1. Literatura II Realismo. Arvayo Rodríguez Alan Alberto (Manuel de Palacio, exposición e investigación). Huerta Jáuregui Marcela (Gaspar Núñez de Arce, investigación, edición y ortografía). Núñez Kevin ( Ramón de Campoamor, exposicion). Ramírez Gurrola Julián Jaiton ( Manuel González Prada, exposición e investigación). Zepeda Valdez Roberto (Juan Valera, exposición e investigación).
2. Contextualización históricoliteraria. En 1830, se produjo en Francia un cambio de régimen político. Se dijo adiós a la monarquía y se dio paso a una burguesía moderada. Durante la segunda mitad del siglo XIX, el sentido práctico de la burguesía sustituyó al ideal romántico, se impuso pues, el realismo literario, cuyo punto de referencia era la observación de la realidad y el análisis objetivo de la misma.
3. Antecedentes: • Revolución Industrial, Seguimiento de la Burguesía, Surgimiento del Método Científico.
4. Gaspar Núñez de Arce. La obra de Núñez de Arce desprecia el lirismo de Bécquer, huyendo de lo personal y buscando un propósito didáctico para su poesía. La obra poética más importante de este autor es Gritos de combate (1875), que respondía plenamente a las ideas políticas y religiosas que defendía.
5. Oh, eterno amor, que en tu inmortal carrera das a los seres vida y movimiento, con qué entusiasta admiración te siento, aunque invisible, palpitar doquiera! Esclava tuya, la creación entera se estremece y anima con tu aliento; y es tu grandeza tal, que el pensamiento te proclamara Dios si Dios no hubiera. Los impalpables átomos combinas con tu soplo magnético y fecundo: tú creas, tú transformas, tú iluminas; y en el cielo infinito, en el profundo mar, en la tierra atónita dominas, ¡amor, eterno amor, alma del mundo! Amor! (¡amor!)
6. Cuando El Ánimo Ciego. Cuando el ánimo ciego y decaído la luz persigue y la esperanza en vano; cuando abate su vuelo soberano como el cóndor en el espacio herido; cuando busca refugio en el olvido que le rechaza con helada mano; cuando en el pobre corazón humano el tedio labra su infecundo nido; cuando el dolor, robándonos la calma, brinda tan solo a nuestras ansias fieras horas desesperadas y sombrías, ¡ay, inmortalidad, sueño del alma que aspira a lo infinito!, si existieras, ¡qué martirio tan bárbaro serías!
7. Manuel de Palacio. Militó en posiciones progresistas durante su juventud, lo que le valió arrestos y destierro en Puerto Rico. Fue académico de la Lengua.
8. La bandera española. De rojo y amarillo está partida; Dice el rojo del pueblo la fiereza; El amarillo copia la riqueza Con que su fértil suelo nos convida. Plegada alguna vez, jamás rendida, Ningún borrón consiente su pureza, Y aun al mirarla doblan la cabeza Los que a su sombra fiel hallan cabida. Si hoy, como en otra edad, al mundo entero Leyes no dicta desde polo a polo, Ni el sol la manda su fulgor primero, Cuando con vil traición o torpe dolo Pisarla intente audaz el extranjero, ¡Teñida la veréis de un color sólo!
9. El amor ideal. Haces bien en decir, Lesbia querida, Que para mí son leyes tus antojos, Pues por una mirada de tus ojos Satisfecho y feliz diera mi vida. Pide a mi amor sin tregua y sin medida Sacrificios, placer, dicha y enojos; Pide que torne en flores los abrojos Y en pavesas la nieve derretida. Pídeme que te cante como Homero, Que ruja como hirviente catarata, Que llore entre cadenas prisionero: Pídeme, Lesbia, mi ilusión más grata; Mas no me pidas ropa ni dinero, Porque estoy más perdido que una rata.
10. Ramón de Campoamor . Campoamor tuvo una inmensa fama en vida, aunque más tarde su obra fue desprestigiada y arrinconada. Su obra constituyó el primer intento serio de superar las formas poéticas del Romanticismo en la segunda mitad del siglo XIX.
11. La vida humana. Velas de amor en golfos de ternura vuela mi pobre corazón al viento y encuentra, en lo que alcanza, su tormento, y espera, en lo que no halla, su ventura, viviendo en esta humana sepultura engañar el pesar es mi contento, y este cilicio atroz del pensamiento no halla un linde entre el genio y la locura. ¡Ay! en la vida ruin que al loco embarga, y que al cuerdo infeliz de horror consterna, dulce en el nombre, en realidad amarga, sólo el dolor con el dolor alterna, y si al contarla a días es muy larga, midiéndola por horas es eterna.
12. Mas cerca de ti me siento. ¡Ay! ¡Ay! Más cerca de mí te siento cuando más huyo de ti, pues tu imagen es en mí, es en mí, sombra de mi pensamiento, sombra de mi pensamiento. ¡Ay! Vuélvemelo a decir, vuélvemelo a decir pues embelesado ayer te escuchaba sin oír y te miraba sin ver, y te miraba sin ver. ¡Ay!
13. Manuel González Prada. Durante la guerra contra Chile, participó en las batallas de San Juan y Miraflores. Al producirse la invasión de Lima, por tropas chilenas, se recluiría en su casa en señal de protesta. Concluida la guerra se reincorporaría a la vida pública haciendo sentir su marcado sentimiento antichileno.
14. Amar sin ser querido. Un dolor jamás dormido, una gloria nunca cierta, una llaga siempre abierta, es amar sin ser querido. Corazón que siempre fuiste bendecido y adorado, tú no sabes, ¡ay!, lo triste de querer no siendo amado. A la puerta del olvido llama en vano el pecho herido: Muda y sorda está la puerta; que una llaga siempre abierta es amar sin ser querido.
15. El amor. Si eres un bien arrebatado al cielo ¿Por qué las dudas, el gemido, el llanto, la desconfianza, el torcedor quebranto, las turbias noches de febril desvelo? Si eres un mal en el terrestre suelo ¿Por qué los goces, la sonrisa, el canto, las esperanzas, el glorioso encanto, las visiones de paz y de consuelo? Si eres nieve, ¿por qué tus vivas llamas? Si eres llama, ¿por qué tu hielo inerte? Si eres sombra, ¿por qué la luz derramas? ¿Por qué la sombra, si eres luz querida? Si eres vida, ¿por qué me das la muerte? Si eres muerte, ¿por qué me das la vida?
16. Juan Valera. Valera fue un hombre de mundo, elegante, distinguido y refinado, de gran cultura y brillante ingenio, y con cierta dosis de escepticismo e ironía distanciadora.
17. A Lucinda. Dulce es el tierno canto del ruiseñor amante, que en la tranquila noche resuena sin cesar. Dulce junto a la fuente límpida y susurrante adormirse arrullado del céfiro fugaz. De la armoniosa música los melodiosos sones, que de amor estremecer, el blando corazón. La voz de las doncellas mezclada en las canciones, el son del arpa de oro del tierno trovador.
18. Fantasía. Un campo es el corazón, un campo que tiene flores, que se engalana con ellas porque son sus ilusiones, con cuyo perfume alienta, cuyo perfume es su goce, cuyo perfume embalsama del corazón las regiones; porque en el aire perdidas las esperanzas del hombre, son de la flor la semilla con la que el campo cubriose. Pero esta flor se marchita, que está del sepulcro al borde, porque tan sólo un momento nos duran las ilusiones.