El documento analiza el concepto de amor y cómo influye en la mente humana. Explica que la mente está dividida en partes como la razón, la personalidad y los sentimientos. Los gustos se almacenan en la memoria y despiertan sentimientos según la personalidad. El amor surge cuando los estímulos externos son interpretados por el cerebro. También analiza el desamor como una ruptura dolorosa que puede causar problemas de salud.
2. AMOR
El amor es un concepto universal relativo a la afinidad entre seres, definido de diversas
formas según las diferentes ideologías y puntos de vista (artístico, científico, filosófico,
religioso). De manera habitual, y fundamentalmente en Occidente, se interpreta como
un sentimiento relacionado con el afecto y el apego, y resultante y productor de una
serie de actitudes, emociones y experiencias. En el contexto filosófico, el amor es una
virtud que representa todo el afecto, la bondad y la compasión del ser humano.
También puede describirse como acciones dirigidas hacia otros y basadas en la
compasión, o bien como acciones dirigidas hacia otros (o hacia uno mismo) y basadas
en el afecto.
3. Análisis de nuestra mente respecto al amor:
Se ha dicho que el amor es la inclinación del alma hacia un objeto o persona. No
podríamos hablar del alma si no se sabe con certeza que el alma existe, así que
tendremos que asemejar el alma con algo que si sabemos con certeza. Científicamente,
la mente se ubica en nuestro cerebro, así que si tenemos una afirmación exacta seria
bueno analizar la mente y como el amor influye en ella.
Nuestra mente esta dividida en varias partes psicológicas: el razonamiento, nuestra
personalidad, la memoria y los sentimientos. Digamos que con el razonamiento
podemos realizar operaciones matemáticas (y mucho más) y la memoria guarda siempre
los números (y mucho más). Nuestra personalidad define los gustos que tenemos y a su
vez los sentimientos que tomamos frente a determinados gustos. Cada gusto que se
guarda en nuestra memoria y es procesado por nuestra personalidad despierta un
sentimiento.
Todo esto esta fijado gracias a la estructura de nuestro cerebro y con el paso del
tiempo van cambiando. Nosotros no podemos elegir una razón lógica por la cual nos
gustan las cosas. No podemos decir porque nos gusta bailar, mirar una película, leer,
etc. Nosotros cuando vemos a una mujer y decimos "ella me gusta" no tenemos ni la
mas pálida idea de porque me gusta, pero cuando se tratan de afirmaciones del porque
"me gusta" lo único que podemos decir es "la estructura de mi cerebro reacciona frente
a situaciones de una determinada manera". Nietzsche afirma que lo que recibimos son
señales que son interpretadas por nuestro cerebro. La combinación de dichas señales
producen un sentimiento o una reacción en nuestro razonamiento o en la personalidad,
y es hay que sale el amor.
4. Tradicionalmente la idea de amar está relacionada con el deseo intenso de estar con
alguien y compartir con otra persona unos lazos afectivos duraderos. Se trata de una
vivencia intensa, aunque puede ser al mismo tiempo dolorosa. Este aspecto
contradictorio es uno de sus elementos característicos. La frontera entre el amor y el
odio con frecuencia es débil y con relativa facilidad se pasa de un sentimiento a otro.
Al pensar en amar a otra persona inevitablemente lo asociamos a un hombre y una
mujer. Sin embargo, es un sentimiento mucho más amplio. Podemos amar a los hijos, a
una actividad o a un animal. Amamos porque hay algo en nuestro interior que nos
empuja a ello. Ese algo es, precisamente, el componente misterioso, extraño y casi
inexplicable del amor.
Existe también otra característica del amor llamada “Desamor”.
5. El desamor o el mal de amores como lo identifica la doctora en Sociología Ángeles
Rubio, puede causar problemas físicos derivados del estrés y la ansiedad y graves
trastornos psicológicos, llegando a estados depresivos, incluso la persona abandonada
puede manifestar ideas suicidas. Y cuando enfermamos por amor, nos estamos dejando
llevar por las sensaciones negativas que produce el desamor, nos controlan hasta el
punto de poder volvernos esclavos o dependientes, por lo que de un proceso normal de
duelo ante la pérdida del ser amado, pasamos a un proceso patológico que conlleva a
una depresión mayor que debe ser tratada por un especialista.
Tres de las causas que promueven estos estados negativos (patológicos o normales) cuando
aparece el desamor son:
La ruptura de una relación se entiende como un fracaso personal y social.
El desamor conlleva los mismos patrones que un estado de duelo por la muerte de
alguien querido.
El desamor conlleva los mismos patrones biológicos que la sensación de abandono en el
bebé por parte de su vinculo afectivo (la madre).
6. Vamos a entender el desamor como la ruptura de una relación que puede suceder en la
mayoría de casos de manera unilateral, es decir un miembro de la pareja desea poner
fin mientras el otro aun quiere mantener la relación, o bilateral, cuando son ambos
miembros los que descubren que su historia de amor no puede continuar pero el
sufrimiento ocasionado es intenso. En ambos casos el proceso es doloroso, pero cuando
la ruptura es unilateral, conlleva peores estados emocionales y físicos para ambos,
pues un miembro se siente abandonado y el otro poseerá sentimientos de culpa y
quizás ambos mantendrán una sensación de fracaso.
Sigamos con el tema del amor:
En español, la palabra amor (del latín) abarca una gran cantidad de sentimientos
diferentes, desde el deseo pasional y de intimidad del amor romántico hasta la proximidad
emocional asexual del amor familiar y el amor platónico,[2] y hasta la profunda devoción o
unidad del amor religioso.[3] En este último terreno, trasciende del sentimiento y pasa a
considerarse la manifestación de un estado del alma o de la mente, identificada en algunas
religiones con Dios mismo o con la fuerza que mantiene unido el universo.
7. Las emociones asociadas al amor pueden ser extremadamente poderosas, llegando con
frecuencia a ser irresistibles. El amor en sus diversas formas actúa como importante
facilitador de las relaciones interpersonales y, debido a su importancia psicológica
central, es uno de los temas más frecuentes en las artes creativas (cine, literatura,
música).
Desde el punto de vista de la ciencia, lo que conocemos como amor parece ser un
estado evolucionado del primitivo instinto de supervivencia, que mantenía a los seres
humanos unidos y heroicos ante las amenazas y facilitaba la continuación de la especie
mediante la reproducción.[4]
La diversidad de usos y significados y la complejidad de los sentimientos que abarca
hacen que el amor sea especialmente difícil de definir de un modo consistente,
aunque, básicamente, el amor es interpretado de dos formas: bajo una concepción
altruista, basada en la compasión y la colaboración, y bajo otra egoísta, basada en el
interés individual y la rivalidad. El egoísmo suele estar relacionado con el cuerpo y el
mundo material; el altruismo, con el alma y el mundo espiritual. Ambos son, según la
ciencia actual, expresiones de procesos cerebrales que la evolución proporcionó al ser
humano; la idea del alma, o de algo parecido al alma, probablemente apareció hace
entre un millón y varios cientos de miles de años.
8. Dos formas de entender el amor
Los seres humanos podemos desarrollar en esencia dos tipos de actitudes: bajo una de
ellas somos altruistas y colaboradores, y bajo la otra somos egoístas y competidores.
Existen personas totalmente polarizadas hacia una de las dos actitudes por voluntad
propia; por ejemplo, los monjes budistas están totalmente volcados hacia el altruismo,
y los practicantes del objetivismo, hacia el egoísmo. Y también existen personas que
combinan ambas formas de ser, comportándose, unas veces, de forma altruista y
colaboradora, otras, de forma egoísta y competitiva, y otras, de forma parcialmente
altruista y competitiva. En algunas partes del mundo predomina el altruismo, de modo
que el egoísmo se ve en general como algo negativo. Y existen grupos humanos donde
sucede lo contrario. Todas las guerras de la historia nacieron del egoísmo por parte de,
al menos, uno de los dos bandos; todas las situaciones conflictivas del ser humano
proceden del egoísmo.