Este documento cuenta la historia de Adam Smith y sus observaciones sobre el libre mercado, así como las ideas keynesianas de John Maynard Keynes. Describe cómo los mercados funcionan de forma espontánea sin regulación, pero también cómo las crisis económicas como la Gran Depresión llevaron a ideas como el gasto público. Explica cómo ambas teorías tuvieron su momento de aplicación a lo largo de la historia hasta la crisis financiera de 2008.
1. Una historia de paisanos y mercaderes
www.miblogdeeconomia.blogspot.com Norberta González Piris
Erase una vez un señor llamado Adam Smith que vivía en Escocia. Un día andando por la ciudad
llegó a la plaza que estaba llena de gente. Había mucho ruido. Los mercaderes que venían de
otras ciudades vendían sus productos mientras que otras personas los compraban.
Los mercaderes se agrupaban y hacían corros si vendían productos parecidos, de tal forma que
las personas interesadas en comprar ese producto se acercaban a dicho corro. Si había poca
gente que quisiera comprar, los mercaderes bajaban el precio del producto, en cambio, cuando
se acercaba mucha gente al corro, el precio del producto aumentaba.
A pesar de que no había ningún policía ni guardia, tanto paisanos como mercaderes se ponían
de acuerdo en sus intercambios de bienes sin ningún problema.
Adam cuando observó todo aquello se sorprendió. Le preguntó a uno de los vecinos que
pasaban por la plaza:
-Disculpe, ¿me podría decir quién ha organizado este evento? ¿Quién controla todo este
movimiento de gente? No veo guardias ni policías.
-Nadie ha organizado esto. Ni lo controla nadie. Los paisanos vienen a buscar productos y los
mercaderes se acercan a la ciudad a venderlos, algunos lo llaman mercado. Simplemente
funciona.
Adam pensó que aquello era magia, un poder divino, algo espiritual. Un grupo de personas que
coinciden en un lugar y donde se intercambian productos a un precio determinado. Esto crea
bienestar. Cada vez vienen más paisanos y más mercaderes a la ciudad a realizar sus
intercambios y todo ello funciona gracias a todos los que intervienen como si una mano invisible
les protegiera.
Esta forma de intercambiar bienes y servicios se empezó a usar por todas las ciudades próximas
y después por todos los países. Parecía que no tenía ningún problema y que todo era perfecto.
Todos vivían felices.
Hasta que un jueves, que había una gran tormenta, después de muchos años (por 1929)
llegaron noticias del Gran país. Los intercambios de bienes no se estaban produciendo
adecuadamente. Algunos mercaderes se habían unido y ponían un precio muy alto a los
productos. Otros mercaderes se habían arruinado, … Todo ello provocó tal caos que se contagió
a muchos países.
La gente no tenía trabajo y no podía adquirir productos, por ello estaba muy disgustada. En un
país cercano a Escocia los paisanos estaban tan desolados que eligieron de Gobernador a un
señor llamado Hitler que luego fue una persona muy mala.
El ambiente de descontento de los paisanos, por todo lo que estaba pasando, hizo que
empezaran a pelearse entre los distintos países. Unos defendían a unos, otros defendían a otros
y al final se crearon dos bandos. Todo esto provocó una gran Guerra que destrozó las casas de
todos los paisanos y las murallas y las casas de los mercaderes y ……
En el Gran país había un señor llamado John Keynes que era amigo del gobernador. Por 1936
John escribió un libro en donde exponía unas fórmulas mágicas para intentar mejorar la
situación en la que se encontraban sus paisanos y los de los otros países, así como los
mercaderes.
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2. Una historia de paisanos y mercaderes
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Por 1945 su país intentaba ayudar a los paisanos de otros países dándoles dinero para que
reconstruyeran sus casas y sus murallas y las casas de los mercaderes,…. El gobernador lo
llamó plan Marshall. Los mercaderes de su país querían hacer intercambios pero los paisanos de
esos países no tenían dinero para adquirir sus productos.
De pronto los paisanos empezaron a reconstruir sus casas y los mercaderes mejoraron sus
tenderetes y todo el mundo empezó a trabajar y a ganar mucho dinero. Como los paisanos
tenían mucho dinero, compraban muchos bienes a los mercaderes y estos subían los precios ya
que no había productos para todo el mundo, así que se los vendían a aquellos que les pagaban
más dinero por ellos.
Las ciudades prosperaron, los paisanos compraban cada vez más bienes y mejores y los
mercaderes obtenían grandes beneficios. Sólo había un problema los precios de los bienes cada
vez eran más altos, John sabía cómo se llamaba eso porque unos monjes españoles hace
mucho, mucho, mucho tiempo lo llamaron inflación.
John conocía lo que dijo en su día Adam y le gustó todo, pero vio que ese mercado de Adam
parecía que tenía problemas en ocasiones. Por ello un día cuando fue a la plaza de su ciudad
vio cómo estaban reunidos mercaderes y paisanos haciendo sus intercambios pacíficamente. De
pronto en uno de los corros varios mercaderes no permitían el acceso al corro a un mercader
que venía de otra ciudad, lo que provocó un enfrentamiento entre ellos. John llamó a un
guardia para que controlara la situación y pareció que todo se apaciguó, ya que el guardia
obligó a los mercaderes a que dejaran entrar en el corro al mercader extranjero.
A las dos, tanto mercaderes como paisanos abandonaron la plaza. John vio que estaba llena de
restos de frutas, verduras, pescados,… y nadie limpiaba aquello. John muy enfadado volvió a
llamar al guardia y le preguntó porqué no lo limpiaba algún paisano que buscara el gobernante
de la ciudad. El guardia le contestó:
-“Los mercaderes y los paisanos vienen a la plaza, realizan sus intercambios y se van. El
gobernador no tiene monedas para pagar a un paisano para que limpie la plaza”
-“¿Y por qué no aportan unas monedas los mercaderes y los paisanos cuando vienen a la plaza
y se lo dan al gobernador? Cada vez que intercambien productos podrían dar una parte del
precio el mercader y otra parte el paisano, así con esas monedas el gobernador podría
mantener la plaza limpia y usted podría estar más tiempo aquí para controlar que no haya
altercados y que no hagan trampas en los intercambios ni los mercaderes ni los paisanos.
-“Es una buena idea. Se la comentaré al gobernador para que empiece a aplicarla lo antes
posible”
Les gustó tanto la idea a gobernantes y paisanos que empezaron a instalarla en las distintas
ciudades y países.
A los defensores de Adam no les gustó nada la idea de que hubiera guardias en los mercados ni
tampoco que tuvieran que pagar monedas para dárselas al gobernante. “El mercado funciona
bien sin guardias ni gobernantes, no son necesarios para esto”.
Para distinguirse entre los defensores de unos y de otros se pusieron nombres. Los que
defendían a Adam se llamaron liberales y los que defendían a John se llamaron keynesianos.
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3. Una historia de paisanos y mercaderes
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Las ideas de John funcionaron hasta 1973 en el que empezaron a llegar noticias de guerras que
había en países lejanos, en otros continentes.
En un país de la lejana Asia se peleaban entre paisanos del norte y paisanos del sur y el Gran
país ayudaba a los paisanos del norte, pero ganaron los paisanos del sur.
En varios países de la lejana Asia se peleaban entre paisanos árabes y paisanos israelíes y el
Gran país ayudaba a los paisanos israelíes por lo que los paisanos árabes se enfadaron mucho y
decidieron para castigar a todos los que apoyaron a los paisanos israelíes subir el precio de uno
de los bienes que tenían y que quería todo el mundo. Ellos lo llamaron petróleo.
El Gran país empezó a tener problemas. Nadie confiaba en él. Él era el gran guardián de las
monedas de oro. Por ello, los otros países pidieron que les devolvieran su oro. Ante el caos que
se organiza el gobernante del país decide que no devolverá el oro que le corresponde a cada
país y provoca una crisis de monedas.
Esta nueva situación provoca que los paisanos no tengan trabajo pero en cambio los precios de
los bienes sean altos y aumenten rápidamente. Los países que instalaron las ideas de John
dejaron de usarlas, ya que no eran válidas en ese momento.
En cambio las ideas de los defensores de Adam, principalmente un señor llamado Milton
Friedman, volvieron a tener importancia. Los intercambios volvieron a tener lugar en los
mercados de forma libre y sin guardias. Las ciudades volvieron a crecer y los paisanos volvieron
a tener mucho dinero para comprar sus bienes.
Por el año 2008 volvió a ocurrir algo parecido al año 1929 cuando Adam paseaba por su ciudad
en Escocia. Llegaron noticias de países lejanos en donde se informaba que los intercambios de
bienes no se estaban produciendo adecuadamente. Algunos mercaderes se estaban
arruinando,… Todo ello provocó tal caos que se contagió a muchos países.
Los precios de los bienes no sólo no subían sino que bajaban de un mes para el otro y los
paisanos no tenían trabajo porque los mercaderes no vendían sus productos. Los gobernantes
de los países no hacían caso de la situación y seguían gastando y malgastando.
Los keynesianos se dieron cuenta que las ideas de John eran buenas para ser aplicadas en ese
momento pero el gasto desmesurado de los gobernantes de los países en la época anterior no
lo permitían.
La situación era muy complicada para paisanos y para mercaderes, las ideas de Adam
provocaron esta situación y las de John no se podían aplicar, por ello tanto paisanos como
mercaderes prometieron no volver a cometer los mismos errores anteriores, ser muy
disciplinados con sus gastos y no despilfarrar ni sus bienes ni sus monedas.
Colorín, colorado esta historia aún no se ha terminado.
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