1. Tu Guía de viaje
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Heredera de un pasado glorioso, Lisboa nos inundará de tradición y cultura por los cuatro costados. El aire
Lisboa, ciudad de los
antiguo de sus calles y sus tranvías despertarán nuestros sentidos en cuanto empecemos a conocerla. En
sentidos cambio, con recorrer cuatro pasos, nos toparemos con otra ciudad: la moderna y vanguardista ciudad de la Expo.
Lisboa nos permite visitar dos ciudades en una.
Primera mañana
9.30 h - La Alfama, el corazón de Lisboa
Antes de nada, debemos saber que lo ideal es comprar un abono de transporte para todo el día, ya que
lo amortizaremos de sobras. Aunque lleguemos a Lisboa en coche particular, conviene dejarlo aparcado.
Comenzamos nuestra ruta en el popular barrio de la Alfama, uno de los más antiguos de la ciudad.
Empezamos la ronda por el barrio desde lo más alto, desde el espectacular Castillo de San Jorge (los tranvías
12 y 28 y el autobús 37 llegan hasta allí); un lugar ideal para los aficionados a las vistas inolvidables. La ciudadela
y las torres de vigilancia de este castillo del siglo XII no tienen desperdicio.
Se accede a la ciudadela amurallada a traves del Arco de San Jorge, y luego del pago de una entrada se puede
recorrer libremente el sitio. En la Torre de Ulises, antiguo Archivo Real, llamada así en conmemoración del
legendario fundador de Lisboa, está instalado el Periscopio. Iinventado por Da Vinci en el siglo XVI, es único en
Portugal y permite observar la ciudad en 360º.
Después bajaremos para visitar una de las joyas de Lisboa, la catedral de Santa Maria Maior , más
conocida como la Sé. Construido en el siglo XII, este templo románico ha tenido que reponerse a varias
catástrofes naturales como el terremoto que arrasó la ciudad en 1755 (¡murieron hasta 90.000 lisboetas!).
Actualmente es una mezcla de diferentes estilos arquitectónicos.
A solo unos pasos de la Sé, se encuentra la iglesia de San Antonio, levantada en el lugar en que nació el patrón
de los lisboetas. San Antonio –cuyo nombre real era Fernando Martim de Bulhões e Taveira Azevedo– nació y vivió
en Lisboa, pero como acabó sus días en la ciudad italiana de Padua es conocido como san Antonio de Padua,
cosa que enfurece, y mucho, a los lisboetas.
Más información:
www.disfrutalisboa.com/7-colinas-viva-viagem
12.00 h - El mirador del Tajo
Todavía no nos vamos de la Alfama, el barrio medieval y la auténtica esencia de Lisboa. Después de ver sus
tesoros religiosos, ahora haremos una inmersión por sus calles, sus gentes y su ambiente. Aquí nos toca elegir
un calzado cómodo y perdernos sin rumbo fijo por sus empedradas callejuelas laberínticas, llenas de subidas y
bajadas.
Alfama no tiene ni museos ni vistosas fachadas arquitectónicas. Su encanto reside en la melancolía y el espíritu
bohemio que despiertan las flores en los balcones, la ropa tendida o las fachadas decoradas con los típicos
azulejos portugueses (azules y blancos). La otra gran atracción, sin duda, son sus miradores. Desde ellos,
podremos observar una encrucijada única: el lugar en que se unen el Tajo y el Atlántico (los de Santa Luzia y
Portas do Sol, de los más recomendables).
Desde la mayoría de estos miradores podremos divisar la espectacular figura del Cristo Rei. Una estatua de más
de 100 metros de altura, que resulta ser una réplica adaptada del Cristo Redentor de Río de Janeiro.
Incluso cuenta con ascensor en su interior que nos permitirá subir hasta la cima y disfrutar de una vista fantástica.
Para llegar hasta allí deberemos cruzar al otro lado del río
Primera tarde
14.00 h - Comer en un palacio
Después de haber disfrutado de los rincones de la Alfama, llega la hora de comer. Y ya que estamos, deberíamos
acercarnos a la Rua de São João da Praça, en el número 18, y pedir mesa en el Páteo de Alfama .
Es un restaurante alucinante, situado en el atrio del antiguo palacio de los condes de Murça,
que “milagrosamente” se salvó del famoso terremoto de 1755. Allí podremos degustar desde la famosa sopa
da pedra (una especie de cocido con carne, verduras, embutidos y alubias) hasta las vieiras gratinadas o
el bacalhau com natas. Eso sí, el café nos lo guardamos para hacer la sobremesa en un lugar especial.
Por supuesto en Alfama hay otras alternativas como el Torreiro do Paço (Praça Comercio, s/n) donde podremos
comprobar las bondades de la cocina de autor de Vítor Sobral, o el célebre Casa do Leâo (Castelo de Sâo
2. Jorge s/n), una antigua leonera del castillo de San Jorge, donde saborear cocina tradicional y disfrutar de
inmejorables panorámicas sobre Lisboa.
16.00 h - Cita con Pessoa en el Chiado
Para hacer la sobremesa, salimos del restaurante y cogemos la Rúa Do Barao hasta la de Augusto Rosa, y de ahí
continuamos hacia la Rúa da Conceiçao, que nos llevará hasta el popular barrio de El Chiado, situado en el centro
neurálgico de la ciudad. Podremos acceder al Chiado de una forma muy curiosa pero también tradicional: en
ascensor.
El Elevador de Santa Justa se levanta sobre la calle de Santa Justa y enlaza este céntrico paseo con la Praza
do Carmo, junto al Museu Arqueológico do Carmo. Este café de sobremesa lo tomaremos en un local inolvidable,
A Brasileira (Rua Garret, 120). Es un lugar famoso, especialmente, por haber sido el punto de encuentro de poetas
y literatos de la ciudad.
Si nos sentamos en una de las mesas de la terraza, podremos contemplar a los que se acercan para hacerse la
típica foto junto a la estatua sentada del reconocido escritor portugués Fernando Pessoa. Fue uno de los
tertulianos más célebres de este café y por eso ahora este lugar es una de las citas clásicas para cualquier turista
de pro.
Más información:
http://www.visitlisboa.com/getdoc/a4ecbe38-e5fd-471f-855e-fe16e82b9cd5/Esplanadas.aspx
17.30 h - Tiendas y glamour en Lisboa
Nos quedamos por El Chiado para pasear y explorar lo que nos ofrece Lisboa en materia de compras. En
esta zona, encontraremos la oferta comercial más glamurosa y diversificada de la ciudad. En sus principales vías
comerciales, como la Rua Augusta o la Rua do Carmo, nos toparemos con diversas y cotizadas tiendas de moda
de diseño (no podemos perdernos la de Ana Salazar , la diseñadora más puntera de Portugal).
También podremos echar un vistazo entre librerías con solera y las mejores firmas de ropa internacionales,
siempre llenas de la trendy people lisboeta.
21.00 h - Fado en el Barrio Alto
El día ha sido largo y hemos visto mucho, pero todavía nos queda descubrir la noche lisboeta. Podemos cenar en
el Tavares Rico (Rua Misericordia 35-37, entre El Chiado y el Barrio Alto). Este es quizás el restaurante con
más clase y pedigrí de Lisboa. ¡Fue inaugurado en 1784! Actualmente está galardonado con dos Soles de Repsol.
Aunque los precios no son nada bajos, el esfuerzo quedará sobradamente recompensado cuando probemos su
espectacular variedad de pescados y mariscos. Además, el entorno, con su deslumbrante salón dorado de estilo
barroco, es muy romántico.
Acabada la cena, caminamos unos metros, subimos al Barrio Alto y damos una vuelta por sus calles estrechas en
busca del local que más nos llame la atención. Aunque lo mejor es hacer una cata a ciegas de estos locales,
podríamos tomarnos algo en el Palpita-me o en la Tasca do Chico (ambos situados en la Rua do Diário de
Notícias). En cualquiera de los dos, podremos tomar una excelente caipiriña mientras escuchamos el mejor fado
en vivo y en directo de la ciudad.
Segunda mañana
10.00 h – Parque de las Naciones, La cara vanguardista de la ciudad
Después de caminar todo un día por la Lisboa histórica, parece mentira que en tan pocos metros puedan convivir
calles estrechas, tranvías casi centenarios y monumentos medievales… con una construcción tan moderna y
vanguardista como El Parque de las Naciones.
A orillas del Tajo se levanta la metrópoli moderna y vanguardista, vayamos hasta, como los lisboetas llaman,
Parque das Nações y demos una vuelta por la zona de la Expo . Visitar el Oceanário más grande de Europa
(ideal si vamos con los niños) y coger el teleférico que va desde éste hasta la Torre Vasco da Gama, famosa por
su forma de vela, son dos alternativas muy recomendables. Las vistas sobre el río y el parque son espectaculares
y resulta un escenario muy romántico para las parejas.
No debemos olvidar las zonas verdes, como los Jardines del Agua, el Jardín García de Orta o el Jardín de las
Olas, el Parque Tejo (extensa franja a orillas del río donde está el "skate park") y el Bowling Internacional de
Lisboa. El gran recinto también posee bares, restaurantes, terrazas, siempre en contacto con el río, así como un
anfiteatro al aire libre, la Plaza Sony, donde puede asistir a espectáculos en vivo o en pantalla gigante.
12.00 h - Paseo en un tranvía histórico de la ciudad
La Lisboa vanguardista también es espectacular y bien merecía una visita, pero ahora volvamos a su
parte histórica. Si salimos de la zona de la Expo, cogemos la Avenida Infante Dom Henrique hasta la Praça
3. do Comercio y de allí subimos por la Rúa do Prata hasta la Praça do Rossio, donde nos montamos en uno de
los tranvías más hitóricos de la ciudad, nº28 para subir al Miradouro do São Pedro.
El viaje en tranvía, indispensable, será otro de los momentos memorables de nuestro paso por Lisboa.
Intentemos coger un tranvía histórico en lugar de los modernos. Sus interiores de madera y el ímpetu con que
suben y bajan las cuestas son toda una experiencia para el que se monta en ellos por primera vez. Una vez
arriba, disfrutaremos de nuevas vistas privilegiadas de la ciudad y podremos comprobar algunas de
las características tradicionales de la ciudad: los tejados rojos construidos con tejas de barro, los azulejos de las
terrazas y de los balcones, y el encalado de los edificios. Este paisaje solo se puede ver en Lisboa y es la firma de
esta ciudad.
Nos resultará útil saber que los tranvías forman parte de la red Carris . Para usar todos los medios
de transporte que forman esta red, lo más cómodo es comprar la Tarjeta 7 Colinas. Su precio es casi la mitad del
billete sencillo de un solo uso y es recargable.
Segunda tarde
14.00 h - ¡A comer!
Comeremos en Barrio Alto. Vamos a acercarnos al número 57 de la Rua da Atalaia y pediremos mesa en
Pap'Açorda. Se trata de un exclusivo restaurante donde te reciben con una copita de champán y te tienden con
muchísima amabilidad. Si queremos algo más asequible, podemos dirigirnos a cualquier tasquinha de
las muchas que hay en el barrio y comernos un plato a base de bacalao; un plato obligatorio en Lisboa.
16.30 h – La Torre de Belém y los Jerónimos
Antes de despedirnos de Lisboa, iremos hasta el barrio de Belém, situado al oeste del centro de la ciudad,
siguiendo la senda del Tajo. Para llegar hasta allí, podemos coger el tranvía nº15 en el intercambiador de la
céntrica Praça do Comerço y bajarnos cuando veamos la silueta del enorme Mosteiro dos Jerónimos . Este
monumento fue financiado con los tesoros traídos de las colonias de ultramar.
El rey Manuel I encargó la construcción del famoso monasterio para celebrar el descubrimiento de la ruta marítima
de Vasco de Gama. La gran explanada que le precede es de una inmensidad sorprendente. De hecho, nos llevará
un buen rato contemplar su impresionante fachada orientada al Tajo. De esta fachada cabe destacar la puerta de
entrada, llamada Portada del Mediodía.
Otra de las joyas imprescindibles de este barrio es la Torre de Belém: un espectacular monumento de 35 metros
de altura que en un principio cumplía tareas defensivas, pero que con el tiempo se utilizó como aduana, faro y
prisión. Su presencia deja con la boca abierta.
18.00 h - Los famosos pastelitos de Belém
En Belém es muy tradicional entre los lisboetas pasear comiendo unos pastelitos muy especiales. Si lo vemos,
no nos debe sorprender, sino que debemos probarlos. Y es que, a pocos metros del monasterio, encontramos la
famosa pastelería de Belém (Pasteis de Belém) .
Aquí, desde 1837, hacen unas tortitas de unos 10 cm de diámetro rellenas de crema y espolvoreadas con canela
que, hoy en día, ya han conseguido fama internacional. Comer un par o tres de ellos, acompañados de un
chocolate caliente, es la mejor despedida posible de nuestras inolvidables 48 horas en Lisboa.
Seas como seas, tenemos un plan para ti
Para los sofisticados:
Para los noctámbulos más elitistas, recomendamos una velada en la discoteca Lux propiedad del actor John
Malkovich–, situada en la Avenida Infante Dom Henrique. Tiene unos interiores y una terraza espectaculares para
vivir una noche de lujo inolvidable.
Visitar el Centro Cultural de Belem (Praça do Império) y el Museo Gulbenkian (Avenida de Berna, 45) será
vital para los que quieran estar más al día de la “movida” cultural lisboeta. Ambos son, por calidad y programación,
los dos centros más punteros de la capital.
Disfrutar del relax:
El Spa Acqua Spa Acqua (Av. D. João II, Parque das Nações), situado en las afueras de la ciudad, es
un espacio intimista dedicado a los que quieran experimentar sensaciones de relax total. Sus
tratamientos medicinales buscan el siempre difícil equilibrio entre cuerpo y mente. Quien tenga curiosidad por ver
si lo consiguen, no se arrepentirá.
Para los más aventureros:
4. La playa de Guincho se encuentra a tan solo 10 minutos de Lisboa y es escenario de
competiciones internacionales de windsurf y surf. Los más aventureros pueden alquilar tablas y tomar clases
de iniciación en estas modalidades. También pueden practicar el parapente desde las rampas de
salto construidas en los acantilados.
Para amigos:
Si vais con la tropa a Lisboa, no dejéis de consultar el cartel de los conciertos que se realizan en el Parque da
Bela Vista un anfiteatro natural de dimensiones enormes situado en la Avenida Gago Coutihno en las afueras de
Lisboa. Allí han tocado Roger Waters, Madonna y Carlos Santana, entre otros.
Pasearse por la Feira da Ladra (Campo de Santa Clara, en el barrio de Alfama) será otra actividad ideal para hacer
con los amigos. Este es el mercadillo más importante de la ciudad (abierto los martes y sábados de 9h a 18h) y
en él podemos encontrar de todo (antigüedades, libros, ropa, cuadros, artesanía, música…) a buen precio. Muy
recomendable.
Para familias:
El jardín zoológico de Lisboa (Estrada de Benfica, 160) es ideal para ir en familia. Allí los más pequeños verán
cómo dan de comer a los leones marinos, podrán asistir al espectáculo de la bahía de los delfines e incluso
podrán montar en un teleférico. Será una propuesta muy divertida y recomendable.
Agradecimientos: Turismo de Lisboa.