2024 - PPT - 10 Días de Oración - Orientaciones para uniones y campos - ESP...
Ximet, el baloncesto de los locos bajitos
1. “Ximet”, la distancia nunca fue excusa
Días después del fatal desenlace, los sentimientos y recuerdos se entreveran y se
agolpan de manera intensa, tan intensa que no puedes estar más presente. Es por ello
que he decidido escribirte unas líneas, en búsqueda del ánimo y consuelo que perdimos
hace unos días.
Las palabras no siempre alcanzan para explicar los sentimientos, aunque éstas partan
de lo más recóndito de un corazón envuelto en dolor, de unos recuerdos que acechan
sin compasión.
Los hay quienes afirman que las cosas desde la distancia toman otro cariz, se ven con
perspectiva, diferentes. La distancia física que genera tener en Madrid mi residencia
actualmente, no hace sino acentuar el sentimiento de tristeza y pena…a la vez que la
alegría de haberte disfrutado, por qué los que en algún momento hemos estado a tú
lado ¡Te hemos disfrutado!
Para mí, pertenecías junto a Vicente, Paco, Torron y Vicedo a ese selecto grupo de “locos
bajitos” al que posteriormente iríamos opositando las siguientes generaciones, algunos
crecimos y nos aficionamos viéndoos jugar… ¡Y cómo jugaban!
Disfruté viendo esa facilidad innata al alcance de pocos para alterar el transcurrir de un
partido, pero sobre todo la habilidad para anotar “de tres en tres”, de todos los
colores…Cuando “Ximet” estaba “In the zone” todo era posible, daban igual siete que
ocho metros, la distancia nunca fue excusa, el final era mismo “dentro”.
También te disfrute como compañero, todavía recuerdo la habitación que compartimos
Vicente, tú y yo en la fase de ascenso en Torrente, tu entusiasmo, tu energía, tu buen
humor.
El sábado me pude acercar a despedirme y viendo al resto de “locos bajitos” volví a
recordar todo lo que me hicisteis disfrutar, todavía conservo una copa que me regalaste
después de ganar una final, vienen a la cabeza viajes a Gandía, Elda o Llíria…
¡Esos locos bajitos, cada día reivindicaban un lugar en un deporte reservado para altos!
Desde la distancia, te vuelvo a dar las gracias (te las di en numerosas ocasiones) por tus
muestras de cariño y apoyo, por tu talante, por esa risa contagiosa y por ese fuerte
sentido de pertenencia al colectivo, que atesorabas.
Fue un placer conocerte y un lujo disfrutarte y aunque ya esté de vuelta en Madrid,
como te sucedía a ti…la distancia no debía ser excusa.
Sirva de homenaje a esos “locos bajitos”, que quedan huérfanos de un componente y
en especial a ti, “Ximet”.
¡Gracias y hasta siempre amigo!
José Luis Monleón