Este poema describe a una mujer que se mueve silenciosamente con una armonía musical. Sus pasos recuerdan el ritmo de un himno alado y sus ojos brillan con una nueva luz. Ríe con la nota del agua fugitiva y llora con cada lágrima como un poema de ternura infinita. El poeta dice que ella tiene la luz, el perfume, el color y la forma que engendra deseos y la expresión que es la fuente eterna de la poesía.