2. Érase una vez, un muñeco de nieve que
estaba en el bosque y se llamaba Pompi.
Todas las mañanas le gustaba dar largos
paseos, le encantaba ver los pinos llenos de
nieve. Algunas veces, hasta las ardillas se
subían en sus hombros, pero quienes eran sus
mejores amigos eran los conejos. Jugaban
todos los días al escondite, pero como el
muñeco de nieve estaba un poco gordito,
aunque se escondía detrás de los árboles, sus
amigos siempre le encontraban enseguida
porque se le veía la barriga por los lados.
3. De repente, un día que estaba por el bosque
paseando, vio que no estaban sus amigos, no había
nadie en el bosque, sólo estaban los árboles, no
había ardillas ni tampoco sus queridos conejos y él
se quedó triste y preocupado porque no sabía que
estaba pasando. Todos los animalitos del bosque le
estaban preparando una fiesta de cumpleaños y le
habían preparado una tarta de chocolate con nata en
forma de bolitas de nieve y también tenían muchos
regalos para él: una bufanda, un gorro, unas
orejeras, unos guantes y un peluche.
4. Así fue cuando lo tenían todo preparado, todos los animalitos salieron ¡por
sorpresa! de entre los árboles y le dijeron: ¡FELIZ CUMPLEAÑOS POMPI! Y
todos felices, celebraron una gran fiesta por su quinto cumpleaños y de
despedida, soltaron cinco fuegos artificiales que iluminaron todo el cielo del
bosque.