La mujer campesina lloraba desconsoladamente por no poder tener hijos. Sus lágrimas formaron un gran lago donde la luna le ofreció ayudarla a tener muchos hijos a cambio de que le entregara a su primer hijo a los cinco años. Cuando llegó el momento, la luna se tragó a la hija frente a la madre y le prometió que la vería todas las noches como una estrella. La mujer luego dio a luz a trillizos y cada noche los niños miraban al cielo para ver a su hermana convertida en una hermosa
1. LA LUNA Y LOS HIJOS DE LAS LÁGRIMAS
Hace mucho, muchísimo tiempo, en una vereda al pie de la serranía
de San Jerónimo, vivía una pareja de
campesinos, en un rancho muy
humilde. Se habían unido desde seis
años atrás y no habían podido tener
hijos.
Una noche la mujer, muy triste, salió
al patio y sentada en un tronco lloraba desconsoladamente, lloraba
y lloraba. Lloró tanto que se formó un pequeño charco que luego
fue una gran charca, y después una laguna y después un gran lago
de lágrimas. Ella seguía llorando, hasta que una luz intensa en el
fondo del lago llamó su atención. Era la luna que la miraba
curiosamente.
La luna le preguntó por qué lloraba y ella le contó de su desgracia.
La luna le mostró interés y le dijo que le ayudaría, que tendría
muchísimos hijos, pero que debían firmar un pacto. La mujer
ilusionada asintió y pidió que le dijera las condiciones.
2. La mujer tendría que beber una gran totuma del lago de las lágrimas
y quedaría embarazada y también le debería entregar su hijo, a la
luna, una vez cumpliera cinco años. La propuesta no tenía sentido,
en apariencia, pero la mujer acepto porque una vez entregado el
hijo, podría verlo todas las noches según la luna y además tendría
muchísimos más hijos.
Muy pronto llegó el momento y el hijo esperado nació. Era una
hermosa niña que hizo muy felices a sus padres, los cuales la
amaban inmensamente.
En breve pasaron cinco años, la mujer, tomó a la hija, y se dirigió
a lo más alto de la serranía a cumplir su cita con la luna. Le dijo a
la luna que por favor se las dejara, que amaban muchísimo a su
hija, que no se la entregarían. Entonces la luna ocultando su
molestia se mostró comprensiva y le dijo que estaba bien, que
quería despedirse de la niña y que quería un beso de ella. La luna
se acercó a la niña y la niña intento darle el beso, de pronto la luna
abrió sus cachos y se la tragó delante de los ojos de su madre. La
luna miró a la mujer y con una voz luminosa le dijo que cuando
3. nacieran sus próximos hijos todas las noches miraran al cielo. La
mujer lloró y se fue para su vivienda.
Pasaron nueve meses y la mujer dio a luz a trillizos como lo había
prometido la luna.
Los niños crecieron, llenando la ausencia de su hermana y todas las
noches como lo indicara la luna, salían al patio y miraban al cielo
y veían a su hermanita convertida en una hermosa estrella. Los
niños que se traga la luna se convierten en luceros y las niñas en
hermosas estrellas.
ZENUMBIO
CERETÉ- 29-10- 2018