2. ORACIÓN DEL NIÑO A SU MAESTRO.
Maestro, tu que has de plasmar mi alma y modelar mi corazón,
compadécete de mí fragilidad.
No me mires con ceño adusto si no te comprendo, ten paciencia.
No te moleste mi bulliciosa alegría; ¡compártela!
No atiborres mi débil inteligencia con nociones superfluas.
Enséñame lo útil, lo verdadero, lo bello.
Trátame con dulzura, Maestro, ahora que soy pequeño.
Cuántos dolores me esperan en la vida: en medio de ellos, el recuerdo de
tu benevolencia será estímulo bienhechor.
No me riñasinjustamente...Ámame, Maestro, que yo también,
aunque no sepa demostrártelo, te amaré mucho, mañana másque hoy.
Cultívame, Maestro, como un jardinero sus flores.
Y yo perfumaré tu existencia con el incienso perenne del recuerdo y la
gratitud.
Maestro, buen Maestro, que haz de dar luz a misojos, aliento a mi
cerebro, bondad a mi corazón, belleza a mi alma, verdad a mis
palabras, rectitud a misactos;
Maestro no desoigas mi oración
Por el padresacerdote....
Walter de JesúsZapata Velásquez.
Joel UshiñaLópez 4to“B”