tro era el obispo de Lyon Potino, tenía 92 años. El juez le preguntó lleno de altanería y con tono de desprecio que quién era el Dios de los cristianos; Potino le respondió de la siguiente manera: «Lo conocerás cuando seas digno de Él». Aquella contestación provocó risas en los presentes y una reacción violenta.. Se invitó al público asistente a que lo apaleara y apedreara con lo que tuvieran a mano. Fue golpeado brutalmente y pateado y luego lo llevaron a la prisión, murió dos días después. Los cristianos fueron vistos como personas contaminadas, se les prohibió mostrarse en los baños y mercados y finalmente fueron excluidos de todos los lugares públicos, esencialmente lugares donde adoraban a sus dioses, porque creían que la sola presencia de estas personas violaba el lugar de sus dioses.