Artes/ObrasMaestras del siglo XVI - tiempos BY: CLAUDIA GINGLIONA RAMÍREZ DIF...
20 Poemas Latinoamericanos.doc
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1. CAÑAL EN FLOR
ALFREDO ESPINO (EL SALVADOR)
Eran mares los cañales
que yo contemplaba un día
(mi barca de fantasía
bogaba sobre esos mares).
El cañal no se enguirnalda
como los mares, de espumas;
sus flores más bien son plumas
sobre espadas de esmeralda...
Los vientos-niños perversos-
bajan desde las montañas,
y se oyen entre las cañas
como deshojando versos...
Mientras el hombre es infiel,
tan buenos son los cañales,
porque teniendo puñales,
se dejan robar la miel...
Y que triste la molienda
aunque vuela por la hacienda
de la alegría el tropel,
porque destrozan entrañas
los trapiches y las cañas...
¡Vierten lagrimas de miel!
2. DIBUJO DEL REGRESO
CLAUDIA LARS (EL SALVADOR)
Alza la dulce muerta su carne soterrada
en verdes que se extienden del suelo a la retina.
Con un gesto de flor responde a tu llamada;
sobre su nombre nuevo un pájaro se inclina.
Lo demás… gracia rota, palabra peregrina,
corazón exprimido y sueño sin morada,
como fuego celeste -¡trémula serafina!-
permanece en tu amor y quema en tu mirada.
La dulce muerta vive bajo signo de ausencia:
en visiones fugaces, en hundida presencia,
y guarda tu secreto una piedra de llanto.
Un día sin nostalgia, recobrada y exacta,
-vuelo, corola y rostro de primavera intacta-
ha de entregarla a todos el clima de tu canto.
3. CAMINAR JOSÉ
ROBERTO CEA (EL SALVADOR)
Caminar en las rosas
es tener un amor especial y rotundo
por las blancas palomas;
es olvidar por un momento
la caída celeste de la lluvia,
es apagar el agua, purificar el cuerpo,
nacer para la aurora
¡Y retener el sol...!
(Llevar canciones en las manos
como lámparas de azules encendidos
más allá de la luz y los cocuyos
¡Es elevar un grito de protesta!)
Caminar sin caídas
sobre el vino más dulce de las voces
ante el vidrio sin fondo del crepúsculo,
frente a la incertidumbre de los viajes
¡Es levantar la frente!
Caminar siempre ha sido
mi querencia más vieja y desmedida
¡Y aquí estoy...!
4. COMO TÚ
ROQUE DALTON (EL SALVADOR)
Yo como tú
amo el amor,
la vida,
el dulce encanto de las cosas
el paisaje celeste de los días de enero.
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También mi sangre bulle
y río por los ojos
que han conocido el brote de las lágrimas.
Creo que el mundo es bello,
que la poesía es como el pan,
de todos.
Y que mis venas no terminan en mí,
sino en la sangre unánime
de los que luchan por la vida,
el amor,
las cosas,
el paisaje y el pan,
la poesía de todos.
5. DORMIREMOS AQUÍ
HUGO LINDO (EL SALVADOR)
Dormiremos aquí
donde la hormiga
acumula su sórdida riqueza.
Aquí, donde el verano no se atreve
a hincar la azada
ni a plantar la flecha.
Aquí donde el festón de las raíces
se agazapa y enreda. Dormiremos.
Donde el agua inefable del invierno
se filtra,
leve, queda,
hasta mojar los párpados
y la sonrisa yerta.
Aquí, taller sombrío en que se forjan
las cosechas. Dormiremos aquí.
Cerrad la puerta.
6. NASSAU
OTTO RAÚL GONZÁLEZ (GUATEMALA,
1921)
Se contradice piedra con caballo,
luna de alpaca y míseros harapos,
sangre vertida con pulido mármol,
opulencia sajona y negro llanto,
besos de luna con heridos labios,
fina canela y elefante blanco,
jardín de rosas y traidor disparo,
niebla cerrada y hojas de tabaco,
espaldas negras y zumbante látigo.
La isla de Nassau por todos lados:
sangrante herida en medio del océano.
7. HE VISTO HOMBRES...
JORGE DEBRAVO (COSTA RICA, 1938-
1975)
He visto hombres saliendo de la piedra
como de un profundo y sudoroso parto.
He visto hombres tumbados en la angustia
y sacando las islas de sus brazos.
He visto hombres quemar su esclavitud
y emerger transparentes como vasos.
He visto hombres beber la libertad
y seguir arrastrando un corazón de esclavo
He visto hombres mirar las multitudes
con las pupilas tiernas como heridas,
y hombres contemplando a un degollado
con los ojos ajenos como guijas...
Y he visto hombres huir de la batalla
y era como si huyeran de su vida.
8. VEO MI PATRIA
TULIO GALEAS (HONDURAS, 1942)
Veo mi patria, es triste,
incrédula, asustada,
como una gota de agua perdida
multiplicando arrugas,
antigua y desusada y
en un mundo que no le pertenece
como una vieja honda entre fusiles.
Y me duele su día arrinconado y sucio,
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su color de sepulcro perfumado,
y el sabor a blasfemia que se arrolla en sus
calles.
Solitaria, parece el lamento extraviado
de un planeta remoto, de un planeta
amasado con el odio y el fuego
de todos los infiernos presentidos,
de un planeta maldito que nos hizo
semejantes al hombre y a la tierra.
9. JARDIN ANTIGUO
VILMA VARGAS COSTA RICA
En tardes calurosas
oigo nuestras voces:
rondas inquieto como yo,
sin encontrar el agua acampada en las rocas.
Pero hay algo más,
un sol inatrapado,
ojos límpidos en la noche.
Aquí debió empezar la vida.
El fuego aclara y permanecen
las cosas que fueron el mundo.
Nunca me he ido
ni me iré. Soy
el guardián y la puerta.
10. TIRADOS AL AIRE
DIANA MORÁN (PANAMÁ, 1957-1987)
Requisaron
los ojos
las uñas
los cabellos
esposaron
la lengua
los libros
la madre
y como
entre las argollas
el puño se multiplicaba
herrados
desnudos
sin pasaportes
nos tiraron al aire.
11. TORMENTA
JOAQUÍN PASOS (NICARAGUA, 1914-
1947)
Nuestro viento furioso grita a través de palmas
gigantes sordos bramidos bajan del cielo
incendiados con lenguas de leopardos nuestro
viento furioso cae de lo alto.
El golpe de su cuerpo sacude las raíces de los
grandes
Árboles salen del suelo los escarabajos
las serpientes machos.
Nuestro viento furioso sigue su camino mojado
es el jugo oscuro de la tarde que beben los toros
salvajes
es el castigador del campo.
Los hombres oyen en silencio los gemidos del
aire con el alma quebrada, el cuerpo en alto
los pies y la cara de barro.
Las indias jóvenes salen al patio, rompen sus
camisas ofrecen al viento sus senos desnudos,
que él se encarga de afilar como volcanes.
12. SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ
(1648-1695) MÉXICO
La escritora novohispana nos deja este poema en
el cual nos pone de frente al amor como dulce
seducción y amenaza a la vez. Le canta, no a la
persona, sino al amor como una energía que
atrae irremediablemente con la fuerza de un
tirano.
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Deténte, sombra de mi bien esquivo,
imagen del hechizo que más quiero,
bella ilusión por quien alegre muero,
dulce ficción por quien penosa vivo.
Si al imán de tus gracias atractivo
sirve mi pecho de obediente acero,
¿para qué me enamoras lisonjero,
si has de burlarme luego fugitivo?
Mas blasonar no puedes satisfecho
de que triunfa de mí tu tiranía;
que aunque dejas burlado el lazo estrecho
que tu forma fantástica ceñía,
poco importa burlar brazos y pecho
si te labra prisión mi fantasía.
13. EL ENAMORADO
JORGE LUIS BORGES (1899-1986)
ARGENTINA
Lunas, marfiles, instrumentos, rosas,
lámparas y la línea de Durero,
las nueve cifras y el cambiante cero,
debo fingir que existen esas cosas.
Debo fingir que en el pasado fueron
Persépolis y Roma y que una arena
sutil midió la suerte de la almena
que los siglos de hierro deshicieron.
Debo fingir las armas y la pira
de la epopeya y los pesados mares
que roen de la tierra los pilares.
Debo fingir que hay otros. Es mentira.
Sólo tú eres. Tú, mi desventura
y mi ventura, inagotable y pura.
14. TUS OJOS
OCTAVIO PAZ (1914-1991) MÉXICO
Para el amante, los ojos de su ser amado son los
pozos en que refleja sus sentimientos,
inquietudes, esperanzas y temores. El amante
contempla, como hechizado, la mirada
subyugante del otro. La mirada encontrada es
vínculo, interpelación, pregunta y respuesta a la
vez; es misterio y revelación. Es, pues, abismo
insondable.
Tus ojos son la patria del relámpago y de la
lágrima,
silencio que habla,
tempestades sin viento, mar sin olas,
pájaros presos, doradas fieras adormecidas,
topacios impíos como la verdad,
o toño en un claro del bosque en donde la luz
canta en el hombro de un árbol y son pájaros
todas las hojas,
playa que la mañana encuentra constelada de
ojos,
cesta de frutos de fuego,
mentira que alimenta,
espejos de este mundo, puertas del más allá,
pulsación tranquila del mar a mediodía,
absoluto que parpadea,
páramo.
15. TE SEGUIRÉ CALLADA
JULIA DE BURGOS (1914-1953) PUERTO
RICO
En la distancia, en la imposibilidad, esconde su
amor el amante, como si fuera una vergüenza,
como si fuera indigno, como si fuera
pretencioso de más. El alma amante, humilde y
solitaria, se contenta en el seguimiento, en la
brevedad del instante inspirador, en el silencio
que contempla al amado con la reverencia de un
ser sagrado.
Te seguiré por siempre, callada y fugitiva,
por entre oscuras calles molidas de nostalgia,
o sobre las estrellas sonreídas de ritmos
donde mecen su historia tus más hondas
miradas.
Mis pasos desatados de rumbos y fronteras
no encuentran las orillas que a tu vida se
enlazan.
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Busca lo ilimitado mi amor, y mis canciones
de espalda a los estático, irrumpen en tu alma.
Apacible de anhelos, cuando el mundo te lleve,
me doblaré el instinto y amaré tus pisadas;
y serán hojas simples las que iré deshilando
entre quietos recuerdos, con tu forma lejana.
Atenta a lo infinito que en mi vida ya asoma,
con la emoción en alto y la ambición sellada,
te seguiré por siempre, callada y fugitiva,
por entre oscuras calles, o sobre estrellas
blancas.
16. AMOR PROHIBIDO
CÉSAR VALLEJO (1892-1938) PERÚ
¡¿Qué misterio es este que hace del amor santo y
pecador, redención y condena?!
¡Subes centelleante de labios y de ojeras!
Por tus venas subo, como un can herido
que busca el refugio de blandas aceras.
¡Amor, en el mundo tú eres un pecado!
Mi beso en la punta chispeante del cuerno
del diablo; mi beso que es credo sagrado!
Espíritu en el horópter que pasa
¡puro en su blasfemia!
¡el corazón que engendra al cerebro!
que pasa hacia el tuyo, por mi barro triste.
¡Platónico estambre
que existe en el cáliz donde tu alma existe!
¿Algún penitente silencio siniestro?
¿Tú acaso lo escuchas? Inocente flor!
… Y saber que donde no hay un Padrenuestro,
el Amor es un Cristo pecador!
17. TE QUIERO
MARIO BENEDETTI (1920-2009)
URUGUAY
Tus manos son mi caricia
mis acordes cotidianos
te quiero porque tus manos
trabajan por la justicia
Si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos
Tus ojos son mi conjuro
contra la mala jornada
te quiero por tu mirada
que mira y siembra futuro
Tu boca que es tuya y mía
tu boca no se equivoca
te quiero porque tu boca
sabe gritar rebeldía
Si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos
Y por tu rostro sincero
y tu paso vagabundo
y tu llanto por el mundo
porque sos pueblo te quiero
y porque amor no es aureola
ni cándida moraleja
y porque somos pareja
que sabe que no está sola
Te quiero en mi paraíso
es decir que en mi país
la gente viva feliz
aunque no tenga permiso
Si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.
18. ME GUSTA CUANDO CALLAS
(POEMA XV)
PABLO NERUDA (1904-1973) CHILE
El amante gusta de contemplar al objeto de su
amor. Así, en el silencio, observa, detalla,
desgrana, evoca las fantasías del tiempo, abunda
en los significados del misterio que yace bajo
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sus ojos. Pero cuando el objeto amado habla,
irrumpe la alegría del encuentro renovado.
Me gustas cuando callas porque estás como
ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.
Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.
Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.
Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.
Me gustas cuando callas porque estás como
ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.
19. DOS PALABRAS
ALFONSINA STORNI (1892-1938)
ARGENTINA
Hay palabras cansadas de tanto decirse en el
aire. El discurso amoroso se tiñe, con
frecuencia, de lugares comunes. Pero hay un
rito, una cierta forma de mirar, un cierto tono en
los labios, que son prueba manifiesta del sentido
revivido de esas dos palabras: "te amo".
Esta noche al oído me has dicho dos palabras
Comunes. Dos palabras cansadas
De ser dichas. Palabras
Que de viejas son nuevas.
Dos palabras tan dulces que la luna que andaba
Filtrando entre las ramas
Se detuvo en mi boca. Tan dulces dos palabras
Que una hormiga pasea por mi cuello y no
intento
Moverme para echarla.
Tan dulces dos palabras
¿Que digo sin quererlo? ¡oh, qué bella, la vida!?
Tan dulces y tan mansas
Que aceites olorosos sobre el cuerpo derraman.
Tan dulces y tan bellas
Que nerviosos, mis dedos,
Se mueven hacia el cielo imitando tijeras.
Oh, mis dedos quisieran
Cortar estrellas.
20. EL NAUFRAGIO
EUGENIO MONTEJO (1938-2008)
VENEZUELA
El naufragio de un cuerpo en otro cuerpo
cuando en su noche, de pronto, se va a pique…
Las burbujas que suben desde el fondo
hasta el bordado pliegue de las sábanas.
Negros abrazos y gritos en la sombra
para morir uno en el otro,
hasta borrarse dentro de lo oscuro
sin que el rencor se adueñe de esta muerte.
Los enlazados cuerpos que zozobran
bajo una misma tormenta solitaria,
la lucha contra el tiempo ya sin tiempo,
palpando lo infinito aquí tan cerca,
el deseo que devora con sus fauces,
la luna que consuela y ya no basta.
El naufragio final contra la noche,
sin más allá del agua, sino el agua,
sin otro paraíso ni otro infierno
que el fugaz epitafio de la espuma
y la carne que muere en otra carne.