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TIEMPO 63 MEMORIA
TRESCUENTOS
FranciscoTario
GraciasalagenerosidaddelaEditorialLectorumsepublicantrescuentosde
FranciscoTario —“La noche del féretro”, “Ragú de ternera” y “Entre tus
dedoshelados”—,queformanpartedelosCuentoscompletosreciénpublica-
dos en dos tomos, con introducción —por cierto espléndida— de Mario
GonzálezSuárez.Setratadeunjustoymínimohomenajeaunodelosescri-
toresfundamentalesdelasletrasmexicanas.Extravaganteyesotérico,ajenoa
lascapillasliterarias,perotambiénbeneficiadodelectoresdeprivilegiocomo
OctavioPaz,JoséLuisMartínezyAlíChumacero,Tarioinaugura,enmásde
unsentido,laliteraturafantásticaennuestrageografíanarrativa,conuna
solvenciaybellezatalesquedebeemparentarseconescritorescomoFelisberto
Hernández,VirgilioPiñera,JorgeLuisBorges,JuanJoséArreolae,incluso,
JuanRulfo,paraconquistar,finalmente,elsitioquemereceenlacreación
hispanoamericana.
LuisIgnacioSáinz
hombres—sindudaeljefedeellos—diounospasoshacia
laorillay,apoyándoseenelbordedelestanque,mepregun-
tóquiénerayo,québuscabaenaquellugarasemejante
horaydequémodohabíaconseguidopenetrarallí.“Estoy
soñando”,lerespondí.Elhombrenoparecióentenderlo
queyodecíayrepetíconfuerza:“Estoysimplementeso-
ñando”.Apartósumanodelbordedelestanqueysonriósin
ganas.Losdemásselereunieronycambiaronconélunas
cuantaspalabrasensecreto.Cruzaronunasnubesporelcie-
loynosquedamosrepentinamenteaoscuras.Perotanlue-
goapareciólaluna,aquelhombredijo:“Siesasí,bajeusted
yacompáñenos”.Metendiócortésmentelamano,ayudán-
domeabajarlasescaleras.Elaguaeramuytibiaydespedía
unolornauseabundo.Eranunasaguasturbiasyespesas,en
lascualesnoresultabafácilabrirsepaso.Elhombreparecía
muyafableeibaapartandolashojas,afindequeyopene-
traramásfácilmente.Continuábamosbajando.Élmesos-
teníadelbrazo,mientraslosdemásnosesperabanenelfon-
do.Eramuysorprendentelaluzqueiluminabaaquelrecinto,
comosielresplandordelaluna,alpenetrarenlasaguas,
adquirieseunavagatonalidadverdosa,muygrataalavista.
Caminábamosyabajolasaguas,pisandosobreunasuperfi-
cieblanda,cubiertadelimo.“Tengaustedcuidado—me
dijoelhombre—ynovayaadaruntraspié”.Elasuntome
pareciógravedesdeunprincipioyhabríadeseadoescapar.
Nomeatraíarealmenteaquello.Entoncesllegaronaunrin-
cóndelestanquedondeelhombrequesosteníalavelase
inclinóparalevantarunasábanaqueocultabaalgo.“¿La
reconoceusted?”,mepreguntóconvozmuyronca.Erala
estatuadeunajovencitadesnuda,queaparecíadecapitada.
Comprendíalpuntoquesetratabadeunhorrendocrimen
delcualyodeberíaresultarsospechoso.Nosédesdequé
tiempoestaríaallílaestatua,puestodaellaaparecíarecubierta
delimo,comounaestatuaverde.Sindudadebíahabersido
ensutiempounabellajovencita,peseaquelefaltabael
rostro.Susdospequeñossenosparecíanaúnmásverdesque
elrestoyentornoaellosevolucionabaincesantementegran
cantidaddepeces.Alverla,nodejédesentirunavivacurio-
sidad por adivinar cómo habría podido ser su rostro y la
expresióndesusojos.“Lareconoceusted?”,mepreguntó
denuevoelhombre.Repliquéqueno,queeralaprimera
vezenmividaqueveíasemejantecosayqueademásno
estabamuysegurodequetodocuantoveniaaconteciendo
fuesecierto.Yoerasimplementeunjovencomúnycorrien-
tequesehabíaquedadodormidoenlacamahacíaapenas
Entretusdedoshelados
Preparabayo,poraquellosdías,elúltimoexamendemi
carreray,deordinario,nomeacostabaantesdelastresolas
tresymediadelamadrugada.Estavezacababandesonar
lascuatrocuandomemetíenlacama.Mesentíarendido
porlafatigayapaguélaluz.Inmediatamentedespuésme
quedédormidoyempecéasoñar.
Caminabayoporunespesobosqueduranteunanochein-
creíblementeestrellada.Debíadeserelotoño,pueselvien-
toeramuysuaveytibio,ycaíadelosárbolesgrancantidad
dehojas.Enrealidad,lashojaserantanabundantesqueme
impedíanprácticamenteavanzar,yaquemispiessesumer-
gíanenellasyquedabantemporalmenteapresados.Tanluego
arreciabaelviento,otrasnuevashojassedesprendíandelas
ramas,formandounadensacortinaqueyomeesforzaba
porapartar.Despedíanunfuerteolorahumedad,comosi
setrataradehojasmuyantiguasquellevasenallíinfinidad
deaños.Llevabayovariashorascaminandosinqueelbos-
quevariaraenlomásmínimo,cuandomeparecióverla
sombradeunaltoedificio,conunasolaventanailuminada.
Teníauntejadomuyempinadoyunanegrachimeneade
ladrillo,queserecortabaenelcielo.Casisimultáneamente,
escuchéaunosperrosladrar.Ladrabantodosaunmismo
tiempoysospechéquesemeacercaban,aunquenoconse-
guíverlos.Apocolosvivenircorriendoporentrelosárbo-
les,saltandosobrelashojas.Debíansernomenosdeuna
docenayadvertíquégranesfuerzollevabanacaboparano
quedartambiénapresadosentreaquellashojas.Posiblemente
estuvieranyaapuntodedarmealcance,cuandollegabayoa
laorilladeunviejoestanque,cuyasaguassemanteníanin-
móviles.Eranunasaguaspesadasynegras,sobrelascuales
sereflejabalaluna.Losperrossedetuvierondepronto,aun-
quenocesarondeladrar.Asítranscurrióuntiempo,sinque
yomeresolvieraatomarunadecisión.
Entoncesvicómodelasaguasdelestanqueemergíanlos
cuerposdeunoshombres,quemeobservaroncongranaten-
ción.Erantres.Llevabanpuestossusimpermeablesyseman-
teníanmuyquietos,conelaguaalacintura.Unodeellos
sosteníaenlamanounavelaencendida,mientrasotroanota-
baalgoensulibreta.Nodejabandemirarmeycomprendí,
porsuaspecto,quedeberíanserpolicías.Teníanlossem-
blantesmuygraves,intensamenteiluminadosporlaluzde
la luna. Había un gran silencio alrededor y noté que los
perroscontinuabanallí,alaexpectativa.Unodeaquellos
TIEMPO 64 MEMORIA
unosinstantes.Habíaapagadolaluzdemicuartoyhabía
cerradolosojos.Esoeratodo.Loshombresproseguíanmuy
serios,perointentaronsonreír.Seguidamentecubrieronel
cadáverconlasábanaymemostraronelcamino.“Acompá-
ñenos”,dijeron.Volvimossobrenuestrospasos,avanzando
trabajosamentehacialasescaleras.Fuera,lashojasseguían
cayendo,perosehabíaocultadolaluna.Todoestabaprofun-
damenteoscuro,aunqueloshombresparecíanconocerbien
elcamino.Fuimosavanzandoengrupo,seguidosporlos
perros,quesemostrabanmáspacíficosyhabíandejadode
ladrar. Tuvo un gran trabajo el hombre para introducir la
llave en la cerradura y hacer girar la enorme puerta, que
tuvimosqueempujarloscuatro.Dehecho,eraunapuerta
descomunalparaunacasacomoaquella,conunasolaven-
tanailuminada.Yenvirtuddequelaescaleracentralapare-
cíaperfectamentealfombrada,nuestraspisadasnoprodu-
cíanelmenorruido,igualquesiunosyotroscontinuásemos
pisandosobrelashojas.Unodelostreshombresibaalfren-
tedenosotrosencendiendolasluces.Laspuertaspermane-
cíancerradasylosmueblesocultosbajounasfundasdeco-
lorcrema.Habíamosentradoyaaungransalón,cuando
unodemisacompañantessemeaproximócautelosamente
pararogarmequenohicieraruido.Señalóalgoalotroex-
tremodelsalón,indicándomequemeacercara.Avanzaba
yosolo,sindejardemirarhaciaatrásniperderdevistaalos
treshombres,quesemanteníanmuyatentosacuantoocu-
rría.Todoelinterés,porlovisto,secentrabaahoraenaquel
altobiomboalcualibayoaproximándome.Detrásdelbiom-
bohabíaalguien,loadivinédesdeunprincipio.Noesque
propiamentelohubiesevisto,niquelohubieseoído,pero
loadiviné.Depronto,quienmeobservabaatravésdelbiom-
bodebióhaceralgúnmovimiento,puessehizoungransi-
lencioynadieseatrevióamoverse.Elsilencioseprolonga-
bamásdelodebido.Eramuyangustiosotodoysospeché
que estaba por amanecer.Al fin se dejó oír la voz de un
hombremuyapesadumbrado,quedecía:“No,francamente
nolorecuerdo”.Yenseguida:“Vigílenlo,noobstante”.Fui
aobjetaralgo,perounodequienesmeacompañabanme
hizoseñasdesdelejos,recomendándomelamayorprudencia.
Yoibaadecirsolamente:“Soyinocente.Estoysoñando”.Y
elhombrequeseescondíadetrásdelbiomboprorrumpió
consorna,comosiadivinaramispensamientos:“Esloque
dicentodos”.Porlovisto,laentrevistahabíaterminadoy
fuimossaliendounotrasotro.Subíamosahoraporunanueva
escalera,queparecíanotenerfin.Jamáshubieraimaginado
quelacasafuesetanalta.Laescaleraseibahaciendomásy
másestrechayeltechomásbajo,loquemeprodujolaim-
presióndesoladoradequeexplorábamosunacueva.Nofue
así,porfortuna,sinoquellegamosaunapuerta.Elhombre
quemarchabaalfrentelaempujósuavementeconelpie,
rogándomequepenetrara.Obedecí.Alpunto,él,desdela
puerta,volvióadirigirseamíparadecirme:“Procuredor-
mir bien, porque mañana será un día muy agitado”.Uno
porunomedesearonbuenasnochesylessentíbajarensi-
lenciodespuésdehabercerradoconllavelapuerta.“¡Estoy
soñando!”,gritéestavez.Nosemeocurríaotracosa.Había
unasolaventanaymeasome.Laalturaeraconsiderabley
sóloalcancéadistinguirconclaridadlascopasentremezcla-
TIEMPO 65 MEMORIA
dasdelosárboles,formandounamullidaalfombra.Porentre
lasramasnegrasasomabaelbrilloplateadodelestanque.
Estoycasisegurodequepaséallílanocheentera,reflexio-
nando.Onosési,enrealidad,mequedédormido,porque,
enunmomentodado,comencéadudaryaseriamentedesi
aquelloqueveníaocurriendoeraunsimplesueñoo,porel
contrario,loqueeraunsueñoeraloqueyotratabadere-
cordarahora.Sucedíaasí:meveíayoenmicama,enlacama
demicasa,yadedía,profundamentedormido.Veíalalám-
parademimesitadenoche,ellibroquehabíadejadosobre
laalfombra,laventanaentreabierta.Alrededordemicama
estabatodamifamilia,mientraseldoctormelevantabacon
cuidadounpárpadoyseasomabaamirarlo.Teníaelsem-
blantemuypálidoynomegustólaexpresióndesusojos.
Todossemanteníanmuyquietos,alpendientedeloqueél
veíaenaquelpárpado.Mipadreteníalasmanosenlosbol-
sillosymimadredabavueltassincesarasupañuelo.Esta-
bantambiénmishermanosmenores,queacababandelle-
gardelaescuela.Ycuandoeldoctormedejócaerelpárpado,
unosyotroslerodearonengrupo,conteniendoelaliento.
Entoncesélmeobservóconpreocupacióndesdelejosyse
volvióhaciaellos.Dijoúnicamente:“Estáatrapado.Seria-
menteatrapado”.“¿Esgrave?”,preguntómimadre.Yeldoc-
torrepitió:“Estáseriamenteatrapado”.Mipadresalióen
compañíadelmédico,ymimadre,paradarseánimostal
vez,expresóenvozaltaestepensamiento:“Acasonecesite
dormir.Hatrabajadomuchoúltimamente”.Penetrabatan
sólounalíneadeluz,peseaqueeldíaeraluminosoydora-
do.Lessentíhablarenvozbajaycerrarcontemorlapuerta.
Seoíanpasarloscarruajesyalguienrevolviendoalgoenla
cocina.Unavozroncaymuyconocidaprorrumpiócercade
mi:“Recuerde.Hagamemoria”.Mesentéenlacama.Ya
estabanallídenuevolospolicías.Sehabíansentadoami
ladoynocesabanderepetirlomismo:“Recuerde.Escon-
venientequehagamemoria”.Habíanabiertoungranál-
bum,quememostrabanahora.Perosehabíanestrechado
tantocontramíysemanteníantanapiñados,quenome
permitíanmoverme.Esmás;nisiquieraconseguíamirar
concalmalosretratos,puescuandoaúnnohabíaempezado
amiraruno,pasabanconprecipitaciónlahojayyameesta-
banseñalandootro.Eraunálbummuyvoluminosoforrado
deterciopelogris,conunainscripcióndoradaquenome
habíasidoposibleleer,puescuantasvecesintentéhacerlo,
ellosreteníanfuertementeelálbumoprocurabandistraerme
dealgúnmodo,mostrándomeunnuevoretrato.Tansólo
cuandoleshicesaberquenomehallabadispuestoaconti-
nuarmirandomásretratossinomepermitíanleerlains-
cripciónaquella,convinieronencerrarelálbumparaque
yopudieseleerlibremente.Eralahistoriadelcrimen,yesto
síloencontréinteresante,alcomprenderquehabíallegado
lahoradeponerciertascosasenclaro.Lesroguéqueme
autorizasenparapasaryomismolashojas,alocualaccedie-
rongentilmente.Losretratosaparecíanmuybienordena-
dosycomocolocadosallíporunamanomaestra.Enelpri-
merodetodosseveíaaunniñoyunaniña,depocosmeses,
enbrazosdesumadre.Después,aestosmismosniñoslan-
zándoseunapelotaosentadossobreelcéspeddelparque,
mientrasuncaballeromuyaltoloscontemplabasonriente.
Habíainfinidadmásderetratosdeestegéneroenlosque
podíaapreciarsequelosniñosibancreciendo.Ahoraseles
podíaverensusbicicletas,columpiándosealegremente,o
sentadossobreelbordedelestanque,pescando.Debíanha-
berpasadoalgunosañosylascriaturaseranyadosbellos
adolescentesquesepaseabanbajolosárboles,oleíanjuntos
unlibro,opermanecíanpensativosytristes,unoalladodel
otro.Algunosdelosretratosmostrabanunastiernasleyen-
dasescritascontintavioleta.“Devacaciones”,decíaunade
ellas.“Mihermanoyyoenaquellatardedemayo”,decía
otra.Realmentenoparecíanhermanos,sinoelpropioespí-
ritudelatragedia,yasíselohiceveralospolicías,pregun-
tándoles,depaso,sípodríanfacilitarmealgúninformemás
precisosobreelasunto.Replicaronaltiempoqueno,invi-
tándomeapasarlahoja.Nofuesinohastamuchomásade-
lantequeempecéadarmecuentadequehabíaentodoaque-
lloalgoenextremocomprometedorparamí,yaqueaquel
joven,quesostenía,riendo,lasombrilladesuhermana,era
justamenteyo.Semeantojótandescabelladalacoinciden-
cia,quemeechéareírconganas.Lospolicíasmetaparonla
bocaeinclusounodeellosseencaminóhastalapuerta,con
objetodecerciorarsedesiestababiencerrada.Ahoraeraya
laprimaverayaparecíanlosdosjóvenesbajounárbol,sen-
tadossobrelahierba.Teníanlascabezasmuyjuntasylos
ojosiluminadosporundulcebienestar.Seibaadivinando
elsecreto,aunqueyoseguíasindescifrarloesencial.Aque-
llasfotografíasmedelataban,estoeraincuestionable,yyo
nodejabadepreguntarmedequémediospodríavalerme
parasalirconbiendelaprieto.Estavezlasosteníaélporel
talle,amenazandoconarrojarlaalagua.Llevabaellaunves-
tidomuyvaporosoyloscabellosenmarañados;comodes-
puésdeunafuertelucha.Debíahabersidounajovencita
muyalegreyprovocativa,consusclarosojossoñadoresy
aquellasformastandelicadas,queseadivinabanbajosuves-
tido.Loqueaparecíaahoraescritosobrelaarenadeuna
calzadaerasimplementeesto:“Teamo,teamo,teamo”.
TIEMPO 66 MEMORIA
Pero,depronto,dejabayodeaparecerenlosretratosyen
mi lugar se veía a otro joven. Bien visto, parecían ser los
mismosretratos,aunqueyohabíadejadodeexistir.Pasaba
ypasabalashojasysiempreaparecíaelmismojoven.Esto
semeantojómisterioso,máximequelospolicíassehabían
apartadodemícondisimuloyfingíanmirarporlaventana.
Obviamentelaseductorajovenhabíaolvidadosuprimer
amor.Sólohastalapenúltimapáginavolvíayoaaparecer
enloquepudierarepresentaracasolaclavedelsiniestro
enredo,puesenestenuevoretratosenosveíaalosdosfun-
didosenundolorosoabrazodedespedida,alpiedeunco-
chedecaballosquesedisponíaapartir.Supusequeenla
páginasiguienteestaríaelretratodefinitivo,aquélqueex-
plicaría,porfin,elenigma.Peronofuecomomeesperaba,
puestoquelapáginaestabavacíayelenigma,portanto,
seguíaenpie.Ellomedesilusionóy,cuandofuiaobjetar
algoalrespecto,lospolicíasabandonaronlaventanayme
rogaronquemevistieracuantoantes.Noparecíanmuysa-
tisfechos,sinomásbiencompungidos.Cuandoyaestuve
vestido,meindicaronquemesentarayescribiesecontoda
calmaestasencillamisiva:“Alasseisenelestanque”.Com-
prendídesobrasusmaquinacionesyloquesejugabaallíde
midestino.Cogíelpapelquemeofrecíany,conlamayor
desconfianza,empecéaescribirmuyparsimoniosamente,
procurandoquemicaligrafíafueselomáscomplicadaposi-
ble,afindeevitarque,pormalasuerte,pudieracoincidir
conladelhomicida.Peroaúnnohabíaterminado,cuando
uno de los policías exclamó: “¡Lo siento!”Ysin decir una
palabramás,seguardóelpapelenunbolsillo.Loquedije-
rondespuésfueesto:“Ledaremostodaslasgarantías,pero
usteddeberárestituirlacabeza.Esdetodopuntoindispen-
sablequeconfiesesinrodeosdóndeescondiólacabeza”.“¡Es-
toysoñando!”,prorrumpíamivez;ysóloalcancéadistin-
guiraldoctor,queenaquelinstantedabamediavueltay
salíadelcuartoencompañíademipadre.
Aprimerahoradelamañanasiguiente,iniciélabúsqueda.
Habíancaídoporaquellosdíasmáshojasyyomepregunta-
ba,perplejo,cómoseríaposibledarconnadadeprovecho
entretalcantidaddehojas.Quizá,másbien,convinieraeva-
dirse,saltarelmuro,unanoche,yregresaracasa.Peroja-
másrecordabahabervistounmurodesemejantealtura,sin
unamiserablepuerta,yalqueúnicamentepodíamirarse
protegiéndosedelsolconlamano.Losperrosmeacompa-
ñabansiempre,sinperderunosolodemismovimientos.
Sacabansincesarlalenguayparecíansonreírentresícon
burla.Talvezestuviesensegurosdequejamásencontraría
loquebuscabaoposiblementesóloellosconociesenelse-
creto.Hastapudieransermuybienloshomicidasaquellos
perrosdeldemonio.Teníaamiservicioungrannúmerode
jardinerosqueibanremoviendolatierraallídondeyoles
indicaba.Eransumamenteactivosyenunabrirycerrarde
ojoshabíancavadounasima.Lospolicías,desdelaterraza,
nomeperdíandevista.Cuandomedecidíaamirarles,deja-
bandehablaruninstanteomehacíanseñasamistosascon
lamano.Laventanadeledificiocontinuabailuminada,pese
aqueeradedía.Yunavezquesentílatentacióndebajar
pormicuentaalestanqueparaecharleunnuevovistazoala
decapitada,losperrossesublevaron,formandouncercoen
tornomíoyenseñándomelosdientes.Estoeradesoladory
meoriginabaunaprofundatristeza.Entoncesmesentaba
enunabancaymirabasincesarelestanque,tratandode
recordaralgo.Desdeellugarenquemeencontrabanose
alcanzabaadistinguirgrancosa,pueslasaguasduranteel
díacentelleabanconelsolysevolvíanmásimpenetrables.
De tarde en tarde el viento las removía o cruzaban unos
pecesdecolores,persiguiéndose.Todoelloteníalugaren
mitaddeungransilencio,peroseguidoocasionalmentede
unaslevesrisas,comosilospecesfuesencapacesdereíro
fueseellamismaquiennolograbacontenerlarisaalsentir
lospecesevolucionaralrededordesucuerpodesnudo.Yo
noconseguíaapartarmedelestanqueniapartardeélsiquie-
ralavista,aunquelospolicíasmeinvitabandesdelejosa
proseguirlabúsqueda.Losjardinerosaguardabanamilado,
conlosbrazoscruzados,fumando.Peroyocontinuabaallí
sinmoverme.Sentíanecesidaddenomoverme,demante-
nerme el mayor tiempo posible próximo a ella. Había un
extrañoplacerenimaginarcómolospecesdaríanvueltasy
másvueltasentornosuyo,golpeándoladelicadamentecon
suscolasrojasynegras,asediándola,impacientándola,ha-
ciéndolareírdeaquelmodo.Nopensabaenotracosadedía
ydenoche,atodahora.Comenzabaadesconfiardemí
mismo,aadentrarmeenlasentrañasdelcrimen.Niremo-
tamentesuponíaquéhabíaocurridoconmigoaquellano-
che en que me quedé dormido de pronto. Tal vez ni me
TIEMPO 67 MEMORIA
interesarasaberlo.Habíaempezadoanotarunpeculiarsa-
borenlabocaeintuíaqueeraelsabordelosmedicamentos
queeldoctormeibaprescribiendo.Deunmodopasajero,
solíaoíramimadrepedirme:“¡Despierta!¡Hazunesfuer-
zo!”Oíatambiénelrocedesusfaldas.Cuandoeraniño,
llevabaellaunasfaldasmuyruidosas,afindequelaadvir-
tieradelejosynosintieramiedodelaoscuridad.Solíatam-
biénsacarmeapasearporlasmañanas;oporlastardes.
Comenzabaasimismoaperderlanocióndeltiempo.Por
ejemplo,acababadeponermedepiejuntoalestanque,en
esperadequemimadremesacaraapasearesamañana.Sin
embargo,nopodíacompaginarmuybienaquellasaguasque
teníadelanteconelsabordelosmedicamentosyesepaseo
matinal,quetantomeilusionabaahora.“Debotenercalma
ynoprecipitarme—medije—.Despertarédeunmomento
aotro”.“¿Algunanovedad?”,mepreguntaronamisespal-
das.Miréalpolicía,quearrojabaunapiedraalestanque,y
repuse:“Ningunanovedadenabsoluto”.Yélrepitiódosve-
ces:“Losiento”.Aunqueañadióenseguida:“Quedausted
formalmentepreso”.Ydedujequemisuerteestabaechada.
Habíacaídoelinvierno,losjardineroshabíansidodespe-
didosylospolicíasregresaronasuspuestoshabituales.Aque-
llasolaventana,queportantotiempopermanecierailumi-
nada,amanecióundíaaoscurasyjamásvolvióaverseuna
luzenella.Lalluviayelgranizobarríanelbosque,yatoda
horadeldíaydelanocheseoíaaullaralosperros,ateridos
defríojuntoalestanque,ensuspuestos.Únicamenteellos
yyoparecíamoshaberquedadoenlacasa—esosupuse—,
aunquenuncapudeestarmuysegurodeello,porquetodas
laspuertascontinuabancerradasconllave,salvolamía.Al-
guien,noobstante,debíahaberolvidadounaventanaabierta,
pues,alsubirobajarlasescaleras,sepercibíanbrevesráfa-
gasdeviento.Ignorabadesdequétiemponoteníanoticias
de mi familia, y para pensar en ello tenía que concentrar
muybienmipensamiento.Comenzabaaolvidaramima-
dre,amipadre,amishermanospequeños,queaproxima-
damenteaaquellahoradeberíanregresardelaescuela.Un
díaescuchéunrumorconocido,perotanirregularyconfu-
so, que no supe si, en realidad, se trataba del reloj de mi
mesitadenocheodeaquelotroque,inopinadamente,ha-
bíaechadoaandarenlaescalerayqueseñalabalasocho.
Matabaeltiempopaseando,rodeandopensativamenteel
estanque,reflexionando.Aunqueloqueesperaba,dehe-
cho,eraelmomento—queyaparecíainminente—enque
losperroscayeranrendidosdesueñooabandonaransus
puestos,dejándomeelcaminolibre.Habíanenflaquecido
alarmantementeeincluso,parahacerseoíroinfundiralgún
respeto,teníanquellevaracaboungranesfuerzo,bienalar-
gandocuantopodíanloscuellosoapoyándoseenunárbol.
Semanteníantodosengrupo,formandounapretadocírcu-
lo,y,aunquenocesabandeaullaratodahora,nomeinspi-
rabanyaningúntemor.Másbienmeilusionabamirarlos,
puesestabacasisegurodeque,enelmomentomenospensa-
do,rodaríanportierraunossobreotrosydejaríandeaullar
parasiempre.
Asíocurrióunamadrugada,enquesehizo,depronto,el
silencio,unsilencionadaacostumbradoenlacasa.Consi-
TIEMPO 68 MEMORIA
deréqueeraelmomentooportunoparabajarsintemoral
estanque,yyamedisponíaaabandonarmicamacuando
sentí que alguien abría muy sigilosamente la puerta y a
continuaciónlacerrabaconllave.Mihabitaciónestabaa
oscuras,perosupealpuntodequiénsetrataba.Notuveni
lamenorduda.Atravesabaellamicuartopisandosuave-
mentesobrelaalfombra,deslizándosesinruidosobreella,
comoatravésdeunainfinidaddeaños.“¿Erestú?”,pre-
gunté,porpreguntar,muertodemiedo,asabiendasdeltre-
mendoriesgoquecorríamos.Adivinéquesellevabaundedo
aloslabios,incitándomeacallar.Quisosaberenseguidasi,
portratarsedeuncasoexcepcional,podríahacerleelhonor
de admitirla a mi lado. Hablaba en un tono burlón pero
muyfamiliaryquerido.Yyodijesolamente:“¿Peroesque
tehasvueltoloca?”Aunquenotardéencambiardeparecer
ylepropuse:“Entra,siquieres”.Desdoblóporunapunta
lassábanasysefueintroduciendobajoellas,acomodándose
juntoamí.Jamásmehabíavistoenuntrancesemejantey
nosupe,demomento,quéhaceropensarnidequémodo
conducirme.Leechéunbrazoporelcuelloyellaseestre-
chócontramí.Todoocurríamisteriosamente,enmitadde
ungransilencio.Asícontinuamoslargorato,sinqueyome
atrevieraarespiraroamoverme,muyatento,encambio,a
loqueveníaaconteciendo,hastaqueellarompióareírde
improvisoapartandodemísucuerpo.“¿Dequéteríes?”,le
pregunté,avergonzado.“Denada—replicómaliciosamen-
te—. De que tienes los pies muy fríos”.Apartir de este
incidente,casiyanodejódereír,encogiendoyestirandolas
piernasycambiandosincesardepostura.“Oprocurasestarte
quieta —le dije— o acabarán por descubrirnos”. “Ya me
estoyquieta”,repuso;yestrechándosetodavíamáscontra
mí,fingióqueempezabaadormirse.“Noséporquéhas
hechotodoesto—seguídiciéndole—.Jamásdeberíasha-
bervenidoaquí”.Levantandounpocolasábana,mepre-
guntósisentíamiedo.Lerespondíquesíyquenoteníapor
quéocultarlo.Entoncesellameaseguróqueesemiedoque
yosentíanoledisgustabaenlomásmínimo,sinoque,por
el contrario, la divertía y la hacía casi feliz. Y como yo le
manifestaraquenolograbadarmecuentadeloquequería
darmeaentenderconaquello,replicócontodanaturalidad
quesiyofuesemujer,comoella,losabría.Teníaunosojos
luminososyprofundos,comolosdeungato,ytemí,porun
instante,quelefueraposibleverenlaoscuridad.Sentía,
cadavezmáspróximoamí,algotansutilyacogedorque
habríasidoalgoembriagador,ysinomedecidíaencender
laluzfueporeltemorquemeinspirabaelcomprobarcon
mispropiosojoscuanto,desdehacíarato,veníandeján-
domeentrevermispensamientos.Prorrumpí,encambio,
notandoquealguiensehabíapuestoapasearenlaplanta
alta: “¡Calla! ¿Qué suena?” Sin inmutarse en absoluto,
balbució:“Espapá”.Debíaestaraconteciendoalgopositi-
vamenteinconcebible,porqueyopercibía,cadavezmáspró-
ximoamí,algotansutilyacogedorqueescasamentetuve
fuerzasparasusurrar:“¡Estásrematadamenteloca!”Yella
dijo:“Yalosé”.Bienvisto,aquellanoche,parecíaunacria-
turaquehubieseperdidoeljuicioyyanopenséenotracosa
queendeshacermedeellacuantoantes,nofueraaabrirse,
porsorpresa,lapuertayapareciesealguiendelafamilia.
Masrecordóapocoqueestabanporreanudarseloscursos
en el colegio y que yo debería partir a primera hora de la
mañanasiguiente.Yaestabalistoelequipajedesdelavíspe-
raymiprimertrajedepantalónlargocolgadoenunasilla.
Sinexplicarmeporqué,tuveeltristepresentimientodeque
nuncamásvolveríamosavernos.Entoncesmeabracéaella
contodasmisfuerzasrepitiéndolequeeramuydesdichado,
quelavidameparecíainsoportableyquemesentíaelser
másruindelatierra,acausadeaquelamorculpable.“¡Abrá-
zame!¡Abrázame!”,repetíaellasincesar.Deprontosepuso
muyseriayexclamóconunavozextraña,quenolecono-
cía:“¡Tengounaidea!”Mas,alpreguntarlequedequéidea
setrataba,ellareplicóqueno,quenomelarevelaríapor
ahora,puestoquetododeberíaocurrirasutiempo.Meeché
atemblar.Teníaellaunagraninventivay,desdequetuve
usoderazón,laconsideréunacriaturadiabólícadequien
podíaesperarsetodo.Larecordabasudorosayágil,sofoca-
da,recorriendoagranvelocidadlascalzadasdelparque,
montadaensubicicleta.Ocolumpiándosealocadamente,
sin dejar de reír y gritar, exigiéndome que la lanzara con
másfuerza,quelaimpulsaramásrabiosamente,hastaque
lograsealcanzarconlospieslapuntadeaquellarama.Ha-
cíaapenasunosdíashabíaosadoamenazarme:“Hasdesa-
berunacosa:¡quetengopoderesmuyespeciales!”Enseguida
habíaechadoaandar,muydisgustada,peroyocorrítras
ellaparadecirlequelaadoraba,quenocomprendíalavida
sinellayquenuestrosdestinosdebíantenerunsignomuy
especialoalgoporelestilo.Entoncesella,cogiéndomede
unbrazo,mehabíapedidoquelaacompañara,puesdesea-
babajaraljardínparacortarunasflores.Yohabíaaccedido,
gustoso,peroaúnnohabíamosllegadoalaescalera,cuando
sedetuvodeprontoy,sinpensarlodemasiado,mebesólar-
gamenteenlaboca,determinandoqueaquellanocheno
consiguierayodormirunsueño,altratardeolvidaryrecor-
daralmismotiempoloquepasópormicuerpoentanex-
trañosinstantes.Comenzabayaaclareareldíacuandome
TIEMPO 69 MEMORIA
senté en la cama con una sensación de horror que ni yo
mismoalcancéaexplicarme.“Dime—lepregunté,perple-
jo,sinsaberbienloquedecía—,¿porquétearrojasteal
tren?¿Porqué?”Aquívolvióareírconganas,escondiendo
lacarabajolaalmohada.Todavíasindejardereír,mease-
guróqueentodasuvidahabíaescuchadonadamásdiverti-
doyquedeseabaqueleexplicaracuantoantescómopudo
ocurrirnuncataldesatino,siseencontrabaahoraallí,ami
lado.Yagregó,tambiénsentándose:
“¡Estoyviva!¿Nolocrees?¡Miracómolatemicorazón!”Me
habíallevadolamanoasupechoyyolaretiréescanda-
lizado,casiconestupor.“¡Teodio!¡Teodioyteodiarésiem-
pre!¡Estoesunterriblepecado!”Yprometióella:“Puesaun-
queasísea,quierotenerteconmigoporunaeternidadde
años”.Nofuesinohastaentoncesquedescubríplenamente
sumaldad,laperversapasiónqueladominabaysusinfer-
nalespropósitos.“Ahoraséquenohaytalmujerdecapitada
yqueelestanqueestávacío.Todohansidoarguciastuyasy
unaimperdonablementira”.Asídije.Yellavolvióaestre-
charsecontramíyareírsinningúnrecato,olvidadayadela
familiaeinsistiendoconelmayorahíncoenqueleexplica-
racontododetalleaquédisparatadossucesosveníarefi-
riéndome.Mebesabaymebesabaenlastinieblas,cuando,
enundeterminadomomento,pudedescubrirconasombro
quequienmebesabacontalansiaeramipropiamadre,que
yacíaarrodilladajuntoamicamadeenfermo.Estomecon-
trarióensumogradoalcomprobarqueestabanuevamente
soñandoyqueeravíctima,unavezmás,deotraignominio-
saburla.“¡Despierta!¡Despierta!¡Debeshacerunúltimo
esfuerzo!”,implorabaella.
Ydesperté.Continuabanallílospolicías,losperros,laven-
tana iluminada. Nada había cambiado, por lo visto, ni si-
quieraaqueldiluviodehojasqueproseguíacayendodelos
árboles.Debíadesermediodía.Lospolicíaspaseabanpor
lascalzadas,limpiándoseelsudordesusfrentesoabanicán-
doseconelsombrero.Gruposdejardinerosibanyvenían
transportandosusutensiliosohaciendorodartrabajosamente
lascarretillasllenasdetierra.Porprimeravez,entantotiem-
po,cruzaronagranalturaunospájaros;mástarde,volvie-
rondenuevo,semantuvieronunratoinmóvilesyporfinse
perdierondevista,volandomajestuosamente.“¿Fumaus-
ted?”,mepreguntaron.Habíacesadoelviento,yelcieloera
azulyluminoso.Unasolacosamepreocupabagravemente
esedía:aquellacintacolorderosaquehabíaamanecido
entremissábanasyqueahoraapretabaconsustoenunbol-
sillo.Quizáconvinieraentregarla.Oquizáresultaraser,ala
postre,comoelcuerpomismodeldelito.Nosupe.Eldoc-
toranunciabaenaquelmomento:“¡iHamuerto!”Yelpoli-
cíaexclamó,muypálido,echandoacorrerdeprontohacia
lacasa:“¡Algomuygraveestásucediendo!”Mihabitación
sehallabaatestadadefamiliaresyamigos,queapartaron
con malestar la vista del lecho y se quedaron mirando
pensativamenteelmuro.Oíamimadresollozaryaalguien
queseservíaunvasodeagua.Mipadresehabíadejadocaer
enunsillón,conlacabezaentrelasmanos.Meenderecé
comopudeynodudéenproclamar:“¡Sonustedesunos
incautos!¿Oacasonosehandadocuentadequeestoysim-
plementedormido?”Diolaimpresióndequenadiehabía
conseguidooírme,asíquemepuseenpiedeunsaltoyco-
mencéarecorrerelcuarto,procurandoatraerLaatención
detodos.Sólomimadrepareciódescubrirmipresencia,
pueslevantóconilusiónelrostro,aunquedespuéssiguió
llorando.Yodabavueltasymásvueltas,tratandodehacerme
oír,hablandohastaporloscodos,hastiadoyadeaquellavoz
delpolicía,quenocesabaderepetirme:“¿Peroaúnnoseha
vestido usted? Dése prisa o, de lo contrario, no llegará a
tiempoasufuneral”.Habíaungrannúmerodeautomóvi-
lesalineadosfrenteamicasayunnauseabundooloraflores
marchitas,queelvientoibadeshojando.Elvientopenetra-
baenlacasaporlapuertaprincipal,ascendíaalaplantaalta
ydispersaba,atravésdelosbalconesentornados,aquellas
detestablesflores.Viaungrupodecuriososenlaacerade
enfrente,alquemereuní.Yasalíaelcortejosolemnemente,
yloscaballerosinclinabanlacabeza,sosteniendoenaltosus
sombreros.Eraunatardeprimaveralydoradayparecíanno
sermásdelascuatro,aunqueyodebíahaberolvidadodar
cuerdaamireloj,quecontinuabaseñalandolasocho.Nos
pusimosenmarcha,yoapie,aturdidamente,siguiendola
grancaravanadeautomóviles.Eraunlargorecorridohasta
elcementerioysospechéqueseharíadenocheantesde
llegaraél.Porfortuna,lasavenidaseranmuyespaciosas,
conabundantesombra,ysoplabaunarefrescantebrisa.Yaa
la puerta del cementerio, no pude soportarmi aflicción y
rompíalloraramargamente,apoyadoenelmuro.Todoslos
asistenteshabíantraspuestoyalapuertayloirremediable
parecíaestarapuntodeconsumarse.Protestaríaporúltima
vez;haríaeseúltimointento.Melancéacorrerdesaforada-
mente,hastadar alcancealcortejo,ygritécontodasmis
fuerzas:“¡Esinjusto!¡Esterriblementeinjustoloqueestán
haciendoconmigo!¡Deténganse,selosruego!”Elcortejose
detuvodegolpeytodosvolvieronlacabeza,observándome
condesconfianza.“¡Estoyaquí!¿Nosedancuenta?¡Detén-
TIEMPO 70 MEMORIA
ganse!”,repetíporúltimavez.Peroyahabíanreanudadola
marcha,comosinadahubieseocurrido.Elpolicíaseme
acercó,muygentil,y,poniéndomeunamanoenelhom-
bro,expresóconvozcompungida:“Estascosassonasíyno
valelapenadesesperarse”.Enseguidametomódeunbrazo
yagregó:“Acompáñeme.Salgamosatomarunpocoelfres-
co”.Accedí,ycaminamosunbuentrechoensilenciopor
entreladoblehileradesepulturas.Depronto,deteniéndose
congranmisterio,memirófijamentealosojosyconfesó,
trasuntitubeo:“Mehabíapropuestoayudarle,perousted
nuncaseprestóaello.¿Porquéseempeñóenocultarla
verdad?Lascosasrodaronmalparausted,ymiayuda,a
estasalturas,noleserviríayadenada.¡Losiento!”Ycomo
yotitubearaenreplicar,amivez,añadiócondesencanto:
“Sóloustedteníalaclave”.Habíamosllegadoalapuertade
entradadondemeaguardabaelcochedelafamilia.Tenía
lascortinillasechadasyelcocheromesonriódesdeelpes-
cante.Alguien,desdeelinterior,entreabriólaportezuela
cuandoyomedespedíademiacompañante,quiensemos-
tróconsternado.Alestrecharlelamano,todavíadijo:“Me
lotemía.¡Buenasuerte!”Actoseguido,ocupémiasientoy
partimos. “¡Abrázame!”, balbució ella, con unsuspirode
alivio.Ylaenvolvíentremisbrazos,notandoquelanoche
seechabaencima.
La noche del féretro
Lanocheerafría,lluviosa,ysoplaba
un viento de nieve. No apetecía yo,
pues,movermedeaquelescondrijotan
tibio, cubiertos mis largos miembros
conunasuavecapitadepolvo,ymu-
chomenosaventurarme—Diossabe
conquérumbo—poresascallestan
húmedasyresbaladizas.
Elenlutadoseguíatosiendoyexami-
nandounoaunolosféretros.Nosmi-
rabacuriosamente,sinaproximarsedemasiado,cualsite-
mieraqueunodenosotros,enunmomentodado,pudiera
abrirlabocaytragarlo.Envozbaja,respetandofingidamente
eldolordelcliente,ibaelempleadoelogiandosumercan-
cía,haciendonotarentreotrascosassusobriedad,duración
ycomodidad.
Desúbito,advertísobremiespinauncosquilleobienco-
nocido:elempleadomequitabaelpolvoceremoniosamen-
teconuncepillodegruesascerdasquemeprodujorisa.
Procuréestrecharmecontraelmuro,observandodesoslayo
alenlutado.Visusojostristes,abultados—verdaderosojos
derana—querepasabanmicuerpodearribaabajo.Escu-
chédenuevosuvozcavernosa:
—Elfinadoesrobusto,¿sabe?
Fueentoncescuandopensé:
Entróunseñorenlutado,conloszapa-
tosmuylimpiosylosojosenrojecidos
porelllanto.Seaproximóalempleado
y dijo:
—Necesitounféretro.
Oídistintamentesuvozroncayamar-
gaseguidaporunatosirritanteque,de
estaryodormido,mehubierahechodes-
pertar.Oítambién,enaquelprecisomo-
mento,eltimbredelapuertaenlacasacontiguayelladrido
delperro,quienanunciabaasísualegría.
Elempleadodijo:
—Paseusted.
Ypasóelhombresigilosamente,conunpocodeasco,mi-
randoadiestraysiniestra,comounareinaancianaquevisi-
taunhospital.Parecíauntantoavergonzadodelespectácu-
lo:deaquelloscajonesgrises,blancosonegrosquetanto
asustanaloshombres,ydeaquellaluzamarillaysuciaque
dabaallocalciertoaspectodetaberna.
Micompañerodeabajoseenderezócuantopudoparaex-
plicarme:
—Elclienteesrico,conquetúseráselelegido.
TIEMPO 71 MEMORIA
“Mellevarásinduda”.
Enefecto,prorrumpió:
—Creoquemeconvengaéste.
Ajustaronelprecio—enmiconcepto,irrisorio—ymetrasla-
daronaunautomóvildemasiadofúnebre,conlasllantas
blancas.Lalluviaseguíacayendoenaisladasgotasfrías.El
cierzomepenetrabaatravésdelosporos,helándomelasan-
gre.Unasombrahumana,enelinteriordelvehículo,solloza-
baahogadamente,llevándoseconfrecuenciaelpañueloala
boca.Otra,másrígidaygrave,conelcuellodelcapotesubi-
do,hacíagirarextrañamenteelvolante...
Cruzamoscallessilenciosasylóbregas,pobladasdeperros
chorreantesyprostitutas;avenidasiluminadasyalegresdon-
delagentepaseabaconlentitud,bajolosparaguasnegros;
unaplazoletamuytristeenlacualtocabaunabandaylos
militareslucíansusuniformesnuevos;edificiosdeladrillo,
tenebrosos,encuyosinterioresadivinabayoparejasdehom-
bresymujeresestrujándosefrenéticamente...
Entanto,micerebrotrabajabasindescanso:
“¿Haciaquélugarmeconducirán?¿Quéclasededestino
meaguarda?”
Esprecisoqueloshombressepanquelosféretrostenemos
unavidainternasumamenteintensa,yqueennuestrosesca-
sosratosdebuenhumorbromeamosonoschanceamosunos
conotros.Antetodo,tenemosnombre:unos,masculinosy,
otros,femeninos,naturalmente,deacuerdoconnuestrosexo.
Mientraspermanecemosenelalmacénsomoscélibes.Sin
embargo,estamosfatalmentedestinadosalmatrimonio;es
decir,aloqueenelmundocomúnycorrientesedesigna
conotronombreestúpido:elentierro.Semejanteaconteci-
mientoeselmásimportantedenuestravida,ydeahíque
meditemostanamenudoacercadelcónyugequenosdepa-
rarálasuerte.
Buenapruebadeestoúltimoesquehoy,alsalirrumboal
armatostequemeaguarda,unantiguocamaradasedespi-
diódemídeestaforma:
—Queeldestinoteconcedabuenahembraybuenacasa...
Yo,quesoyhombre,lerespondítristemente:
—Sobretodo,eso,amigo:buenacasaparapasarelinvierno.
¡Ah,esastumbasdetierra,enlodadasyfrías,llenasdemil
clasesdebicharracosglotonesquetrepanpornuestrasespal-
dasynosvandestruyendolentamente!¡Esastumbasignomi-
niosasyendebles,encuyasuperficienohayfloresnihierba,
ysobrelascualeschapotealalluviasinpiedadalguna!¡Esas
tumbastanpobres,tansolas,encaramadasallásobrecual-
quiermontañaosumergidasenelcorazóndeunabismo!
Cuandoelautomóvilsedetuvo,observéquemillegadades-
pertabauninterésincomprensible.Seoyeronvoceshuma-
nasde:
—¡Elféretro!¡Elféretro!
Alcélosojosyviunedificiocuadrado,condosterrazasde
piedra.Suspiré,aliviado.Treshombresvestidosridículamente
metransportaronhastaunsuntuosoaposentoencuyosángu-
losardíanloscirios:esosmalditosciriosquechisporrotean
continuamenteabrasandonuestrasentrañasconsusgotas
decerablanca.Tardéunbuenrato,noobstante,endescu-
briramicónyuge.Entretanto,tuvequerealizarindecibles
esfuerzosparacontenerlarisa.Allíestabayo,tendidosobre
noséquémuebleabsurdo,yloshombresdesfilabanantemí
consuslevitasysusrostrosdescompuestos.Memirabana
hurtadillasytosíanosealejabanrápidamente.Nadiese
manteníaecuánimeenmipresencia,cualsiyofuerauna
especiedemonstruo,culpabledelamuertedeloshombres.
Unamuchachafrescayesbelta,quedespedíaunoloren
extremoagradableyquehabíadeseadoparamícontodael
alma,prorrumpióalyerme:
—¡Estanterribleytannegro!
Distinguísupechoduroyalto,queseestremecíadeterror,
ylalíneadesuvientresuave,bajolatelainfame.
Otramujer,rubicundayfea,cuchicheóunafraseindulgente:
—¡Ylasmanijassondeplata!
Peroheaquíque,depronto,unchiquillosemeacercay
pregunta:
TIEMPO 72 MEMORIA
Quise gritar, protestando. Quise incorporarme y echar a
correr sin ningún rumbo, pero no pude. Cuatro pesadas
manos,cubiertasdevello,mesujetaronporpiesycabezay
nosupemásdemí.Debíperderelsentido.Cuandodesper-
té, un hombre gordo, hinchado, pestilente y rubio, yacía
sobremispobreshuesos.Ardíanlosciriosentornomío,
salpicándomelasropas;rezabaunsacerdote,mirandopor
encimadesusanteojosalasmujeresbonitas;unosgemían
conayesvelados;otroschillabanprocazmente,sincompren-
dereldestinodelhombre.Caíanportierrapétalosdeflo-
res...
Nopudiendosoportarmáseloprobiodequeeravíctima,
hiceunsobrehumanoesfuerzoyderribéalcadáver.Cayó
éstecongranaparato,partiendoporlamitaduncirioque
seapagóinstantáneamente.Cayóconlacabezahaciaabajo,
haciendotronarelpiso.
Yogritéynomeoyónadie:
—¡Noquiero!¡Noquiero!
Todosseapresuraronalevantaralmuerto,aunquepesaba
demasiado.Estabarígidoyfríocomounárbol.Medioho-
rror.Vialolejosalajovencitafresca,muypálidayaterrada,
conlasmanossobreeldescote.Superfumemeembriagó
estavez,removiendomisinstintos.
“¡Lograrposeerla!”,penséconangustia.
Perodenuevocayóaplomosobremíelhombreventrudoy
fétido,cuyocuerpoparecíaexactamenteunavejiga.
Me encogí de hombros y opté por dormirme. Dormirme
comounnovioimpotenteotímidoensunochedebodas.
Asílohice.Ysoñé.Soñécondulcesmuertasblancas,cuyos
muslostemblabansobremipiel...conricossepulcrosde
mármol,muyventiladosyalegres...Soñé,ylasimágenes
sibaríticasmehicierontantomal,quecuandoabrílosojosy
vipenetrarelsolporlasvidrierasmesentíexhausto,vacío,
postrado,comodebensentirseloshombresdespuésdeuna
óptimanochedecontinuosplaceres.
—¿Esparaenterrarapapá?
Sentíqueelcorazónmedejabadelatirdentrodelpecho,
quelacabezamedabavueltas,yquemehallabaabandona-
doenmitaddeuntúnelnauseabundo.
“¿Cómo,parapapá?—medije—.¿Nosoyacasounhom-
bre?”
TIEMPO 73 MEMORIA
reoylapropiaofuscaciónenelinstanteprecisoenquese
disponíaacruzarunacalle.Repentinamentetuvolaimpre-
sióndequeelpisocedíabajosuspiesyqueélcomenzabaa
sumergirseatodaprisaentrelasaguasdeunrío.Compren-
dióalpunto—afirmabaahora—queseríamenesterlanzar-
seanado,sopenademorirahogadoenelacto.Asílohizo,
yaúnteníamuypresentelazozobraconquealcanzólaotra
orillaysesentódespuéssobreelpavimento,mientraslos
transeúnteslerodeabancuriosamenteparainformarsedelo
que ocurría.Aquí el doctor le interrumpió con objeto de
preguntarlesiteníaunaideaaproximadaacercadeloquele
habíaprovocadoelvértigo.Concretamente,si,porcasuali-
dad,tantoenelautobúscomoallanzarseanado,nohabía
vistoporalgunaparteelcochecitodeunniño.
—¡Enabsoluto,doctor!—seaprestóaexplicarconénfasis
elpaciente—.¡Enabsoluto!Porallínohabíanadadeeso,y
deelloestoyperfectamenteseguro.
Despuésprosiguióconmáscalma:
—Encuantolleguéacasa,lecomuniquéamiesposaque
nomesentíabiendeltodoyquemeproponíapasarlatarde
encama.Asílohiceymequedédormido.Aquellanoche
teníamosinvitadosymelevantéparalacena.Mesentía,sí,
unpocomaltrecho,peroenningúnmomentopudesupo-
nerqueelmalestartuvieseimportancia.Micenafuemuy
ligera—siemprehesidovegetariano,puntualizó—,ynos
quedamosjugandoalpókerhastalamedianoche.Miespo-
sa,comoesderigor,resultólaúnicaganadora,pueses,por
naturaleza,sumamentehábilconlascartas.Tanluegose
retiraronnuestrosinvitados,procedíadesvestirmeymeacos-
té.Sinembargo,unashorasmástarde,tuvequelevantarme
denuevo,pues,porprimeravez,queyorecuerde,había
olvidadomirarmealespejoesanoche,segúnvengohacién-
doloadiariodesdehaceunbuennúmerodeaños.
Eldoctorpreguntó,sentencioso,frunciendodisimulada-
menteelentrecejo,conquéobjetosuclientellevabaaefec-
totanenojosorito,yelantropófago,sindudarunmomen-
to,explicó,encogiéndosedehombros:
—Simplementeconelobjetodepodercomprobar,alama-
ñanasiguiente,quecontinúosiendoelmismodelavíspera.
Ragúdeternera
—Prosigausted—indicóeleminentemédico,sindejarde
balancear una pierna ni quitarle ojo a aquel hombre que
teníaantesumesa,yelcualdeseabainformarsesi,desdeel
puntodevistacínico,existíaalgunaprobabilidaddesalvar-
sedelahorca,porelfeoysuciodelitodehabersedevorado
impunementeaunrollizoniñodepecho.
Elantropófago—queocupabaporesosdíaslasprincipales
páginasdelosperiódicos—acababadefacilitarlealdoctor
susdatospersonales:teníacincuentaaños,eracasado,sin
hijos,representabaunafirmadeproductosquímicosyme-
díaunmetrosetenta.Segúnpodríademostrarlo,habíasido,
engeneral,unapersonacordialypacíficayseleestimabaen
todaspartescomohombrehonestoycaritativo.Disfrutaba
deunacómodaposicióneconómicayocasionalmenteefec-
tuababrevesviajesalextranjero,relacionadosconsuprofe-
sión.Eldoctorhabíatomadobuenanotadetodoello,siem-
presindejardebalancearunapierna,ysolicitabaahorade
su cliente que iniciara el relato. Ni uno ni otro parecían
alteradosenlomásmínimo,sinomásbieninteresadosenlo
que cada cual hacía o hablaba, como si la cuestión se
circunscribiesesimplementeacomprobarsilesagradabano
nolasmismasflores,losmismosplatos,obiensicoincidían
ambosensusapreciacionessocialesypolíticas.
Comolapausaseprolongaramásdelodebido,eldoctor
repitiócongestoamable:
—Prosiga.
Obedeciósucliente,revelandoquelaprimeraseñaldetodo
aquellohabíasidotanintrascendenteysimple,queaunhoy
sepreguntabacómoleresultabaposiblerecordarla.Había
tenidolugarenunautobús,momentosantesdellegarasu
casa.Sehabíapuestodepieyhabíasufridounmareo,un
levevértigosinimportancia,aunqueseguidodeunarara
ofuscaciónquelehabíaimpulsadoadirigirse,primeroal
conductordelvehículoydespuésalrevisor,conobjetode
estrecharleslamanoydespedirsedeelloscortésmente.En
seguidasehabíaapeado—yestofuelomáspenoso,de-
cía—entrelasrisasdelospasajeros,quenodejaronde
mirarleporlasventanillashastaqueseperdiódevista.No
obstante,unosdíasmástarde,leacontecióloqueélyacon-
siderabaelprimerindiciograve.Lehabíanrepetidoelma-
TIEMPO 74 MEMORIA
Eldoctorasintióconungestoydejódebalancearlapierna
para anotar en su libro privado algo que debió juzgar de
interés.
—Adelante—expresóacontinuación.
—Transcurriómásomenosunasemanasinquenadaanor-
malsucediera.Yomededicabaamitrabajoymimujersalía
porlastardesparaseguirjugandoalpóker.Perounanoche
tuveunadesagradablesorpresa.Pocoantesdedormirme,y
delamaneramásinesperada,semeocurriódecirleami
mujer:“Quisieraqueparaelalmuerzodemañanadispusie-
rasunbuenragúdeternera”.Todavíaeshoyeldíaqueme
preguntodequérincóndemicabezapartiótanextravagan-
teidea.Repito,siemprefuivegetariano,yelragúdeternera
loconocíaexclusivamenteatravésdeinformacionesde
segundamano.Peroelcasoesqueloapetecía,loapetecíade
talforma,queenaquelmismomomentohabríaencendido
lalámparaymehabríaservidounabuenaración.Sentíami
mujerreírdemalagana,asegurandoquenoestabaparabro-
mas,pueshabíaperdidoalpókeraquellatardey,paraalivio
demales,lehabíanderramadounacopadevinotintoenel
vestido.Perocomoyoinsistieraenmiempeño,quizácon
demasiadoahínco,guardóellaunprolongadosilencioysos-
pechéquemedespreciaba.Engeneral,lasmujeres—apun-
tó,yaenotrotono—suelendespreciar,porsistema,cuanto
dicenyhacensusmaridos,¿onolocreeustedasí,doctor?
Eldoctorsereservósuopinióneinquiriódesuclientecómo
habíaencontradoelragúdeternera.
—¡Excelente!—prorrumpióélconentusiasmo—.¡Excelente
y muy apetitoso! No obstante, en los días que siguieron,
volví a mi régimen habitual; pero mucho antes de lo que
podíaesperarse,reincidíenmicapricho.Aunque,adecir
verdad,loqueapetecíaahora—yasíselomanifestéami
mujer—noerayapropiamenteelragú,sinounroastbeefa
la inglesa, tan alto y rojo como un buen plato de fresas.
Mientraslosaboreaba,nodejabadepreguntarme,perplejo,
cómoresultabaadmisibleque,porespaciodetantosaños,
hubiesepermanecidoajenoatansuculentomanjar.Todos
losdías,apartirdeaquellafecha,mefueservidoelroastbeef
quenuncallegóaparecermelobastanteolorosoysangran-
te.Enlamesa,mimujersolíamirarmeconelrabillodelojo
ynocesabadeaconsejarme:“Procuramoderartusnerviosy
noteprecipitesdeesemodo,pues,enrealidad,notenemos
ningunaprisa”.Creoquedebíasentirseuntantoconfusay
hastaesprobablequeazorada.Peroeratalmiilusión,el
júbiloquemeembargabaalavistadeaquellasrebanadas
sangrantesyaqueljugoolorosoycaliente,quenolepresta-
bademasiadaatención,loconfieso.
Eldoctorvolvióaanotaralgoconsuestilográficayexcla-
mó, como al principio:
—Prosiga.
—Losvértigosserepitieron,mimemoriasequebrantótem-
poralmenteycomencéaexperimentarunvivodesinterés
porlosproductosquímicos.Enlaoficina,eravíctimadeun
constantedesasosiego.Yaúnmás:empecéamostraruna
predilecciónespecialporoloresysaboresqueenotrotiem-
pomedejabanindiferenteoqueinclusomeprovocaban
náuseas.Miescriturasehizocasiilegibley,amenudo,erra-
baenmiscálculos.Temíconvertirmeenunobsesoypensé
tomarmeunasvacacionesenelcampo.
Aquí el antropófago sonrió con rubor, como ante un re-
cuerdoinconfesable,yexpresóenvozmuchomásbaja:
—Aunque,¿adivinausted,doctor,quémeimpidióiralcam-
po?
El doctor indicó que no tenía la menor idea, y su cliente
confesó:
—¡Quéridículo!¡Lasvacas!¡Laideadequetantahermosa
vacapastandoagravaríamiapetito!
Enseguidaseechóareírysepusorepentinamenteserio.
—Fueentoncescuandoabandonéendefinitivaelvegeta-
rianismoymeentreguéporenteroalacarne.
—Comprendo —susurró el doctor. Y pasó la hoja de su
librodenotas.
Peroelclientesehabíaadelantadoensuasiento,poseídode
taldesazón,queeldoctor,conellibroenlamano,seechó
atrásprecavidamente.
—¡Nuncamásencontraríayapuntodereposo!¡Nuncamás,
doctor!Ahora,raravezpermanecíaencasa,dedicadoare-
correrlaciudaddeunextremoaotro,hastaquesehacíade
TIEMPO 75 MEMORIA
noche.Muchasveces,pornomalgastareltiempo,almorzaba
enunrestaurante.Nomeatreví,enunprincipio,aconfesar-
melealmenteelmotivodeaquellaperegrinaciónincesante,
deaquellascorreríasdiariasquemeapartabandemitrabajo
ydemisdeberesconyugales.Caminabasindescanso,casi
confuror,bañadodesudorelcuerpoyaparentementesin
objeto;perounayotravezmesorprendía,jadeante,ala
puertadealgunacarnicería,empujadoyvilipendiadopor
lasamasdecasa,quesalíanatropelladamenteconsuspre-
ciadoscargamentos.Llegaronatemblarmedeemociónlas
piernasfrentealasvitrinasdeembutidos,conaquellascar-
nesamoratadasytersas,quecolgabanendesafiantesmano-
jos.Cadadíahacíaunnuevodescubrimientoyencontraba
unbuenmotivoparapasarenvelalasnoches.
Trasuninstantededuda,añadió:
—¡Nosésidebadecirlo!Pero,enmásdeunaocasión,con
unsalchichónbajoelbrazo,comoundelincuente,escapaba
atodaprisahastaelparquey,asalvodecualquiermirada
indiscreta,mesentabaenelrincónmásapartado,desenvol-
víamitesoroylosaboreabaamisanchas.Peroraravezcon-
seguíaterminarlo,pues,deimproviso,elrecuerdodeotra
piezaaúnmássuculentamehelabalasangreenlasvenas,y
entoncesabandonabaallíelsalchichón,sobreelcésped,y
corríaaescapeenbuscadeaquelestablecimientoqueyo
recordabaahorayque,amenudo,sehallabasituadoalotro
extremodelaciudad.Misdigestionessehicierondifícilesy
comencéasoñarporlasnoches.¡Asoñarcomoustedno
tieneidea,doctor!
El doctor consultó su reloj y dijo:
—Muycomprensible.
Despuésserelamiódisimuladamente.
—Podríaenumerarlemissueños,aunqueesprobableque
noterminásemosnunca.Sinembargo,recuerdounomuy
especialquequizánosaclarealgo.Entrabayo,unatarde,al
dentistaymesentabaenelsillón,pidiéndolecontodaurgen-
ciaquemeafilaralosdientes.Eldentista,queeraunhom-
brefornido,rompíaareíracarcajadas,peroaccedíaamis
deseos,y,provistodeunaenormelima,iniciabasutrabajo.
Amedidaquepasabayrepasabalalima,yyoibaadvirtien-
dolaspuntasaceradasdemisdientes,unaalegríainconte-
niblefueinvadiéndome,alentreverque,apartirdeaquel
momento,tendríaelmundoenmismanos.Yaderegreso
encasa,mimujermeabríalapuertayyoleenseñabalos
dientes.Elladabaunpasoatrásyexclamabaconcarade
susto:“¡Nuncalohubierapensado!”Peroyomearrojaba
sobreellaylaabrazabaylabesaba,arrinconándolacontrael
muro.“¡Quemelastimas!”,gritaba,porfin,desasiéndose
demí,aunquesindejardeobservarmedelejoslosdien-
tes.Entoncessonabaeltimbre,entrabalapolicíaymeecha-
bamano.
Estabayapróximoelmediodía,yaldoctorcomenzabaa
abrírseleelapetitovisiblemente.Parecíayamenosinteresa-
TIEMPO 76 MEMORIA
doenelrelatoyloquebalanceabaahoraerasuestilográfica
negrasobreunahojadepapelenblanco.Allímismo,sobre
sumesa,podíaverseundiariodelamañana,encuyostitu-
laresrojossedabaavisoaloslectoresdequeelantropófago
andabasuelto.
—Tenemosennuestracasaunasimpáticasirvienta—decía
ahoraeldelincuente—,unarobustajovencitadecarnesduras
ysonrosadas,que,alcolocarmiplatosobrelamesa,siem-
prehacepasarfrenteamísurollizobrazodesnudo.Llevaa
nuestroserviciodosaños,yjamás,duranteesetiempo,su
brazodespertóenmípensamientosturbiosoindebidos.Pero
estavez—fue,enrealidad,laprimera—,mientrascolocaba
miplatodesopa,tuveunsúbitosobresaltoyelprimerim-
pulsoseriodecometerundesaguisado...“Sí—penséental
momento—,¿ysimedecidiera?Creoquedebodecidirme
cuantoantes”.
Eldoctoraguardópacientementequesuclienteexplicara
enquéconsistíaaqueldesaguisado,peroésteguardótan
largosilencioqueeldoctorseresolvióapreguntarporsu
cuentasiloque,dehecho,habíapretendidoeradarleun
buen mordisco a la sirvienta. El aludido bajó la cabeza y
asintióconciertahumillación.Enseguidaadoptóunaire
másfamiliaryprosiguiósurelato,queyaparaaquellasho-
rasempezabaahacersedramático.
—Cucharadatrascucharada,fuiterminandolasopa,aun-
quesinconseguirolvidardeltodoaquelbrazorollizoque
notardaríaenaparecerdenuevopararetirarelplato.Así
fue.Elbrazocruzóantemí,merozócasiloslabios,sellevó
elplatoconsigoyyodebíperderelconocimiento.Cuando
volvíenmí,mehallabatendidoenlacamayescuchélavoz
denuestromédicodecabecera,quienmerecriminabadi-
ciendo:“Trabajaustedconexcesoysealimentapeorqueun
ratoncito”.Fueronpasandolosdíassinqueyoexperimentara
interésalgunoensalirdecasa.Meentreteníaahoraenob-
servaralasirvientairyvenirdeunladoaotro,exhibiendo
susbrazosdesnudos.Habíaalgoreprobableentodoesto
—nuncadejédecomprenderlo—,peromuyapetitoso,y
queestimulabamisjugosgástricos.Missueñossehicieron
yamásfrecuentesy,enocasiones,vergonzosos,puesnose
tratabaahoradeuntrozodesalchichónodeunapiernade
corderoloquemetorturabaenellos,sinodegrandesraci-
mosdemujeresdesnudasqueseremovíanenelfondode
unasmonumentalesollashirvientes,enlasqueyoibade-
rramandopuñadosdesal.Losmiembrosdelasmujeres
burbujeabanconelaceite,entantoqueellasnocesabande
gemireimplorarayuda,entremezclandosusdesnudeces.
Perounayotravezaparecíaenescenamiesposa,quien,al
repararenlasollas,setapabalanarizconascoylasechabaa
rodarportierrahaciendoquedeentresusescombrosesca-
paranserpientesdetodostamañosquetrepabanalosárbo-
les.Entalinstantemaldecíaamiesposa,ydespertaba.Aún
despierto,seguíamaldiciéndolaenvozalta,hastaqueellase
sentabaenlacamaymepedía,conlágrimasenlosojos,que
dejarayadehablardefrituras.
Eldoctorparecíaabrumadoyrecomendóasuclienteque
procurarapasarporaltociertospormenoresinnecesarios.
Estelepidióexcusas,aunquenoconsiguióreprimirunleve
gestodedisgusto.
—Fuetodomuybochornoso—confesó—,puesmiprimera
experienciaimportantelallevéacabojustamenteconlasir-
vienta.Ocurrióunatardequemimujerhabíasalidoajugar
alpóker.Mehallabayoenmidespachoehicesonareltim-
bre.Oíqueseabríaunapuerta,peronadieacudió,demo-
mento;asíquevolvíallamar.Porfinescuchéunospasos,
quesemehicieroneternos.Comohabíaentradolaprima-
vera,llevabaellaunvestidoazul,muyligero,queledejaba
loshombrosdesnudos.Tanluegolaviasomaralapuerta,
medije:“Parecequenoandomaldeapetito”.Yleordené
quemetrajeseeloporto.¿Sedaustedcuenta,doctor?De-
seabaprolongaraúnmáslaespera,hacerdelaesperaalgo
realmenteemocionante.Salió,pararegresarapoco.Enton-
cesseaproximóamí,depositólabandejaenlamesa,yla
ataqué.¡Torpeyatolondradamente,perolaataqué!
Hubounembarazososilencio,queeldoctorsuporespetar
sinungesto.
—¡Enelantebrazo?—preguntóalcabo,dandoasupre-
guntataltonodegravedadquehacíayainútil,deantema-
no,cualquierpronósticoposterior.
—¡Enelantebrazo!—admitióelantropófagoconojosbri-
llantes,sincaptar,porlovisto,locríticodesusituación—.
Realmenteeraloqueprometíaserlomássuculentoyloque
desdehacíavariosdíasveníaquitándomeelsueño.Mordí
unavez,dos,ydespuéssoltémipresa.Acasoestuvierade-
masiadonerviosoonosupeobrar,conlasuficienteenergía.
“¡Indecente!”,laoíchillar,comoentresueños.Supedeso-
braaloqueserefería,peronomeimportóelultraje.Volví
TIEMPO 77 MEMORIA
amorderunavezmás,yellarepitióelexabrupto.Recuerdo
queempezaronabrotarledelhombrounasgotitasdesan-
gre,algorealmenteinsignificante,peroquebastóparaque
estallaraensollozos.Jamásvianadiemáscompungidani
conunaexpresióndemayorsusto.Nosupequéhacer.Mi
situacióneraenaltogradocomprometidaydedujequemi
mujer no tardaría en conocer la historia. Esto fue lo más
deprimentedetodoyloquemehizosentirmemásdesven-
turado.
Cogílabotelladeoportoymeserví.Ellasefuedandotras-
piésycerrótrassílapuerta.
Aquíeldoctorinterrumpióasuclienteparainformarsesi,
poresasfechas,laseñoraesposadelpacientesospechabade
algúnmodoqueélerayauncaníbal.
—¡Oh,no,no!—protestóésterepetidasveces—.Ellacon-
tinuóaferradaasusviejasteoríassobreeladulterio.Deahí
que,alenterarsedeloocurrido,tomaralascosasenmal
sentidoymeamenazaraconsolicitareldivorcio.Nuncatomé
enseriolaamenaza,esclaro,limitándome,porelcontrario,
adisuadirladesuspropósitos.
—Perdón—intervinoeldoctor,conelíndiceenalto—.
Lasirvienta,¿fuedespedida?
—¡Ydecomúnacuerdo!—afirmóelotro—.Ahoramimujer
yyoestábamosenlosmejorestérminos,salíamosjuntos
todaslastardesy,sidisponíayodetiempo,laacompañabaa
hacersuscompras.Tambiénlehacíaelamorconmayor
frecuencia.Curiosamente,fuelaépocamásfelizdenuestro
matrimonioy,porasídecirlo,lamásdelirante.Amenudo,
ensayabayopequeñosmordiscosconella,enteramenteino-
fensivos,peroquelahacíanreíreilusionarseyrevolverse
inquietaentremisbrazos.Sihedeserlefranco,doctor,mi
mujernoacertóyaaprescindir,enlosucesivo,deestaclase
deexpansiones,sinimportarleque,alamañanasiguiente,
mostraralosbrazosyelcuellocubiertosdecardenales.Era
vistoqueestabalocadeamor,consusnuevosvestidosde
veranoyaquellosnegroscardenales,quemehacíanpasar
antesusamigasporunhombrenuevoyapasionado.Hede
decir,apropósito,quedesdeentoncespusoelmayoresme-
roenlaseleccióndelosmenúscaseros,pensando—estuve
seguro—queelnuevorégimendealimentaciónhabíaobrado
elmilagro.Devorábamosjuntosgrandesracionesdecarney
noparecíapreocuparleyagrancosaquelacomieseyodeun
modouotro.Tododebíaencontrarloencantadoreingenio-
so,ycreofirmementequeporesetiempomeadoró.Pero
dentrodemiconcienciahabíanacidoyalaconvicciónfu-
nestadequetalestadodecosasnopodíatenerbuenfin.
Estoes,queadmití,yasinreservas,que,simpleysencilla-
mente,erayounantropófago.
Hubootrolargosilencio,ytantoeldoctorcomoelpacien-
te,evitaronmirarse.Seoyóalolejoselsilbatodeunafábri-
caylasvocesdeunosniñosquejugabanenunpatiovecino.
Convozmuchomásgraveeldoctorinquiriódesucliente
cuáleseran,enverdad,susintencionesconrespectoasu
esposa,ysiella,porunasrazonesuotras,llegóasospechar
quepretendíacomérsela.Elpacientesonriócondesgano,
paraexplicaracontinuaciónque,aunquesonaraimpropio
eldecirlo,sumujerconstituía,enefecto,unmanjardepri-
merorden,pesealocualsusintencionesnohabíansido,en
ningúncaso,lasqueelmédicosuponía.Aunquedehaberlo
sido—puntualizó—,lapocaperspicaciadequeeradueña
lehabríaimpedidohacersecargodetamañasutileza.Por
sextavezenlamañana,eldoctorexclamó,balanceandola
mismapierna:
—Prosiga.
Prosiguió.
—Fueelcomienzodelacatástrofe,yyanotuveelmenor
empachoenmostrarmedesvergonzado.Nomeimportómás
elprójimoni,porsupuesto,miesposa.Suspendímissesio-
nesdeamorydejédeadmirarsusvestidos.Ellareanudósus
partidasdepókeryyopasabalastardesencasa,entregadoa
mismaquinaciones.Comencéainteresarmeseriamentepor
lacarnecruday,tanluegomehallabasolo,medirigíaala
cocina,abríadeparenparlaneveraymeadministrabalo
quesediceungranbanquete.Peroaúnhabríadeserésta
otraetapapasajera,puesprontolasresesmedejaronindife-
renteytuvequerecurriralosparques.
—¿Alosparques?—repitióeldoctorinclinandolacabeza,
comosisehubieraquedadosordodeimproviso.
—¡Justamente,doctor!Fuealgodetestable.Sentadoenuna
bancaofingiendodescansarsobreelcésped,mirabapasara
losniños,alasniñeras,alosvendedoresdehelados.Algo
encantadoryatrevido,positivamenteirresistible.Yasícomo
enotrotiemposolíapasarmelashorasmuertasfrentealas
TIEMPO 78 MEMORIA
vitrinasdelascarnicerías,ocupabahoymipuestoenelpar-
que,cubiertodesudorelcuerpo,enmitaddeaquellaalga-
rabíaincesantequemeprovocabaundeliciosocosquilleo
enelestómago.Nosésiustedmeentienda,doctor—expli-
cóenuntonomásíntimo—,pero,dadaslascircunstancias,
todoaquelloquemerodeabaahoraveníaaser,paramí,
comoundesplieguedemesasóptimamenteservidasdelas
quesedesprendíaunsubyuganteolor.Aspirandoesteapeti-
tosoaroma,organizabacaprichosamentemismenús,y,mien-
trasalmorzabadespuésenmicasa,recorríahastaensume-
nordetalleesosmenús,sinpermitirquemehablaranadie.
Tal vez, sin sospecharlo, me había convertido en un
maniático.Yundíamedecidí.O,parasermásjusto,me
dejéarrastrarporlafatalidad.
Hubounanuevainterrupción,pueselmédiconopareció
muyconvencidodelafatalidadquehabíaarrastradoasu
clientealaconsumacióndeldelito,yaquehabíansidoen-
contradosporlapolicía,cercadellugardondesecometióel
rapto,untenedoryuncuchilloeinclusounaservilletades-
plegadasobreelcésped,másunabotelladevino.Elantro-
pófagosonrióconamarguraysecontemplólasmanos.
—¡Simplesfantasíasdemiparte,doctor!¡Simplesjuegosde
lafantasía,puestoquesupemuybien,desdeunprincipio,
quenollegaríaautilizarlosnunca!
Pensando,probablemente,enlodifícilqueleresultaríaasu
clienteescapardelahorca,eldoctorleofreciócondeferen-
ciauncigarrillo.
—¿Fumausted?—preguntó.Peroelcaníbalnosediopor
enterado.
—Fueenlatardedel16deoctubreyhacíaunsolmaravi-
lloso.Alextremodeunacalzadadelparquehabíaunafron-
dosaglorieta,bordeadadesetos.Enesaglorieta—queyo
frecuentabaamenudodurantemiscorrerías—solíaapos-
tarse,losjueves,unaviejaniñeraqueseentreteníaenbor-
darsobreunbastidor,unavezquehabíacolocadoalasom-
bra un cochecito, en el que dormía un gracioso bebé. El
bebéeraextraordinariamenterollizo,yyolerecordabasiem-
premanoteandosincesarelaireolanzandopequeñosgritos
dealegríamientrasrevoloteabansobreéllospájaros.Nosé
siestébieneldecirlo,peroeraunasuculentapieza,trasla
cualsemeibanlosojosdesdehacíaunassemanas.Elvaivén
delcochecitoyaquellosprovocativosgritos,hinchandolos
carrillos,meperseguíanporlasnoches.Eraalgoarrebatador,
en lo que no dejé de pensar ni por un momento.Aquella
tardelaniñeranobordaba,sinoqueacababadedormirse,
conlasmanossobresusfaldas.Elbebéparecíatambiéndor-
mido,ydedujequetodoestabaapunto.Alolejos,vipasar
aunpolicíaymeagazapéentrelossetos.Después,todofue
muysimple:extendílosbrazos,cogíalbebéyechéacorrer
porentrelosárboles.Nohuboelmenorcontratiemponise
produjoruidoalgunoquelograsedespertaralaniñera.Al
finaldelacalzadaaminoréelpaso,procurandoconducirme
comosinada.Llevabaalbebécontramipecho,ylagente
nodejódemirarme;peronohabíanadadeexcepcionalen
ello, supongo, y todo el mundo siguió su camino. Unos
minutosmástarde,subíamicocheylopuseenmarcha.
Alllegaraestepuntodesurelato,elantropófagosellevóel
pañueloalafrenteparaenjugarseelsudor,entantoqueel
doctorhabíaapoyadoloscodossobrelamesayleobservaba
consumaatención,comoatravésdelojodeunacerradura.
—Habíarentadopreviamenteunmodestoapartamento
—continuóaquél—ycondujeallíalbebé,depositándolo
sobreunacama.Habíaempezadoallorar.Sinpérdidade
tiempo,medirigíalacocinaconelpropósitodeencender
laestufa;perohabíaolvidadolosfósforosenelparquey
tuvequesalirurgentementeacomprarotros.Enlacocina
guardaba yo, desde la víspera, todos los ingredientes
imaginables,puestoqueeratodavíalahoraenquenome
habíadecididoporningúnestiloespecialdecondimento.
Teníamantecaenabundancia,salypimientaenpolvo,tru-
fasypepinillosenvinagre,cebollas,guisantes,zanahoriasy
unalatitadeespárragos.Mientrassecalentabaelhorno,me
asoméunratoalaventana.Propiamentehablando,nome
encontrabanervioso,sinoindecisoyhambriento.Comen-
zabaaoscurecer.Transcurridoslosminutosderitual,quise
cerciorarmedequeelhornoestabaalcorriente,comoasí
fue.Entoncesmeencaminéalaalcoba,cogíalbebéentre
misbrazosylodesnudé.Eraalgoincomparable,puedecreer-
TIEMPO 79 MEMORIA
meusted,doctor,ymuyprometedor,desdeluego,pues,
comousteddebesaber,paraqueunasadoresultejugosoes
indispensable,antetodo,quelapiezasealomástiernaposi-
ble,alosumodeseismesesounañodeedad.Habíaopta-
do, a la postre, por un fino asado a la royal, y procedí a
prepararlo.Elbebéseresistíaynocesabadellorar.Encam-
bio, probó a sonreír con malicia cuando le coloqué en la
bocaunespárrago,queempezóachuparávidamente.Ter-
minadamilabor,abríelhorno.Elhornoestabaapuntoy
recuerdoquemequeméundedo.Enseguidaintrodujeallí
albebéycerréconcautelalapuerta.Nolesentíllorarmás.
Muyprontoseesparcióporlacasaunolorgratoypenetrante,
quemeobligóarecostarmeenlacama.Dosotresveces
volvíalacocinayentreabríelhorno.Habíaempezadoa
dorarseyelaromadellaurelinvadíayalashabitaciones.
Cerré,pues,todaslasventanas,ymediahoramástardeha-
bíaconcluidodeponerlamesa.Meatélaservilletaalcue-
llo.Enlamesahabíaunabotelladeborgoñayunabuena
racióndepan.Fuemuysensacionalelmomentoenque
depositéelasadosobrelamesa,pues,atravésdeloscristales
delaventana,penetrabanlosúltimosrayosdelsol,ytodo
sevolvió,depronto,másdoradoyopíparo,másincitante.
Me serví una copa de vino y la fui bebiendo a pequeños
sorbos.Acontinuación tomé el cuchillo y procedí con el
mayorcuidadoacortarlaprimerarebanada.Sinembargo...
Aquíeldoctor,intempestivamente,interrumpióasuclien-
tecongestoansiosoparahaceralgoquenuncajamásensu
vidadeberíahaberhecho;algodetodopuntoimperdona-
bleydeloqueinútilmentehabríadearrepentirsemástar-
de:hizosonartresveceseltimbreyordenóconvoztrémula
alaenfermeraqueletrajera,alamayorbrevedadposible,
un par de huevos fritos con tocino, un cochinillo al horno
conensalada,mediabotelladevinoyunheladodevainilla.
Teníaelrostrobañadoensudory,porloquedioaentender
alasclaras,acababadeperdereldominiosobresímismo.
Esodecidiósusuerte.Continuabaaúneldetectivesurela-
to,ydecíaahora,relamiéndosedegusto,bienseguroyade
su triunfo:
—Como le venía diciendo, doctor, comprendí que la ra-
ciónseriaexcesiva,yfueporelloquemelimitéprecavida-
menteacortartansólounascuantasrebanadas,afinde
guardarelrestoparaeldíasiguiente.Desuerte,pues,que
melevantédelamesayfuienbuscadeunasegundasalsera,
dondefuivertiendoeljugoquemepareciórazonable.
Eldoctorhabíavueltoarecuperar,enparte,lacalmayba-
lanceabadenuevolapierna,sosteniendoenaltosuestilo-
gráficaojugandoartificiosamenteconella.Eraobvioque
seesforzabaahoraporborrarcualquiermalaimpresiónque
hubierapodidocausarlealclienteconsuintemperancia,y,
aunqueprocuróendulzarlavozylamirada,notábaseleun
tantoreceloso,comosinsabermuybienaquéatenerse,pero
sinsospechar,enningúncaso,loqueseleveníaencima.
Habíaechadoelcuerpoatráscondesenfadoyhastaprobóa
sonreírenalgúnmomento;masalrepararenquesuinter-
locutordabavueltassincesaraunbotóndesuchaleco,vol-
vióadarpruebasdeunagraninsensatezyleordenódemuy
malmodoquesuspendieraaquelestúpidojuegoyprestase
mayoratenciónaloquedecía.Obedecióeldetective,sumi-
so,cuandoalcabodeuncuartodehoraseabriósinprevio
avisolapuertayaparecióenellaunpolicíaportandouna
bandejaconloshuevosfritoscontocinoymediabotellade
vino.Talvezelcochinillonoestuvieraaúnensupunto.El
doctorsepusoenpie,blancocomouncadáver,yesbozó
unadeplorablesonrisadehiena;peronointentóresistirse.
Incluso,sinsoltarlaestilográfica,ofreciósusmanosalpoli-
cíaparaqueloesposaraadecuadamente.Teníaciertaexpre-
sióncaninaenlosojosymostraba,yasinningúndisimulo,
susdientesminuciosamenteafilados.Elpolicíalecedióel
pasoydesaparecieronjuntos.
Cumplidasubrillantetarea,eldetectiveprocurósonreírtam-
bién,llevándoseconcansancioelpañueloalafrente.En
seguidaacercólabandejayolfateóloshuevosfritos.Eltoci-
noparecíadeprimerorden.Asíque,despojándosedesu
chaqueta, ocupó el sillón del médico, hizo a un lado el
periódicoypartióporlamitadunhuevo,cuyayemasede-
rramóostentosamente,inundandoelplato.Peseatodo,
habíaunavagamelancolíaensusojosycomouníntimo
sentimientodeculpaensuconciencia.Sucargonodebió
parecerlemuyhonrosoenaquelmomento.Sinembargo,
mojó un trozo de pan en la yema y se repitió para sus
adentros:
—¡Excelente!¡Excelente!—ysiguiócomiendo.
Enuntristeamanecerdediciembre,cuandotodavía bri-
llabanenelcielolasúltimasestrellas,elantropófagosubió
a la horca. Unos minutos más tarde apareció el sol en el
horizonteytodoelmundoenlaciudadseencaminóasu
trabajo.•
TIEMPO 80 MEMORIA

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