El periodista Luis Figuerola-Ferreti ha fallecido en Madrid a los 68 años de edad como consecuencia de un cáncer de huesos contra el que luchó los tres últimos años de su vida. Según fuentes cercanas a la familia, Figuerola-Ferreti "hizo vida normal hasta el último momento" y quiso morir en casa rodeado de toda su familia.
2. Queridos Duendes,
Con osadía os escribe un duende del Duende, aquel que allá por 2006 y
desde Düsseldorf, empujó al maestro a colar sus sueños, dudas y devenires
en la red a través de este blog El Duende de la Radio.
Él fue siempre niño, humorista, ilusionista. Pero sobretodo un tipo serio y
solemne. Por eso titubeo de hasta qué punto juzgaría este post como frívolo
o innecesario. Pero yo sé que los que le queréis y leísteis, lo agradeceréis.
Para los que no hayáis podido seguir los últimos pasos de El Duende. Sabed
que ha retado todos los contratiempos de su enfermedad con verdadera
bravura, tenacidad, y hasta sentido del humor. Se puede resumir el punto
de inicio del declive final desde el post antecesor a éste, pero puedo
aseguraros que, una vez superaba cada trance puntual, siempre ha
recuperado la alegría de vivir, aunque la enfermedad le privara de toda su
movilidad o lucidez mental. Recientemente, en un paseo donde una vez más
delegaba en su familia y amigos el caminar en su sillita, y al calor del sol de
su estación favorita que es otoño, yo le preguntaba
-¿qué tal estás papá?
– muy agustito- me contestaba
No añoraba, no se cabreaba por las limitaciones que se le venían encima.
Hacía lo que mejor supo hacer siempre; disfrutar de lo que el entorno le
ofrece, sin ambicionar más allá de lo que se puede amarrar en ese
momento.
Su cabeza también fue perdiendo músculo, no así lucidez. Las
conversaciones ya no duraban cuatro, seis u ocho horas, pero daba igual.
Aunque sólo estuviese activo durante 30min, seguía disfrutando de ricas
conversaciones, de cariñosas compañías y hasta devolvía algún comentario
que hasta la RAE hubiese tenido dificultades en catalogar como irónico,
humorístico, intelectual o intrascendente.
Para tranquilidad de todos vosotros, cuando la limitación fue total, nuestro
Duende permanecía tumbado en su casa del Barrio de Goya de Madrid, en
esa cuyas vistas sobre el Madrid antiguo le ha provisto de enorme felicidad
en todos estos años. En un edredón y colchón mullidos para la paz,
esbozando sonrisa, placidez y tranquilidad. Todo ello gracias a una familia y
amigos que tan sólo quisimos cuidarle como siempre él proyectaba a su
alrededor; con ternura, paz y amor. Y por supuesto, sin sufrir. Sanidad del
Siglo XXI en nuestra mano, este plácido dormir ha sido posible gracias al
servicio de la CAM de paliativos ESAD, que han conseguido que papá haga
su SIC TRANSIT en casa, en paz, en familia, entre amigos. Lejos de
3. hospitales que le recordaban a guerra, olores a canutillo de celuloide y otros
olores químicos o simplemente mefíticos.
Y ojo, que El Duende ya avisaba… “la muerte es parte de la vida”.
Y se ha embarcado en su nueva aventura, a las 2:25am de un 25 de
noviembre soleado y otoñal, de luna llena rasgada en Madrid.
Que ahora sean otros los que disfruten de su infinito ingenio, cariño,
sabiduría… y añadan ustedes.
Siempre nuestro, con desbordante generosidad.
Gracias a todos por haberle leído y comentado y haberle hecho disfrutar así.
El Duende valoró la felicidad en cachitos como éste; sencillos, tiernos,
íntimos y geniales.
Nota: Acudan a este post y comentarios para informaros de los rituales
pertinentes.