin de mantener
esto como un secreto para la Casa Hiiragi, ese sería el tiempo
límite. Incluso Mahiru lo dijo:
— Déjame decirte un secreto, el mundo será destruido este
año, en Navidad.
— Las campanas del apocalipsis sonaran y el virus se propa-
gará. Por eso es que el mundo necesita hacerse más fuerte.
El virus – eso significa que hay una posibilidad de lucha bio-
lógica. Con respecto a la escala de la destrucción, parece que todo
el mundo se verá involucrado.
Aunque no sé cómo la «Secta Hyakuya» va a encargarse de
esto, el sentido común me dice que ellos pueden tener la vacuna.
Y solo con el fin de amenazar al mundo.
Si no se rinden ante nosotros, todos morirán – quizá todo
termine así. Pues la «Secta Hyakuya» es una organización a nivel
mundial. Por eso, la posibilidad de que eso pase, existe.
Por esta razón, la «Secta Hyakuya» ha comenzado la guerra.
Ya queda muy poco tiempo antes de que el mundo sea des-
truido, por eso, ellos no se preocupan por el poder de los demás y
dieron inicio a la guerra contra el «Mikado no Oni».
—…ah. El día de Navidad, ¿habrá un ángel de los cielos que
tendrá parte en la destrucción del mundo? Tienes que estar bro-
meando, después de todo, esto es Japón –dijo Guren, sonriendo.
27
Por eso, antes de que sea demasiado tarde, tengo que obtener
más poder en mis manos. Ya no queda tiempo. El tiempo no es-
pera a nadie.
Eso lo entendía muy bien.
Luego, le dijo a Mitsuki.
— Entonces, queda así. Discretamente, constantemente y rá-
pidamente.
— ¡Sí!
Todos respondieron.
Ahora las cosas están en movimiento. Ahora que hemos co-
menzado una rebelión contra la Casa Hiiragi, me temo que no
seré capaz de detenerlo.
◆ ◆ ◆
Tras salir del laboratorio, las que siempre permanecían a un
lado de Guren llegaron, se abrían paso entre los soldados.
Hanayori Sayuri y Yukimi Shigure.
Ambas tenían expresiones de preocupación.
— ¡Guren-sama! –habló Sayuri–. ¡¿Qué demonios sucedió
luego que lo dejáramos?!
En eso, Shigure miró dentro de la habitación y vio a los inves-
tigadores trabajar con agitación y se volvió hacia Sayuri y le dijo:
— Iori Mitsuki perdió su brazo. Y también está el cuerpo de
un monstruo extraño allí dentro.
Sayuri, miró con sorpresa a Shigure, luego dijo:
— ¡….Guren-sama! ¿Acaso nos está ocultando algo?
— No tienen que saberlo… –dijo Guren sacudiendo su ca-
beza.
Pero Shigure lo interrumpió, y dijo con una expresión fría.
— Esto es inaceptable. Estamos aquí para protegerlo, Gu-
ren-sama. Si no comprendemos bien la situación, no podremos
lograrlo…
— Es cierto. Por eso que no se los diré. Son las más cercanas a
mí protegiéndome en la escuela Hiiragi. Por eso, trataré en lo po-
sible de no contarles nada a ustedes. Si se los hago saber, la Casa
Hiiragi les sacará esa información…
— No es un problema –respondió Sayuri de inmediato–. Si
nos atrapan, nos suicidaremos de inmediato.
Shigure estuvo de acuerdo.
28
— Por eso es que…
— ¡JA! –rió Guren–, ¿tienen la determinación para suicidar-
se? No subestimen a la Casa Hiiragi. Si ustedes conocen la situa-
ción, no podrán dejar este cuarto. Me conseguiría un reemplazo.
Por eso, si quieren estar a mi lado, entonces es mejor que se que-
den tranquilas.
Sayuri y Shigure se miraron entre sí. Luego, tras un momento,
ambas hablaron.
— Entonces, con el fin de estar cerca de usted todo el tiem-
po…
— Así es.
Guren avanzó, dejándolas atrás.
— Volveré a Tokio. ¿Dónde está el carro?
— Ya está todo listo.
— Bueno, vayámonos. Mañana tenemos que ir a la escuela.
Con eso, Guren avanzó.
29
— Este es Ichinose Guren-sama.
Eso fue lo que se escuchó en uno de los salones de la Secun-
daria Shibuya.
Hasta hace poco, todos allí habían sido un enemigo.
Los que lo saludaban eran regaños, ignorancia, y una botella
de refresco lanzada de Dios sabe dónde…
Al abrir la puerta del salón de clases, había unos cuantos es-
tudiantes susurrando en el pasillo.
— Escuché que fue elegido como el subordinado directo de
Kureto-sama.
— Ellos dicen que oculta su verdadera fuerza, pero que fue
descubierta por Kureto-sama.
— También se lleva bien con Shinya-sama, y su fuerza tam-
bién ha sido reconocida por esos dos de la Casa Jūjō y la Casa
Goshi.
— ¡¿Entonces qué idiota fue el que dijo que él era una rata de
mala familia?!
— ¡Tú mismo lo dijiste!
— ¡No jodas! ¡No fui yo!
Guren, sin embargo, estaba ignorando esas conversaciones
molestas. Se sentó en su puesto, apoyó su rostro sobre su mano y
comenzó a soñar. Era evidente que no había dormido.
Durante toda la noche, él estuvo en el puesto trasero de un
vehículo en la Autopista Tomei, con destino a Tokio desde Aichi
a 150 kilómetros por hora. Durante ese tiempo, su mente estaba
centrada en lo que podría pasar en el futuro, y por eso, no fue
capaz de dormir bien.
—……….
Guren abrió sus ojos, medio dormido, y miró por la ventana.
Aunque desde el salón de clases no podía sentirlo, debido al
excelente aire acondicionado, afuera estaba tan caliente que todo
parecía estar envuelto por una cortina de calor.
Hoy era 20 de agosto.
Para las escuelas normales, podrían ser las vacaciones de ve-
rano, pero en esta escuela, tales descansos no existían.
30
De acuerdo a las noticias, la temperatura en esos días había
alcanzado un nuevo incremento. ¿Por qué estaba tan caliente?
Si el calor persistía, podría hacer que la comida almacenada se
dañara, pero ya que, al fin y al cabo, el mundo se acabaría en
navidad, preocuparse porque la comida se dañe, sería algo com-
pletamente inútil.
— ¡….Guren! ¡Guren!
Alguien dijo su nombre. Pero Guren no lo notó y siguió mi-
rando por la ventana.
El propietario de la voz se enojó y golpeó la mesa con fuerza.
— ¡Oye, Ichinose Guren! ¡¿Por qué estás ignorando mis pre-
guntas?!
Impacientemente, Guren miró hacia la fuente del ruido. Allí
había una chica de su clase. Su rasgo más notable era su brillante
cabellera roja, una mirada fuerte, y una piel pálida.
Se trataba de la hija de la prestigiosa familia Jūjō – Mito Jūjō.
— Todos los días –continuó–, no entrenas y siempre tienes
esa actitud estúpida y aturdida… ¿acaso la fama de que Kure-
to-sama te haya notado te volvió arrogante?
— ¿…quien es arrogante?
Contestó Guren, y Mito respondió con rabia.
— ¡Estoy hablando de ti! ¡Ichinose Guren! ¡En clases actúas
como si no hubiese nadie a tu alrededor, dúrate las clases de edu-
cación física y hechizos no usas tu verdadero poder! ¿Qué demo-
nios quieres?
Ante esas preguntas, Guren se preguntaba en cómo respon-
der. En primer lugar, el contenido que cubrían las clases se encon-
traba por debajo de su nivel intelectual. Simplemente no había
nada que valiese la pena aprender.
Sin embargo, todos allí eran sus enemigos, por eso, no existía
la necesidad de que sus enemigos vieran su verdadero poder.
Y por eso, todos los días, él actuaba ociosamente y fingía ser
un imbécil – pero incluso si él explicaba todo eso, ella probable-
mente no lo entendería.
En la familia Hiiragi, tener valor o ser famoso – ante la gente
de allí, era algo que debía celebrarse.
Por lo tanto, que Guren se volviera arrogante u orgulloso no
era sorprendente, pues era algo que digno de sentirse orgulloso.
¿Entonces era mejor actuar alegre? Sin embargo, fuese su te-
rrible actitud o que su fuerza real estuviese oculta, ambas cosas
31
En medio de esos pensamientos, inesperadamente…
—…uwah~
Un bostezo se escapó de su boca.
Esto enojó aún más a Mito.
— ¿Qué tipo de actitud es esa?
— Tus aullidos me provocan dolor en los oídos.
— Primero que todo, hace poco, durante el entrenamiento
físico, vi que, de inmediato, perdiste ante un compañero de cla-
ses… ¿cómo es posible? ¡Tú fuerza no debería ser tan baja!
Guren se encogió de hombros.
— No, realmente tengo mucha fuerza.
Eso la enojó aún más.
— ¡Esa es exactamente el tipo de actitud que hace que los
demás les duela la cabeza!
— ¿Les duela la cabeza? ¿Por qué? ¡No tienes razones para
que eso te pase!
Mito habló con más intensidad.
— ¡Por supuesto que sí! ¡Si andas de ocioso, aquellos de las
familias prestigiosas que se la pasan contigo, también son objetos
de burla y pena, ¿no lo has notado?!
No era una sorpresa que estuviese tan enojada.
En otras palabras, siendo subordinado de Kureto, Guren aho-
ra había hecho grupo con Mito y Goshi, por lo que, si su mala ac-
titud era vista, él también arrastraría la reputación de los demás.
Guren sonrió y dijo:
— ¿Y por qué tengo que preocuparme de tú reputación?
— Porque… todos somos subordinados de Kureto-sama, en
un futuro también seremos compañeros de trabajo, por eso…
Sin embargo, Guren no siguió escuchando.
Compañeros. ¿Ellos eran compañeros? Los compañeros de
Kureto-sama, ¿compañeros? Ciertamente es una fortuna se ele-
gido personalmente por Kureto-sama para ser su subordinado.
Eso era lo que Guren pensaba.
32
—…jajaja –Guren rió con auto desprecio, antes de bostezar y
seguir apoyando su cabeza sobre su mano.
— ¡Oye, Guren! –gritó Mito. El chico sentado a un lado co-
menzó a reir.
Era Hiiragi Shinya.
Vamos, Mito-chan, no lo interrumpas más. No es como si su
actitud decepcionante y ociosa fuese algo nuevo.
Mito mostró una expresión de respeto hacia alguien de la fa-
milia Hiiragi.
— Ah, Shinya-sama. Pero…
— En fin, para alguien de su calibre, el programa enseñado en
esta institución debe ser inútil, ¿cierto? ¿Guren? ¿Estás de acuer-
do?
—……….
Cuando Guren ignoró a Shinya, Mito se enojó una vez más.
— ¡Oye, tú! ¡¿Cómo te atreves a ignorar las palabras de Shin-
ya-sama?!
Escuchando ese grito furioso, la gente de fuera comenzó a
susurrar.
— Oye, parece que el rumor era cierto. Realmente se lleva
muy bien con Shinya-sama y esa chica de la Familia Jūjō.
— Entonces, ¿eso significa que la rebelde familia secundaria
Ichinose ha jurado lealtad a la familia Hiiragi… a Kureto-sama?
Al oír esa voz.
—………
Guren nuevamente miró por la ventana y se mordió suave-
mente el labio.
En el pasado, la familia Ichinose había sido la más fiel a la
familia Hiiragi, y entre las familia secundarias, habían sido la más
prestigiosa y poderosa.
Pero hace 500 años – ellos se dividieron de la familia Hiiragi
y establecieron la secta religiosa «Mikado no Tsuki».
Con respecto a la situación de ese entonces, no hay reportes
exactos, pero la razón era algo que todos conocían muy bien.
La única razón era, una simple historia de amor.
Una trágica historia de amor.
Una vez hubo una hermosa chica Ichinose, y dos de los hijos
de los Hiiragi –el mayor y el segundo– compitieron para ver a
quien prefería.
33
Luego de una serie de eventos complicados, el segundo hijo,
con éxitos, se ganó el afecto de la chica.
De acuerdo a la leyenda, el hijo mayor no fue capaz de aceptar
esa realidad. Por eso, una noche, el hijo mayor violo a la chica, la
embarazó y castró al segundo hijo.
Luego de eso, el hijo mayor tuvo a su propio hijo, la chica y el
segundo hijo fueron echados de la familia.
El segundo hijo, exiliado, junto a la chica Ichinose, estable-
cieron la nueva secta religiosa «Mikado no Tsuki». Sin embargo,
su derrota fue aparente. Después de todo, cuando todo fue dicho
y hecho, el hijo mayor siguió siendo el heredero de la familia Hi-
iragi.
El que lideraba el «Mikado no Oni» era el heredero de la fa-
milia Hiiragi.
Sin embargo, el hijo mayor no destruyó la organización es-
tablecida por su hermano y la chica Ichinose. La razón: para hu-
millarlos.
Por eso, esa chica Ichinose que no lo eligió, y su hermano
menor que lo traicionó, serian productos de burla y desprecio por
toda la eternidad.
Él les permitió vivir para que sufrieran la humillación. Para
que sus descendientes tuviesen que soportar siempre el desprecio
de otros.
Claro, el hijo castrado no podría procrear hijos con la chica.
Por tal razón, el niño nacido de la violación del segundo hijo – el
chico Hiiragi se convirtió en el hijo adoptado y heredero del «Mi-
kado no Tsuki».
El segundo hijo siempre fue rechazado. La chica también lo
fue.
Sin embargo, ambos siguieron amándose profundamente.
Aunque todo lo demás le fuese arrebatado.
Todas las familias los humillaban. La humillación fue el pre-
cio de la traición. El precio de haber traicionado a la familia Hii-
ragi. Y por eso, todas las familias se acostumbraron a despreciar
a la familia Ichinose.
Por eso es que los Ichinose siempre eran ratas. Desde el mo-
mento en que nacían, eran sucias y asquerosas ratas.
Pero fue solo con el tiempo, que esto terminó convirtiéndose
en una leyenda urbana.
34
Para la nueva generación de Guren y esos de la familia Hiira-
gi, eso ya no era un tema de importancia.
Por eso fue que Kureto podía darle órdenes de forma muy
calmada a Guren. El hijo mayor de la Casa Hiiragi había perdo-
nado a la Casa Ichinose.
Mientras eso pudiese verse como una tradición violada, aún
era algo razonable de hacer. En fin, esas cosas como las historias
de amor de los ancestros, no eran algo de qué preocuparse.
Ser el solitario entre las diez familias, incluyendo a los Ichi-
nose, Nii, Sanguu, Shijin, Goshi, Rikudō, Shichikai, Hakke, Kuki
y Jūjō; los Ichinose deberían ser los más fuertes.
Si esa familia siguiera hoy a Kureto – esto fuese lo suficien-
temente importante para ser un tema considerable de discusión.
Podría deberse a su naturaleza controladora que Kureto tomó a
Guren bajo su ala.
El receso estaba por terminar, y la clase seria retomada.
Por tal razón, Mito, indignada, volvió a su asiento. Cuando lo
hizo, fue regañada por Goshi.
— Realmente no aprendes, ¿eh? ¿Por qué te preocupas por
Guren? O es que te gusta…
— ¡Cállate!
Goshi solo había logrado hablar a medias antes de ser golpea-
do. Luego rió.
Sin embargo, el resto de la clase no se atrevió a reírse. Ellos
tenían miedo de que la venganza llegase por haberse reído de un
miembro de las familias de élite.
Y por eso, todos solo pudieron mostrar sonrisas sinceras y
amables.
Al final, ya fuese Jūjō o Goshi, ambos eran venerados por los
demás.
Ya profesora, colocándose de pie en el podio, dio inicio al
cuarto periodo del día.
Esta clase trataba sobre el contrataque y manejo de magia oc-
cidental, un tema al que Guren le interesaba un poco.
Shinya, sentado junto a él, le dio una ligera palmada en el
hombro:
— Oye, Guren.
—……….
— Oye.
— Que fastidioso.
35
— Bueno, esta es la clase. Así que trata de hablar con suavi-
dad, ¿bien?
— Eso no fue lo que quise decir.
Pero Shinya acercó un poco más su silla, se inclinó hacia Gu-
ren y le susurró al oído.
— ¿…si estoy hablando tan suave, haré enojar a la profesora?
Guren se volvió, estaba completamente irritado. Shinya aun
sonreía ampliamente. En esta escuela, no había profesores que
se atreviesen a mostrar su ira hacia esos que llevaban el apellido
Hiiragi. Shinya solo dijo eso por diversión.
Guren no dijo una sola palabra. Que Shinya lo irritara, era
algo perfectamente normal, por eso, no había necesidad de res-
ponder.
Aun así, Shinya no parecía preocupado, y siguió susurrándole
al oído.
— Esta noche, la «Secta Hyakuya» vendrá. ¿Entonces, dónde
deberíamos vernos?
En ese instante, Guren no pudo evitar abrir sus ojos de par en
par, y plantar su mirada en Shinya.
Eso no era algo que debiera decirse en una escuela regida por
el «Mikado no Oni». Si a ellos los escucharan, serian arrestados y
torturados de inmediato.
Sin embargo, Shinya seguía sonriendo como siempre. Era
evidente, que antes de decir eso ya él hubiese hecho preparativos
incalculables.
Si era así…
—…no me asustes así –dijo Guren, pero Shinya volvió a son-
reír.
— Eso es porque no es bueno que siempre andes ignorando a
la gente, y haciendo enojar a Mito-chan.
— Déjate de bromas. No me interesa llevarme bien contigo
–dijo Guren, lanzándole una mirada seria a Shinya.
— No bromeo. Tampoco estoy interesado en juegos sin sen-
tido.
Guren miró a Shinya. Este último sonrió, y dejó de mirar a
Guren.
Guren no tenía inclinación a confiar en Shinya.
36
Guren no tenía inclinación a confiar en Shinya.
Shinya le había dado el pedazo de la quimera llamada «Los
Cuatro Jinetes del Apocalipsis» que Mahiru había dejado atrás,
por eso, existía un nivel hasta donde pudiese confiar en él, pero si
baja su guardia, él podría aprovecharse.
Por esa razón, era necesario actuar con cautela.
—……..
Guren no respondió.
Tomando la iniciativa, Shinya colocó un trozo de papel en
la mesa. En él, estaba escrito la dirección del encuentro de esa
noche.
Shinya había dejado sus huellas en ese trozo de papel. Si Gu-
ren se lo entregaba a Kureto, el lugar donde ellos se reunirían
con la «Secta Hyakuya» seria emboscado por la familia Hiiragi, y
hasta ese día también viviría Shinya.
En otras palabras, Shinya le había mostrado su debilidad al
oponente. Sorprendido, Guren preguntó.
— ¿…por qué confías en mí?
— ¿Por qué en lugar de ello no dices que estas asombrado por
mi estado de alerta?
— Porque tu rostro me irrita.
— Jajajaja. ¿Aunque parezca tan amigable?
— Cállate.
—….en fin, podrás no saber nada de mí, pero siempre he es-
cuchado de ti.
—……..
— Desde muy joven. Desde el primer momento en que cono-
cí a Mahiru… pues ella siempre hablaba de ti –dijo Shinya. Guren
solo pudo reír con frialdad.
— Entonces, ¿te volviste loco con los celos? Realmente te gus-
ta Mahiru, ¿no?
En respuesta, Shinya sonrió ligeramente.
— Para ser precisos, tengo buenos sentimientos hacia Mahi-
ru, pero no me gusta hasta ese nivel.
—…hmph
— Pero, si estoy realmente celoso de ti.
— ¿Eh? ¿Por qué?
— Siempre me estuve imaginando cómo eras. Me pregunta-
ba si aparecerías frente a mí, sobre cuál de nosotros sería el más
fuerte, y como era tu apariencia, y otras cosas.
37
Eso hizo que Guren recodara el momento en que entró por
primera vez a la escuela. Cuando Shinya le lanzó un ataque sor-
presa.
Claro, incluso ahora no podía determinar la certeza de sus
palabras, pero quizá, en cierto nivel, él era honesto.
Aun así, Guren tomó el papel que Shinya dejo en su mesa y lo
deslizó en su bolsillo, teniendo cuidado de preservar las huellas
de Shinya en la superficie.
Esta acción de mantener las huellas a propósito fue notada
por Shinya, quien sonrió.
— Oh, qué prudente.
— Es solo para evitar el destino de la basura que no es valiosa
y que termina siendo eliminada.
Al oír eso, Shinya se enojó un poco y dijo:
—…esa charla de autocompasión… si fuese Mahiru, ella ha-
bría puesto una expresión irritada, ¿por qué demonios le gustas?
— ¿Será porque mi rostro es más amigable?
Cuando Guren dijo eso, Shinya lo miró con aparente sorpre-
sa.
—…jajajaja –rió.
Guren llevó su mirada hacia el exterior de la ventana. Como
era de esperar, el patio escolar estaba lleno de un calor seco.
Era el verano.
Verano.
Si este mundo fuese a terminar en navidad, entonces, este se-
ría el último verano.
◆ ◆ ◆
Luego que las clases y las actividades del club terminaran,
sonó el teléfono.
El identificador de llamadas rezaba: «Kureto Hiiragi». El can-
didato principal para ser el heredero de los Hiiragi, y presidente
del consejo estudiantil al que ningún estudiante podría desobe-
decer.
Tras presionar el botón «Contestar», él escuchó la voz dela
otra persona.
— ¿Qué?
— No. ¿Hay algo que necesite de mí, Kureto-sama? –así es
como debes decir.
— ¿Te gusta mucho opresar a tus subordinados?
— Nah, solo bromeo.
38
— Tus bromas no son para nada divertidas. ¿Los altos man-
dos te han mimado tanto que tu cerebro también está consentido?
— Jajajaja, ¿quieres morir?
— Te reto a que lo intentes. ¿Crees que es un destino tan fácil?
—…no, pero, sabes, realmente me gusta tu actitud.
— Huh~ ¿Qué actitud te gusta?
— Aunque tu forma de hablar es muy ruda, cuando no pue-
des ganarme, reconoces claramente tu posición; esa actitud.
—………….
Guren no respondió, pues eso era un hecho. En este momen-
to, no podía permitirse estar rodeado de enemigos.
El «Mikado no Tsuki» no podía permitirse tener como ene-
migo al «Mikado no Oni». Esta no era una simple pelea de niños.
Incluso si obtenía la victoria mediante su espada, no habría sen-
tido alguno.
Si la gente que amaba y respetaba era tachada como crimina-
les, incluso el embarazo no estaría asegurado.
Tal como hace 500 años. La situación no ha cambiado para
nada.
Mito y Goshi, quienes habían terminado de empacar y esta-
ban listos para irse a casa, se acercaron.
Goshi, mirando a Guren, emitió una risita.
— Llamando después de clases, ¿eh? Lo más seguro es que
sea tu novia.
— ¡¿Eh?! –gritó Mito al escuchar eso, y por alguna razón,
miró a Guren. Este la ignoró y siguió conversando por teléfono:
— En fin, ¿qué quieres?
— Mañana, durante la hora del almuerzo, ven al salón del
consejo estudiantil.
— No.
— Jajaja, no tienes el derecho de negarte. Nos vemos mañana.
— Tsk.
Antes de escuchar el sonido de la lengua de Guren siendo
chasqueada, Kureto terminó la llamada.
Shinya, quien estaba sentado a su lado, levantó su cabeza para
preguntar.
— ¿Kureto-nii-san?
— Mi novia.
Oyendo eso, Mito se acercó corriendo.
39
— ¡E-espera un minuto! ¡Aun estas en entrenamiento, ¿cómo
te involucras en actividades tan ociosas como tener una cita?!
¿Pero qué coño está diciendo esta chica?
Antes de suspirar e ignorarla, Guren la miró con expresión
irritada. Mito se enojó de inmediato y lo miró enérgicamente. Al
verla, Goshi estalló a carcajadas, tendría sus razones para hacerlo.
Guren no lo notó y levantó su bolso y dejó su asiento.
Detrás de él, Mito murmuró con rabia.
— ¿Por qué está huyendo cuando solo lo acaba de llamar una
chica? ¡Que porquería!
Ocultando una sonrisa, Shinya le dijo a Mito.
— El que lo llamó fue Kureto-nii-san.
— ¿Eh? ¡¿Qué, en serio?!
Shinya lo había escuchado.
— ¿Vas a ir al salón del consejo estudiantil ahora?
— No –dijo sacudiendo su cabeza–, mañana durante la hora
del almuerzo.
Pero al oírlo decir eso, Mito se desconcertó aún más.
— E-espera, ¿realmente le hablaste a Kureto-sama de esa for-
ma? ¡Esa pregunta de hace poco…!
— Que irritante.
— ¡Que irritante! ¡Espera…!
Ante los sonidos de Mito gritando, Guren dejó el salón de
clases. Parecía que Mito aun no terminaba de vociferas, por lo
que Guren cerró con fuerza la puerta.
En el pasillo, Sayuri y Shigure ya lo estaban esperando. Ellas
ahora estaban en la clase del salón contiguo.
— Ah, Guren-sama. ¡Lo hemos estado esperando! –dijo Shi-
gure con frialdad.
— ¿Esa gente poco respetable de la familia Hiiragi le hicieron
algo hoy?
Detrás de él estaba Mito, quejándose: «Esos que son irrespe-
tuosos con Kureto-sama serán bla, bla, bla», ahora, en frente de
él, estaba su seguidora, quien estaba llamando poco respetable a
la familia Hiiragi.
A punto de estallar en risas, Guren se resistió y respondió:
40
— Nada. Lo mismo de siempre.
Sayuri mostró una expresión preocupada, y dijo:
— ¿A qué se refiere con lo de siempre? ¿Acaso le lanzaron una
botella de refresco?
En eso, el rostro de Shigure se tornó gélido.
— Si es así, debemos matar a todos los de la familia Hiiragi.
De la falda de su uniforme, ella sacó un cuchillo. Hablaba en
serio. Pero Sayuri no lo notó, y habló alegremente como siempre.
— Oh, sí, ¡Guren-sama! ¡¿Qué quiere para comer?! Puedo ha-
cer lo que sea que usted quiera, Guren-sama…
— Curry.
— ¿Eh, otra vez~?
En ese momento, la puerta del salón de clases se abrió. Mito
salió y notó la mirada fría de Shigure.
— Ah, Yukimi-san… que expresión tan tenebrosa, ¿sucedió
algo?
— No, nada, en lo absoluto.
— Aun así, es mejor que aquí hables de cosas alegres. Como
tal, hay muchas cosas que deberías decirle a Guren, Yukimi-san.
Por la forma irrespetuosa en que él trata a Kureto-sama, la posi-
ción de Guren no es nada buena.
Sin embargo, Shigure dirigió su mirada gélida hacia Mito, y
respondió:
— Guren-sama no hizo nada erróneo.
— Siendo su aliada, siempre lo encubres…
— Los extraños no tienen derecho a criticar mi casa. Tu voz
es desgarradora, ¿será que te puedes callar?
—…uh.
Y con eso, Mito se silenció, avergonzada. Incluso le lanzó a
Guren una súplica silenciosa para que lo ayudara.
— ¿Y por qué me miras? –dijo Guren, lo que hizo que ella se
ruborizara sin razón.
—…s-solo estaba pensando por tu bien…
— No te metas en los «asuntos» de los demás.
Goshi caminó detrás de Mito.
41
— Bien, ya basta, dejen de intimidar a Mito-chan. Hoy es el
día, ¿no? El día en que todos se llevan bien y van a la casa de Gu-
ren a jugar, ¿cierto? Bueno, vamos a llevarnos bien.
Pero, en realidad, esta era la primera vez que Guren escucha-
ba sobre eso.
— ¿Eh? ¿Qué pasa con eso? –estalló Guren. Y Goshi, sonrien-
do, explicó.
— Bueno~ verás, todos estamos unidos como subordinados
de Kureto-sama, por lo que de vez en cuando deberíamos acer-
carnos más, ¿no?
— No, nunca escuché de ello.
— Si. De acuerdo. Ya que solo me surgió esa brillante idea,
vayamos a la casa de Guren.
— Déjate de bromas. Eso obviamente nunca pasará.
Desafortunadamente, otra molestia emergió del salón de cla-
ses, esta vez fue Shinya quien salió.
— ¿Que qué? Que idea tan interesante. Yo también quiero ir~
Con su expresión llena de irritación, Guren se giró para irse.
— Que idiotas. Vamos.
Y en lo que se alejó, Shigure y Sayuri lo siguieron.
Sin embargo, Sayuri miró hacia atrás sobre su hombro. Al es-
cuchar los pasos, Guren preguntó:
— ¿…esos tres nos siguen?
— Si.
—…ja, esos idiotas se lo tomaron en serio.
Shigure inclinó su cabeza, y preguntó:
— ¿Debo destruirlos?
— Si te puedes deshacer de Mito, eso no me parecería malo.
—….es cierto… uuu… no soy lo suficientemente fuerte, lo
siento mucho…
— No, olvídalo, no estoy enojado ni nada parecido.
Guren dio una palmada gentil en la cabeza de Shigure, ha-
ciendo que ella lo mirara, sorprendida. En su rostro inexpresivo,
un rastro de confusión parecía estar emergiendo.
42
Comparado a esto, la reacción del otro lado parecía mucho
mayor. El rostro de Sayuri estaba lleno de pánico.
— ¡Ah! ¡Ah! ¡¿Qué acaba de pasar?! Shigure es tan astuta. ¡Yo
también! ¡Yo también quiero que Guren-sama me dé una palma-
da!
Pero Shigure sujetó y limitó la mano de Sayuri, diciendo:
—…no, la última vez te le confesaste a Guren-sama y te dio
una palmada. Esta vez me toca a mí.
— Eh~ Yuki-chan, eres tan astuta. Yo también quiero que me
acaricie.
— No.
— Pero, pero.
Ambas discutían, pero al final mostraron expresiones de
comprensión.
Cuando palmeó la cabeza de Shigure antes, Guren deslizó el
papel que Shinya le había dado, pasándolo por detrás de la oreja
de la chica. En él estaba escrito la hora y el lugar del encuentro.
Parque Hikarigaoka, 2 am. Frente al campo de práctica de te-
nis.
Ese era el encuentro con la «Secta Hyakuya». Naturalmente,
el nombre de «Secta Hyakuya» no estaba escrito en el papel, pero,
por lo visto, era necesario realizar los preparativos. Las armas de-
bían prepararse. O quizá tenían que moverse sigilosamente y que
nadie los notase.
— Dejando las bromas de lado –dijo Shigure–, hoy necesita-
mos ir a la lavandería, por eso, debería irme primero. ¿Qué hay
de ti, Sayuri?
— Necesito ir al supermercado. Hoy todos...
Miró detrás de sí. Y Guren lo confirmó.
— Es probable. Esa banda de idiotas es irritante, no podemos
quitárnoslos de encima.
— Ya veo. Entonces, solo para estar seguros, prepararé sus
partes también.
Cuando Sayuri dijo eso, Goshi habló:
— Ah, ¿seré capaz de comer lo que Sayuri-chan prepara?
Realmente lo espero con ansias.
Sayuri respondió a su sonrisa con un aura fría, y luego dijo:
— Entonces debo preparar curry, Guren-sama.
Con esa última declaración, ella se volvió y de inmediato se
alejó con Shigure.
43
Viéndolas irse, Goshi aceleró el paso y se situó junto a Guren.
—…Guren, realmente eres pícaro~ teniendo esas dos precio-
suras como tus subordinadas.
Shinya también caminó junto a Guren.
— Deberías pedirle a tu familia lo mismo.
— Ah, Shinya-sama… nah, no soy tan bueno como mi her-
manito. En realidad, ellos no piensan mucho en mí…
— Pero ahora eres subordinado de Kureto-nii-san.
— Oh, sí, eso es cierto. Después de todo, las actitudes que mis
asistentes tienen hacia mí han cambiado, pero ese cambio inme-
diato es algo repulsivo… se siente como si mi hermano también
está más nervioso…
Ambas personas charlaban junto a Guren mientras camina-
ban.
— ¿Realmente se hicieron la idea de ir a mi casa?
Cuando Guren preguntó, Goshi asintió.
— Si. ¿Podemos?
— ¿Ah, es así? ¿Has ocultado muchos libros eróticos en tu
casa, lo que hace que nuestra visita te sea un problema?
En realidad, que él se sintiese acorralado, no era porque ocul-
tara revistas pornográficas. Incluso si gente de la Casa Hiiragi
fuese a investigar, ellos no encontrarían nada parecido.
¿Por qué Goshi quería visitar de repente la casa de Guren?
Shinya también había notado eso.
Sin importar como lo pusieses, hoy era el día en que ellos pu-
diesen reunirse con la «Secta Hyakuya». ¿Era posible que Kureto
hubiese descubierto eso?
Que además, el encuentro de mañana en la tarde en el salón
del consejo estudiantil fuese una farsa, y que realmente él supiese
que se encontrarían hoy con la «Secta Hyakuya».
— ¿…Kureto te ordenó que me mantuvieras vigilado? –le
preguntó Guren directamente a Goshi.
Shinya miró a Goshi y a Guren. Era evidente que él también
estaba pensando en ello.
— Nope –dijo Goshi encogiéndose de hombros–, no he reci-
bido ninguna instrucción de Kureto-sama.
44
— Entonces, ¿por qué de repente quieres ir a mi casa?
— Pues, porque somos compañeros.
— ¿Eh?
— Además, somos compañeros de clases, si esta fuese una
escuela normal, estaríamos en las vacaciones de verano.
— ¿Y?
— Es el momento en que todos juegan juntos, ¿no?
Sin embargo, Guren tenía una expresión de completa perple-
jidad y sacudió su cabeza.
— No tengo ni la más remota idea de lo que estás hablando.
— ¿En serio? –rió Goshi–. Está bien, la verdad es que~ ayer
mis padres me regañaron.
— ¿Tus padres? ¿Qué dijeron, que has ganado tanta preferen-
cia de Kureto como los Ichinose?
— N-no –Goshi sacudió su cabeza–, en realidad, lo contrario.
Ellos dijeron que la basura Ichinose sigue siendo traidora y que
pronto volverán a ser rechazados, y que por eso no debería aso-
ciarme mucho con ellos.
Ciertamente sus padres tenían prudencia, pensó Guren para
sí. Sin embargo, parecía que Goshi trataba de ignorar las críticas
de sus padres.
— Deberías escuchar a tus padres, o terminarás mal.
— ¿Y que tiene si lo soy?
— Que pícaro rebelde.
— Jajaja, ¿tal como esos que roban motocicletas para una ca-
rrera divertida? Eso parece una actividad de verano esplendida~
— Muérete.
— Jajaja –rió Goshi. Desde un lado, Shinya preguntó.
— Goshi, ¿tienes licencia de motocicletas?
— Ah, no, ¿y usted, Shinya-sama?
— Tampoco. Pero puedo montar una durante el entrena-
miento.
— Ah, yo también~ pero es más divertido tomar las posesio-
nes del público, ¿no? también quiero montar una.
45
Incluso mientras conversaban, ellos seguían junto a Guren.
Era obvio que planeaban seguirlo hasta su casa. En medio de la
discusión de motocicletas entre Shinya y Goshi, Mito habló:
—…eh, ¿puedo preguntarles algo?
Parecía que ella también intentaba seguir a Guren hasta su
casa.
—…eh, hace poco, acariciaste la cabeza de Yukimi-san.
— Si.
— Ah, eh… eh…
— ¿Qué tiene?
Mito estaba teniendo problemas para forzar sus palabras.
— ¿…ustedes dos, eh, están saliendo?
— ¿Ah?
— Eh, ¿o es que incluso si no están saliendo oficialmente, to-
cas tan cariñosamente a tus subordinadas? O, a menos, a menos,
incluso de noche…
— ¿Qué diablos dices?
— ¿Qué tipo de persona eres para ponerle una mano a tus
subordinadas, quienes no pueden desobedecerte?
— Realmente eres ruidosa.
Guren suspiró y dejó de escuchar.
¿Qué estaban haciendo este grupo de idiotas? Su absurda
charla era como la de los estudiantes normales. En primer lugar,
jugar con los amigos era algo que Guren no podía entender. ¿Para
qué querían reunirse en su casa? ¿Era para jugar al póker?
—….que fastidio.
Salieron del colegio. El clima era el de siempre, un calor opre-
sivo.
Aún quedaban estudiantes entrenando en la institución. Así
era esta escuela. Incluso si la «Secta Hyakuya» atacó y disminuyó
la cantidad de estudiantes, nadie se detendría a descansar.
Con el fin de confinar toda la información que aún tenía que
ser eliminada. Solo unos pocos altos rangos sabían el estado de la
guerra con la «Secta Hyakuya».
46
Aun así, los pequeños conflictos seguían formándose sin ce-
sar. No solo en Japón, sino incluso en las organizaciones asocia-
das en todo el mundo, las batallas comenzaban a tomar lugar.
Por tal razón, decir que las sedes del «Mikado no Oni» en
Shibuya eran los lugares más pacíficos que quedaban en la tierra
no podía ser una mentida.
Incluso la «Secta Hyakuya» no podía sitiar a Shibuya tan fá-
cilmente.
Sin embargo, esta escuela, con sus traidores ocultos, era una
historia distinta.
Mientras Guren miraba la escuela, pensó en todo lo que Ma-
hiru había hecho.
Teñir esta escuela de carmesí con la sangre de los estudiantes,
y lo que él había hecho en su juventud.
Mito, notando su mirada distante, habló:
—…el tiempo pasa rápido, ¿eh?
¿Acaso Mito estaba comparando el patio escolar ante sus ojos,
con lo sucedido ese día?
Las escenas de la sangre y los cuerpos esparcidos por todos
lados.
— Si, eso es cierto.
Parecía que él no había progresado en avanzar, pero ya se es-
taba acabando.
— En este corto periodo de tiempo –dijo Mito–, ya he sido
salvada por ti, dos veces.
— Solo fue suerte.
Riéndose amargamente, ella inclinó su cabeza para mirar a
Guren.
—…dijiste que fue suerte, pero ¿no fue por eso que terminas-
te gravemente herido y en coma durante un mes?
— Solo fui descuidado. Además, dormir es mi pasatiempo.
— Tú y tus chistes malos para siempre cambiar el tema…
pero, Guren.
Diciendo eso, ella sujetó un trozo de la parte posterior de la
camiseta de Guren.
—…realmente quiero mostrarte mi gratitud. Por eso, quiero
devolverte el favor.
— ¿Devolverlo, eh? ¿Cómo?
—…bueno, hasta el día que Kureto-sama te reconozca oficial-
mente, y te dé la posición de honor que mereces en el «Mikado no
Oni», te estaré apoyando, siempre.
47
Siempre metiendo la nariz donde no debe –eso fue lo que Gu-
ren pensó, pero no lo dijo:
—….además, al actual Guren, padre nunca aceptaría…
— ¿Eh?
— Nada, solo hablaba conmigo misma.
Por alguna razón, ella retrocedió, nerviosa.
Guren no podía comprender realmente sus sentimientos.
Tampoco podía comprender los sentimientos de Goshi.
¿Por qué se preocupaban por la basura Ichinose? ¿Por qué lo
apoyaban? En Aichi, la investigación del Kiju –que de ser descu-
bierta por la familia Hiiragi, serian castigados–, ya había comen-
zado.
Este grupo de gente confiaba en él con tanta facilidad.
¿Compañeros? ¿Amigos? ¿Ganarse una posición bajo Kure-
to? Ese tipo de cosas eran demasiado estúpidas.
Era tal como los padres de Goshi dijeron, la traidora familia
Ichinose que estaba podrida hasta el núcleo, era demasiado peli-
grosa como para acercárseles.
Pero incluso si ellos dijeron querer ser sus amigos. También
dijeron que querían profundizar su amistad como compañeros
subordinados de Kureto. Parecía que ellos no sospechaban de él,
y eran tan inocentes y alegres en sus roles de la joven señora y
maestro que eran cubiertos por sus familias.
—……
¿Podría matar a esos dos con sus propias manos?
Eso era lo que Guren consideraba en su mente.
Como eran enemigos, enemigos de la familia Ichinose, po-
dría llegar el día cuando tuviese un final. Cuando eso sucediera,
¿podría hacerlo con sus propias manos?
En Ueno él no los mató. Ese debió haber sido el momento de
hacerlo, pero no pudo. Ya fuese que tuviese o no el derecho de ha-
cerlo, no tuvo idea alguna. No se trataba de principios. El punto
era que él debió haber actuado, pero no pudo.
No puedo hacerlo.
—……..
Esa frase resonó en su cabeza.
Una vez más, recordó lo que Kureto le dijo:
48
Aunque tu forma de hablar es muy ruda, cuando no me pue-
des ganar, reconoces claramente tu posición –se lo había dicho
antes. Pero, ¿era cierto?
Su ambición últimamente eran palabras vacías, si Shigure y
Sayuri fuesen capturadas y tomadas como rehenes, ¿esa ambición
seria desechada tan fácilmente?
¿O era que él aún tenía una forma de pensar tan inocente que
no le permitía matar a Mito y a Goshi?
Si era así, solo debería dejar esa ambición. Pues ya había
arrastrado a sus camaradas a los Ichinose.
La guerra ya había empezado, y había empezado hace mucho
tiempo.
A pesar de eso, Goshi no exhibió ningún tipo de ansiedad, y
preguntó con su rostro lleno de expectativas.
— Oye, ¿tú casa queda muy lejos?
— Si digo que sí, ¿te irás a tu casa?
— Ni lo sueñes.
Guren suspiró.
— No, no está lejos… –respondió cansadamente.
49
«Reportando en vivo desde el lugar de los hechos. Los bom-
beros están dándolo todo, pero sus esfuerzos parecen ser en
vano. Hasta ahora, el fuego no muestra signos de reducirse».
Las noticias parecían bastante ruidosas. Por lo visto, un in-
cendio se produjo en un condominio. Y parecía que el fuego esta-
ba esparciéndose gradualmente.
Una vista aérea del accidente fue mostrado en pantalla. El pú-
blico del boletín de las 6 de la tarde estaba centrado en el incen-
dio. De repente, la escena regresaba al reportero principal, quien
bajaba su cabeza en silencio.
El boletín de las 6 de la tarde había empezado. En otras pala-
bras, ya era de noche.
Pero…
— ¡Oiga, General~!
De repente, la voz de Shinya sonó en la sala de estar del con-
dominio de Guren. Justo delante de Shinya, estaba un equipo en
miniatura de shogi que fue comprado en una tienda de conve-
niencia vecina.
— ¡Oye, oye, oye, espera… espera un momento, detente ahí!
Mito apretó sus brazos mientras reflexionaba sobre el juego,
estaba irritada.
Goshi estaba sentado en el sofá, tomando una gaseosa mien-
tras estudiaba el encuentro.
— Bueno, bueno, voy a comenzar la cuenta regresiva. Mito
solo te quedan unos segundos para que realices el próximo mo-
vimiento.
— ¡Eso ya lo sé! ¡No seas tan ruidoso!
— Bien, tienes…
— ¡Ya basta!
Justo en eso, Guren, quien estaba sentado al otro lado de la
mesita de café, haciendo un esfuerzo para distanciarse un poco,
habló:
— ¿Saben? Ustedes deberían…
— ¡DIJE QUE TE QUEDES QUIETO! –gritó Mito.
La realidad era que ninguno de ellos sabía como jugar shogi.
Quizá era debido a su falta de tiempo libre durante todos esos
años, o quizá la falta de oportunidades
50
para intentarlo. A pesar de que Guren estuvo en contra de
comprar el shogi, cuando ninguno lo había jugado antes, Goshi
insistió en hacerlo, e incluso obtuvo una hoja con las instruccio-
nes del juego. Eso marcó el comienzo de una ronda de elimina-
torias.
1º Ronda: Goshi VS Guren: Guren sufrió una derrota espec-
tacular.
2º Ronda: Shinya VS Mito: Mito estaba en desventaja.
Shinya tarareó una melodía divertida.
— Lalala… lalala… veo que estás en una situación donde ya
no puedes girar las cosas…
— Espere, por favor, espere, Shinya-sama.
— Bueno, puedo esperar todo lo que quieras. ¿Cuánto tiempo
más?
Al oír eso, Goshi respondió.
— 40 segundos.
— Hmmmm.
51
52
Mito murmuró, completamente concentrada, tanto, que te-
nía las pupilas dilatadas. Un aire de seriedad también la estaba
rodeando. Sin embargo, todo era inútil.
El Shogi realmente era un juego interesante. Obtener una
ventaja en el juego es necesario para anticipar una estrategia.
Para unos principiantes como ellos, quienes nunca habían leído
el manual, la única opción viable era realizar movimientos im-
provisados.
Guren ya había quedado mentalmente drenado de gravedad
durante el encuentro contra Goshi. Mientras Goshi no lo notaba,
él descubrió una forma de perder de inmediato. Eso funcionó a
la perfección, tanto, que Goshi estaba completamente alegre ante
su victoria.
De hecho, funcionó tan bien, que Mito tuvo que consolar a
Guren.
Sin embargo, Shinya podría haber sentido que Guren movió
unos cuantos hilos.
Terminar el encuentro de forma rápida – Guren trataba de
apresurarse en finalizar ese juego tan aburrido y dispersarlos a
todos, pero el encuentro de Shinya y Mito era increíblemente ex-
tenso.
Shinya se volvió hacia Guren y suspiró con un tono de entre-
tenimiento.
—…….
De hecho, su expresión revelaba que estaba completamente al
tanto de los trucos sucios de Guren.
— Que tipo tan aburrido…
El murmullo de Guren fue escuchado por Shinya, quien una
vez más sonrió con alegría.
— Aunque no lo dijiste de forma tan audible, sé exactamente
lo que querías decir.
— 20 segundos más… –dijo Goshi.
— ¡Solo apaga ese televisor, me aburre y no me deja concen-
trarme!
Goshi miró la televisión.
— ¡Tengo que admitirlo, el incidente que están transmitiendo
parece bastante grave!
Las escenas del incendio eran mostradas por toda la pantalla.
El presentador que reportaba en vivo parecía estar diciendo algo.
La multitud presente cerca del edificio observaba como el barro y
los ladrillos explotaban desde el edificio en llamas.
53
De repente, una mujer salió de la multitud de espectadores.
Parecía tener unos 25 o 26 años.
— ¡YUU! ¡YUUICHIRO! –gritaba la mujer.
Quizá había perdido a su hijo dentro del edificio en llamas.
Los bomberos cercanos corrieron rápidamente para evitar que
ella se acercara a la edificación.
— ¡Señora! ¡Por favor, cálmese! ¡Déjenos este asunto a noso-
tros!
— ¡Suéltame! ¡YUU! ¡Yuu aún está atrapado allí!
— ¡Oigan! ¡Eviten las cámaras! ¡Muestren más discreción!
La cámara se centró en el rostro de la madre. Ella parecía
haber sido una madre hermosa con una larga y sedosa cabelle-
ra negra. Pero en ese instante, ella estaba en un completo estado
desaliñado, de desespero y agonía que estaba escrito en su rostro.
En eso, Goshi detuvo la cuenta regresiva. Mito incluso miró
la pantalla. No, para ser más precisos, todos los que estaban en la
sala de estar, centraron su atención en la pantalla.
Uno de los bomberos gritó.
— ¡Alguien que venga a ayudar! ¡Ella es muy fuerte… señora,
por favor, cálmese!
— ¡YUU! ¡YUUICHIRO! –parecía estar sujetando algo.
Como la cámara se sacudía, no se podía ver con claridad. Pero
por la silueta borrosa, parecía que sacudía algo.
— ¡Señora, cálmese por favor!
De repente, la dama golpeó al bombero.
— Auch… ¡¿qué está haciendo?!
El bombero se aferró a su brazo. En la palma de su mano esta-
ba algo brillando. Parecía un encendedor. El bombero no lo notó.
Nadie lo notó.
La madre lloraba de agonía.
— ¡No se atrevan a apagar ese fuego! ¡Él es un demonio! ¡Ese
maldito mocoso es un demonio! ¡Necesita ser asesinado! ¡Aquí y
ahora!
— ¡¿P-pero qué está pasando?!
La dama levantó su mano derecha, la cual sostenía una bote-
lla de plástico. Algún tipo de líquido salió y mojó sus ropas.
— ¡Gasolina! ¡Ella está sosteniendo gasolina!
Trató de activar el encendedor, pero la llama no se prendió.
Uno de los bomberos corrió hacia adelante y lanzó un golpe al
rostro de la dama. Muchos otros también llegaron corriendo para
ayudar al sujetarla en el suelo.
54
— ¡Un demonio! –gritó la madre–. ¡Él necesita ser asesinado!
¡Necesita MORIR!
En eso, un hombre que vestía un abrigo se acercó a la cámara.
Aunque Guren solo captó una breve mirada del rostro del hom-
bre, sabía quién era.
Saitou. Un miembro de la «Secta Hyakuya».
El bastardo que cooperó con Mahiru para lanzar el ataque a
la Secundaria Shibuya. En otras palabras, el incendio fue orques-
tado por la «Secta Hyakuya». Este «accidente» pudo haber sido
intencional. Sin embargo, si este estaba dentro de los planes de
esa organización, no debería haber sido un reporte público. Todo
el incidente en sí debió haber sido cubierto.
De repente, la cambara quedó en blanco y la escena regresó
al reportero principal, quien rápidamente siguió con el boletín.
Con respecto al evento sorprendente de hace poco, ya todo
había quedado en un caos total.
Ahora que la situación del incendio se había estabilizado, el
boletín continuó:
Era bastante improbable que más noticias con respecto al in-
cendio fuesen reportadas. O a lo mejor, lo que presentaran fuesen
reportes fabricados.
— ¿…qu-qué acaba de suceder? –habló Mito.
Ella y Goshi no sabían quién era Saitou. Probablemente ni su-
piesen que el incendio tuviese algo que ver con la «Secta Hyaku-
ya».
Shinya debió haberlo notado. No, el «Mikado no Oni» debió
haberlo notado también.
Tal como sucedió en el Zoológico Ueno, el «Mikado no Oni»
investigaría detalladamente todo en lo que estaba involucrado la
«Secta Hyakuya». Quizá las órdenes de Kureto llegarían pronto.
— ¡Que aguafiestas! Quiero decir, me olvidé por completo de
la cuenta regresiva, Mito ¿estás planificando tu próximo movi-
miento?
Mito sacudió su cabeza:
— Bueno, anuncio a Shinya-sama como el ganador~. Antes
del próximo encuentro, Guren.
— ¿Sí?
— Tengo hambre.
— Bueno, deberías irte.
Sayuri y Shigure no habían vuelto aun. Los planes de hoy to-
marían algo de esfuerzo.
55
Lo peor podría llegar, es decir, el encuentro de esta noche con
la «Secta Hyakuya» incluso podría cancelarse debido al incendio.
Sin embargo, si uno consideraba esto desde otra perspectiva,
el incendio podía ser una bendición disfrazada. El «Mikado no
Oni» desviaría su atención al incidente, dándome más libertad de
llevar a cabo mis planes.
Entonces, ¿cuál es la mejor forma de tomar esto?
— Muy bien –dijo Shinya levantándose–, es hora de que vol-
vamos. Tengo cosas que hacer también.
Finalmente, Hiiragi-sama habló, ¿eh? Quien sabe, él podría
volver para investigar el caso. Definitivamente, él no va a reunirse
con la «Secta Hyakuya» en un estado ignorante.
Luego que Shinya se levantara, Goshi y Mito lo siguieron.
— Incluso Shinya-sama se quiere ir.
Mito se levantó.
— Lucharemos de nuevo la próxima vez. Esta es la última vez
que me vez en un estado tan vergonzoso.
— Muy bien~. Ahora lo veo más interesante. Juguemos la
próxima vez.
Todos se levantaron. Shinya dejó su celular en el piso, ganán-
dose una mirada de Guren, quien no se preocupaba en recordar-
lo.
Frente a la puerta, Mito habló:
—…todos pertenecemos al mismo escuadrón. Tengo unas
palabras que decirle a Yukimi-san y Hanayori-san, pero…
Goshi interrumpió:
— Realmente quiero probar el curry de Sayuri… pero, no im-
porta, aun quedas muchas oportunidades en el futuro.
— ¿Qué, aun planeas seguir visitando?
— ¿No soy bienvenido? ¿Iras a mi casa entonces?
Guren se calló y los despidió. Shinya abrió la puerta y trató de
despedirse de Guren.
— Bueno, nos vamos~.
Y así, el trio se fue.
Guren cerró la puerta y regresó a la sala de estar, tomó el telé-
fono de Shinya. Cuando presionó el teléfono, notó que no pedio
contraseña. Lo que apareció ante él fue un mensaje sin enviar que
decía:
56
— Cielos, revisar el teléfono de otros sin permiso, que per-
vertido eres, Guren.
— Ese bastardo aún tiene tiempo para los emoticones.
Guren murmuró para sí, irritado. Mientras exploraba la de-
más aplicaciones por si había rastro de algún tipo de informa-
ción, comprendió que en el teléfono no había nada guardado.
Estaba limpio, era un celular vacío.
Guren regresó a la entrada. Al mismo tiempo, el timbre sonó.
Guren abrió la puerta solo para ver a Shinya riéndose de él.
— Dejé mi teléfono~ –dijo Shinya.
Guren miró el celular en su mano derecha, y Shinya continuó:
— ¿Lo viste, no?
— ¿La cosa pervertida?
— ¡JAJAJAJA!
— Lo dejaste a propósito, ¿no?
— Sip. Perdiste a propósito, ¿cierto?
— ¿De qué diablos hablas?
— No esto otra vez~ batallemos la próxima vez y descubra-
mos quien es mejor estratega y planificador.
— No me interesa.
— No escapes~
— ¿Con quién estaremos probando nuestra habilidad cuando
decidamos el ganador entonces?
— Hmmm, en nuestro caso, ¿Mahiru?
— Ahora esto me aburre más.
— Oye, vamos~
Shinya sonrió:
— Jaja, está bien…
Mientras seguía, Shinya miró la pantalla del televisor que es-
taba detrás de Guren. Las noticias de las 6 de la tarde aún conti-
nuaban. Su mirada hablaba del hecho de que vio la breve apari-
ción de Saitou en la televisión.
57
Dejó su teléfono a propósito, luego volvió a buscarlo y apro-
vechar de discutir sobre esa escena. No es seguro si la reunión con
la «Secta Hyakuya» se llevará a cabo.
— Oh, cierto, ¿cuáles son tus planes? ¿Guren-kun? ¿Quién
parece ser más astuto que sí mismo?
— No vayas –respondió Guren–. Es demasiado peligroso.
— Hmm. Quizá.
— Hay que investigar la fuente del incendio producido. Pri-
mero necesitamos comprender completamente la situación.
— Hmm, hmmm… oye Guren.
— ¿Qué?
— La gente se irritará contigo por mentirle a tus camaradas
sobre tus planes~ Estas planeando enfrentar a la «Secta Hyakuya»
sin nadie cerca de ti, ¿cierto?
Guren asintió:
— Pues no eres mi camarada.
— Jajajaja, parece que estas considerando seriamente no ir.
No quedaban otras opciones.
No había suficiente información. Depender solo de las inves-
tigaciones no facilitaría el progreso. Quizá había otras formas más
sólidas y seguras por las que avanzar, pero no quedaba tiempo.
La guerra entre el «Mikado no Oni» y la «Secta Hyakuya»
está progresando a una velocidad increíble. Quizá un evento apo-
calíptico podría suceder cuando llegue diciembre. Si me asusto y
me retiro ahora, solo podría esperar que llegue mi final. O quizá
colapsaré antes de que la catástrofe llegue apropiadamente.
Si ese fuera el caso, una acción inmediata debería tomarse.
Hasta ahora, la «Secta Hyakuya» mostró interés en compartir la
información. Información relacionada a ellos, al «Kiju» y a la bes-
tia salvaje en el Zoológico Ueno, «Los Cuatro Jinetes del Apoca-
lipsis», criaturas hibridas que han sido modificadas genéticamen-
te con ADNs extraños.
La razón detrás de eso era la traición de Mahiru.
Mahiru robó ese monstruo hibrido y desapareció.
Para la «Secta Hyakuya», ese era un sujeto experimental muy
importante. Ellos querían tenerlo de vuelta. Por eso es que ellos
querían intercambiar la información que tengo en esa criatura
por información de Mahiru.
58
En otras palabras, la «Secta Hyakuya» no está al tanto del he-
cho de que poseo una parte de ese monstruo hibrido. Esa es la
razón principal por la que tengo que descubrir qué tipo de bestia
es esa exactamente.
Después de todo, el monstruo no parece estar interesado en
los humanos, raramente aparece en áreas densamente pobladas.
Incluso a los vampiros les interesa. La «Secta Hyakuya», Mahiru,
y los vampiros quieren un trozo de eso.
Guren miró a Shinya.
Hasta ahora, ese trozo de monstruo hibrido fue dividido en
dos, compartiéndolo con Shinya.
La mitad de ello fue enviada a Aichi para investigarla, pero no
se habían producido resultados concretos.
Guren no tenía idea de lo que Shinya planease hacer con la
otra mitad.
— ¿…cómo va la investigación? –preguntó Guren.
Shinya sacudió su cabeza mientras interrumpía.
— Ese es tu trabajo, incluso si hubiese laboratorios operando
bajo mi cargo, no podría decirlo~
No tengo ni la más remota idea de cómo va progresando la
investigación.
Shinya habló con un ligero tono de desaprobación.
— ¿Sabes qué? Ya tienes unos cuantos camaradas contigo.
Bajo esas circunstancias, ¿aun tratas de mentirme? Eso es irritan-
te, ¿sabías?
— No ha habido progresos en la investigación –respondió
Guren–. Quizá es para prevenir la fuga de información, el núme-
ro mínimo de investigadores de confianza han sido enviados a
analizarlo, parece que aun no lo sabemos. Pero…
— ¿Esta noche debemos reunirnos con la «Secta Hyakuya»?
Guren asintió. De repente, la voz de Mito resonó desde atrás.
— ¿Shinya-sama, encontró su teléfono?
Mito y Goshi estaban en la entrada. Shinya se volvió y les dijo:
— ¡Si, lo encontré! ¡No tenía idea de haberlo dejado caer de-
bajo del sofá~!
Goshi sonrió:
— Todo está bien entonces.
Guren le entregó el teléfono a Shinya, y dijo:
— Lárgate de una vez.
59
— Lo haré~ está vez me despido de verdad~
Antes de que Shinya pudiese terminar, Guren cerró la puerta
frontal y regresó a la sala de estar.
Ya eran las 6:17 de la tarde.
El boletín informativo de las 6 de la tarde todavía continuaba.
Sin embargo, sin importar que canal colocara Guren, ya no había
más reportes del incendio. Parecía que la censura había comen-
zado.
Guren de repente recordó a la dama bañada con gasolina, esa
madre histérica.
La madre insistía en matar al demonio.
—…demonio –murmuró Guren.
¿A qué demonio se refería?
Claro, era posible que la dama hubiese enloquecido y gritara
cosas sin sentido.
Diciembre.
El apocalipsis en navidad.
El virus.
Los ángeles del Libro de Revelaciones.
Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis.
—…solo se trata de una lamentable jerga de un montón de
religiosos.
Sea lo que fuese sugerido, parecía estar relacionado con la Bi-
blia. O quizá fuesen seudónimos y dialectos sobre el virus y el
terrorismo.
Los anuncios destellaron en la pantalla. Una celebridad feme-
nina estaba disfrutando el último sabor del pollo frito.
Guren analizó la pantalla del televisor y de repente transfirió
su mirada de la TV hacia el shogi tendido en el piso frente a él.
Consideró vagamente la idea de que el shogi era un juego re-
lajante.
Ya que mis enemigos están en mi campo visual, solo necesito
considerar el medio para deshacerme de esos a quien puedo ver.
Para lograrlo, la habilidad de mi enemigo tiene que estar nivelada
con la mía.
Sin embargo, la realidad eran un juego completamente dis-
tinto.
La mayoría de mis enemigos son más fuertes de lo que soy.
Me encuentro en desventaja. Eso sin mencionar su alto nivel de
complejidad. Por eso es que, quienes sean mis aliados, quienes
sean mis oponentes, al traicionar, al formar una alianza…
60
Un error podría resultar una completa derrota. El tiempo no
espera por nadie.
—…………..
Guren miró el shogi barato y tomó la pieza de Mito, colo-
cándola frente al Rey de Shinya. Claro, tal movimiento podría
causarle la derrota a Mito, y Shinya podría haberse deshecho del
Rey de Mito en su turno.
El juego estaba acabado. Sin embargo, la realidad era distin-
ta. A pesar de la muerte del Rey, el ejército seguía presente.
Guren movió la pieza hacia adelante y se deshizo del Rey de
Shinya.
—…..
Deshacerse del «Rey» de la «Secta Hyakuya».
Eliminar al «Rey» del «Mikado no Oni».
Si este fuese el caso, incluso si muriese, no tendría nada que
tener. Me he preparado para esto, sin mencionar el hecho de que
tengo ambiciones incluso mayores. Pero después de todo, ¿cómo
avanzarán las cosas?
¿Mis compañeros sobrevivirán? ¿Cuál es esta ambición eter-
na que poseo?
Este sueño no hará nada para lograrlo, incluso si el costo es
mi vida y la de mis camaradas.
—…….
Guren tomó la lata de gaseosa vacía que estaba en el piso.
Justo en ese instante, el timbre sonó. Parecía que Shigure y
Sayuri habían vuelto.
— Volvimos~♪
Era la voz de Sayuri. Entró a la sala de estar con las manos
llenas de bolsas, la compra del supermercado. Al ver a Guren
recoger la basura, Sayuri aceleró el paso.
— ¡Ah, por favor, déjenos eso a nosotras! ¡Ordenaremos la
casa! –dijo mientras le quitaba la lata a Guren. Por su parte, Shi-
gure entró y miró a Guren.
— Volvimos.
Ella bajó su mirada y comenzó a recoger los envoltorios de
patatas fritas dispersos por toda la mesita del café.
Guren las miró organizar la casa.
—…….
Se preguntó cuál sería el propósito de mantenerse desespera-
damente si ellas dos fueren interrogadas, o asesinadas. Claro, ya
no había marcha atrás. Era el
61
comienzo. La investigación llevada a cabo a espaldas de los
Hiiragi también había comenzado.
Después de todo, si el apocalipsis decembrino fuese a tomar
lugar, simplemente no puedo sentarme y esperar mi muerte.
Pero a pesar de eso, él siguió pensando.
—………….
¿Qué estoy protegiendo?
¿Cuáles son las cosas más preciadas para mí?
Shigure miró a Guren.
— Está en el armario que usamos siempre.
Guren asintió. Los talismanes y los uniformes de batalla para
combatir estaban en ese armario.
Encima de eso, había muchas otras cosas relacionadas a las
maldiciones prohibidas y equipos de maldición que eran desco-
nocidos para la Casa Hiiragi, sin mencionar esos personalizados
por Guren.
Existía una alta posibilidad de que la Casa Hiiragi quisiera
investigar, pero había demasiadas cosas en ese condominio que
necesitaban ocultarse de la vista de esa gente.
Shigure siguió:
— Nosotras…
— No sigan. Hoy lo haré por mi cuenta.
— Pero…
— Arruinarán mis planes.
— Oh…
Shigure, renuente, quedó en silencio.
Guren la miró y dijo:
— Si no regreso al amanecer… diríjanse a Aichi.
Tanto Shigure como Sayuri miraron a Guren. Ambas com-
prendieron que la vida de Guren estaba en juego. De hecho, ya
sabían eso cuando prepararon el equipamiento para que lo usara.
62
Para la Casa Ichinose no sería desastroso incluso si Guren
fuese a morir. Él aun no era el Jefe de la Casa. Por eso, la persona
que pudiese arriesgarse en esta situación solo podía ser él.
Sayuri lo miró, y sonrió forzadamente.
—…hoy tendremos curry de pollo.
—…oh, lo estoy desenado.
— Pero ahora cocinaré…
— Lo que sea está bien. Tu curry siempre ha sido delicioso.
Tras finalizar, él se preguntó por qué Sayuri se sonrojó y son-
rió. En fin, todo estaba bien.
— Shigure, me gustaría ponerme ropa de civil. Ayúdame a
prepararla.
— Sí, señor –asintió.
Ella desapareció por el pasillo. Sayuri, colocándose un delan-
tal, entró en la cocina.
Guren miró esa silueta antes de ver su reloj: 6:30 de la tarde.
Quedaban siete horas y media antes de la reunión con la
«Secta Hyakuya».
— Supongo que tendré un pequeño descanso –murmuró
mientras veía a Sayuri esforzarse lo mejor posible para cocinar.
Después…
—…descansaré luego de comer el curry –se corrigió.
◆ ◆ ◆
1:30 de la mañana. Tokio, Nerima-ku.
El punto de encuentro con la «Secta Hyakuya» estaba en el
Parque Hikarigaoka, un parque de gran escala. Estaba cerca de
la estación de metro Hikarigaoka, una que pertenecía a la Línea
Toei-Oedo.
Si Guren fuese a entrar por los lados de la estación del me-
tro, podría haber sido captado por los CCTV. Por eso, él deci-
dió montar una motocicleta y entrar por el lado oeste del parque,
donde predominada la vegetación densa. Con esto, él no sería
descubierto con facilidad, mientras atravesaba en secreto las sen-
das oscuras que llevaban al lugar de reunión.
Guren aparcó la motocicleta en un carril, apagó el motor y se
quitó el casco. Mirando hacia adelante, vio un parque completa-
mente oscuro, y vacío. Las copas de los arboles cercanos eran tan
densas que no había rastro de la luz lunar.
Colgó el casco en la motocicleta y se pasó la mochila hacia
adelante antes de sacar los lentes de visión nocturna por infrarro-
jos. Después de todo, estos eran
63
necesarios para movilizarse por un parque completamente
oscuro. Luego, Guren guardó un denso fajo de talismanes en sus
mangas y bolsillos. Se colocó la mochila y recortó las cintas para
evitar que otros se aferraran.
Poco después que Guren tocara suelo, otra motocicleta con
mayor CC llegó. Se detuvo a un lado y se alineó con la de Guren.
Shinya había llegado.
Apagando el motor, y quitarse el casco, se podía ver que Shin-
ya estaba sonriendo.
—…me imaginé que entrarías por esta dirección~ pero, sea
quien fuere el que estudiase el mapa, era obvio que elegiría esta
ruta.
De hecho, el mapa indicaba que esta era la única ruta para
infiltrarse en el parque.
La ruta con la vegetación densa demostraba la dificultad de
colocar cámaras de vigilancia.
El punto de reunión era un único campo de tenis ubicado al
este del parque. Siempre y cuando uno estuviese alerta de la si-
tuación en el lado este, sería posible mantener una ruta de escape.
— Los chicos Hyakuya probablemente predijeron que entra-
ríamos por aquí, ¿no? –respondió Guren.
— Es probable. Déjame preguntarte algo, Guren. ¿Tienes li-
cencia para conducir motocicletas?
— No.
— No la tienes, ¿eh? Eso quiere decir que esa motocicleta
fue…
— Robada.
— Lo imaginé, robaste una motocicleta.
Guren sonrió.
— ¿Es a eso lo que llamas juventud?
Colocándose los lentes de visión nocturna por infrarrojo, el
campo de visión de Guren se tornó verde. Shinya descendió con
una expresión resignada en su rostro.
— Gastar mi juventud usando unos lentes de visión nocturna
e infiltrarme en un parque… yo no firmé para esto. Solo quiero
ese tipo de juventud llena de romance.
— Bueno, después de todo, es verano.
— ¿Dónde? ¿Dónde?
Guren lo ignoró y comenzó a caminar en el parque.
64
— Eh, espera, ahí voy.
Guren escuchó a Shinya colocarse el par de lentes de visión
nocturna por infrarrojo, pero no se volvió. Después de confirmar
que no había trampas adelante, Guren siguió avanzando.
Los movimientos de Shinya eran perfectos.
Apenas había unas pisada. Calmadas, cuidadosas, y ligeras.
De hecho, él había pasado por entrenamientos fuertes.
— Aún queda un poco de tiempo antes de nuestro encuentro
–susurró Shinya–. ¿Nos ocultamos?
— No es necesario –Guren sacudió su cabeza–, quiero deter-
minar la situación desde lejos.
— Bueno, está bien. Hay demasiado espacio vacío cerca del
campo de tenis. No encaja para ocultarse~
Esa era la verdadera razón por la que el campo de tenis se
eligió para la reunión.
— Entonces, ¿desde dónde vamos a observar a esos tipos?
Guren no respondió, solo miró su reloj. Era la 1:38 de la ma-
ñana. Quedaban 22 minutos para el encuentro.
Guren se detuvo. En ese momento, ellos estaban transitando
por una pequeña área boscosa. El punto de reunión estaba justo
delante de un espacio verdoso, una vez que emergieran de allí,
quedarían totalmente expuestos.
Si ese fuese el caso…
—…desde esos árboles de allí.
— ¿Espiaremos a una pareja romántica?
— Hmm… hmm…
— Eres un completo provocador.
— ¿A quién estoy provocando?
— Lo que sea~
Guren comenzó a prepararse mientras sacaba unos cuantos
talismanes de su bolsillo y los colocaba en el tronco del árbol que
intentaba escalar. Si el enemigo fuese a atacar, esos talismanes le
comparan algo de tiempo. Subió al árbol y descubrió una rama
estable para anclarse allí.
65
Sonidos susurrantes podían escucharse del árbol contiguo.
Shinya lo siguió. Guren se volvió hacia el sonido y vio a Shinya
saludarlo antes de apuntar al este, que era el lugar donde estaba
el campo de tenis.
—………
Guren asintió y miró al frente. Observando a través de los
lentes de visión nocturna, todo el parque era visible.
Las estrellas que adornaban el cielo nocturno parpadeaban
y la luz lunar cubría toda el área forestal. Guren incrementó el
zoom de los lentes y los centró en el punto de reunión.
Adelante del camino verdoso estaba un pequeño camino ser-
penteante. Adelante del mismo estaba otra senda y unas cuantas
áreas recreativas.
Incluso más allá estaba un área cerrada. Allí era donde estaba
el campo de tenis.
Allí de pie, había ocho hombres vestidos con traje. Era obvio
que no estaban allí para verse con sus amantes. Todos eran hom-
bres, muy bien entrenados. Sus trajes se parecían bastantes a esos
usados por los miembros de la «Secta Hyakuya» cuando lanzaron
su ataque a la Secundaria Shibuya. Si poseyesen el poder de Sai-
tou, la derrota sería inminente.
En otras palabras, este era un intercambio injusto.
—………
Guren miró su reloj: era la 1:45 de la mañana. Quedaban
quince minutos.
¿Entonces debería proceder hacia el punto de reunión? –Gu-
ren levantó la vista de su reloj y miró a los hombres de la «Secta
Hyakuya». En ese instante, él notó que algo extraño les estaba
sucediendo. Estaban aullando algo mientras rápidamente prepa-
raban una formación de batalla.
¿Quedamos expuestos? –pensó Guren mientras se tensaba.
Parecía que no era así.
Algo emergió de la oscuridad y atacó a esos hombres.
Ellos trataron desesperadamente de defenderse, extrayen-
do cadenas metálicas de sus cuerpos. De hecho, todos parecían
haber sufrido una modificación corporal como pasó con Saitou.
Varias cadenas emergieron de la oscuridad y volaron hacia esa
cosa…
La cosa evitó las cadenas con facilidad mientras decapitaba
a uno de los hombres y se preparaba para hacerle lo mismo a los
otros dos.
66
Luego de eso, eso agarró el cabello de otro hombre que trata-
ba de escapar y le mordió el cuello. Los que sobrevivieron estaban
temblando de miedo, habían perdido su voluntad de batalla.
Parecía que el monstruo ese estaba ingiriendo sangre huma-
na.
—…vampiros, no otra vez –murmuró Guren en voz muy
baja.
El vampiro que estaba atacando el campo de tenis era com-
pletamente distinto al noble que apareció en el Zoológico Ueno.
Juzgando por su uniforme, probablemente no era un noble. Pero
era obvio que no era humano. Si realmente era un vampiro, la
«Secta Hyakuya» no tendría ninguna oportunidad de ganarle.
La disparidad de poderes entre los humanos y los vampiros
era inmensa.
Eso sin mencionar la imposibilidad de luchar contra los vam-
piros en la oscuridad.
—……………
La batalla terminó en cuestión de segundos.
Todos los miembros de la «Secta Hyakuya» fueron asesinados
por los vampiros.
Guren presenció toda la escena que se desarrolló ante él y
pensó en lo sucedido.
¿Qué acaba de pasar? ¿Por qué los miembros de la «Secta
Hyakuya» fueron asesinados? Los vampiros no deberían tener in-
terés en los humanos y sus asuntos. Para ellos, los humanos son
solo ganado. Por esa razón, a ellos no deberían interesarles las
batallas humanas. Pero, ¿Por qué es que recientemente, los vam-
piros han aparecido con más frecuencia? ¿Qué es lo que acaba de
suceder?
El vampiro probablemente no los había notado, estaba de-
masiado lejos. Sin embargo, si ellos hubiesen llegado al punto de
encuentro en lugar de observar desde lejos, ellos habrían muerto
también. En cuanto Guren pensó en eso, un escalofrió recorrió
su espalda…
—………
De repente, el vampiro se volvió hacia ellos.
67
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1
slid1

Más contenido relacionado

Destacado

Electiva iv, act1, 3 corte
Electiva iv, act1, 3 corteElectiva iv, act1, 3 corte
Electiva iv, act1, 3 corteRAFAEL QUIARAGUA
 
چگونه می توان استرس امتحان را کنترل کرد؟
چگونه می توان استرس امتحان را کنترل کرد؟چگونه می توان استرس امتحان را کنترل کرد؟
چگونه می توان استرس امتحان را کنترل کرد؟مشاور کودک
 
Ерік Еммануель Шмітт Повість"Оскар і Рожева пані". Сучасна література. Позак...
Ерік Еммануель Шмітт Повість"Оскар  і Рожева пані". Сучасна література. Позак...Ерік Еммануель Шмітт Повість"Оскар  і Рожева пані". Сучасна література. Позак...
Ерік Еммануель Шмітт Повість"Оскар і Рожева пані". Сучасна література. Позак...dtamara123
 
презентація Данте
презентація Дантепрезентація Данте
презентація Дантеdtamara123
 
MUM_Earned.Media.Report_FINAL_01.19.16
MUM_Earned.Media.Report_FINAL_01.19.16MUM_Earned.Media.Report_FINAL_01.19.16
MUM_Earned.Media.Report_FINAL_01.19.16Lauren Katz
 
Prose and poetry
Prose and poetryProse and poetry
Prose and poetrysaratha m
 
Стилістичні засоби поетичного синтаксису
Стилістичні засоби поетичного синтаксисуСтилістичні засоби поетичного синтаксису
Стилістичні засоби поетичного синтаксисуdtamara123
 
Презентація з етики "Столовий етикет"
Презентація з етики "Столовий етикет"Презентація з етики "Столовий етикет"
Презентація з етики "Столовий етикет"dtamara123
 
Electiva iv, act1, 3 corte
Electiva iv, act1, 3 corteElectiva iv, act1, 3 corte
Electiva iv, act1, 3 corteRAFAEL QUIARAGUA
 
Конспект уроку "Довкілля і здоров я людини"
Конспект уроку "Довкілля і здоров я людини"Конспект уроку "Довкілля і здоров я людини"
Конспект уроку "Довкілля і здоров я людини"dtamara123
 

Destacado (16)

Geoeconomia
GeoeconomiaGeoeconomia
Geoeconomia
 
Sahand STR8 EV
Sahand STR8 EVSahand STR8 EV
Sahand STR8 EV
 
Electiva iv, act1, 3 corte
Electiva iv, act1, 3 corteElectiva iv, act1, 3 corte
Electiva iv, act1, 3 corte
 
چگونه می توان استرس امتحان را کنترل کرد؟
چگونه می توان استرس امتحان را کنترل کرد؟چگونه می توان استرس امتحان را کنترل کرد؟
چگونه می توان استرس امتحان را کنترل کرد؟
 
Robotica
RoboticaRobotica
Robotica
 
Ерік Еммануель Шмітт Повість"Оскар і Рожева пані". Сучасна література. Позак...
Ерік Еммануель Шмітт Повість"Оскар  і Рожева пані". Сучасна література. Позак...Ерік Еммануель Шмітт Повість"Оскар  і Рожева пані". Сучасна література. Позак...
Ерік Еммануель Шмітт Повість"Оскар і Рожева пані". Сучасна література. Позак...
 
презентація Данте
презентація Дантепрезентація Данте
презентація Данте
 
MUM_Earned.Media.Report_FINAL_01.19.16
MUM_Earned.Media.Report_FINAL_01.19.16MUM_Earned.Media.Report_FINAL_01.19.16
MUM_Earned.Media.Report_FINAL_01.19.16
 
Pablo ruiz picasso1
Pablo ruiz picasso1Pablo ruiz picasso1
Pablo ruiz picasso1
 
Mr. Hughes Resume
Mr. Hughes ResumeMr. Hughes Resume
Mr. Hughes Resume
 
Prose and poetry
Prose and poetryProse and poetry
Prose and poetry
 
Стилістичні засоби поетичного синтаксису
Стилістичні засоби поетичного синтаксисуСтилістичні засоби поетичного синтаксису
Стилістичні засоби поетичного синтаксису
 
Презентація з етики "Столовий етикет"
Презентація з етики "Столовий етикет"Презентація з етики "Столовий етикет"
Презентація з етики "Столовий етикет"
 
Electiva iv, act1, 3 corte
Electiva iv, act1, 3 corteElectiva iv, act1, 3 corte
Electiva iv, act1, 3 corte
 
Конспект уроку "Довкілля і здоров я людини"
Конспект уроку "Довкілля і здоров я людини"Конспект уроку "Довкілля і здоров я людини"
Конспект уроку "Довкілля і здоров я людини"
 
احساس امنیت کودک
احساس امنیت کودکاحساس امنیت کودک
احساس امنیت کودک
 

Similar a slid1

Ante una pregunta del público al sr shimizu
Ante una pregunta del público al sr shimizuAnte una pregunta del público al sr shimizu
Ante una pregunta del público al sr shimizuRicardo Suarez
 
Cuentos seleccionados fortuna pellegrino
Cuentos seleccionados fortuna pellegrinoCuentos seleccionados fortuna pellegrino
Cuentos seleccionados fortuna pellegrinoclaudiapoza2011
 
Antologia habilidad del pensamiento de carlos armando vicente ramirez
Antologia habilidad del pensamiento de carlos armando vicente ramirezAntologia habilidad del pensamiento de carlos armando vicente ramirez
Antologia habilidad del pensamiento de carlos armando vicente ramirezArmando Ramirez
 
Historias sobre el bullying
Historias sobre el bullyingHistorias sobre el bullying
Historias sobre el bullyingJP Giraldo
 
Sustentacion proyecto 3
Sustentacion proyecto 3Sustentacion proyecto 3
Sustentacion proyecto 3Deysi Vilchez
 
Boletin felicidad y calidad de vida adulto mayor
Boletin felicidad y calidad de vida adulto mayorBoletin felicidad y calidad de vida adulto mayor
Boletin felicidad y calidad de vida adulto mayorCésar H Grbic 1500 +
 
Boletin felicidad y calidad de vida adulto mayor
Boletin felicidad y calidad de vida adulto mayorBoletin felicidad y calidad de vida adulto mayor
Boletin felicidad y calidad de vida adulto mayorCésar H Grbic 1500 +
 
Kyou, Tonari Ni Wa Kimi Ga Inai Novela Ligera Volumen 01 (unico)
Kyou, Tonari Ni Wa Kimi Ga Inai Novela Ligera Volumen 01 (unico)Kyou, Tonari Ni Wa Kimi Ga Inai Novela Ligera Volumen 01 (unico)
Kyou, Tonari Ni Wa Kimi Ga Inai Novela Ligera Volumen 01 (unico)bryan2051
 
High School DxD Volumen 1
High School DxD Volumen 1High School DxD Volumen 1
High School DxD Volumen 1Juan Cortijo
 
Rosa El Mejor De Los Correos.
Rosa   El Mejor De Los Correos.Rosa   El Mejor De Los Correos.
Rosa El Mejor De Los Correos.guest74c10fc
 
Rosa, la más hermosa: La amistad no respeta franjas etarias
Rosa, la más hermosa: La amistad no respeta franjas etariasRosa, la más hermosa: La amistad no respeta franjas etarias
Rosa, la más hermosa: La amistad no respeta franjas etariasguestba4f7a
 

Similar a slid1 (20)

Clase de tutoría.amistad
Clase de tutoría.amistadClase de tutoría.amistad
Clase de tutoría.amistad
 
Antologia anexos
Antologia   anexosAntologia   anexos
Antologia anexos
 
Ante una pregunta del público al sr shimizu
Ante una pregunta del público al sr shimizuAnte una pregunta del público al sr shimizu
Ante una pregunta del público al sr shimizu
 
Cuentos seleccionados fortuna pellegrino
Cuentos seleccionados fortuna pellegrinoCuentos seleccionados fortuna pellegrino
Cuentos seleccionados fortuna pellegrino
 
Antologia habilidad del pensamiento de carlos armando vicente ramirez
Antologia habilidad del pensamiento de carlos armando vicente ramirezAntologia habilidad del pensamiento de carlos armando vicente ramirez
Antologia habilidad del pensamiento de carlos armando vicente ramirez
 
Historias sobre el bullying
Historias sobre el bullyingHistorias sobre el bullying
Historias sobre el bullying
 
4C Class Material
4C Class Material4C Class Material
4C Class Material
 
Sustentacion proyecto 3
Sustentacion proyecto 3Sustentacion proyecto 3
Sustentacion proyecto 3
 
Habilidad
HabilidadHabilidad
Habilidad
 
Boletin felicidad y calidad de vida adulto mayor
Boletin felicidad y calidad de vida adulto mayorBoletin felicidad y calidad de vida adulto mayor
Boletin felicidad y calidad de vida adulto mayor
 
Boletin felicidad y calidad de vida adulto mayor
Boletin felicidad y calidad de vida adulto mayorBoletin felicidad y calidad de vida adulto mayor
Boletin felicidad y calidad de vida adulto mayor
 
Kyou, Tonari Ni Wa Kimi Ga Inai Novela Ligera Volumen 01 (unico)
Kyou, Tonari Ni Wa Kimi Ga Inai Novela Ligera Volumen 01 (unico)Kyou, Tonari Ni Wa Kimi Ga Inai Novela Ligera Volumen 01 (unico)
Kyou, Tonari Ni Wa Kimi Ga Inai Novela Ligera Volumen 01 (unico)
 
Habilidades del pensamiento
Habilidades del pensamientoHabilidades del pensamiento
Habilidades del pensamiento
 
High School DxD Volumen 1
High School DxD Volumen 1High School DxD Volumen 1
High School DxD Volumen 1
 
Rosa
RosaRosa
Rosa
 
Rosa, la más hermosa: La amistad es un sentimiento muy noble que va más allá ...
Rosa, la más hermosa: La amistad es un sentimiento muy noble que va más allá ...Rosa, la más hermosa: La amistad es un sentimiento muy noble que va más allá ...
Rosa, la más hermosa: La amistad es un sentimiento muy noble que va más allá ...
 
Rosa
RosaRosa
Rosa
 
Rosa El Mejor De Los Correos.
Rosa   El Mejor De Los Correos.Rosa   El Mejor De Los Correos.
Rosa El Mejor De Los Correos.
 
Rosa, la más hermosa: La amistad no respeta franjas etarias
Rosa, la más hermosa: La amistad no respeta franjas etariasRosa, la más hermosa: La amistad no respeta franjas etarias
Rosa, la más hermosa: La amistad no respeta franjas etarias
 
Rosa, una mujer ejemplar
Rosa, una mujer ejemplarRosa, una mujer ejemplar
Rosa, una mujer ejemplar
 

Último

Topografía cuadro de construcción ing.civil
Topografía cuadro de construcción ing.civilTopografía cuadro de construcción ing.civil
Topografía cuadro de construcción ing.civilmeloamerica93
 
diseño de plantas agroindustriales unidad
diseño de plantas agroindustriales unidaddiseño de plantas agroindustriales unidad
diseño de plantas agroindustriales unidaddabuitragoi
 
guia de talles de camitas cucciolos 2024.pdf
guia de talles de camitas cucciolos 2024.pdfguia de talles de camitas cucciolos 2024.pdf
guia de talles de camitas cucciolos 2024.pdfcucciolosfabrica
 
Afiche de arquitectura manierista Paola Perez
Afiche de arquitectura manierista Paola PerezAfiche de arquitectura manierista Paola Perez
Afiche de arquitectura manierista Paola PerezPaola575380
 
Arquitectos del Movimiento Moderno Pt. 2.pdf
Arquitectos del Movimiento Moderno Pt. 2.pdfArquitectos del Movimiento Moderno Pt. 2.pdf
Arquitectos del Movimiento Moderno Pt. 2.pdfLeonardoDantasRivas
 
Espacios únicos creados por nuestros clientes
Espacios únicos creados por nuestros clientesEspacios únicos creados por nuestros clientes
Espacios únicos creados por nuestros clientesespejosflorida
 
Proceso de percepción visual y de reconocimiento
Proceso de percepción visual y de reconocimientoProceso de percepción visual y de reconocimiento
Proceso de percepción visual y de reconocimientoJorge Fernandez
 
Presentacion de 100 psicologos dijeron.pptx
Presentacion de 100 psicologos dijeron.pptxPresentacion de 100 psicologos dijeron.pptx
Presentacion de 100 psicologos dijeron.pptxbarbaracantuflr
 
PDU - PLAN DE DESARROLLO URBANO DE LA CIUDAD DE CHICLAYO
PDU - PLAN DE DESARROLLO URBANO DE LA CIUDAD DE CHICLAYOPDU - PLAN DE DESARROLLO URBANO DE LA CIUDAD DE CHICLAYO
PDU - PLAN DE DESARROLLO URBANO DE LA CIUDAD DE CHICLAYOManuelBustamante49
 
Torre 222 sobre instalaciones de este mismo edificio
Torre 222 sobre instalaciones de este mismo edificioTorre 222 sobre instalaciones de este mismo edificio
Torre 222 sobre instalaciones de este mismo edificio2021ArqROLDANBERNALD
 
INICIOS DEL MOVIMIENTO MODERNO 1900-1930.pdf
INICIOS DEL MOVIMIENTO MODERNO 1900-1930.pdfINICIOS DEL MOVIMIENTO MODERNO 1900-1930.pdf
INICIOS DEL MOVIMIENTO MODERNO 1900-1930.pdfBrbara57940
 
Jesus Diaz afiche Manierismo .pdf arquitectura
Jesus Diaz afiche Manierismo .pdf arquitecturaJesus Diaz afiche Manierismo .pdf arquitectura
Jesus Diaz afiche Manierismo .pdf arquitecturajesusgrosales12
 
Presentación Proyecto Vintage Scrapbook Marrón (1).pdf
Presentación Proyecto Vintage Scrapbook Marrón (1).pdfPresentación Proyecto Vintage Scrapbook Marrón (1).pdf
Presentación Proyecto Vintage Scrapbook Marrón (1).pdfAdrianaCarolinaMoral2
 
plantilla-de-messi-1.pdf es muy especial
plantilla-de-messi-1.pdf es muy especialplantilla-de-messi-1.pdf es muy especial
plantilla-de-messi-1.pdf es muy especialAndreaMlaga1
 
CERTIFICACIÓN DE CAPACITACIÓN PARA EL CENSO - tfdxwBRz6f3AP7QU.pdf
CERTIFICACIÓN DE CAPACITACIÓN PARA EL CENSO - tfdxwBRz6f3AP7QU.pdfCERTIFICACIÓN DE CAPACITACIÓN PARA EL CENSO - tfdxwBRz6f3AP7QU.pdf
CERTIFICACIÓN DE CAPACITACIÓN PARA EL CENSO - tfdxwBRz6f3AP7QU.pdfasnsdt
 
Brochure Tuna Haus _ Hecho para mascotas.pdf
Brochure Tuna Haus _ Hecho para mascotas.pdfBrochure Tuna Haus _ Hecho para mascotas.pdf
Brochure Tuna Haus _ Hecho para mascotas.pdfhellotunahaus
 
Diseño de sifones y alcantarillas para obras hidraulicas
Diseño de sifones y alcantarillas para obras hidraulicasDiseño de sifones y alcantarillas para obras hidraulicas
Diseño de sifones y alcantarillas para obras hidraulicasRiegosVeracruz
 
Geometrías de la imaginación: Diseño e iconografía de Querétaro
Geometrías de la imaginación: Diseño e iconografía de QuerétaroGeometrías de la imaginación: Diseño e iconografía de Querétaro
Geometrías de la imaginación: Diseño e iconografía de QuerétaroJuan Carlos Fonseca Mata
 

Último (20)

Topografía cuadro de construcción ing.civil
Topografía cuadro de construcción ing.civilTopografía cuadro de construcción ing.civil
Topografía cuadro de construcción ing.civil
 
Arte textil: Tejidos artesanos en la frontera hispano-lusa
Arte textil: Tejidos artesanos en la frontera hispano-lusaArte textil: Tejidos artesanos en la frontera hispano-lusa
Arte textil: Tejidos artesanos en la frontera hispano-lusa
 
diseño de plantas agroindustriales unidad
diseño de plantas agroindustriales unidaddiseño de plantas agroindustriales unidad
diseño de plantas agroindustriales unidad
 
guia de talles de camitas cucciolos 2024.pdf
guia de talles de camitas cucciolos 2024.pdfguia de talles de camitas cucciolos 2024.pdf
guia de talles de camitas cucciolos 2024.pdf
 
Afiche de arquitectura manierista Paola Perez
Afiche de arquitectura manierista Paola PerezAfiche de arquitectura manierista Paola Perez
Afiche de arquitectura manierista Paola Perez
 
Arquitectos del Movimiento Moderno Pt. 2.pdf
Arquitectos del Movimiento Moderno Pt. 2.pdfArquitectos del Movimiento Moderno Pt. 2.pdf
Arquitectos del Movimiento Moderno Pt. 2.pdf
 
Espacios únicos creados por nuestros clientes
Espacios únicos creados por nuestros clientesEspacios únicos creados por nuestros clientes
Espacios únicos creados por nuestros clientes
 
Proceso de percepción visual y de reconocimiento
Proceso de percepción visual y de reconocimientoProceso de percepción visual y de reconocimiento
Proceso de percepción visual y de reconocimiento
 
Presentacion de 100 psicologos dijeron.pptx
Presentacion de 100 psicologos dijeron.pptxPresentacion de 100 psicologos dijeron.pptx
Presentacion de 100 psicologos dijeron.pptx
 
PDU - PLAN DE DESARROLLO URBANO DE LA CIUDAD DE CHICLAYO
PDU - PLAN DE DESARROLLO URBANO DE LA CIUDAD DE CHICLAYOPDU - PLAN DE DESARROLLO URBANO DE LA CIUDAD DE CHICLAYO
PDU - PLAN DE DESARROLLO URBANO DE LA CIUDAD DE CHICLAYO
 
Torre 222 sobre instalaciones de este mismo edificio
Torre 222 sobre instalaciones de este mismo edificioTorre 222 sobre instalaciones de este mismo edificio
Torre 222 sobre instalaciones de este mismo edificio
 
INICIOS DEL MOVIMIENTO MODERNO 1900-1930.pdf
INICIOS DEL MOVIMIENTO MODERNO 1900-1930.pdfINICIOS DEL MOVIMIENTO MODERNO 1900-1930.pdf
INICIOS DEL MOVIMIENTO MODERNO 1900-1930.pdf
 
Jesus Diaz afiche Manierismo .pdf arquitectura
Jesus Diaz afiche Manierismo .pdf arquitecturaJesus Diaz afiche Manierismo .pdf arquitectura
Jesus Diaz afiche Manierismo .pdf arquitectura
 
Presentación Proyecto Vintage Scrapbook Marrón (1).pdf
Presentación Proyecto Vintage Scrapbook Marrón (1).pdfPresentación Proyecto Vintage Scrapbook Marrón (1).pdf
Presentación Proyecto Vintage Scrapbook Marrón (1).pdf
 
plantilla-de-messi-1.pdf es muy especial
plantilla-de-messi-1.pdf es muy especialplantilla-de-messi-1.pdf es muy especial
plantilla-de-messi-1.pdf es muy especial
 
CERTIFICACIÓN DE CAPACITACIÓN PARA EL CENSO - tfdxwBRz6f3AP7QU.pdf
CERTIFICACIÓN DE CAPACITACIÓN PARA EL CENSO - tfdxwBRz6f3AP7QU.pdfCERTIFICACIÓN DE CAPACITACIÓN PARA EL CENSO - tfdxwBRz6f3AP7QU.pdf
CERTIFICACIÓN DE CAPACITACIÓN PARA EL CENSO - tfdxwBRz6f3AP7QU.pdf
 
Brochure Tuna Haus _ Hecho para mascotas.pdf
Brochure Tuna Haus _ Hecho para mascotas.pdfBrochure Tuna Haus _ Hecho para mascotas.pdf
Brochure Tuna Haus _ Hecho para mascotas.pdf
 
Diseño de sifones y alcantarillas para obras hidraulicas
Diseño de sifones y alcantarillas para obras hidraulicasDiseño de sifones y alcantarillas para obras hidraulicas
Diseño de sifones y alcantarillas para obras hidraulicas
 
Geometrías de la imaginación: Diseño e iconografía de Querétaro
Geometrías de la imaginación: Diseño e iconografía de QuerétaroGeometrías de la imaginación: Diseño e iconografía de Querétaro
Geometrías de la imaginación: Diseño e iconografía de Querétaro
 
1.La locomoción de los seres vivos diseño
1.La locomoción de los seres vivos diseño1.La locomoción de los seres vivos diseño
1.La locomoción de los seres vivos diseño
 

slid1

  • 1. 1
  • 2. 2
  • 3. 3
  • 4. 4
  • 5. 5 La primera vez que a Shinya se le permitió conocer a su pro- metida fue cuanto tenía diez años de edad. Realmente se sentía extraño tener tu propia prometida y compañera de toda la vida, que además escogían por ti, a tan temprana edad, pero Shinya recordaba que su corazón latía con fuerza debido a la emoción de descubrir que finalmente se le permitiría conocerla. La chica –su prometida– ¿cómo era? ¿Sería hermosa? ¿Amable? ¿Podrían llevarse bien mutuamente? Decir que «tales pensamientos tan dulces similares al amor no estarían flotando en su cabeza» sería una mentira. Pensaba en ambos. En un futuro alegre. Momentos divertidos con su amor. Todos esos sueños llenaban su mente. —………. Pero, dicho eso, los sueños no iban a hacer que su corazón latiera con más fuerza. Después de todo, una intensa sensación de amor hacia una chica a la que nunca antes había conocido – era algo que realmente no sucedía. Más que eso, existía otra razón para que su corazón latiera más y más. Otra razón para su emoción. Se le había permitido conocer a su prometida – cuando escu- chó eso, lo que lo sacudió fue ese tipo de sentimiento de: …ah, viví, sobreviví sin morir. Diez años de edad. Ya a esa edad, él había asesinado muchas veces. Esos a los que él mato estaban en el mismo bote que él. Candidatos a prometi- dos de Mahiru Hiiragi, la jovencita de la Casa Hiiragi. Candidatos a prometidos que eventualmente se casarían con Mahiru Hiiragi y traerían a la vida a otro chico con un ADN excelente y superior para los Hiiragi. El proceso de selección comenzó cuando Shinya tenía cinco años de edad. Al principio, sin embargo, el proceso no fue ni cruel ni rudo. ¿Corres rápido? ¿Aprendes rápido? ¿Eres bendecido con los talentos en los hechizos? Shinya asistió a uno de los pocos jardines de niño en el país que era regidos por el «Mikado no Oni», un culto religioso lide- rado por la familia Hiiragi. Entre los diversos pequeños, él fue elegido para formar parte de un equipo seleccionado compuesto
  • 6. 6 completamente alegre. Era más talentoso que los demás. Era superior a otros. Reconocible. Un niño excelente. Un niño muy excelente. Eso se lo decían cada día, y su corazón latía de forma anticipada por la forma en cómo llegaría a ser mejor y derrotaría a los demás niños. Su placer llegaba del aprendizaje y memori- zación de varios hechizos y de los entrenamientos de su cuerpo. Pero un día, el director le dijo: — Shinya-kun, has sido un trabajador ejemplar y un exce- lente estudiante. ¡Por tal razón, la casa principal te ha llamado para que vayas a Tokio! ¡Buen trabajo! ¡Serás transferido a Tokio mañana, así que prepárate! Y desde ese día, no s ele permitió volver a su hogar. Escuchó que sus padres recibirían 300 millones de yenes por parte de los Hiiragi, y que su rango dentro del «Mikado no Oni» ascendería varios escalones. Escuchó que sus padres estuvieron extasiados que fueron elogiados por la casa principal. Pero, también se le dijo que no tendría permitido ver a sus padres, nunca más. Shin- ya lloró, aulló, y dijo que odiaba eso, que ya no quería nada, pero ningún adulto lo escuchó. Al contrario, solo decían que eso era un honor. Dijeron que no comentara cosas estúpidas. Pero su vida a partir de entonces se volvió extremadamente ruda y cruel. Tokio – Shibuya. Una vez que lo transfirieron a una de las instalaciones de allí, ya no tuvo tiempo de llorar. En la prueba que se realizaba una vez cada tres meses, eras eliminado si no alcazabas el 30%. En la competencia realizada una vez al año, donde se podía matar a los demás, te eliminaban si no ganabas. Si no ganas, mueres. Si no ganas, mueres. Si no ganas, mueres. Dicho de otro modo, una y solo una persona podía sobrevivir. Ya no recordaba cuantas personas eran cuando comenzó. Solo lo intentaba desesperadamente cada día. Aprender nuevos hechizos de magia. Aprender nuevos hechizo de ilusión. Obtener nuevas habilidades físicas. Una vez, de vez en cuando, se hacía amigo de alguien. Un amigo para celebrar su supervivencia juntos. Pero ese amigo era eliminado por no llegar al 30%.
  • 7. 7 Eso llenaba de temor a todos, y cada vez ponían más esfuer- zos, más que nunca. Conocía un amigo. Ese amigo moría. Conocía un amigo. Ese amigo moría. Al final, dejó de hacer amistades. Pero aun así, muchos fueron eliminados. Recordaba que comenzó a sonreír indiscretamente con el fin de manejar el enorme estrés. Quizá esa fue la mejor opción. Co- menzó a aprender hechizos a mayor velocidad que esos que co- menzaban a callarse, o esos que todo el tiempo estaban enojados. Sonreír le hacia la vida más eficiente. Más que eso, había veces cuando su oponente se autodestruía solo porque su rostro son- riente lo obstinaba. Sobrevivió desesperadamente con sonrisas indiscretas. Los oponentes se volvían más fuertes, y las batallas dolorosamente difíciles, pero sonreía y sobrevivía con desesperación. —…….. Luego, un día, cuando fue al edificio de entrenamientos, no vio más rostros familiares que él suyo. Un hombre extremada- mente anciano que se presentó como un instructor de la familia Hiiragi, quien le gritó una y otra vez a él y a los demás hasta el día de ayer, hoy, repentinamente, hizo una reverencia de respeto y le dijo: — Felicidades, Hiiragi Shinya-sama. Al final, usted fue el ele- gido para ser el prometido de Mahiru-sama. Fue llamado Hiiragi. El nombre de la casa principal – el nombre que lideraba la secta religiosa «Mikado no Oni», cuyas reglas y enseñanzas fue- ron seguidas por Shinya – ahora era parte de su propio nombre. Incluso la actitud del instructor era completamente distinta a la de antes. Parecía como si el instructor respetara realmente a Shinya, no, le diera miedo. A lo que el instructor le dijo, Shinya respondió sonriente. — ¿Entonces, ya no tengo que seguir compitiendo? — Así es. — ¿Sobreviví? — Si.
  • 8. 8 — Ah, lo hice… Al principio, no sintió nada especial. Fue muy repentino. Competir con los demás había sido una rutina, parte de su vida, y por eso, fue incapaz de reaccionar apropiadamente. Pero el instructor continuó: — Y muy pronto, su prometida, Mahiru-sama, estará aquí de visita. Ella misma pidió hacerlo. Parece que ella alberga un enor- me interés en usted, Shinya-sama. —………. — Deseamos grandemente que el encuentro de los dos futu- ros pilares de la familia Hiiragi se convierta en una experiencia hermosa. Habiendo dicho eso, el instructor se disculpó. Shinya quedó solo en el salón de entrenamientos vacío. Se le había dicho que conocería allí a su prometida. La conocería allí, donde los interminable baños de sangre tomaron lugar. Una vez se dijo eso, Shinya finalmente pudo sentirlo. Había sobrevivido. Pensó que el interminable baño de sangre seguiría por toda la eternidad. Pero finalmente sobrevivió. Al mismo tiempo, una chica apareció en la entrada del salón de entrenamientos, la cual estaba un poco alejada de Shinya. En una esquina de su mente, una muy pequeña, esos pensamientos brotaron. ¿Qué tipo de chica era su prometida? ¿Sería hermosa? ¿Amable? —………. Mahiru se acercó. Parecía exceder todas y cada una de las ideas que Shinya había tenido jamás. Un largo y brillante cabello color ceniza. Unos ojos dignos llenos de una poderosa determinación. Una piel completamente blanca, casi transparente. Elegante, calmada, y con una voz reso- nante y fría como el hielo. — ¿Entonces tu eres el que sobrevivió para plantar tus se- millas dentro de mí? Shinya hizo una reverencia. — Si. Por primera vez a sus servicios.
  • 9. 9 — ¿Te llamas…? — Me llamo Shinya. — Shinya… ¿y cómo se escribiría tu nombre en kanji? — Está escrito como profundo y noche. — Es uno poco común. — ¿En serio? No lo había notado. Después de todo, se encontraba allí a la corta edad de cin- co años. Ni siquiera tuvo tiempo para pensar en esas cosas. Pero ahora que se lo decían, parecía que sí, su nombre era poco co- mún. Con una sonrisa, Shinya miró a Mahiru y le dijo: — Pero, para una persona que vivirá bajo la sombra de usted, «Mahiru»-sama, quien irradia como un sol, creo que es un nom- bre ideal. Pero una vez que Mahiru escuchó eso, su rostro mostró un poco de disgusto. — Esa es una forma demasiado servil de ponerlo. Parecía que a Mahiru le disgustaba ese acercamiento. Pero Shinya necesitaba ser aceptado por ella. La única razón por la que se le era permitido existir en ese momento era debido a su estatus como prometido de Mahiru. Y Mahiru, al menos sintió interés por él y fue a ver a Shinya en persona. Luego, allí mismo, Shinya necesitaba impresionarla. Por eso, él pensó: ¿Qué tipo de actitud quería ella de él? ¿Qué tipo de chicos prefería? Sonriendo, Shinya exploró unas respuestas. — Lo lamento muchísimo. Acabo de descubrir que he so- brevivir, por eso no estoy muy seguro de cómo debería tratar a una persona de la familia Hiiragi… Pero Mahiru lo interrumpió y dijo: — ¡No siento interés alguno en ti, así que se tú mismo! Shinya miró el rostro de Mahiru. Observó y buscó que tipo de expresión estaba mostrando, qué tipo de pensamientos llenaban su mente. Ella era una Hiiragi. Desde el momento en que nació, se convirtió en un dios para los seguidores del «Mikado no Oni». De seguro ya estaba enfer- ma y cansada de la gente que trataba de absorberla. Por eso, probablemente era mejor impresionarla de forma distinta… Pero, como si cortara sus pensamientos, Mahiru habló:
  • 10. 10 — Ya tengo a una persona a quien amar. Por eso, no puedo aceptarte. Hoy solo vine para decirte eso. Parecía que esa era la realidad. Shinya miró a Mahiru. —…………….. No dijo nada. Las palabras sin cuidado eran peligrosas. Mahi- ru dijo que no lo elegiría. Pero si ese era el caso, Shinya no tendría valor alguno. Y hasta ayer, todos los que perdieron y ya no tenían valor eran eliminados. Pero Mahiru siguió su historia como si leyese los pensamien- tos de Shinya. — Ah, no tengas miedo de hablar libremente. Puedo ase- gurarte de que no hay vigilancia.
  • 11. 11
  • 12. 12 Shinya respondió: — No puedo confiar en eso. Ante esa respuesta, Mahiru sonrió un poco: — ¿Así es cómo hablas? Entonces, por favor, continúa. — ¿Es lo que prefieres? — Bueno, sí. Pero aun así no me enamoraría de ti. — ¿Hm? Que problemático. Y yo que sobreviví solo por esa razón. — Qué mal. — ¿No te puedes enamorar de mí? Escuchando eso, Mahiru volvió a sonreír un poco. — Dejando de lado el poder o no poder, apenas nos veni- mos conociendo. — Entonces todavía hay una oportunidad… — No la hay –lo rechazó inmediatamente. Mahiru dijo esas palabras de forma muy tranquila, y al mis- mo tiempo, Shinya fue capaz de sentir una poderosa determi- nación en su voz, tanta, que no le permitiría objeciones. Lo que significaba… — Si es así, entonces hoy me matarán… — No –dijo Mahiru sacudiendo la cabeza–, fingiré que esta- mos saliendo, que te estoy agarrando cariño. Ante esas palabras, Shinya pensó muchas cosas: ¿Por qué Mahiru hacia eso? ¿Qué razones tenia para venir a conocerlo? Pero la respuesta brotó de inmediato de la boca de Shinya. — Entonces, eso significa que la persona que amas no es per- mitida por la familia Hiiragi. Como si se sorprendiera un poco, los ojos de Mahiru se am- pliaron notablemente. Luego dijo: — Como era de esperar, eres inteligente. — Entonces me elegiste para encubrirte. Mahiru sonrió. Su rostro brilló notablemente como si pensar en la persona que amaba la hiciera feliz.
  • 13. 13 — Entonces, así es. Desde que escuché que eras de la Casa Hiiragi, me preguntaba qué tipo de persona serias. Y ahora que lo veo, solo eres una jovencita enamorada. — Si –rió Mahiru–. Solo soy una jovencita enamorada, na- cida en una casa en la que no se permite amar normalmente. — ¿Y te puedes llamar a ti misma una jovencita? — Jajaja. Como deseaba haber nacido como una niña nor- mal. —…………. — En una casa en la que se me permitiera amar a quien yo quisiera. Eso de desear haber nacido como un niño normal era lo mis- mo para Shinya. Matar a otros para sobrevivir. Ser eliminado si fallabas en la obtención de un buen resulta- do. No quería vivir mientras luchaba con tales miedos. — Pero, tú también –dijo Mahiru mientras miraba a Shin- ya.– ¿No estás feliz de no tener elección y salir con alguien a quien ni siquiera quieres? Shinya respondió a eso. — Si es con una chica encantadora como usted, Mahiru-sa- ma… — No me elogies, no es necesario. Mahiru lo interrumpió, pero Shinya seguía sonriendo. — No lo hago. Realmente eres bonita. Y aunque se dijo que nunca obtendré tu amor – incluso si hasta ahora no tenía interés alguno, estoy comenzando a desearlo, aunque sea un poco. —………. — Después de todo, nunca he perdido. Shinya apuntó al lugar donde estaban, esa instalación de en- trenamientos, donde lo forzaron a competir contra otros por el simple hecho de sobrevivir. Y todo desde los cinco años. — Tienes razón –sonrió Mahiru–. Porque si hubieses perdi- do, te habrían eliminado. — Por eso, estoy contento aun si solo estoy para encubrirte, al menos por ahora. Luego me ganaré tu corazón. Si. Hagámoslo. Esa será mi próxima meta. Pero, aun sonriendo, Mahiru miró a Shinya con lastima, lue- go dijo:
  • 14. 14 — Entonces, ¿te gustaría perder una vez, justo aquí? — ¿Eh? — Si pierdes una vez, ¿ya no seguirías obsesionado con eso? — ¿Pero que di…? Pero ya Mahiru se movía directamente hacia él. Sus movimientos eran frescos, pero no rápidos. Shinya abrió sus ojos a medio camino, miró en su dirección, y dijo: — ¿Esto es un Hiiragi? Pudo sentir su corazón enrollarse con un latido. ¿Fuimos for- zados a arriesgar nuestras vidas por una persona que solo puede moverse de esa forma? Shinya pudo sentir como perdía rápida- mente el interés y su deseo por ella. Mahiru levantó su puño. Fue fácil detenerla. Una persona con su nivel de habilidad habría sido eliminada hace mucho, mucho tiempo. Shinya levantó su mano, sujetó la mano de Mahiru. No, creyó haberlo hecho. Mahiru desapareció frente a sus ojos. Todo era una ilusión. En eso, alguien le tocó la espalda, y una voz fluyó por sus oídos. — Jajaja, ¿piensas plantar tus semillas en mí, teniendo este nivel? Ni siquiera fuiste capaz de tocarme. Ella estaba en otro nivel. A un nivel distinto al de los chicos con quien compitió hasta ayer. Ella era un oponente a quien no podía tomar a la ligera. Eso le hizo maldecir su estupidez. Probablemente era un talismán de papel con hechizos con- jurados pegados en su espalda. En eso Mahiru dijo suavemente: — Explota. Al mismo tiempo, Shinya se movió. Lo hizo con todas sus fuerzas. Se colocó un talismán en sí mismo para contratacar los hechizos y trató de minimizar el daño. Dio unos cuantos pasos y se volvió. Mahiru sonreía. Lo hacía tristemente.
  • 15. 15 Él simplemente no pudo encontrar aberturas en ella. Esta vez, sintió una presión distinta. Shinya y ella. ¿Quién sería el más fuerte? Probablemente. Lo más seguro. — Bueno, entonces esta vez, supongo que perdí, ¿no? Mahiru sonrió. — ¿Es tu primera derrota? Si es así, a partir de ahora te ha- rás más fuerte –y dijo. Pero ante eso, Shinya sonrió y respondió. — No. A estas alturas, al estar aquí, significa que perdí hace mucho tiempo. Desde el momento en que sus padres lo vendieron. Desde el momento en que no pudo escapar. Desde el momento en que no pudo rechazar el encuentro. Desde el momento en que dejó de vivir libremente. Desde eso, ya había perdido. Pero Mahiru era distinta. Esta chica sí que lo era. Ella llegó allí, no para perder. Sino para continuar amando a la persona a la que le habían prohibido que amara. Ella llegó hasta allí para elegir, con sus propias manos, su destino. — Por eso, tengo una pregunta –dijo Shinya. — ¿Cuál? — La persona que amas, ¿es más fuerte que tú? Mahiru sonrió con alegría. Lo hacía como si se divirtiese. El rostro dejaba ver que era el de una chica que está perdidamente enamorada. En ese momento, ella parecía la más atractiva. Era como si pensara en ello. Volvió ligeramente su cabeza a un lado y dijo: — Hmm, ¿Me pregunto… como es Guren? Ya sea fuerte o débil, sin embargo, no me hará cambiar de idea. — Eh, eso no es justo. Entonces no vendrá mi turno. Ante las palabras de Shinya, Mahiru volvió a reír. Una sonrisa brillante parecía a esa serena y tranquila tarde. — Guren es fuerte, probablemente. Más fuerte que yo. Mu- cho.
  • 16. 16 — ¿Entonces quieres a ese tal Guren? — Hmmm. — ¿Porque es fuerte? — Hmmm. — Ya veo. Es así. Bien, lo tengo. Actuaré como tu cómplice. Hasta que puedas estar con la persona que amas. Actuaré como tu cómplice en este lugar. — Bien –sonrió Mahiru alegremente–. Entonces, por favor, cuida de mí a partir de ahora, Hiiragi Shinya-san. — Solo llámame por mi nombre. Yo haré lo mismo. De esa forma seria menos sospechoso, ¿no? Por eso, Mahiru. Cuida de mí también. Una vez más, ante las palabras de Shinya, Mahiru sonrió: Su rostro era increíblemente hermoso. —……. Y allí, por primera vez, él sintió un poco de celos hacia Guren, a quien aún no conocía.
  • 17. 17 Guren Ichinose miraba la sangre que era retirada de su brazo. Cuando la aguja penetró, esta extrajo una sangre de color ne- gro que contenía una gran cantidad de dióxido de carbono. —…Guren-sama. La mujer científica le habló. Guren la miró. Allí, de pie, esta- ba una chica de unos veinte años de edad que vestía una bata de laboratorio blanca. Era una investigadora de maldiciones perteneciente al «Mi- kado no Tsuki» al cual estaba afiliado la Casa Ichinose – Mitsuki Iori. Cuando la quinta jeringa fue retirada, Mitsuki dijo: — Ahora la investigación está completa. — ¿Hm? Ah, gracias. Guren asintió, y desenrolló su manga. — Y, ¿para cuándo estarán listos los resultados de los exáme- nes? —…los demás investigadores ya han comenzado a investigar su estatus, Guren-sama, por ello ya ha habido algunos resultados. — Hm, ¿y? —…todo indica que hay veneno en su cuerpo. — ¿Qué tipo de veneno es? —……….. Tras un momento de silencio, Mitsuki respondió de inme- diato. — Es desconocido… pero parece que es un veneno casero que está inyectado con una maldición. En este estado, aun es no está claro que tipo de maldición es. — ¿Nuestras instalaciones de investigación es incapaz de ana- lizar esta maldición avanzada? —…así parece. — ¿Eres capaz de investigarlo detalladamente? — ¡Claro! Por favor, déjenos seguir trabajando. ¡Seguiremos erosionado el veneno en su cuerpo, Guren-sama!
  • 18. 18 Guren miró con ojos entrecerrados la expresión determinada en el rostro de Mitsuki, y en eso pensó en otro rostro. El rostro de la chica que había colocado el veneno en él. El hermoso rostro de Mahiru Hiiragi. Ella estaba empeñada en hacer hasta lo imposible y sellar con éxito el «Demonio» en el arma usando el «Kiju». No, parece más bien que ya tiene una habilidad de combate considerable. Sin importar qué, fui capaz de cortar a un miem- bro de la aristocracia vampírica abrumadoramente poderoso al cual los humanos nunca habrían sido capaz de igualar. Esto ya se encuentra significativamente más allá de la ciencia y tecnología actual, y el poder normal actual de las maldiciones. —……. Guren lo volvió a recordar. La sonrisa de Mahiru, y lo que ella le había dicho: — Pero ya no eres humano. Tu brazo fue cortado y aun así fue capaz de volver a unirse. En tu alma, ya tienes una mezcla del «Demonio». Por eso, al final, se romperá. Al igual que yo, tu corazón se destrozado por la oscuridad. Ah, Guren. Parece que nunca nos separaremos. Convirtámonos juntos en demonios, ¿sí? Demonio. Veneno de Demonio. Veneno «Kiju». Guren se tocó suavemente el lugar donde su brazo había sido cortado, y que ahora estaba sanamente unido. En eso, Mitsuki habló: — Guren-sama, ¿puedo decir algo? — ¿Qué es? — Por favor, permita que el veneno sea experimentado en unos cuantos sujetos humanos más. —………… — Aunque actualmente el «Mikado no Tsuki» no permite ta- les experimentos… Pero antes de poder finalizar, Guren sacudió su cabeza: — No. — Pero, para resolver esto, es…
  • 19. 19 — No, no lo permito. Soy el único con quien deben experi- mentar. ¿No es suficiente? –respondió Guren. No, claro, es imposible. Para llevar a cabo una investigación de maldiciones así, lo esencial seria la experimentación humana, sin embargo, debido a esto, tales experimentos fueron prohibidos. Y no fue el «Mikado no Tsuki» quien promovió esa prohibición. No, sino los maestros arrogantes – para ser exactos, los dirigidos por la Casa Hiiragi, es decir, el «Mikado no Oni». Si la Casa Ichinose comienza la experimentación humana, y si se sabe que llevamos a cabo la investigación de la maldición prohibida, entonces eso se convertiría en una declaración de gue- rra contra el «Mikado no Oni». Si ese fuese el caso, el «Mikado no Tsuki» seria derrotado al instante. La brecha de poder es inmen- sa. Por eso… —…úsenme solo a mí. En curarme – usen esa única razón para investigar también. Pero Mitsuki dejó ver una expresión de descontento. — ¡No puedo hacer eso! ¡La toxina ahora está erosionando de su cuerpo, Guren-sama! ¡Esta es una investigación urgente…! — ¡Te dije que no! –gritó Guren, y Mitsuki se detuvo. En eso, Guren volvió a decirle. — Una vez que inicies la experimentación humana, no podrás parar, ¿cierto? Investigar una nueva maldición, usar un nuevo ex- perimento, crear nuevos poderes, el poder, el poder… y luego, ¿qué sigue? Serás consumida por ese poder, o serás derrotada por la Casa Hiiragi. Sea cual sea el caso, el resultado es la destrucción. Guren pensó en Mahiru. — Guren, me gustas. Obsesionada por el poder, Mahiru colapsó. — Me gustas, Guren. Tu y yo somos iguales, donde la locura y los demonios viven dentro de nosotros. — Mitsuki –dijo Guren–, aún no hemos llegado a ese estado. No uses la experimentación humana. —……….. — Solo úsame como sujeto de pruebas. Experimentar con- migo es suficiente. No es necesario completar la investigación «Kiju». Con encontrar la forma de contrarrestar la toxina es su- ficiente… En eso, Mitsuki sonrió:
  • 20. 20 — Guren-sama. — ¿Hm? — Soy igual que usted, Guren-sama. Mi tipo de sangre es «A». — ¿Y…? ¿Qué? Quise preguntar, pero lo que Mitsuki planeaba hacer, era algo que ya me imaginaba. — Detente… Pero ya era demasiado tarde. Sus manos sujetaban la jeringa. Dentro de esta estaba la sangre de Guren. Mitsuki introdujo la aguja en su muñeca. —…no puedo dejar que usted se convierta en un material de pruebas -e inyectó la sangre. — ¡Idiota! –Guren sujetó la jeringa, pero ya la sangre había sido inyectada. Claro, existía una posibilidad de que nada sucediera. Al mez- clar la sangre de Guren, podría no surgir resultado alguno. No, en realidad, Mitsuki sonríe. —…de esta forma, la experimentación puede llevarse a cabo un poco más. Usando mi cuerpo como material experimental… —……….. Pero, con eso, Mitsuki fue incapaz de continuar. Su expresión cambió por completo. Su cuerpo temblaba, colocó su mano dere- cha sobre la izquierda, donde la sangre había sido inyectada. — ¿…qué es…esto… tan poderoso…? –gritaba–. Este po- der… yo… no puedo, no quiero… Su mano izquierda se hinchó. La maldición de la espada cu- brió su mano. Al levantarla, notó que se parecía a la mano de un demonio. — ¿Cómo? No puedo, controlar esto… En eso, Guren sacó su espada. Esa espada que obtuvo de Hiiragi Kureto, la espada demoniaca «Hakushi». Cortó el brazo mutado de Mitsuki. Pero la mano izquierda comenzó a hinchar- se más y más. Desde donde cortó, patas de araña comenzaron a emerger, levantándose. La mano que fue cortada ya era más grande que una camilla del laboratorio. En la palma, había tres ojos. También una boca llena de dien- tes apareció – la cual quiso tragarse a Mitsuki:
  • 21. 21 — ¡¡Vete al infierno!! Una vez más, Guren usó todo su poder y volvió a levantar la espada. La clavó entre el dedo medio y el anular, cortando toda la mano. La espada realizó una curva. En ese instante, el monstruo de tres ojos lo miró. Luego abrió su boca, y habló con una voz baja y ahogada. — ¿…qué es esto, tu también eres un «Demonio»? — ¡Cállate, monstruo! –habló Guren, y volvió a cortar la mano. Esta cayó en silencio. Fue un corte en forma de cruz, y cayó en la cama. Esta vez, las puertas del laboratorio se abrieron, y unos cuan- tos investigadores con batas blancas entraron.
  • 22. 22
  • 23. 23 — ¡Guren-sama! — ¡Guren-sama! — Olvídense de mí. ¡Traten a Mitsuki! Guren les dijo a los demás investigadores. Se volvió a ver a Mitsuki, quien había caído tendida en la cama. Había perdido su brazo. Varios talismanes fueron fijados en la zona de corte. Parecía que ya el sangrado estaba detenido. Los investigadores quisieron mover a Mitsuki. Pero ella no estaba escuchando lo que la gente a su alrededor le decía. Miró sobre la cama, la enorme mano que había sido envenenada… —…que poderoso. Este tipo de poder… ¿qué está pasando? Nunca lo había visto… necesito… estudiarlo. Ya había perdido su brazo. Ya no podía controlar el poder. Pero aun así tenía una expresión placentera al hablar. En eso, Guren volvió a pensar en las palabras de Mahiru: — No puedes resistir el deseo de poder. Esa sed de poder. Pues tu y yo somos iguales, vivimos en las profundidades de la cueva sin fin… La arrogancia en la infección. El deseo por la infección. Varios investigadores estaban mirando el cuerpo del demo- nio que estaba en la cama, interesados. Alguien quiso tocarlo, pero Mitsuki habló: — No lo toques. Eso sigue siendo contagioso. A partir de ahora tienen que llevar uniformes anti maldiciones. Ella fue apoyada por los otros investigadores, y luego miró a Guren. — Guren-sama, es vergonzoso que me vea de esta forma. Pero, una sola palabra y progresaré con la investigación. Esta mis- teriosa maldición la revelaré para usted. Guren quiso reírse de sus palabras, y dijo: —…acabas de perder un brazo, ¿y aun dices eso? Pero Mitsuki malinterpretó esas palabras, pensó que la elo- giaban, y por eso sonrió. — Con el fin de que la humanidad progrese… con el fin de que el «Mikado no Tsuki», liderado por usted, Guren-sama, sea más poderoso, un sacrificio es necesario.
  • 24. 24 Si hubiese un espía Hiiragi entre ellos, eso habría sido trata- do como un «intento de rebelión» y el «Mikado no Tsuki» habría sido eliminado. Sin embargo, cada investigador en ese cuarto Gu- ren los conocía desde su infancia. Sin importar qué, el lugar estaba lejos de la base Hiiragi – en Shibuya solo había personas del «Mikado no Tsuki» viviendo el pueblo montañoso del distrito Aichi. Y ellos estaban en el centro del sótano de la mansión Ichinose, en el laboratorio de investiga- ciones. — ¿La humanidad? Parece que es un poco indulgente hablar así –dijo Guren. En eso, Mitsuki rió: — Para los investigadores, todos son iguales… bien, escu- chen, comencemos. Ya al menos tenemos un comienzo para este experimento. Y, ¿Guren-sama? — ¿Qué? — Es la hora. Guren miró el reloj en la habitación. Era la una de la mañana. Si quiero llegar a la escuela Hiiragi, debo partir ahora. —…yo volveré. Continua con la investigación –asintió Gu- ren. — Si, obtendré resultados para usted. — No te apresures. Si la situación se vuelve riesgosa… En eso, Mitsuki respondió: — Tendremos mucha precaución para que la Casa Hiiragi no lo descubra… bien, comprendo. Hoy fui un poco valiente. Fue porque quise establecer algo de información frente a usted, Gu- ren-sama. Con que era eso. Aunque ella quería investigar muy en serio «Kiju», ella no tuvo la aprobación para ello. Por eso es que ella quiso realizar tal movimiento frente a mí… no. — ¿…no me digas que todos los que están aquí sienten lo mis- mo? —………. Todos se notaban nerviosos. Bueno, es natural. Pues todos saben en lo que estarían invo- lucrándose. Camaradas. Mitsuki Iori – aunque ella sabe que puede morir, aun siguió adelante con esas cosas, con descuido.
  • 25. 25 Guren miró el exterior de la habitación. Ya había unos cuan- tos soldados del «Mikado no Tsuki» en sus labores. Todos ellos eran conocidos. Parece que estamos reuniendo mucha fuerza. —…..Guren-sama –dijo Mitsuki–. Si este experimento llega a ser exitoso, el anhelado deseo del «Mikado no Tsuki» finalmente será… — Ya basta, Mitsuki –la interrumpió Guren. Él comprendió lo que ella estaba por decir. El deseo del «Mikado no Tsuki» - es simplemente erradicar por completo al «Mikado no Oni». Dejar de ser utilizados, humi- llados e insultados. Y ahora, justo frente a nosotros se encuentra la posibilidad de alcanzar tal anhelado deseo. Por esa razón… —………….. Mitsuki y los demás ya han perdido el control. Lo mismo pasó con Mahiru. Quedó completamente infectada con la arrogancia. Una vez que empecemos, es muy seguro que la Casa Hiiragi lo descubra. Todos seriamos asesinados en caso de que nos ex- pongan. Y a pesar de saberlo… — ¿…están listos para luchar contra la Casa Hiiragi? — No tenemos intención alguna de dejarlo luchar solo, Gu- ren-sama –respondió Mitsuki. —…….. — Aunque nuestros padres son leales al suyo, es decir, a Ichi- nose Sakae-sama – nosotros somos fieles a usted. —………. — Pero lo más importante, luego que Sakae-sama fuese tor- turado por la Casa Hiiragi, nuestra determinación aumentó. No queremos que nos vuelvan a humillar… Pero, Guren, sin dejarla terminar, dijo: —…suficiente. Lo entiendo. Ahora puedes parar. — Pero. — No, esto es suficiente. No voy a aceptar tus expectativas. La expresión de Mitsuki se tornó clara. Una expresión alegre emergió del rostro de los investigadores. Retar a una organización que es 1000 veces más fuerte que ellos, eso es suicidarse. Para lograr esa meta se necesita arrogan- cia. Pero…
  • 26. 26 —…minimicen las pruebas humanas. Queremos ganar mien- tras mantengamos un estado racional. — Pero. — Nada de peros. Esta es una orden. Si llegamos a ser descu- biertos de inmediato por la Casa Hiiragi, las cosas se complica- rían. Por eso, no hagan nada demasiado obvio. —…………. — En cuanto a la declaración de guerra, es algo que yo deci- diré. — Pero, llevar a cabo eso de forma tan calmada… — Si quieres hacerlo –la interrumpió Guren–, entonces hazlo dentro de un año. De repente, todos los investigadores se alarmaron, pues ya se encontraban a mediados de agosto. Por eso hacerlo dentro de un año, antes de comenzar la gue- rra, eso sería en solo cuatro meses. Pero con el fin de mantener esto como un secreto para la Casa Hiiragi, ese sería el tiempo límite. Incluso Mahiru lo dijo: — Déjame decirte un secreto, el mundo será destruido este año, en Navidad. — Las campanas del apocalipsis sonaran y el virus se propa- gará. Por eso es que el mundo necesita hacerse más fuerte. El virus – eso significa que hay una posibilidad de lucha bio- lógica. Con respecto a la escala de la destrucción, parece que todo el mundo se verá involucrado. Aunque no sé cómo la «Secta Hyakuya» va a encargarse de esto, el sentido común me dice que ellos pueden tener la vacuna. Y solo con el fin de amenazar al mundo. Si no se rinden ante nosotros, todos morirán – quizá todo termine así. Pues la «Secta Hyakuya» es una organización a nivel mundial. Por eso, la posibilidad de que eso pase, existe. Por esta razón, la «Secta Hyakuya» ha comenzado la guerra. Ya queda muy poco tiempo antes de que el mundo sea des- truido, por eso, ellos no se preocupan por el poder de los demás y dieron inicio a la guerra contra el «Mikado no Oni». —…ah. El día de Navidad, ¿habrá un ángel de los cielos que tendrá parte en la destrucción del mundo? Tienes que estar bro- meando, después de todo, esto es Japón –dijo Guren, sonriendo.
  • 27. 27 Por eso, antes de que sea demasiado tarde, tengo que obtener más poder en mis manos. Ya no queda tiempo. El tiempo no es- pera a nadie. Eso lo entendía muy bien. Luego, le dijo a Mitsuki. — Entonces, queda así. Discretamente, constantemente y rá- pidamente. — ¡Sí! Todos respondieron. Ahora las cosas están en movimiento. Ahora que hemos co- menzado una rebelión contra la Casa Hiiragi, me temo que no seré capaz de detenerlo. ◆ ◆ ◆ Tras salir del laboratorio, las que siempre permanecían a un lado de Guren llegaron, se abrían paso entre los soldados. Hanayori Sayuri y Yukimi Shigure. Ambas tenían expresiones de preocupación. — ¡Guren-sama! –habló Sayuri–. ¡¿Qué demonios sucedió luego que lo dejáramos?! En eso, Shigure miró dentro de la habitación y vio a los inves- tigadores trabajar con agitación y se volvió hacia Sayuri y le dijo: — Iori Mitsuki perdió su brazo. Y también está el cuerpo de un monstruo extraño allí dentro. Sayuri, miró con sorpresa a Shigure, luego dijo: — ¡….Guren-sama! ¿Acaso nos está ocultando algo? — No tienen que saberlo… –dijo Guren sacudiendo su ca- beza. Pero Shigure lo interrumpió, y dijo con una expresión fría. — Esto es inaceptable. Estamos aquí para protegerlo, Gu- ren-sama. Si no comprendemos bien la situación, no podremos lograrlo… — Es cierto. Por eso que no se los diré. Son las más cercanas a mí protegiéndome en la escuela Hiiragi. Por eso, trataré en lo po- sible de no contarles nada a ustedes. Si se los hago saber, la Casa Hiiragi les sacará esa información… — No es un problema –respondió Sayuri de inmediato–. Si nos atrapan, nos suicidaremos de inmediato. Shigure estuvo de acuerdo.
  • 28. 28 — Por eso es que… — ¡JA! –rió Guren–, ¿tienen la determinación para suicidar- se? No subestimen a la Casa Hiiragi. Si ustedes conocen la situa- ción, no podrán dejar este cuarto. Me conseguiría un reemplazo. Por eso, si quieren estar a mi lado, entonces es mejor que se que- den tranquilas. Sayuri y Shigure se miraron entre sí. Luego, tras un momento, ambas hablaron. — Entonces, con el fin de estar cerca de usted todo el tiem- po… — Así es. Guren avanzó, dejándolas atrás. — Volveré a Tokio. ¿Dónde está el carro? — Ya está todo listo. — Bueno, vayámonos. Mañana tenemos que ir a la escuela. Con eso, Guren avanzó.
  • 29. 29 — Este es Ichinose Guren-sama. Eso fue lo que se escuchó en uno de los salones de la Secun- daria Shibuya. Hasta hace poco, todos allí habían sido un enemigo. Los que lo saludaban eran regaños, ignorancia, y una botella de refresco lanzada de Dios sabe dónde… Al abrir la puerta del salón de clases, había unos cuantos es- tudiantes susurrando en el pasillo. — Escuché que fue elegido como el subordinado directo de Kureto-sama. — Ellos dicen que oculta su verdadera fuerza, pero que fue descubierta por Kureto-sama. — También se lleva bien con Shinya-sama, y su fuerza tam- bién ha sido reconocida por esos dos de la Casa Jūjō y la Casa Goshi. — ¡¿Entonces qué idiota fue el que dijo que él era una rata de mala familia?! — ¡Tú mismo lo dijiste! — ¡No jodas! ¡No fui yo! Guren, sin embargo, estaba ignorando esas conversaciones molestas. Se sentó en su puesto, apoyó su rostro sobre su mano y comenzó a soñar. Era evidente que no había dormido. Durante toda la noche, él estuvo en el puesto trasero de un vehículo en la Autopista Tomei, con destino a Tokio desde Aichi a 150 kilómetros por hora. Durante ese tiempo, su mente estaba centrada en lo que podría pasar en el futuro, y por eso, no fue capaz de dormir bien. —………. Guren abrió sus ojos, medio dormido, y miró por la ventana. Aunque desde el salón de clases no podía sentirlo, debido al excelente aire acondicionado, afuera estaba tan caliente que todo parecía estar envuelto por una cortina de calor. Hoy era 20 de agosto. Para las escuelas normales, podrían ser las vacaciones de ve- rano, pero en esta escuela, tales descansos no existían.
  • 30. 30 De acuerdo a las noticias, la temperatura en esos días había alcanzado un nuevo incremento. ¿Por qué estaba tan caliente? Si el calor persistía, podría hacer que la comida almacenada se dañara, pero ya que, al fin y al cabo, el mundo se acabaría en navidad, preocuparse porque la comida se dañe, sería algo com- pletamente inútil. — ¡….Guren! ¡Guren! Alguien dijo su nombre. Pero Guren no lo notó y siguió mi- rando por la ventana. El propietario de la voz se enojó y golpeó la mesa con fuerza. — ¡Oye, Ichinose Guren! ¡¿Por qué estás ignorando mis pre- guntas?! Impacientemente, Guren miró hacia la fuente del ruido. Allí había una chica de su clase. Su rasgo más notable era su brillante cabellera roja, una mirada fuerte, y una piel pálida. Se trataba de la hija de la prestigiosa familia Jūjō – Mito Jūjō. — Todos los días –continuó–, no entrenas y siempre tienes esa actitud estúpida y aturdida… ¿acaso la fama de que Kure- to-sama te haya notado te volvió arrogante? — ¿…quien es arrogante? Contestó Guren, y Mito respondió con rabia. — ¡Estoy hablando de ti! ¡Ichinose Guren! ¡En clases actúas como si no hubiese nadie a tu alrededor, dúrate las clases de edu- cación física y hechizos no usas tu verdadero poder! ¿Qué demo- nios quieres? Ante esas preguntas, Guren se preguntaba en cómo respon- der. En primer lugar, el contenido que cubrían las clases se encon- traba por debajo de su nivel intelectual. Simplemente no había nada que valiese la pena aprender. Sin embargo, todos allí eran sus enemigos, por eso, no existía la necesidad de que sus enemigos vieran su verdadero poder. Y por eso, todos los días, él actuaba ociosamente y fingía ser un imbécil – pero incluso si él explicaba todo eso, ella probable- mente no lo entendería. En la familia Hiiragi, tener valor o ser famoso – ante la gente de allí, era algo que debía celebrarse. Por lo tanto, que Guren se volviera arrogante u orgulloso no era sorprendente, pues era algo que digno de sentirse orgulloso. ¿Entonces era mejor actuar alegre? Sin embargo, fuese su te- rrible actitud o que su fuerza real estuviese oculta, ambas cosas
  • 31. 31 En medio de esos pensamientos, inesperadamente… —…uwah~ Un bostezo se escapó de su boca. Esto enojó aún más a Mito. — ¿Qué tipo de actitud es esa? — Tus aullidos me provocan dolor en los oídos. — Primero que todo, hace poco, durante el entrenamiento físico, vi que, de inmediato, perdiste ante un compañero de cla- ses… ¿cómo es posible? ¡Tú fuerza no debería ser tan baja! Guren se encogió de hombros. — No, realmente tengo mucha fuerza. Eso la enojó aún más. — ¡Esa es exactamente el tipo de actitud que hace que los demás les duela la cabeza! — ¿Les duela la cabeza? ¿Por qué? ¡No tienes razones para que eso te pase! Mito habló con más intensidad. — ¡Por supuesto que sí! ¡Si andas de ocioso, aquellos de las familias prestigiosas que se la pasan contigo, también son objetos de burla y pena, ¿no lo has notado?! No era una sorpresa que estuviese tan enojada. En otras palabras, siendo subordinado de Kureto, Guren aho- ra había hecho grupo con Mito y Goshi, por lo que, si su mala ac- titud era vista, él también arrastraría la reputación de los demás. Guren sonrió y dijo: — ¿Y por qué tengo que preocuparme de tú reputación? — Porque… todos somos subordinados de Kureto-sama, en un futuro también seremos compañeros de trabajo, por eso… Sin embargo, Guren no siguió escuchando. Compañeros. ¿Ellos eran compañeros? Los compañeros de Kureto-sama, ¿compañeros? Ciertamente es una fortuna se ele- gido personalmente por Kureto-sama para ser su subordinado. Eso era lo que Guren pensaba.
  • 32. 32 —…jajaja –Guren rió con auto desprecio, antes de bostezar y seguir apoyando su cabeza sobre su mano. — ¡Oye, Guren! –gritó Mito. El chico sentado a un lado co- menzó a reir. Era Hiiragi Shinya. Vamos, Mito-chan, no lo interrumpas más. No es como si su actitud decepcionante y ociosa fuese algo nuevo. Mito mostró una expresión de respeto hacia alguien de la fa- milia Hiiragi. — Ah, Shinya-sama. Pero… — En fin, para alguien de su calibre, el programa enseñado en esta institución debe ser inútil, ¿cierto? ¿Guren? ¿Estás de acuer- do? —………. Cuando Guren ignoró a Shinya, Mito se enojó una vez más. — ¡Oye, tú! ¡¿Cómo te atreves a ignorar las palabras de Shin- ya-sama?! Escuchando ese grito furioso, la gente de fuera comenzó a susurrar. — Oye, parece que el rumor era cierto. Realmente se lleva muy bien con Shinya-sama y esa chica de la Familia Jūjō. — Entonces, ¿eso significa que la rebelde familia secundaria Ichinose ha jurado lealtad a la familia Hiiragi… a Kureto-sama? Al oír esa voz. —……… Guren nuevamente miró por la ventana y se mordió suave- mente el labio. En el pasado, la familia Ichinose había sido la más fiel a la familia Hiiragi, y entre las familia secundarias, habían sido la más prestigiosa y poderosa. Pero hace 500 años – ellos se dividieron de la familia Hiiragi y establecieron la secta religiosa «Mikado no Tsuki». Con respecto a la situación de ese entonces, no hay reportes exactos, pero la razón era algo que todos conocían muy bien. La única razón era, una simple historia de amor. Una trágica historia de amor. Una vez hubo una hermosa chica Ichinose, y dos de los hijos de los Hiiragi –el mayor y el segundo– compitieron para ver a quien prefería.
  • 33. 33 Luego de una serie de eventos complicados, el segundo hijo, con éxitos, se ganó el afecto de la chica. De acuerdo a la leyenda, el hijo mayor no fue capaz de aceptar esa realidad. Por eso, una noche, el hijo mayor violo a la chica, la embarazó y castró al segundo hijo. Luego de eso, el hijo mayor tuvo a su propio hijo, la chica y el segundo hijo fueron echados de la familia. El segundo hijo, exiliado, junto a la chica Ichinose, estable- cieron la nueva secta religiosa «Mikado no Tsuki». Sin embargo, su derrota fue aparente. Después de todo, cuando todo fue dicho y hecho, el hijo mayor siguió siendo el heredero de la familia Hi- iragi. El que lideraba el «Mikado no Oni» era el heredero de la fa- milia Hiiragi. Sin embargo, el hijo mayor no destruyó la organización es- tablecida por su hermano y la chica Ichinose. La razón: para hu- millarlos. Por eso, esa chica Ichinose que no lo eligió, y su hermano menor que lo traicionó, serian productos de burla y desprecio por toda la eternidad. Él les permitió vivir para que sufrieran la humillación. Para que sus descendientes tuviesen que soportar siempre el desprecio de otros. Claro, el hijo castrado no podría procrear hijos con la chica. Por tal razón, el niño nacido de la violación del segundo hijo – el chico Hiiragi se convirtió en el hijo adoptado y heredero del «Mi- kado no Tsuki». El segundo hijo siempre fue rechazado. La chica también lo fue. Sin embargo, ambos siguieron amándose profundamente. Aunque todo lo demás le fuese arrebatado. Todas las familias los humillaban. La humillación fue el pre- cio de la traición. El precio de haber traicionado a la familia Hii- ragi. Y por eso, todas las familias se acostumbraron a despreciar a la familia Ichinose. Por eso es que los Ichinose siempre eran ratas. Desde el mo- mento en que nacían, eran sucias y asquerosas ratas. Pero fue solo con el tiempo, que esto terminó convirtiéndose en una leyenda urbana.
  • 34. 34 Para la nueva generación de Guren y esos de la familia Hiira- gi, eso ya no era un tema de importancia. Por eso fue que Kureto podía darle órdenes de forma muy calmada a Guren. El hijo mayor de la Casa Hiiragi había perdo- nado a la Casa Ichinose. Mientras eso pudiese verse como una tradición violada, aún era algo razonable de hacer. En fin, esas cosas como las historias de amor de los ancestros, no eran algo de qué preocuparse. Ser el solitario entre las diez familias, incluyendo a los Ichi- nose, Nii, Sanguu, Shijin, Goshi, Rikudō, Shichikai, Hakke, Kuki y Jūjō; los Ichinose deberían ser los más fuertes. Si esa familia siguiera hoy a Kureto – esto fuese lo suficien- temente importante para ser un tema considerable de discusión. Podría deberse a su naturaleza controladora que Kureto tomó a Guren bajo su ala. El receso estaba por terminar, y la clase seria retomada. Por tal razón, Mito, indignada, volvió a su asiento. Cuando lo hizo, fue regañada por Goshi. — Realmente no aprendes, ¿eh? ¿Por qué te preocupas por Guren? O es que te gusta… — ¡Cállate! Goshi solo había logrado hablar a medias antes de ser golpea- do. Luego rió. Sin embargo, el resto de la clase no se atrevió a reírse. Ellos tenían miedo de que la venganza llegase por haberse reído de un miembro de las familias de élite. Y por eso, todos solo pudieron mostrar sonrisas sinceras y amables. Al final, ya fuese Jūjō o Goshi, ambos eran venerados por los demás. Ya profesora, colocándose de pie en el podio, dio inicio al cuarto periodo del día. Esta clase trataba sobre el contrataque y manejo de magia oc- cidental, un tema al que Guren le interesaba un poco. Shinya, sentado junto a él, le dio una ligera palmada en el hombro: — Oye, Guren. —………. — Oye. — Que fastidioso.
  • 35. 35 — Bueno, esta es la clase. Así que trata de hablar con suavi- dad, ¿bien? — Eso no fue lo que quise decir. Pero Shinya acercó un poco más su silla, se inclinó hacia Gu- ren y le susurró al oído. — ¿…si estoy hablando tan suave, haré enojar a la profesora? Guren se volvió, estaba completamente irritado. Shinya aun sonreía ampliamente. En esta escuela, no había profesores que se atreviesen a mostrar su ira hacia esos que llevaban el apellido Hiiragi. Shinya solo dijo eso por diversión. Guren no dijo una sola palabra. Que Shinya lo irritara, era algo perfectamente normal, por eso, no había necesidad de res- ponder. Aun así, Shinya no parecía preocupado, y siguió susurrándole al oído. — Esta noche, la «Secta Hyakuya» vendrá. ¿Entonces, dónde deberíamos vernos? En ese instante, Guren no pudo evitar abrir sus ojos de par en par, y plantar su mirada en Shinya. Eso no era algo que debiera decirse en una escuela regida por el «Mikado no Oni». Si a ellos los escucharan, serian arrestados y torturados de inmediato. Sin embargo, Shinya seguía sonriendo como siempre. Era evidente, que antes de decir eso ya él hubiese hecho preparativos incalculables. Si era así… —…no me asustes así –dijo Guren, pero Shinya volvió a son- reír. — Eso es porque no es bueno que siempre andes ignorando a la gente, y haciendo enojar a Mito-chan. — Déjate de bromas. No me interesa llevarme bien contigo –dijo Guren, lanzándole una mirada seria a Shinya. — No bromeo. Tampoco estoy interesado en juegos sin sen- tido. Guren miró a Shinya. Este último sonrió, y dejó de mirar a Guren. Guren no tenía inclinación a confiar en Shinya.
  • 36. 36 Guren no tenía inclinación a confiar en Shinya. Shinya le había dado el pedazo de la quimera llamada «Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis» que Mahiru había dejado atrás, por eso, existía un nivel hasta donde pudiese confiar en él, pero si baja su guardia, él podría aprovecharse. Por esa razón, era necesario actuar con cautela. —…….. Guren no respondió. Tomando la iniciativa, Shinya colocó un trozo de papel en la mesa. En él, estaba escrito la dirección del encuentro de esa noche. Shinya había dejado sus huellas en ese trozo de papel. Si Gu- ren se lo entregaba a Kureto, el lugar donde ellos se reunirían con la «Secta Hyakuya» seria emboscado por la familia Hiiragi, y hasta ese día también viviría Shinya. En otras palabras, Shinya le había mostrado su debilidad al oponente. Sorprendido, Guren preguntó. — ¿…por qué confías en mí? — ¿Por qué en lugar de ello no dices que estas asombrado por mi estado de alerta? — Porque tu rostro me irrita. — Jajajaja. ¿Aunque parezca tan amigable? — Cállate. —….en fin, podrás no saber nada de mí, pero siempre he es- cuchado de ti. —…….. — Desde muy joven. Desde el primer momento en que cono- cí a Mahiru… pues ella siempre hablaba de ti –dijo Shinya. Guren solo pudo reír con frialdad. — Entonces, ¿te volviste loco con los celos? Realmente te gus- ta Mahiru, ¿no? En respuesta, Shinya sonrió ligeramente. — Para ser precisos, tengo buenos sentimientos hacia Mahi- ru, pero no me gusta hasta ese nivel. —…hmph — Pero, si estoy realmente celoso de ti. — ¿Eh? ¿Por qué? — Siempre me estuve imaginando cómo eras. Me pregunta- ba si aparecerías frente a mí, sobre cuál de nosotros sería el más fuerte, y como era tu apariencia, y otras cosas.
  • 37. 37 Eso hizo que Guren recodara el momento en que entró por primera vez a la escuela. Cuando Shinya le lanzó un ataque sor- presa. Claro, incluso ahora no podía determinar la certeza de sus palabras, pero quizá, en cierto nivel, él era honesto. Aun así, Guren tomó el papel que Shinya dejo en su mesa y lo deslizó en su bolsillo, teniendo cuidado de preservar las huellas de Shinya en la superficie. Esta acción de mantener las huellas a propósito fue notada por Shinya, quien sonrió. — Oh, qué prudente. — Es solo para evitar el destino de la basura que no es valiosa y que termina siendo eliminada. Al oír eso, Shinya se enojó un poco y dijo: —…esa charla de autocompasión… si fuese Mahiru, ella ha- bría puesto una expresión irritada, ¿por qué demonios le gustas? — ¿Será porque mi rostro es más amigable? Cuando Guren dijo eso, Shinya lo miró con aparente sorpre- sa. —…jajajaja –rió. Guren llevó su mirada hacia el exterior de la ventana. Como era de esperar, el patio escolar estaba lleno de un calor seco. Era el verano. Verano. Si este mundo fuese a terminar en navidad, entonces, este se- ría el último verano. ◆ ◆ ◆ Luego que las clases y las actividades del club terminaran, sonó el teléfono. El identificador de llamadas rezaba: «Kureto Hiiragi». El can- didato principal para ser el heredero de los Hiiragi, y presidente del consejo estudiantil al que ningún estudiante podría desobe- decer. Tras presionar el botón «Contestar», él escuchó la voz dela otra persona. — ¿Qué? — No. ¿Hay algo que necesite de mí, Kureto-sama? –así es como debes decir. — ¿Te gusta mucho opresar a tus subordinados? — Nah, solo bromeo.
  • 38. 38 — Tus bromas no son para nada divertidas. ¿Los altos man- dos te han mimado tanto que tu cerebro también está consentido? — Jajajaja, ¿quieres morir? — Te reto a que lo intentes. ¿Crees que es un destino tan fácil? —…no, pero, sabes, realmente me gusta tu actitud. — Huh~ ¿Qué actitud te gusta? — Aunque tu forma de hablar es muy ruda, cuando no pue- des ganarme, reconoces claramente tu posición; esa actitud. —…………. Guren no respondió, pues eso era un hecho. En este momen- to, no podía permitirse estar rodeado de enemigos. El «Mikado no Tsuki» no podía permitirse tener como ene- migo al «Mikado no Oni». Esta no era una simple pelea de niños. Incluso si obtenía la victoria mediante su espada, no habría sen- tido alguno. Si la gente que amaba y respetaba era tachada como crimina- les, incluso el embarazo no estaría asegurado. Tal como hace 500 años. La situación no ha cambiado para nada. Mito y Goshi, quienes habían terminado de empacar y esta- ban listos para irse a casa, se acercaron. Goshi, mirando a Guren, emitió una risita. — Llamando después de clases, ¿eh? Lo más seguro es que sea tu novia. — ¡¿Eh?! –gritó Mito al escuchar eso, y por alguna razón, miró a Guren. Este la ignoró y siguió conversando por teléfono: — En fin, ¿qué quieres? — Mañana, durante la hora del almuerzo, ven al salón del consejo estudiantil. — No. — Jajaja, no tienes el derecho de negarte. Nos vemos mañana. — Tsk. Antes de escuchar el sonido de la lengua de Guren siendo chasqueada, Kureto terminó la llamada. Shinya, quien estaba sentado a su lado, levantó su cabeza para preguntar. — ¿Kureto-nii-san? — Mi novia. Oyendo eso, Mito se acercó corriendo.
  • 39. 39 — ¡E-espera un minuto! ¡Aun estas en entrenamiento, ¿cómo te involucras en actividades tan ociosas como tener una cita?! ¿Pero qué coño está diciendo esta chica? Antes de suspirar e ignorarla, Guren la miró con expresión irritada. Mito se enojó de inmediato y lo miró enérgicamente. Al verla, Goshi estalló a carcajadas, tendría sus razones para hacerlo. Guren no lo notó y levantó su bolso y dejó su asiento. Detrás de él, Mito murmuró con rabia. — ¿Por qué está huyendo cuando solo lo acaba de llamar una chica? ¡Que porquería! Ocultando una sonrisa, Shinya le dijo a Mito. — El que lo llamó fue Kureto-nii-san. — ¿Eh? ¡¿Qué, en serio?! Shinya lo había escuchado. — ¿Vas a ir al salón del consejo estudiantil ahora? — No –dijo sacudiendo su cabeza–, mañana durante la hora del almuerzo. Pero al oírlo decir eso, Mito se desconcertó aún más. — E-espera, ¿realmente le hablaste a Kureto-sama de esa for- ma? ¡Esa pregunta de hace poco…! — Que irritante. — ¡Que irritante! ¡Espera…! Ante los sonidos de Mito gritando, Guren dejó el salón de clases. Parecía que Mito aun no terminaba de vociferas, por lo que Guren cerró con fuerza la puerta. En el pasillo, Sayuri y Shigure ya lo estaban esperando. Ellas ahora estaban en la clase del salón contiguo. — Ah, Guren-sama. ¡Lo hemos estado esperando! –dijo Shi- gure con frialdad. — ¿Esa gente poco respetable de la familia Hiiragi le hicieron algo hoy? Detrás de él estaba Mito, quejándose: «Esos que son irrespe- tuosos con Kureto-sama serán bla, bla, bla», ahora, en frente de él, estaba su seguidora, quien estaba llamando poco respetable a la familia Hiiragi. A punto de estallar en risas, Guren se resistió y respondió:
  • 40. 40 — Nada. Lo mismo de siempre. Sayuri mostró una expresión preocupada, y dijo: — ¿A qué se refiere con lo de siempre? ¿Acaso le lanzaron una botella de refresco? En eso, el rostro de Shigure se tornó gélido. — Si es así, debemos matar a todos los de la familia Hiiragi. De la falda de su uniforme, ella sacó un cuchillo. Hablaba en serio. Pero Sayuri no lo notó, y habló alegremente como siempre. — Oh, sí, ¡Guren-sama! ¡¿Qué quiere para comer?! Puedo ha- cer lo que sea que usted quiera, Guren-sama… — Curry. — ¿Eh, otra vez~? En ese momento, la puerta del salón de clases se abrió. Mito salió y notó la mirada fría de Shigure. — Ah, Yukimi-san… que expresión tan tenebrosa, ¿sucedió algo? — No, nada, en lo absoluto. — Aun así, es mejor que aquí hables de cosas alegres. Como tal, hay muchas cosas que deberías decirle a Guren, Yukimi-san. Por la forma irrespetuosa en que él trata a Kureto-sama, la posi- ción de Guren no es nada buena. Sin embargo, Shigure dirigió su mirada gélida hacia Mito, y respondió: — Guren-sama no hizo nada erróneo. — Siendo su aliada, siempre lo encubres… — Los extraños no tienen derecho a criticar mi casa. Tu voz es desgarradora, ¿será que te puedes callar? —…uh. Y con eso, Mito se silenció, avergonzada. Incluso le lanzó a Guren una súplica silenciosa para que lo ayudara. — ¿Y por qué me miras? –dijo Guren, lo que hizo que ella se ruborizara sin razón. —…s-solo estaba pensando por tu bien… — No te metas en los «asuntos» de los demás. Goshi caminó detrás de Mito.
  • 41. 41 — Bien, ya basta, dejen de intimidar a Mito-chan. Hoy es el día, ¿no? El día en que todos se llevan bien y van a la casa de Gu- ren a jugar, ¿cierto? Bueno, vamos a llevarnos bien. Pero, en realidad, esta era la primera vez que Guren escucha- ba sobre eso. — ¿Eh? ¿Qué pasa con eso? –estalló Guren. Y Goshi, sonrien- do, explicó. — Bueno~ verás, todos estamos unidos como subordinados de Kureto-sama, por lo que de vez en cuando deberíamos acer- carnos más, ¿no? — No, nunca escuché de ello. — Si. De acuerdo. Ya que solo me surgió esa brillante idea, vayamos a la casa de Guren. — Déjate de bromas. Eso obviamente nunca pasará. Desafortunadamente, otra molestia emergió del salón de cla- ses, esta vez fue Shinya quien salió. — ¿Que qué? Que idea tan interesante. Yo también quiero ir~ Con su expresión llena de irritación, Guren se giró para irse. — Que idiotas. Vamos. Y en lo que se alejó, Shigure y Sayuri lo siguieron. Sin embargo, Sayuri miró hacia atrás sobre su hombro. Al es- cuchar los pasos, Guren preguntó: — ¿…esos tres nos siguen? — Si. —…ja, esos idiotas se lo tomaron en serio. Shigure inclinó su cabeza, y preguntó: — ¿Debo destruirlos? — Si te puedes deshacer de Mito, eso no me parecería malo. —….es cierto… uuu… no soy lo suficientemente fuerte, lo siento mucho… — No, olvídalo, no estoy enojado ni nada parecido. Guren dio una palmada gentil en la cabeza de Shigure, ha- ciendo que ella lo mirara, sorprendida. En su rostro inexpresivo, un rastro de confusión parecía estar emergiendo.
  • 42. 42 Comparado a esto, la reacción del otro lado parecía mucho mayor. El rostro de Sayuri estaba lleno de pánico. — ¡Ah! ¡Ah! ¡¿Qué acaba de pasar?! Shigure es tan astuta. ¡Yo también! ¡Yo también quiero que Guren-sama me dé una palma- da! Pero Shigure sujetó y limitó la mano de Sayuri, diciendo: —…no, la última vez te le confesaste a Guren-sama y te dio una palmada. Esta vez me toca a mí. — Eh~ Yuki-chan, eres tan astuta. Yo también quiero que me acaricie. — No. — Pero, pero. Ambas discutían, pero al final mostraron expresiones de comprensión. Cuando palmeó la cabeza de Shigure antes, Guren deslizó el papel que Shinya le había dado, pasándolo por detrás de la oreja de la chica. En él estaba escrito la hora y el lugar del encuentro. Parque Hikarigaoka, 2 am. Frente al campo de práctica de te- nis. Ese era el encuentro con la «Secta Hyakuya». Naturalmente, el nombre de «Secta Hyakuya» no estaba escrito en el papel, pero, por lo visto, era necesario realizar los preparativos. Las armas de- bían prepararse. O quizá tenían que moverse sigilosamente y que nadie los notase. — Dejando las bromas de lado –dijo Shigure–, hoy necesita- mos ir a la lavandería, por eso, debería irme primero. ¿Qué hay de ti, Sayuri? — Necesito ir al supermercado. Hoy todos... Miró detrás de sí. Y Guren lo confirmó. — Es probable. Esa banda de idiotas es irritante, no podemos quitárnoslos de encima. — Ya veo. Entonces, solo para estar seguros, prepararé sus partes también. Cuando Sayuri dijo eso, Goshi habló: — Ah, ¿seré capaz de comer lo que Sayuri-chan prepara? Realmente lo espero con ansias. Sayuri respondió a su sonrisa con un aura fría, y luego dijo: — Entonces debo preparar curry, Guren-sama. Con esa última declaración, ella se volvió y de inmediato se alejó con Shigure.
  • 43. 43 Viéndolas irse, Goshi aceleró el paso y se situó junto a Guren. —…Guren, realmente eres pícaro~ teniendo esas dos precio- suras como tus subordinadas. Shinya también caminó junto a Guren. — Deberías pedirle a tu familia lo mismo. — Ah, Shinya-sama… nah, no soy tan bueno como mi her- manito. En realidad, ellos no piensan mucho en mí… — Pero ahora eres subordinado de Kureto-nii-san. — Oh, sí, eso es cierto. Después de todo, las actitudes que mis asistentes tienen hacia mí han cambiado, pero ese cambio inme- diato es algo repulsivo… se siente como si mi hermano también está más nervioso… Ambas personas charlaban junto a Guren mientras camina- ban. — ¿Realmente se hicieron la idea de ir a mi casa? Cuando Guren preguntó, Goshi asintió. — Si. ¿Podemos? — ¿Ah, es así? ¿Has ocultado muchos libros eróticos en tu casa, lo que hace que nuestra visita te sea un problema? En realidad, que él se sintiese acorralado, no era porque ocul- tara revistas pornográficas. Incluso si gente de la Casa Hiiragi fuese a investigar, ellos no encontrarían nada parecido. ¿Por qué Goshi quería visitar de repente la casa de Guren? Shinya también había notado eso. Sin importar como lo pusieses, hoy era el día en que ellos pu- diesen reunirse con la «Secta Hyakuya». ¿Era posible que Kureto hubiese descubierto eso? Que además, el encuentro de mañana en la tarde en el salón del consejo estudiantil fuese una farsa, y que realmente él supiese que se encontrarían hoy con la «Secta Hyakuya». — ¿…Kureto te ordenó que me mantuvieras vigilado? –le preguntó Guren directamente a Goshi. Shinya miró a Goshi y a Guren. Era evidente que él también estaba pensando en ello. — Nope –dijo Goshi encogiéndose de hombros–, no he reci- bido ninguna instrucción de Kureto-sama.
  • 44. 44 — Entonces, ¿por qué de repente quieres ir a mi casa? — Pues, porque somos compañeros. — ¿Eh? — Además, somos compañeros de clases, si esta fuese una escuela normal, estaríamos en las vacaciones de verano. — ¿Y? — Es el momento en que todos juegan juntos, ¿no? Sin embargo, Guren tenía una expresión de completa perple- jidad y sacudió su cabeza. — No tengo ni la más remota idea de lo que estás hablando. — ¿En serio? –rió Goshi–. Está bien, la verdad es que~ ayer mis padres me regañaron. — ¿Tus padres? ¿Qué dijeron, que has ganado tanta preferen- cia de Kureto como los Ichinose? — N-no –Goshi sacudió su cabeza–, en realidad, lo contrario. Ellos dijeron que la basura Ichinose sigue siendo traidora y que pronto volverán a ser rechazados, y que por eso no debería aso- ciarme mucho con ellos. Ciertamente sus padres tenían prudencia, pensó Guren para sí. Sin embargo, parecía que Goshi trataba de ignorar las críticas de sus padres. — Deberías escuchar a tus padres, o terminarás mal. — ¿Y que tiene si lo soy? — Que pícaro rebelde. — Jajaja, ¿tal como esos que roban motocicletas para una ca- rrera divertida? Eso parece una actividad de verano esplendida~ — Muérete. — Jajaja –rió Goshi. Desde un lado, Shinya preguntó. — Goshi, ¿tienes licencia de motocicletas? — Ah, no, ¿y usted, Shinya-sama? — Tampoco. Pero puedo montar una durante el entrena- miento. — Ah, yo también~ pero es más divertido tomar las posesio- nes del público, ¿no? también quiero montar una.
  • 45. 45 Incluso mientras conversaban, ellos seguían junto a Guren. Era obvio que planeaban seguirlo hasta su casa. En medio de la discusión de motocicletas entre Shinya y Goshi, Mito habló: —…eh, ¿puedo preguntarles algo? Parecía que ella también intentaba seguir a Guren hasta su casa. —…eh, hace poco, acariciaste la cabeza de Yukimi-san. — Si. — Ah, eh… eh… — ¿Qué tiene? Mito estaba teniendo problemas para forzar sus palabras. — ¿…ustedes dos, eh, están saliendo? — ¿Ah? — Eh, ¿o es que incluso si no están saliendo oficialmente, to- cas tan cariñosamente a tus subordinadas? O, a menos, a menos, incluso de noche… — ¿Qué diablos dices? — ¿Qué tipo de persona eres para ponerle una mano a tus subordinadas, quienes no pueden desobedecerte? — Realmente eres ruidosa. Guren suspiró y dejó de escuchar. ¿Qué estaban haciendo este grupo de idiotas? Su absurda charla era como la de los estudiantes normales. En primer lugar, jugar con los amigos era algo que Guren no podía entender. ¿Para qué querían reunirse en su casa? ¿Era para jugar al póker? —….que fastidio. Salieron del colegio. El clima era el de siempre, un calor opre- sivo. Aún quedaban estudiantes entrenando en la institución. Así era esta escuela. Incluso si la «Secta Hyakuya» atacó y disminuyó la cantidad de estudiantes, nadie se detendría a descansar. Con el fin de confinar toda la información que aún tenía que ser eliminada. Solo unos pocos altos rangos sabían el estado de la guerra con la «Secta Hyakuya».
  • 46. 46 Aun así, los pequeños conflictos seguían formándose sin ce- sar. No solo en Japón, sino incluso en las organizaciones asocia- das en todo el mundo, las batallas comenzaban a tomar lugar. Por tal razón, decir que las sedes del «Mikado no Oni» en Shibuya eran los lugares más pacíficos que quedaban en la tierra no podía ser una mentida. Incluso la «Secta Hyakuya» no podía sitiar a Shibuya tan fá- cilmente. Sin embargo, esta escuela, con sus traidores ocultos, era una historia distinta. Mientras Guren miraba la escuela, pensó en todo lo que Ma- hiru había hecho. Teñir esta escuela de carmesí con la sangre de los estudiantes, y lo que él había hecho en su juventud. Mito, notando su mirada distante, habló: —…el tiempo pasa rápido, ¿eh? ¿Acaso Mito estaba comparando el patio escolar ante sus ojos, con lo sucedido ese día? Las escenas de la sangre y los cuerpos esparcidos por todos lados. — Si, eso es cierto. Parecía que él no había progresado en avanzar, pero ya se es- taba acabando. — En este corto periodo de tiempo –dijo Mito–, ya he sido salvada por ti, dos veces. — Solo fue suerte. Riéndose amargamente, ella inclinó su cabeza para mirar a Guren. —…dijiste que fue suerte, pero ¿no fue por eso que terminas- te gravemente herido y en coma durante un mes? — Solo fui descuidado. Además, dormir es mi pasatiempo. — Tú y tus chistes malos para siempre cambiar el tema… pero, Guren. Diciendo eso, ella sujetó un trozo de la parte posterior de la camiseta de Guren. —…realmente quiero mostrarte mi gratitud. Por eso, quiero devolverte el favor. — ¿Devolverlo, eh? ¿Cómo? —…bueno, hasta el día que Kureto-sama te reconozca oficial- mente, y te dé la posición de honor que mereces en el «Mikado no Oni», te estaré apoyando, siempre.
  • 47. 47 Siempre metiendo la nariz donde no debe –eso fue lo que Gu- ren pensó, pero no lo dijo: —….además, al actual Guren, padre nunca aceptaría… — ¿Eh? — Nada, solo hablaba conmigo misma. Por alguna razón, ella retrocedió, nerviosa. Guren no podía comprender realmente sus sentimientos. Tampoco podía comprender los sentimientos de Goshi. ¿Por qué se preocupaban por la basura Ichinose? ¿Por qué lo apoyaban? En Aichi, la investigación del Kiju –que de ser descu- bierta por la familia Hiiragi, serian castigados–, ya había comen- zado. Este grupo de gente confiaba en él con tanta facilidad. ¿Compañeros? ¿Amigos? ¿Ganarse una posición bajo Kure- to? Ese tipo de cosas eran demasiado estúpidas. Era tal como los padres de Goshi dijeron, la traidora familia Ichinose que estaba podrida hasta el núcleo, era demasiado peli- grosa como para acercárseles. Pero incluso si ellos dijeron querer ser sus amigos. También dijeron que querían profundizar su amistad como compañeros subordinados de Kureto. Parecía que ellos no sospechaban de él, y eran tan inocentes y alegres en sus roles de la joven señora y maestro que eran cubiertos por sus familias. —…… ¿Podría matar a esos dos con sus propias manos? Eso era lo que Guren consideraba en su mente. Como eran enemigos, enemigos de la familia Ichinose, po- dría llegar el día cuando tuviese un final. Cuando eso sucediera, ¿podría hacerlo con sus propias manos? En Ueno él no los mató. Ese debió haber sido el momento de hacerlo, pero no pudo. Ya fuese que tuviese o no el derecho de ha- cerlo, no tuvo idea alguna. No se trataba de principios. El punto era que él debió haber actuado, pero no pudo. No puedo hacerlo. —…….. Esa frase resonó en su cabeza. Una vez más, recordó lo que Kureto le dijo:
  • 48. 48 Aunque tu forma de hablar es muy ruda, cuando no me pue- des ganar, reconoces claramente tu posición –se lo había dicho antes. Pero, ¿era cierto? Su ambición últimamente eran palabras vacías, si Shigure y Sayuri fuesen capturadas y tomadas como rehenes, ¿esa ambición seria desechada tan fácilmente? ¿O era que él aún tenía una forma de pensar tan inocente que no le permitía matar a Mito y a Goshi? Si era así, solo debería dejar esa ambición. Pues ya había arrastrado a sus camaradas a los Ichinose. La guerra ya había empezado, y había empezado hace mucho tiempo. A pesar de eso, Goshi no exhibió ningún tipo de ansiedad, y preguntó con su rostro lleno de expectativas. — Oye, ¿tú casa queda muy lejos? — Si digo que sí, ¿te irás a tu casa? — Ni lo sueñes. Guren suspiró. — No, no está lejos… –respondió cansadamente.
  • 49. 49 «Reportando en vivo desde el lugar de los hechos. Los bom- beros están dándolo todo, pero sus esfuerzos parecen ser en vano. Hasta ahora, el fuego no muestra signos de reducirse». Las noticias parecían bastante ruidosas. Por lo visto, un in- cendio se produjo en un condominio. Y parecía que el fuego esta- ba esparciéndose gradualmente. Una vista aérea del accidente fue mostrado en pantalla. El pú- blico del boletín de las 6 de la tarde estaba centrado en el incen- dio. De repente, la escena regresaba al reportero principal, quien bajaba su cabeza en silencio. El boletín de las 6 de la tarde había empezado. En otras pala- bras, ya era de noche. Pero… — ¡Oiga, General~! De repente, la voz de Shinya sonó en la sala de estar del con- dominio de Guren. Justo delante de Shinya, estaba un equipo en miniatura de shogi que fue comprado en una tienda de conve- niencia vecina. — ¡Oye, oye, oye, espera… espera un momento, detente ahí! Mito apretó sus brazos mientras reflexionaba sobre el juego, estaba irritada. Goshi estaba sentado en el sofá, tomando una gaseosa mien- tras estudiaba el encuentro. — Bueno, bueno, voy a comenzar la cuenta regresiva. Mito solo te quedan unos segundos para que realices el próximo mo- vimiento. — ¡Eso ya lo sé! ¡No seas tan ruidoso! — Bien, tienes… — ¡Ya basta! Justo en eso, Guren, quien estaba sentado al otro lado de la mesita de café, haciendo un esfuerzo para distanciarse un poco, habló: — ¿Saben? Ustedes deberían… — ¡DIJE QUE TE QUEDES QUIETO! –gritó Mito. La realidad era que ninguno de ellos sabía como jugar shogi. Quizá era debido a su falta de tiempo libre durante todos esos años, o quizá la falta de oportunidades
  • 50. 50 para intentarlo. A pesar de que Guren estuvo en contra de comprar el shogi, cuando ninguno lo había jugado antes, Goshi insistió en hacerlo, e incluso obtuvo una hoja con las instruccio- nes del juego. Eso marcó el comienzo de una ronda de elimina- torias. 1º Ronda: Goshi VS Guren: Guren sufrió una derrota espec- tacular. 2º Ronda: Shinya VS Mito: Mito estaba en desventaja. Shinya tarareó una melodía divertida. — Lalala… lalala… veo que estás en una situación donde ya no puedes girar las cosas… — Espere, por favor, espere, Shinya-sama. — Bueno, puedo esperar todo lo que quieras. ¿Cuánto tiempo más? Al oír eso, Goshi respondió. — 40 segundos. — Hmmmm.
  • 51. 51
  • 52. 52 Mito murmuró, completamente concentrada, tanto, que te- nía las pupilas dilatadas. Un aire de seriedad también la estaba rodeando. Sin embargo, todo era inútil. El Shogi realmente era un juego interesante. Obtener una ventaja en el juego es necesario para anticipar una estrategia. Para unos principiantes como ellos, quienes nunca habían leído el manual, la única opción viable era realizar movimientos im- provisados. Guren ya había quedado mentalmente drenado de gravedad durante el encuentro contra Goshi. Mientras Goshi no lo notaba, él descubrió una forma de perder de inmediato. Eso funcionó a la perfección, tanto, que Goshi estaba completamente alegre ante su victoria. De hecho, funcionó tan bien, que Mito tuvo que consolar a Guren. Sin embargo, Shinya podría haber sentido que Guren movió unos cuantos hilos. Terminar el encuentro de forma rápida – Guren trataba de apresurarse en finalizar ese juego tan aburrido y dispersarlos a todos, pero el encuentro de Shinya y Mito era increíblemente ex- tenso. Shinya se volvió hacia Guren y suspiró con un tono de entre- tenimiento. —……. De hecho, su expresión revelaba que estaba completamente al tanto de los trucos sucios de Guren. — Que tipo tan aburrido… El murmullo de Guren fue escuchado por Shinya, quien una vez más sonrió con alegría. — Aunque no lo dijiste de forma tan audible, sé exactamente lo que querías decir. — 20 segundos más… –dijo Goshi. — ¡Solo apaga ese televisor, me aburre y no me deja concen- trarme! Goshi miró la televisión. — ¡Tengo que admitirlo, el incidente que están transmitiendo parece bastante grave! Las escenas del incendio eran mostradas por toda la pantalla. El presentador que reportaba en vivo parecía estar diciendo algo. La multitud presente cerca del edificio observaba como el barro y los ladrillos explotaban desde el edificio en llamas.
  • 53. 53 De repente, una mujer salió de la multitud de espectadores. Parecía tener unos 25 o 26 años. — ¡YUU! ¡YUUICHIRO! –gritaba la mujer. Quizá había perdido a su hijo dentro del edificio en llamas. Los bomberos cercanos corrieron rápidamente para evitar que ella se acercara a la edificación. — ¡Señora! ¡Por favor, cálmese! ¡Déjenos este asunto a noso- tros! — ¡Suéltame! ¡YUU! ¡Yuu aún está atrapado allí! — ¡Oigan! ¡Eviten las cámaras! ¡Muestren más discreción! La cámara se centró en el rostro de la madre. Ella parecía haber sido una madre hermosa con una larga y sedosa cabelle- ra negra. Pero en ese instante, ella estaba en un completo estado desaliñado, de desespero y agonía que estaba escrito en su rostro. En eso, Goshi detuvo la cuenta regresiva. Mito incluso miró la pantalla. No, para ser más precisos, todos los que estaban en la sala de estar, centraron su atención en la pantalla. Uno de los bomberos gritó. — ¡Alguien que venga a ayudar! ¡Ella es muy fuerte… señora, por favor, cálmese! — ¡YUU! ¡YUUICHIRO! –parecía estar sujetando algo. Como la cámara se sacudía, no se podía ver con claridad. Pero por la silueta borrosa, parecía que sacudía algo. — ¡Señora, cálmese por favor! De repente, la dama golpeó al bombero. — Auch… ¡¿qué está haciendo?! El bombero se aferró a su brazo. En la palma de su mano esta- ba algo brillando. Parecía un encendedor. El bombero no lo notó. Nadie lo notó. La madre lloraba de agonía. — ¡No se atrevan a apagar ese fuego! ¡Él es un demonio! ¡Ese maldito mocoso es un demonio! ¡Necesita ser asesinado! ¡Aquí y ahora! — ¡¿P-pero qué está pasando?! La dama levantó su mano derecha, la cual sostenía una bote- lla de plástico. Algún tipo de líquido salió y mojó sus ropas. — ¡Gasolina! ¡Ella está sosteniendo gasolina! Trató de activar el encendedor, pero la llama no se prendió. Uno de los bomberos corrió hacia adelante y lanzó un golpe al rostro de la dama. Muchos otros también llegaron corriendo para ayudar al sujetarla en el suelo.
  • 54. 54 — ¡Un demonio! –gritó la madre–. ¡Él necesita ser asesinado! ¡Necesita MORIR! En eso, un hombre que vestía un abrigo se acercó a la cámara. Aunque Guren solo captó una breve mirada del rostro del hom- bre, sabía quién era. Saitou. Un miembro de la «Secta Hyakuya». El bastardo que cooperó con Mahiru para lanzar el ataque a la Secundaria Shibuya. En otras palabras, el incendio fue orques- tado por la «Secta Hyakuya». Este «accidente» pudo haber sido intencional. Sin embargo, si este estaba dentro de los planes de esa organización, no debería haber sido un reporte público. Todo el incidente en sí debió haber sido cubierto. De repente, la cambara quedó en blanco y la escena regresó al reportero principal, quien rápidamente siguió con el boletín. Con respecto al evento sorprendente de hace poco, ya todo había quedado en un caos total. Ahora que la situación del incendio se había estabilizado, el boletín continuó: Era bastante improbable que más noticias con respecto al in- cendio fuesen reportadas. O a lo mejor, lo que presentaran fuesen reportes fabricados. — ¿…qu-qué acaba de suceder? –habló Mito. Ella y Goshi no sabían quién era Saitou. Probablemente ni su- piesen que el incendio tuviese algo que ver con la «Secta Hyaku- ya». Shinya debió haberlo notado. No, el «Mikado no Oni» debió haberlo notado también. Tal como sucedió en el Zoológico Ueno, el «Mikado no Oni» investigaría detalladamente todo en lo que estaba involucrado la «Secta Hyakuya». Quizá las órdenes de Kureto llegarían pronto. — ¡Que aguafiestas! Quiero decir, me olvidé por completo de la cuenta regresiva, Mito ¿estás planificando tu próximo movi- miento? Mito sacudió su cabeza: — Bueno, anuncio a Shinya-sama como el ganador~. Antes del próximo encuentro, Guren. — ¿Sí? — Tengo hambre. — Bueno, deberías irte. Sayuri y Shigure no habían vuelto aun. Los planes de hoy to- marían algo de esfuerzo.
  • 55. 55 Lo peor podría llegar, es decir, el encuentro de esta noche con la «Secta Hyakuya» incluso podría cancelarse debido al incendio. Sin embargo, si uno consideraba esto desde otra perspectiva, el incendio podía ser una bendición disfrazada. El «Mikado no Oni» desviaría su atención al incidente, dándome más libertad de llevar a cabo mis planes. Entonces, ¿cuál es la mejor forma de tomar esto? — Muy bien –dijo Shinya levantándose–, es hora de que vol- vamos. Tengo cosas que hacer también. Finalmente, Hiiragi-sama habló, ¿eh? Quien sabe, él podría volver para investigar el caso. Definitivamente, él no va a reunirse con la «Secta Hyakuya» en un estado ignorante. Luego que Shinya se levantara, Goshi y Mito lo siguieron. — Incluso Shinya-sama se quiere ir. Mito se levantó. — Lucharemos de nuevo la próxima vez. Esta es la última vez que me vez en un estado tan vergonzoso. — Muy bien~. Ahora lo veo más interesante. Juguemos la próxima vez. Todos se levantaron. Shinya dejó su celular en el piso, ganán- dose una mirada de Guren, quien no se preocupaba en recordar- lo. Frente a la puerta, Mito habló: —…todos pertenecemos al mismo escuadrón. Tengo unas palabras que decirle a Yukimi-san y Hanayori-san, pero… Goshi interrumpió: — Realmente quiero probar el curry de Sayuri… pero, no im- porta, aun quedas muchas oportunidades en el futuro. — ¿Qué, aun planeas seguir visitando? — ¿No soy bienvenido? ¿Iras a mi casa entonces? Guren se calló y los despidió. Shinya abrió la puerta y trató de despedirse de Guren. — Bueno, nos vamos~. Y así, el trio se fue. Guren cerró la puerta y regresó a la sala de estar, tomó el telé- fono de Shinya. Cuando presionó el teléfono, notó que no pedio contraseña. Lo que apareció ante él fue un mensaje sin enviar que decía:
  • 56. 56 — Cielos, revisar el teléfono de otros sin permiso, que per- vertido eres, Guren. — Ese bastardo aún tiene tiempo para los emoticones. Guren murmuró para sí, irritado. Mientras exploraba la de- más aplicaciones por si había rastro de algún tipo de informa- ción, comprendió que en el teléfono no había nada guardado. Estaba limpio, era un celular vacío. Guren regresó a la entrada. Al mismo tiempo, el timbre sonó. Guren abrió la puerta solo para ver a Shinya riéndose de él. — Dejé mi teléfono~ –dijo Shinya. Guren miró el celular en su mano derecha, y Shinya continuó: — ¿Lo viste, no? — ¿La cosa pervertida? — ¡JAJAJAJA! — Lo dejaste a propósito, ¿no? — Sip. Perdiste a propósito, ¿cierto? — ¿De qué diablos hablas? — No esto otra vez~ batallemos la próxima vez y descubra- mos quien es mejor estratega y planificador. — No me interesa. — No escapes~ — ¿Con quién estaremos probando nuestra habilidad cuando decidamos el ganador entonces? — Hmmm, en nuestro caso, ¿Mahiru? — Ahora esto me aburre más. — Oye, vamos~ Shinya sonrió: — Jaja, está bien… Mientras seguía, Shinya miró la pantalla del televisor que es- taba detrás de Guren. Las noticias de las 6 de la tarde aún conti- nuaban. Su mirada hablaba del hecho de que vio la breve apari- ción de Saitou en la televisión.
  • 57. 57 Dejó su teléfono a propósito, luego volvió a buscarlo y apro- vechar de discutir sobre esa escena. No es seguro si la reunión con la «Secta Hyakuya» se llevará a cabo. — Oh, cierto, ¿cuáles son tus planes? ¿Guren-kun? ¿Quién parece ser más astuto que sí mismo? — No vayas –respondió Guren–. Es demasiado peligroso. — Hmm. Quizá. — Hay que investigar la fuente del incendio producido. Pri- mero necesitamos comprender completamente la situación. — Hmm, hmmm… oye Guren. — ¿Qué? — La gente se irritará contigo por mentirle a tus camaradas sobre tus planes~ Estas planeando enfrentar a la «Secta Hyakuya» sin nadie cerca de ti, ¿cierto? Guren asintió: — Pues no eres mi camarada. — Jajajaja, parece que estas considerando seriamente no ir. No quedaban otras opciones. No había suficiente información. Depender solo de las inves- tigaciones no facilitaría el progreso. Quizá había otras formas más sólidas y seguras por las que avanzar, pero no quedaba tiempo. La guerra entre el «Mikado no Oni» y la «Secta Hyakuya» está progresando a una velocidad increíble. Quizá un evento apo- calíptico podría suceder cuando llegue diciembre. Si me asusto y me retiro ahora, solo podría esperar que llegue mi final. O quizá colapsaré antes de que la catástrofe llegue apropiadamente. Si ese fuera el caso, una acción inmediata debería tomarse. Hasta ahora, la «Secta Hyakuya» mostró interés en compartir la información. Información relacionada a ellos, al «Kiju» y a la bes- tia salvaje en el Zoológico Ueno, «Los Cuatro Jinetes del Apoca- lipsis», criaturas hibridas que han sido modificadas genéticamen- te con ADNs extraños. La razón detrás de eso era la traición de Mahiru. Mahiru robó ese monstruo hibrido y desapareció. Para la «Secta Hyakuya», ese era un sujeto experimental muy importante. Ellos querían tenerlo de vuelta. Por eso es que ellos querían intercambiar la información que tengo en esa criatura por información de Mahiru.
  • 58. 58 En otras palabras, la «Secta Hyakuya» no está al tanto del he- cho de que poseo una parte de ese monstruo hibrido. Esa es la razón principal por la que tengo que descubrir qué tipo de bestia es esa exactamente. Después de todo, el monstruo no parece estar interesado en los humanos, raramente aparece en áreas densamente pobladas. Incluso a los vampiros les interesa. La «Secta Hyakuya», Mahiru, y los vampiros quieren un trozo de eso. Guren miró a Shinya. Hasta ahora, ese trozo de monstruo hibrido fue dividido en dos, compartiéndolo con Shinya. La mitad de ello fue enviada a Aichi para investigarla, pero no se habían producido resultados concretos. Guren no tenía idea de lo que Shinya planease hacer con la otra mitad. — ¿…cómo va la investigación? –preguntó Guren. Shinya sacudió su cabeza mientras interrumpía. — Ese es tu trabajo, incluso si hubiese laboratorios operando bajo mi cargo, no podría decirlo~ No tengo ni la más remota idea de cómo va progresando la investigación. Shinya habló con un ligero tono de desaprobación. — ¿Sabes qué? Ya tienes unos cuantos camaradas contigo. Bajo esas circunstancias, ¿aun tratas de mentirme? Eso es irritan- te, ¿sabías? — No ha habido progresos en la investigación –respondió Guren–. Quizá es para prevenir la fuga de información, el núme- ro mínimo de investigadores de confianza han sido enviados a analizarlo, parece que aun no lo sabemos. Pero… — ¿Esta noche debemos reunirnos con la «Secta Hyakuya»? Guren asintió. De repente, la voz de Mito resonó desde atrás. — ¿Shinya-sama, encontró su teléfono? Mito y Goshi estaban en la entrada. Shinya se volvió y les dijo: — ¡Si, lo encontré! ¡No tenía idea de haberlo dejado caer de- bajo del sofá~! Goshi sonrió: — Todo está bien entonces. Guren le entregó el teléfono a Shinya, y dijo: — Lárgate de una vez.
  • 59. 59 — Lo haré~ está vez me despido de verdad~ Antes de que Shinya pudiese terminar, Guren cerró la puerta frontal y regresó a la sala de estar. Ya eran las 6:17 de la tarde. El boletín informativo de las 6 de la tarde todavía continuaba. Sin embargo, sin importar que canal colocara Guren, ya no había más reportes del incendio. Parecía que la censura había comen- zado. Guren de repente recordó a la dama bañada con gasolina, esa madre histérica. La madre insistía en matar al demonio. —…demonio –murmuró Guren. ¿A qué demonio se refería? Claro, era posible que la dama hubiese enloquecido y gritara cosas sin sentido. Diciembre. El apocalipsis en navidad. El virus. Los ángeles del Libro de Revelaciones. Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis. —…solo se trata de una lamentable jerga de un montón de religiosos. Sea lo que fuese sugerido, parecía estar relacionado con la Bi- blia. O quizá fuesen seudónimos y dialectos sobre el virus y el terrorismo. Los anuncios destellaron en la pantalla. Una celebridad feme- nina estaba disfrutando el último sabor del pollo frito. Guren analizó la pantalla del televisor y de repente transfirió su mirada de la TV hacia el shogi tendido en el piso frente a él. Consideró vagamente la idea de que el shogi era un juego re- lajante. Ya que mis enemigos están en mi campo visual, solo necesito considerar el medio para deshacerme de esos a quien puedo ver. Para lograrlo, la habilidad de mi enemigo tiene que estar nivelada con la mía. Sin embargo, la realidad eran un juego completamente dis- tinto. La mayoría de mis enemigos son más fuertes de lo que soy. Me encuentro en desventaja. Eso sin mencionar su alto nivel de complejidad. Por eso es que, quienes sean mis aliados, quienes sean mis oponentes, al traicionar, al formar una alianza…
  • 60. 60 Un error podría resultar una completa derrota. El tiempo no espera por nadie. —………….. Guren miró el shogi barato y tomó la pieza de Mito, colo- cándola frente al Rey de Shinya. Claro, tal movimiento podría causarle la derrota a Mito, y Shinya podría haberse deshecho del Rey de Mito en su turno. El juego estaba acabado. Sin embargo, la realidad era distin- ta. A pesar de la muerte del Rey, el ejército seguía presente. Guren movió la pieza hacia adelante y se deshizo del Rey de Shinya. —….. Deshacerse del «Rey» de la «Secta Hyakuya». Eliminar al «Rey» del «Mikado no Oni». Si este fuese el caso, incluso si muriese, no tendría nada que tener. Me he preparado para esto, sin mencionar el hecho de que tengo ambiciones incluso mayores. Pero después de todo, ¿cómo avanzarán las cosas? ¿Mis compañeros sobrevivirán? ¿Cuál es esta ambición eter- na que poseo? Este sueño no hará nada para lograrlo, incluso si el costo es mi vida y la de mis camaradas. —……. Guren tomó la lata de gaseosa vacía que estaba en el piso. Justo en ese instante, el timbre sonó. Parecía que Shigure y Sayuri habían vuelto. — Volvimos~♪ Era la voz de Sayuri. Entró a la sala de estar con las manos llenas de bolsas, la compra del supermercado. Al ver a Guren recoger la basura, Sayuri aceleró el paso. — ¡Ah, por favor, déjenos eso a nosotras! ¡Ordenaremos la casa! –dijo mientras le quitaba la lata a Guren. Por su parte, Shi- gure entró y miró a Guren. — Volvimos. Ella bajó su mirada y comenzó a recoger los envoltorios de patatas fritas dispersos por toda la mesita del café. Guren las miró organizar la casa. —……. Se preguntó cuál sería el propósito de mantenerse desespera- damente si ellas dos fueren interrogadas, o asesinadas. Claro, ya no había marcha atrás. Era el
  • 61. 61 comienzo. La investigación llevada a cabo a espaldas de los Hiiragi también había comenzado. Después de todo, si el apocalipsis decembrino fuese a tomar lugar, simplemente no puedo sentarme y esperar mi muerte. Pero a pesar de eso, él siguió pensando. —…………. ¿Qué estoy protegiendo? ¿Cuáles son las cosas más preciadas para mí? Shigure miró a Guren. — Está en el armario que usamos siempre. Guren asintió. Los talismanes y los uniformes de batalla para combatir estaban en ese armario. Encima de eso, había muchas otras cosas relacionadas a las maldiciones prohibidas y equipos de maldición que eran desco- nocidos para la Casa Hiiragi, sin mencionar esos personalizados por Guren. Existía una alta posibilidad de que la Casa Hiiragi quisiera investigar, pero había demasiadas cosas en ese condominio que necesitaban ocultarse de la vista de esa gente. Shigure siguió: — Nosotras… — No sigan. Hoy lo haré por mi cuenta. — Pero… — Arruinarán mis planes. — Oh… Shigure, renuente, quedó en silencio. Guren la miró y dijo: — Si no regreso al amanecer… diríjanse a Aichi. Tanto Shigure como Sayuri miraron a Guren. Ambas com- prendieron que la vida de Guren estaba en juego. De hecho, ya sabían eso cuando prepararon el equipamiento para que lo usara.
  • 62. 62 Para la Casa Ichinose no sería desastroso incluso si Guren fuese a morir. Él aun no era el Jefe de la Casa. Por eso, la persona que pudiese arriesgarse en esta situación solo podía ser él. Sayuri lo miró, y sonrió forzadamente. —…hoy tendremos curry de pollo. —…oh, lo estoy desenado. — Pero ahora cocinaré… — Lo que sea está bien. Tu curry siempre ha sido delicioso. Tras finalizar, él se preguntó por qué Sayuri se sonrojó y son- rió. En fin, todo estaba bien. — Shigure, me gustaría ponerme ropa de civil. Ayúdame a prepararla. — Sí, señor –asintió. Ella desapareció por el pasillo. Sayuri, colocándose un delan- tal, entró en la cocina. Guren miró esa silueta antes de ver su reloj: 6:30 de la tarde. Quedaban siete horas y media antes de la reunión con la «Secta Hyakuya». — Supongo que tendré un pequeño descanso –murmuró mientras veía a Sayuri esforzarse lo mejor posible para cocinar. Después… —…descansaré luego de comer el curry –se corrigió. ◆ ◆ ◆ 1:30 de la mañana. Tokio, Nerima-ku. El punto de encuentro con la «Secta Hyakuya» estaba en el Parque Hikarigaoka, un parque de gran escala. Estaba cerca de la estación de metro Hikarigaoka, una que pertenecía a la Línea Toei-Oedo. Si Guren fuese a entrar por los lados de la estación del me- tro, podría haber sido captado por los CCTV. Por eso, él deci- dió montar una motocicleta y entrar por el lado oeste del parque, donde predominada la vegetación densa. Con esto, él no sería descubierto con facilidad, mientras atravesaba en secreto las sen- das oscuras que llevaban al lugar de reunión. Guren aparcó la motocicleta en un carril, apagó el motor y se quitó el casco. Mirando hacia adelante, vio un parque completa- mente oscuro, y vacío. Las copas de los arboles cercanos eran tan densas que no había rastro de la luz lunar. Colgó el casco en la motocicleta y se pasó la mochila hacia adelante antes de sacar los lentes de visión nocturna por infrarro- jos. Después de todo, estos eran
  • 63. 63 necesarios para movilizarse por un parque completamente oscuro. Luego, Guren guardó un denso fajo de talismanes en sus mangas y bolsillos. Se colocó la mochila y recortó las cintas para evitar que otros se aferraran. Poco después que Guren tocara suelo, otra motocicleta con mayor CC llegó. Se detuvo a un lado y se alineó con la de Guren. Shinya había llegado. Apagando el motor, y quitarse el casco, se podía ver que Shin- ya estaba sonriendo. —…me imaginé que entrarías por esta dirección~ pero, sea quien fuere el que estudiase el mapa, era obvio que elegiría esta ruta. De hecho, el mapa indicaba que esta era la única ruta para infiltrarse en el parque. La ruta con la vegetación densa demostraba la dificultad de colocar cámaras de vigilancia. El punto de reunión era un único campo de tenis ubicado al este del parque. Siempre y cuando uno estuviese alerta de la si- tuación en el lado este, sería posible mantener una ruta de escape. — Los chicos Hyakuya probablemente predijeron que entra- ríamos por aquí, ¿no? –respondió Guren. — Es probable. Déjame preguntarte algo, Guren. ¿Tienes li- cencia para conducir motocicletas? — No. — No la tienes, ¿eh? Eso quiere decir que esa motocicleta fue… — Robada. — Lo imaginé, robaste una motocicleta. Guren sonrió. — ¿Es a eso lo que llamas juventud? Colocándose los lentes de visión nocturna por infrarrojo, el campo de visión de Guren se tornó verde. Shinya descendió con una expresión resignada en su rostro. — Gastar mi juventud usando unos lentes de visión nocturna e infiltrarme en un parque… yo no firmé para esto. Solo quiero ese tipo de juventud llena de romance. — Bueno, después de todo, es verano. — ¿Dónde? ¿Dónde? Guren lo ignoró y comenzó a caminar en el parque.
  • 64. 64 — Eh, espera, ahí voy. Guren escuchó a Shinya colocarse el par de lentes de visión nocturna por infrarrojo, pero no se volvió. Después de confirmar que no había trampas adelante, Guren siguió avanzando. Los movimientos de Shinya eran perfectos. Apenas había unas pisada. Calmadas, cuidadosas, y ligeras. De hecho, él había pasado por entrenamientos fuertes. — Aún queda un poco de tiempo antes de nuestro encuentro –susurró Shinya–. ¿Nos ocultamos? — No es necesario –Guren sacudió su cabeza–, quiero deter- minar la situación desde lejos. — Bueno, está bien. Hay demasiado espacio vacío cerca del campo de tenis. No encaja para ocultarse~ Esa era la verdadera razón por la que el campo de tenis se eligió para la reunión. — Entonces, ¿desde dónde vamos a observar a esos tipos? Guren no respondió, solo miró su reloj. Era la 1:38 de la ma- ñana. Quedaban 22 minutos para el encuentro. Guren se detuvo. En ese momento, ellos estaban transitando por una pequeña área boscosa. El punto de reunión estaba justo delante de un espacio verdoso, una vez que emergieran de allí, quedarían totalmente expuestos. Si ese fuese el caso… —…desde esos árboles de allí. — ¿Espiaremos a una pareja romántica? — Hmm… hmm… — Eres un completo provocador. — ¿A quién estoy provocando? — Lo que sea~ Guren comenzó a prepararse mientras sacaba unos cuantos talismanes de su bolsillo y los colocaba en el tronco del árbol que intentaba escalar. Si el enemigo fuese a atacar, esos talismanes le comparan algo de tiempo. Subió al árbol y descubrió una rama estable para anclarse allí.
  • 65. 65 Sonidos susurrantes podían escucharse del árbol contiguo. Shinya lo siguió. Guren se volvió hacia el sonido y vio a Shinya saludarlo antes de apuntar al este, que era el lugar donde estaba el campo de tenis. —……… Guren asintió y miró al frente. Observando a través de los lentes de visión nocturna, todo el parque era visible. Las estrellas que adornaban el cielo nocturno parpadeaban y la luz lunar cubría toda el área forestal. Guren incrementó el zoom de los lentes y los centró en el punto de reunión. Adelante del camino verdoso estaba un pequeño camino ser- penteante. Adelante del mismo estaba otra senda y unas cuantas áreas recreativas. Incluso más allá estaba un área cerrada. Allí era donde estaba el campo de tenis. Allí de pie, había ocho hombres vestidos con traje. Era obvio que no estaban allí para verse con sus amantes. Todos eran hom- bres, muy bien entrenados. Sus trajes se parecían bastantes a esos usados por los miembros de la «Secta Hyakuya» cuando lanzaron su ataque a la Secundaria Shibuya. Si poseyesen el poder de Sai- tou, la derrota sería inminente. En otras palabras, este era un intercambio injusto. —……… Guren miró su reloj: era la 1:45 de la mañana. Quedaban quince minutos. ¿Entonces debería proceder hacia el punto de reunión? –Gu- ren levantó la vista de su reloj y miró a los hombres de la «Secta Hyakuya». En ese instante, él notó que algo extraño les estaba sucediendo. Estaban aullando algo mientras rápidamente prepa- raban una formación de batalla. ¿Quedamos expuestos? –pensó Guren mientras se tensaba. Parecía que no era así. Algo emergió de la oscuridad y atacó a esos hombres. Ellos trataron desesperadamente de defenderse, extrayen- do cadenas metálicas de sus cuerpos. De hecho, todos parecían haber sufrido una modificación corporal como pasó con Saitou. Varias cadenas emergieron de la oscuridad y volaron hacia esa cosa… La cosa evitó las cadenas con facilidad mientras decapitaba a uno de los hombres y se preparaba para hacerle lo mismo a los otros dos.
  • 66. 66 Luego de eso, eso agarró el cabello de otro hombre que trata- ba de escapar y le mordió el cuello. Los que sobrevivieron estaban temblando de miedo, habían perdido su voluntad de batalla. Parecía que el monstruo ese estaba ingiriendo sangre huma- na. —…vampiros, no otra vez –murmuró Guren en voz muy baja. El vampiro que estaba atacando el campo de tenis era com- pletamente distinto al noble que apareció en el Zoológico Ueno. Juzgando por su uniforme, probablemente no era un noble. Pero era obvio que no era humano. Si realmente era un vampiro, la «Secta Hyakuya» no tendría ninguna oportunidad de ganarle. La disparidad de poderes entre los humanos y los vampiros era inmensa. Eso sin mencionar la imposibilidad de luchar contra los vam- piros en la oscuridad. —…………… La batalla terminó en cuestión de segundos. Todos los miembros de la «Secta Hyakuya» fueron asesinados por los vampiros. Guren presenció toda la escena que se desarrolló ante él y pensó en lo sucedido. ¿Qué acaba de pasar? ¿Por qué los miembros de la «Secta Hyakuya» fueron asesinados? Los vampiros no deberían tener in- terés en los humanos y sus asuntos. Para ellos, los humanos son solo ganado. Por esa razón, a ellos no deberían interesarles las batallas humanas. Pero, ¿Por qué es que recientemente, los vam- piros han aparecido con más frecuencia? ¿Qué es lo que acaba de suceder? El vampiro probablemente no los había notado, estaba de- masiado lejos. Sin embargo, si ellos hubiesen llegado al punto de encuentro en lugar de observar desde lejos, ellos habrían muerto también. En cuanto Guren pensó en eso, un escalofrió recorrió su espalda… —……… De repente, el vampiro se volvió hacia ellos.
  • 67. 67