Sherlock Holmes siguió varios pasos para llegar a la conclusión sobre un asesinato: 1) observó la escena del crimen, 2) planteó el problema, 3) dedujo detalles como que se usó un coche de alquiler común basado en marcas angostas, y 4) comprobó sus deducciones al revisar el jardín y encontrar dos tipos de huellas. Finalmente, resumió las evidencias clave como la cara del muerto y las posibles causas de muerte sin señales de violencia.