Tarrajeo, tipos de tarrajeos, empastados, solaqueos y otros revestimientos.
tario.pdf
1. TIEMPO 63 MEMORIA
TRESCUENTOS
FranciscoTario
GraciasalagenerosidaddelaEditorialLectorumsepublicantrescuentosde
FranciscoTario —“La noche del féretro”, “Ragú de ternera” y “Entre tus
dedoshelados”—,queformanpartedelosCuentoscompletosreciénpublica-
dos en dos tomos, con introducción —por cierto espléndida— de Mario
GonzálezSuárez.Setratadeunjustoymínimohomenajeaunodelosescri-
toresfundamentalesdelasletrasmexicanas.Extravaganteyesotérico,ajenoa
lascapillasliterarias,perotambiénbeneficiadodelectoresdeprivilegiocomo
OctavioPaz,JoséLuisMartínezyAlíChumacero,Tarioinaugura,enmásde
unsentido,laliteraturafantásticaennuestrageografíanarrativa,conuna
solvenciaybellezatalesquedebeemparentarseconescritorescomoFelisberto
Hernández,VirgilioPiñera,JorgeLuisBorges,JuanJoséArreolae,incluso,
JuanRulfo,paraconquistar,finalmente,elsitioquemereceenlacreación
hispanoamericana.
LuisIgnacioSáinz
3. unosinstantes.Habíaapagadolaluzdemicuartoyhabía
cerradolosojos.Esoeratodo.Loshombresproseguíanmuy
serios,perointentaronsonreír.Seguidamentecubrieronel
cadáverconlasábanaymemostraronelcamino.“Acompá-
ñenos”,dijeron.Volvimossobrenuestrospasos,avanzando
trabajosamentehacialasescaleras.Fuera,lashojasseguían
cayendo,perosehabíaocultadolaluna.Todoestabaprofun-
damenteoscuro,aunqueloshombresparecíanconocerbien
elcamino.Fuimosavanzandoengrupo,seguidosporlos
perros,quesemostrabanmáspacíficosyhabíandejadode
ladrar. Tuvo un gran trabajo el hombre para introducir la
llave en la cerradura y hacer girar la enorme puerta, que
tuvimosqueempujarloscuatro.Dehecho,eraunapuerta
descomunalparaunacasacomoaquella,conunasolaven-
tanailuminada.Yenvirtuddequelaescaleracentralapare-
cíaperfectamentealfombrada,nuestraspisadasnoprodu-
cíanelmenorruido,igualquesiunosyotroscontinuásemos
pisandosobrelashojas.Unodelostreshombresibaalfren-
tedenosotrosencendiendolasluces.Laspuertaspermane-
cíancerradasylosmueblesocultosbajounasfundasdeco-
lorcrema.Habíamosentradoyaaungransalón,cuando
unodemisacompañantessemeaproximócautelosamente
pararogarmequenohicieraruido.Señalóalgoalotroex-
tremodelsalón,indicándomequemeacercara.Avanzaba
yosolo,sindejardemirarhaciaatrásniperderdevistaalos
treshombres,quesemanteníanmuyatentosacuantoocu-
rría.Todoelinterés,porlovisto,secentrabaahoraenaquel
altobiomboalcualibayoaproximándome.Detrásdelbiom-
bohabíaalguien,loadivinédesdeunprincipio.Noesque
propiamentelohubiesevisto,niquelohubieseoído,pero
loadiviné.Depronto,quienmeobservabaatravésdelbiom-
bodebióhaceralgúnmovimiento,puessehizoungransi-
lencioynadieseatrevióamoverse.Elsilencioseprolonga-
bamásdelodebido.Eramuyangustiosotodoysospeché
que estaba por amanecer.Al fin se dejó oír la voz de un
hombremuyapesadumbrado,quedecía:“No,francamente
nolorecuerdo”.Yenseguida:“Vigílenlo,noobstante”.Fui
aobjetaralgo,perounodequienesmeacompañabanme
hizoseñasdesdelejos,recomendándomelamayorprudencia.
Yoibaadecirsolamente:“Soyinocente.Estoysoñando”.Y
elhombrequeseescondíadetrásdelbiomboprorrumpió
consorna,comosiadivinaramispensamientos:“Esloque
dicentodos”.Porlovisto,laentrevistahabíaterminadoy
fuimossaliendounotrasotro.Subíamosahoraporunanueva
escalera,queparecíanotenerfin.Jamáshubieraimaginado
quelacasafuesetanalta.Laescaleraseibahaciendomásy
másestrechayeltechomásbajo,loquemeprodujolaim-
presióndesoladoradequeexplorábamosunacueva.Nofue
así,porfortuna,sinoquellegamosaunapuerta.Elhombre
quemarchabaalfrentelaempujósuavementeconelpie,
rogándomequepenetrara.Obedecí.Alpunto,él,desdela
puerta,volvióadirigirseamíparadecirme:“Procuredor-
mir bien, porque mañana será un día muy agitado”.Uno
porunomedesearonbuenasnochesylessentíbajarensi-
lenciodespuésdehabercerradoconllavelapuerta.“¡Estoy
soñando!”,gritéestavez.Nosemeocurríaotracosa.Había
unasolaventanaymeasome.Laalturaeraconsiderabley
sóloalcancéadistinguirconclaridadlascopasentremezcla-
TIEMPO 65 MEMORIA
5. Pero,depronto,dejabayodeaparecerenlosretratosyen
mi lugar se veía a otro joven. Bien visto, parecían ser los
mismosretratos,aunqueyohabíadejadodeexistir.Pasaba
ypasabalashojasysiempreaparecíaelmismojoven.Esto
semeantojómisterioso,máximequelospolicíassehabían
apartadodemícondisimuloyfingíanmirarporlaventana.
Obviamentelaseductorajovenhabíaolvidadosuprimer
amor.Sólohastalapenúltimapáginavolvíayoaaparecer
enloquepudierarepresentaracasolaclavedelsiniestro
enredo,puesenestenuevoretratosenosveíaalosdosfun-
didosenundolorosoabrazodedespedida,alpiedeunco-
chedecaballosquesedisponíaapartir.Supusequeenla
páginasiguienteestaríaelretratodefinitivo,aquélqueex-
plicaría,porfin,elenigma.Peronofuecomomeesperaba,
puestoquelapáginaestabavacíayelenigma,portanto,
seguíaenpie.Ellomedesilusionóy,cuandofuiaobjetar
algoalrespecto,lospolicíasabandonaronlaventanayme
rogaronquemevistieracuantoantes.Noparecíanmuysa-
tisfechos,sinomásbiencompungidos.Cuandoyaestuve
vestido,meindicaronquemesentarayescribiesecontoda
calmaestasencillamisiva:“Alasseisenelestanque”.Com-
prendídesobrasusmaquinacionesyloquesejugabaallíde
midestino.Cogíelpapelquemeofrecíany,conlamayor
desconfianza,empecéaescribirmuyparsimoniosamente,
procurandoquemicaligrafíafueselomáscomplicadaposi-
ble,afindeevitarque,pormalasuerte,pudieracoincidir
conladelhomicida.Peroaúnnohabíaterminado,cuando
uno de los policías exclamó: “¡Lo siento!”Ysin decir una
palabramás,seguardóelpapelenunbolsillo.Loquedije-
rondespuésfueesto:“Ledaremostodaslasgarantías,pero
usteddeberárestituirlacabeza.Esdetodopuntoindispen-
sablequeconfiesesinrodeosdóndeescondiólacabeza”.“¡Es-
toysoñando!”,prorrumpíamivez;ysóloalcancéadistin-
guiraldoctor,queenaquelinstantedabamediavueltay
salíadelcuartoencompañíademipadre.
Aprimerahoradelamañanasiguiente,iniciélabúsqueda.
Habíancaídoporaquellosdíasmáshojasyyomepregunta-
ba,perplejo,cómoseríaposibledarconnadadeprovecho
entretalcantidaddehojas.Quizá,másbien,convinieraeva-
dirse,saltarelmuro,unanoche,yregresaracasa.Peroja-
másrecordabahabervistounmurodesemejantealtura,sin
unamiserablepuerta,yalqueúnicamentepodíamirarse
protegiéndosedelsolconlamano.Losperrosmeacompa-
ñabansiempre,sinperderunosolodemismovimientos.
Sacabansincesarlalenguayparecíansonreírentresícon
burla.Talvezestuviesensegurosdequejamásencontraría
loquebuscabaoposiblementesóloellosconociesenelse-
creto.Hastapudieransermuybienloshomicidasaquellos
perrosdeldemonio.Teníaamiservicioungrannúmerode
jardinerosqueibanremoviendolatierraallídondeyoles
indicaba.Eransumamenteactivosyenunabrirycerrarde
ojoshabíancavadounasima.Lospolicías,desdelaterraza,
nomeperdíandevista.Cuandomedecidíaamirarles,deja-
bandehablaruninstanteomehacíanseñasamistosascon
lamano.Laventanadeledificiocontinuabailuminada,pese
aqueeradedía.Yunavezquesentílatentacióndebajar
pormicuentaalestanqueparaecharleunnuevovistazoala
decapitada,losperrossesublevaron,formandouncercoen
tornomíoyenseñándomelosdientes.Estoeradesoladory
meoriginabaunaprofundatristeza.Entoncesmesentaba
enunabancaymirabasincesarelestanque,tratandode
recordaralgo.Desdeellugarenquemeencontrabanose
alcanzabaadistinguirgrancosa,pueslasaguasduranteel
díacentelleabanconelsolysevolvíanmásimpenetrables.
De tarde en tarde el viento las removía o cruzaban unos
pecesdecolores,persiguiéndose.Todoelloteníalugaren
mitaddeungransilencio,peroseguidoocasionalmentede
unaslevesrisas,comosilospecesfuesencapacesdereíro
fueseellamismaquiennolograbacontenerlarisaalsentir
lospecesevolucionaralrededordesucuerpodesnudo.Yo
noconseguíaapartarmedelestanqueniapartardeélsiquie-
ralavista,aunquelospolicíasmeinvitabandesdelejosa
proseguirlabúsqueda.Losjardinerosaguardabanamilado,
conlosbrazoscruzados,fumando.Peroyocontinuabaallí
sinmoverme.Sentíanecesidaddenomoverme,demante-
nerme el mayor tiempo posible próximo a ella. Había un
extrañoplacerenimaginarcómolospecesdaríanvueltasy
másvueltasentornosuyo,golpeándoladelicadamentecon
suscolasrojasynegras,asediándola,impacientándola,ha-
ciéndolareírdeaquelmodo.Nopensabaenotracosadedía
ydenoche,atodahora.Comenzabaadesconfiardemí
mismo,aadentrarmeenlasentrañasdelcrimen.Niremo-
tamentesuponíaquéhabíaocurridoconmigoaquellano-
che en que me quedé dormido de pronto. Tal vez ni me
TIEMPO 67 MEMORIA
7. deréqueeraelmomentooportunoparabajarsintemoral
estanque,yyamedisponíaaabandonarmicamacuando
sentí que alguien abría muy sigilosamente la puerta y a
continuaciónlacerrabaconllave.Mihabitaciónestabaa
oscuras,perosupealpuntodequiénsetrataba.Notuveni
lamenorduda.Atravesabaellamicuartopisandosuave-
mentesobrelaalfombra,deslizándosesinruidosobreella,
comoatravésdeunainfinidaddeaños.“¿Erestú?”,pre-
gunté,porpreguntar,muertodemiedo,asabiendasdeltre-
mendoriesgoquecorríamos.Adivinéquesellevabaundedo
aloslabios,incitándomeacallar.Quisosaberenseguidasi,
portratarsedeuncasoexcepcional,podríahacerleelhonor
de admitirla a mi lado. Hablaba en un tono burlón pero
muyfamiliaryquerido.Yyodijesolamente:“¿Peroesque
tehasvueltoloca?”Aunquenotardéencambiardeparecer
ylepropuse:“Entra,siquieres”.Desdoblóporunapunta
lassábanasysefueintroduciendobajoellas,acomodándose
juntoamí.Jamásmehabíavistoenuntrancesemejantey
nosupe,demomento,quéhaceropensarnidequémodo
conducirme.Leechéunbrazoporelcuelloyellaseestre-
chócontramí.Todoocurríamisteriosamente,enmitadde
ungransilencio.Asícontinuamoslargorato,sinqueyome
atrevieraarespiraroamoverme,muyatento,encambio,a
loqueveníaaconteciendo,hastaqueellarompióareírde
improvisoapartandodemísucuerpo.“¿Dequéteríes?”,le
pregunté,avergonzado.“Denada—replicómaliciosamen-
te—. De que tienes los pies muy fríos”.Apartir de este
incidente,casiyanodejódereír,encogiendoyestirandolas
piernasycambiandosincesardepostura.“Oprocurasestarte
quieta —le dije— o acabarán por descubrirnos”. “Ya me
estoyquieta”,repuso;yestrechándosetodavíamáscontra
mí,fingióqueempezabaadormirse.“Noséporquéhas
hechotodoesto—seguídiciéndole—.Jamásdeberíasha-
bervenidoaquí”.Levantandounpocolasábana,mepre-
guntósisentíamiedo.Lerespondíquesíyquenoteníapor
quéocultarlo.Entoncesellameaseguróqueesemiedoque
yosentíanoledisgustabaenlomásmínimo,sinoque,por
el contrario, la divertía y la hacía casi feliz. Y como yo le
manifestaraquenolograbadarmecuentadeloquequería
darmeaentenderconaquello,replicócontodanaturalidad
quesiyofuesemujer,comoella,losabría.Teníaunosojos
luminososyprofundos,comolosdeungato,ytemí,porun
instante,quelefueraposibleverenlaoscuridad.Sentía,
cadavezmáspróximoamí,algotansutilyacogedorque
habríasidoalgoembriagador,ysinomedecidíaencender
laluzfueporeltemorquemeinspirabaelcomprobarcon
mispropiosojoscuanto,desdehacíarato,veníandeján-
domeentrevermispensamientos.Prorrumpí,encambio,
notandoquealguiensehabíapuestoapasearenlaplanta
alta: “¡Calla! ¿Qué suena?” Sin inmutarse en absoluto,
balbució:“Espapá”.Debíaestaraconteciendoalgopositi-
vamenteinconcebible,porqueyopercibía,cadavezmáspró-
ximoamí,algotansutilyacogedorqueescasamentetuve
fuerzasparasusurrar:“¡Estásrematadamenteloca!”Yella
dijo:“Yalosé”.Bienvisto,aquellanoche,parecíaunacria-
turaquehubieseperdidoeljuicioyyanopenséenotracosa
queendeshacermedeellacuantoantes,nofueraaabrirse,
porsorpresa,lapuertayapareciesealguiendelafamilia.
Masrecordóapocoqueestabanporreanudarseloscursos
en el colegio y que yo debería partir a primera hora de la
mañanasiguiente.Yaestabalistoelequipajedesdelavíspe-
raymiprimertrajedepantalónlargocolgadoenunasilla.
Sinexplicarmeporqué,tuveeltristepresentimientodeque
nuncamásvolveríamosavernos.Entoncesmeabracéaella
contodasmisfuerzasrepitiéndolequeeramuydesdichado,
quelavidameparecíainsoportableyquemesentíaelser
másruindelatierra,acausadeaquelamorculpable.“¡Abrá-
zame!¡Abrázame!”,repetíaellasincesar.Deprontosepuso
muyseriayexclamóconunavozextraña,quenolecono-
cía:“¡Tengounaidea!”Mas,alpreguntarlequedequéidea
setrataba,ellareplicóqueno,quenomelarevelaríapor
ahora,puestoquetododeberíaocurrirasutiempo.Meeché
atemblar.Teníaellaunagraninventivay,desdequetuve
usoderazón,laconsideréunacriaturadiabólícadequien
podíaesperarsetodo.Larecordabasudorosayágil,sofoca-
da,recorriendoagranvelocidadlascalzadasdelparque,
montadaensubicicleta.Ocolumpiándosealocadamente,
sin dejar de reír y gritar, exigiéndome que la lanzara con
másfuerza,quelaimpulsaramásrabiosamente,hastaque
lograsealcanzarconlospieslapuntadeaquellarama.Ha-
cíaapenasunosdíashabíaosadoamenazarme:“Hasdesa-
berunacosa:¡quetengopoderesmuyespeciales!”Enseguida
habíaechadoaandar,muydisgustada,peroyocorrítras
ellaparadecirlequelaadoraba,quenocomprendíalavida
sinellayquenuestrosdestinosdebíantenerunsignomuy
especialoalgoporelestilo.Entoncesella,cogiéndomede
unbrazo,mehabíapedidoquelaacompañara,puesdesea-
babajaraljardínparacortarunasflores.Yohabíaaccedido,
gustoso,peroaúnnohabíamosllegadoalaescalera,cuando
sedetuvodeprontoy,sinpensarlodemasiado,mebesólar-
gamenteenlaboca,determinandoqueaquellanocheno
consiguierayodormirunsueño,altratardeolvidaryrecor-
daralmismotiempoloquepasópormicuerpoentanex-
trañosinstantes.Comenzabayaaclareareldíacuandome
TIEMPO 69 MEMORIA
8. senté en la cama con una sensación de horror que ni yo
mismoalcancéaexplicarme.“Dime—lepregunté,perple-
jo,sinsaberbienloquedecía—,¿porquétearrojasteal
tren?¿Porqué?”Aquívolvióareírconganas,escondiendo
lacarabajolaalmohada.Todavíasindejardereír,mease-
guróqueentodasuvidahabíaescuchadonadamásdiverti-
doyquedeseabaqueleexplicaracuantoantescómopudo
ocurrirnuncataldesatino,siseencontrabaahoraallí,ami
lado.Yagregó,tambiénsentándose:
“¡Estoyviva!¿Nolocrees?¡Miracómolatemicorazón!”Me
habíallevadolamanoasupechoyyolaretiréescanda-
lizado,casiconestupor.“¡Teodio!¡Teodioyteodiarésiem-
pre!¡Estoesunterriblepecado!”Yprometióella:“Puesaun-
queasísea,quierotenerteconmigoporunaeternidadde
años”.Nofuesinohastaentoncesquedescubríplenamente
sumaldad,laperversapasiónqueladominabaysusinfer-
nalespropósitos.“Ahoraséquenohaytalmujerdecapitada
yqueelestanqueestávacío.Todohansidoarguciastuyasy
unaimperdonablementira”.Asídije.Yellavolvióaestre-
charsecontramíyareírsinningúnrecato,olvidadayadela
familiaeinsistiendoconelmayorahíncoenqueleexplica-
racontododetalleaquédisparatadossucesosveníarefi-
riéndome.Mebesabaymebesabaenlastinieblas,cuando,
enundeterminadomomento,pudedescubrirconasombro
quequienmebesabacontalansiaeramipropiamadre,que
yacíaarrodilladajuntoamicamadeenfermo.Estomecon-
trarióensumogradoalcomprobarqueestabanuevamente
soñandoyqueeravíctima,unavezmás,deotraignominio-
saburla.“¡Despierta!¡Despierta!¡Debeshacerunúltimo
esfuerzo!”,implorabaella.
Ydesperté.Continuabanallílospolicías,losperros,laven-
tana iluminada. Nada había cambiado, por lo visto, ni si-
quieraaqueldiluviodehojasqueproseguíacayendodelos
árboles.Debíadesermediodía.Lospolicíaspaseabanpor
lascalzadas,limpiándoseelsudordesusfrentesoabanicán-
doseconelsombrero.Gruposdejardinerosibanyvenían
transportandosusutensiliosohaciendorodartrabajosamente
lascarretillasllenasdetierra.Porprimeravez,entantotiem-
po,cruzaronagranalturaunospájaros;mástarde,volvie-
rondenuevo,semantuvieronunratoinmóvilesyporfinse
perdierondevista,volandomajestuosamente.“¿Fumaus-
ted?”,mepreguntaron.Habíacesadoelviento,yelcieloera
azulyluminoso.Unasolacosamepreocupabagravemente
esedía:aquellacintacolorderosaquehabíaamanecido
entremissábanasyqueahoraapretabaconsustoenunbol-
sillo.Quizáconvinieraentregarla.Oquizáresultaraser,ala
postre,comoelcuerpomismodeldelito.Nosupe.Eldoc-
toranunciabaenaquelmomento:“¡iHamuerto!”Yelpoli-
cíaexclamó,muypálido,echandoacorrerdeprontohacia
lacasa:“¡Algomuygraveestásucediendo!”Mihabitación
sehallabaatestadadefamiliaresyamigos,queapartaron
con malestar la vista del lecho y se quedaron mirando
pensativamenteelmuro.Oíamimadresollozaryaalguien
queseservíaunvasodeagua.Mipadresehabíadejadocaer
enunsillón,conlacabezaentrelasmanos.Meenderecé
comopudeynodudéenproclamar:“¡Sonustedesunos
incautos!¿Oacasonosehandadocuentadequeestoysim-
plementedormido?”Diolaimpresióndequenadiehabía
conseguidooírme,asíquemepuseenpiedeunsaltoyco-
mencéarecorrerelcuarto,procurandoatraerLaatención
detodos.Sólomimadrepareciódescubrirmipresencia,
pueslevantóconilusiónelrostro,aunquedespuéssiguió
llorando.Yodabavueltasymásvueltas,tratandodehacerme
oír,hablandohastaporloscodos,hastiadoyadeaquellavoz
delpolicía,quenocesabaderepetirme:“¿Peroaúnnoseha
vestido usted? Dése prisa o, de lo contrario, no llegará a
tiempoasufuneral”.Habíaungrannúmerodeautomóvi-
lesalineadosfrenteamicasayunnauseabundooloraflores
marchitas,queelvientoibadeshojando.Elvientopenetra-
baenlacasaporlapuertaprincipal,ascendíaalaplantaalta
ydispersaba,atravésdelosbalconesentornados,aquellas
detestablesflores.Viaungrupodecuriososenlaacerade
enfrente,alquemereuní.Yasalíaelcortejosolemnemente,
yloscaballerosinclinabanlacabeza,sosteniendoenaltosus
sombreros.Eraunatardeprimaveralydoradayparecíanno
sermásdelascuatro,aunqueyodebíahaberolvidadodar
cuerdaamireloj,quecontinuabaseñalandolasocho.Nos
pusimosenmarcha,yoapie,aturdidamente,siguiendola
grancaravanadeautomóviles.Eraunlargorecorridohasta
elcementerioysospechéqueseharíadenocheantesde
llegaraél.Porfortuna,lasavenidaseranmuyespaciosas,
conabundantesombra,ysoplabaunarefrescantebrisa.Yaa
la puerta del cementerio, no pude soportarmi aflicción y
rompíalloraramargamente,apoyadoenelmuro.Todoslos
asistenteshabíantraspuestoyalapuertayloirremediable
parecíaestarapuntodeconsumarse.Protestaríaporúltima
vez;haríaeseúltimointento.Melancéacorrerdesaforada-
mente,hastadar alcancealcortejo,ygritécontodasmis
fuerzas:“¡Esinjusto!¡Esterriblementeinjustoloqueestán
haciendoconmigo!¡Deténganse,selosruego!”Elcortejose
detuvodegolpeytodosvolvieronlacabeza,observándome
condesconfianza.“¡Estoyaquí!¿Nosedancuenta?¡Detén-
TIEMPO 70 MEMORIA
11. Quise gritar, protestando. Quise incorporarme y echar a
correr sin ningún rumbo, pero no pude. Cuatro pesadas
manos,cubiertasdevello,mesujetaronporpiesycabezay
nosupemásdemí.Debíperderelsentido.Cuandodesper-
té, un hombre gordo, hinchado, pestilente y rubio, yacía
sobremispobreshuesos.Ardíanlosciriosentornomío,
salpicándomelasropas;rezabaunsacerdote,mirandopor
encimadesusanteojosalasmujeresbonitas;unosgemían
conayesvelados;otroschillabanprocazmente,sincompren-
dereldestinodelhombre.Caíanportierrapétalosdeflo-
res...
Nopudiendosoportarmáseloprobiodequeeravíctima,
hiceunsobrehumanoesfuerzoyderribéalcadáver.Cayó
éstecongranaparato,partiendoporlamitaduncirioque
seapagóinstantáneamente.Cayóconlacabezahaciaabajo,
haciendotronarelpiso.
Yogritéynomeoyónadie:
—¡Noquiero!¡Noquiero!
Todosseapresuraronalevantaralmuerto,aunquepesaba
demasiado.Estabarígidoyfríocomounárbol.Medioho-
rror.Vialolejosalajovencitafresca,muypálidayaterrada,
conlasmanossobreeldescote.Superfumemeembriagó
estavez,removiendomisinstintos.
“¡Lograrposeerla!”,penséconangustia.
Perodenuevocayóaplomosobremíelhombreventrudoy
fétido,cuyocuerpoparecíaexactamenteunavejiga.
Me encogí de hombros y opté por dormirme. Dormirme
comounnovioimpotenteotímidoensunochedebodas.
Asílohice.Ysoñé.Soñécondulcesmuertasblancas,cuyos
muslostemblabansobremipiel...conricossepulcrosde
mármol,muyventiladosyalegres...Soñé,ylasimágenes
sibaríticasmehicierontantomal,quecuandoabrílosojosy
vipenetrarelsolporlasvidrierasmesentíexhausto,vacío,
postrado,comodebensentirseloshombresdespuésdeuna
óptimanochedecontinuosplaceres.
—¿Esparaenterrarapapá?
Sentíqueelcorazónmedejabadelatirdentrodelpecho,
quelacabezamedabavueltas,yquemehallabaabandona-
doenmitaddeuntúnelnauseabundo.
“¿Cómo,parapapá?—medije—.¿Nosoyacasounhom-
bre?”
TIEMPO 73 MEMORIA
12. reoylapropiaofuscaciónenelinstanteprecisoenquese
disponíaacruzarunacalle.Repentinamentetuvolaimpre-
sióndequeelpisocedíabajosuspiesyqueélcomenzabaa
sumergirseatodaprisaentrelasaguasdeunrío.Compren-
dióalpunto—afirmabaahora—queseríamenesterlanzar-
seanado,sopenademorirahogadoenelacto.Asílohizo,
yaúnteníamuypresentelazozobraconquealcanzólaotra
orillaysesentódespuéssobreelpavimento,mientraslos
transeúnteslerodeabancuriosamenteparainformarsedelo
que ocurría.Aquí el doctor le interrumpió con objeto de
preguntarlesiteníaunaideaaproximadaacercadeloquele
habíaprovocadoelvértigo.Concretamente,si,porcasuali-
dad,tantoenelautobúscomoallanzarseanado,nohabía
vistoporalgunaparteelcochecitodeunniño.
—¡Enabsoluto,doctor!—seaprestóaexplicarconénfasis
elpaciente—.¡Enabsoluto!Porallínohabíanadadeeso,y
deelloestoyperfectamenteseguro.
Despuésprosiguióconmáscalma:
—Encuantolleguéacasa,lecomuniquéamiesposaque
nomesentíabiendeltodoyquemeproponíapasarlatarde
encama.Asílohiceymequedédormido.Aquellanoche
teníamosinvitadosymelevantéparalacena.Mesentía,sí,
unpocomaltrecho,peroenningúnmomentopudesupo-
nerqueelmalestartuvieseimportancia.Micenafuemuy
ligera—siemprehesidovegetariano,puntualizó—,ynos
quedamosjugandoalpókerhastalamedianoche.Miespo-
sa,comoesderigor,resultólaúnicaganadora,pueses,por
naturaleza,sumamentehábilconlascartas.Tanluegose
retiraronnuestrosinvitados,procedíadesvestirmeymeacos-
té.Sinembargo,unashorasmástarde,tuvequelevantarme
denuevo,pues,porprimeravez,queyorecuerde,había
olvidadomirarmealespejoesanoche,segúnvengohacién-
doloadiariodesdehaceunbuennúmerodeaños.
Eldoctorpreguntó,sentencioso,frunciendodisimulada-
menteelentrecejo,conquéobjetosuclientellevabaaefec-
totanenojosorito,yelantropófago,sindudarunmomen-
to,explicó,encogiéndosedehombros:
—Simplementeconelobjetodepodercomprobar,alama-
ñanasiguiente,quecontinúosiendoelmismodelavíspera.
Ragúdeternera
—Prosigausted—indicóeleminentemédico,sindejarde
balancear una pierna ni quitarle ojo a aquel hombre que
teníaantesumesa,yelcualdeseabainformarsesi,desdeel
puntodevistacínico,existíaalgunaprobabilidaddesalvar-
sedelahorca,porelfeoysuciodelitodehabersedevorado
impunementeaunrollizoniñodepecho.
Elantropófago—queocupabaporesosdíaslasprincipales
páginasdelosperiódicos—acababadefacilitarlealdoctor
susdatospersonales:teníacincuentaaños,eracasado,sin
hijos,representabaunafirmadeproductosquímicosyme-
díaunmetrosetenta.Segúnpodríademostrarlo,habíasido,
engeneral,unapersonacordialypacíficayseleestimabaen
todaspartescomohombrehonestoycaritativo.Disfrutaba
deunacómodaposicióneconómicayocasionalmenteefec-
tuababrevesviajesalextranjero,relacionadosconsuprofe-
sión.Eldoctorhabíatomadobuenanotadetodoello,siem-
presindejardebalancearunapierna,ysolicitabaahorade
su cliente que iniciara el relato. Ni uno ni otro parecían
alteradosenlomásmínimo,sinomásbieninteresadosenlo
que cada cual hacía o hablaba, como si la cuestión se
circunscribiesesimplementeacomprobarsilesagradabano
nolasmismasflores,losmismosplatos,obiensicoincidían
ambosensusapreciacionessocialesypolíticas.
Comolapausaseprolongaramásdelodebido,eldoctor
repitiócongestoamable:
—Prosiga.
Obedeciósucliente,revelandoquelaprimeraseñaldetodo
aquellohabíasidotanintrascendenteysimple,queaunhoy
sepreguntabacómoleresultabaposiblerecordarla.Había
tenidolugarenunautobús,momentosantesdellegarasu
casa.Sehabíapuestodepieyhabíasufridounmareo,un
levevértigosinimportancia,aunqueseguidodeunarara
ofuscaciónquelehabíaimpulsadoadirigirse,primeroal
conductordelvehículoydespuésalrevisor,conobjetode
estrecharleslamanoydespedirsedeelloscortésmente.En
seguidasehabíaapeado—yestofuelomáspenoso,de-
cía—entrelasrisasdelospasajeros,quenodejaronde
mirarleporlasventanillashastaqueseperdiódevista.No
obstante,unosdíasmástarde,leacontecióloqueélyacon-
siderabaelprimerindiciograve.Lehabíanrepetidoelma-
TIEMPO 74 MEMORIA
13. Eldoctorasintióconungestoydejódebalancearlapierna
para anotar en su libro privado algo que debió juzgar de
interés.
—Adelante—expresóacontinuación.
—Transcurriómásomenosunasemanasinquenadaanor-
malsucediera.Yomededicabaamitrabajoymimujersalía
porlastardesparaseguirjugandoalpóker.Perounanoche
tuveunadesagradablesorpresa.Pocoantesdedormirme,y
delamaneramásinesperada,semeocurriódecirleami
mujer:“Quisieraqueparaelalmuerzodemañanadispusie-
rasunbuenragúdeternera”.Todavíaeshoyeldíaqueme
preguntodequérincóndemicabezapartiótanextravagan-
teidea.Repito,siemprefuivegetariano,yelragúdeternera
loconocíaexclusivamenteatravésdeinformacionesde
segundamano.Peroelcasoesqueloapetecía,loapetecíade
talforma,queenaquelmismomomentohabríaencendido
lalámparaymehabríaservidounabuenaración.Sentíami
mujerreírdemalagana,asegurandoquenoestabaparabro-
mas,pueshabíaperdidoalpókeraquellatardey,paraalivio
demales,lehabíanderramadounacopadevinotintoenel
vestido.Perocomoyoinsistieraenmiempeño,quizácon
demasiadoahínco,guardóellaunprolongadosilencioysos-
pechéquemedespreciaba.Engeneral,lasmujeres—apun-
tó,yaenotrotono—suelendespreciar,porsistema,cuanto
dicenyhacensusmaridos,¿onolocreeustedasí,doctor?
Eldoctorsereservósuopinióneinquiriódesuclientecómo
habíaencontradoelragúdeternera.
—¡Excelente!—prorrumpióélconentusiasmo—.¡Excelente
y muy apetitoso! No obstante, en los días que siguieron,
volví a mi régimen habitual; pero mucho antes de lo que
podíaesperarse,reincidíenmicapricho.Aunque,adecir
verdad,loqueapetecíaahora—yasíselomanifestéami
mujer—noerayapropiamenteelragú,sinounroastbeefa
la inglesa, tan alto y rojo como un buen plato de fresas.
Mientraslosaboreaba,nodejabadepreguntarme,perplejo,
cómoresultabaadmisibleque,porespaciodetantosaños,
hubiesepermanecidoajenoatansuculentomanjar.Todos
losdías,apartirdeaquellafecha,mefueservidoelroastbeef
quenuncallegóaparecermelobastanteolorosoysangran-
te.Enlamesa,mimujersolíamirarmeconelrabillodelojo
ynocesabadeaconsejarme:“Procuramoderartusnerviosy
noteprecipitesdeesemodo,pues,enrealidad,notenemos
ningunaprisa”.Creoquedebíasentirseuntantoconfusay
hastaesprobablequeazorada.Peroeratalmiilusión,el
júbiloquemeembargabaalavistadeaquellasrebanadas
sangrantesyaqueljugoolorosoycaliente,quenolepresta-
bademasiadaatención,loconfieso.
Eldoctorvolvióaanotaralgoconsuestilográficayexcla-
mó, como al principio:
—Prosiga.
—Losvértigosserepitieron,mimemoriasequebrantótem-
poralmenteycomencéaexperimentarunvivodesinterés
porlosproductosquímicos.Enlaoficina,eravíctimadeun
constantedesasosiego.Yaúnmás:empecéamostraruna
predilecciónespecialporoloresysaboresqueenotrotiem-
pomedejabanindiferenteoqueinclusomeprovocaban
náuseas.Miescriturasehizocasiilegibley,amenudo,erra-
baenmiscálculos.Temíconvertirmeenunobsesoypensé
tomarmeunasvacacionesenelcampo.
Aquí el antropófago sonrió con rubor, como ante un re-
cuerdoinconfesable,yexpresóenvozmuchomásbaja:
—Aunque,¿adivinausted,doctor,quémeimpidióiralcam-
po?
El doctor indicó que no tenía la menor idea, y su cliente
confesó:
—¡Quéridículo!¡Lasvacas!¡Laideadequetantahermosa
vacapastandoagravaríamiapetito!
Enseguidaseechóareírysepusorepentinamenteserio.
—Fueentoncescuandoabandonéendefinitivaelvegeta-
rianismoymeentreguéporenteroalacarne.
—Comprendo —susurró el doctor. Y pasó la hoja de su
librodenotas.
Peroelclientesehabíaadelantadoensuasiento,poseídode
taldesazón,queeldoctor,conellibroenlamano,seechó
atrásprecavidamente.
—¡Nuncamásencontraríayapuntodereposo!¡Nuncamás,
doctor!Ahora,raravezpermanecíaencasa,dedicadoare-
correrlaciudaddeunextremoaotro,hastaquesehacíade
TIEMPO 75 MEMORIA
17. vitrinasdelascarnicerías,ocupabahoymipuestoenelpar-
que,cubiertodesudorelcuerpo,enmitaddeaquellaalga-
rabíaincesantequemeprovocabaundeliciosocosquilleo
enelestómago.Nosésiustedmeentienda,doctor—expli-
cóenuntonomásíntimo—,pero,dadaslascircunstancias,
todoaquelloquemerodeabaahoraveníaaser,paramí,
comoundesplieguedemesasóptimamenteservidasdelas
quesedesprendíaunsubyuganteolor.Aspirandoesteapeti-
tosoaroma,organizabacaprichosamentemismenús,y,mien-
trasalmorzabadespuésenmicasa,recorríahastaensume-
nordetalleesosmenús,sinpermitirquemehablaranadie.
Tal vez, sin sospecharlo, me había convertido en un
maniático.Yundíamedecidí.O,parasermásjusto,me
dejéarrastrarporlafatalidad.
Hubounanuevainterrupción,pueselmédiconopareció
muyconvencidodelafatalidadquehabíaarrastradoasu
clientealaconsumacióndeldelito,yaquehabíansidoen-
contradosporlapolicía,cercadellugardondesecometióel
rapto,untenedoryuncuchilloeinclusounaservilletades-
plegadasobreelcésped,másunabotelladevino.Elantro-
pófagosonrióconamarguraysecontemplólasmanos.
—¡Simplesfantasíasdemiparte,doctor!¡Simplesjuegosde
lafantasía,puestoquesupemuybien,desdeunprincipio,
quenollegaríaautilizarlosnunca!
Pensando,probablemente,enlodifícilqueleresultaríaasu
clienteescapardelahorca,eldoctorleofreciócondeferen-
ciauncigarrillo.
—¿Fumausted?—preguntó.Peroelcaníbalnosediopor
enterado.
—Fueenlatardedel16deoctubreyhacíaunsolmaravi-
lloso.Alextremodeunacalzadadelparquehabíaunafron-
dosaglorieta,bordeadadesetos.Enesaglorieta—queyo
frecuentabaamenudodurantemiscorrerías—solíaapos-
tarse,losjueves,unaviejaniñeraqueseentreteníaenbor-
darsobreunbastidor,unavezquehabíacolocadoalasom-
bra un cochecito, en el que dormía un gracioso bebé. El
bebéeraextraordinariamenterollizo,yyolerecordabasiem-
premanoteandosincesarelaireolanzandopequeñosgritos
dealegríamientrasrevoloteabansobreéllospájaros.Nosé
siestébieneldecirlo,peroeraunasuculentapieza,trasla
cualsemeibanlosojosdesdehacíaunassemanas.Elvaivén
delcochecitoyaquellosprovocativosgritos,hinchandolos
carrillos,meperseguíanporlasnoches.Eraalgoarrebatador,
en lo que no dejé de pensar ni por un momento.Aquella
tardelaniñeranobordaba,sinoqueacababadedormirse,
conlasmanossobresusfaldas.Elbebéparecíatambiéndor-
mido,ydedujequetodoestabaapunto.Alolejos,vipasar
aunpolicíaymeagazapéentrelossetos.Después,todofue
muysimple:extendílosbrazos,cogíalbebéyechéacorrer
porentrelosárboles.Nohuboelmenorcontratiemponise
produjoruidoalgunoquelograsedespertaralaniñera.Al
finaldelacalzadaaminoréelpaso,procurandoconducirme
comosinada.Llevabaalbebécontramipecho,ylagente
nodejódemirarme;peronohabíanadadeexcepcionalen
ello, supongo, y todo el mundo siguió su camino. Unos
minutosmástarde,subíamicocheylopuseenmarcha.
Alllegaraestepuntodesurelato,elantropófagosellevóel
pañueloalafrenteparaenjugarseelsudor,entantoqueel
doctorhabíaapoyadoloscodossobrelamesayleobservaba
consumaatención,comoatravésdelojodeunacerradura.
—Habíarentadopreviamenteunmodestoapartamento
—continuóaquél—ycondujeallíalbebé,depositándolo
sobreunacama.Habíaempezadoallorar.Sinpérdidade
tiempo,medirigíalacocinaconelpropósitodeencender
laestufa;perohabíaolvidadolosfósforosenelparquey
tuvequesalirurgentementeacomprarotros.Enlacocina
guardaba yo, desde la víspera, todos los ingredientes
imaginables,puestoqueeratodavíalahoraenquenome
habíadecididoporningúnestiloespecialdecondimento.
Teníamantecaenabundancia,salypimientaenpolvo,tru-
fasypepinillosenvinagre,cebollas,guisantes,zanahoriasy
unalatitadeespárragos.Mientrassecalentabaelhorno,me
asoméunratoalaventana.Propiamentehablando,nome
encontrabanervioso,sinoindecisoyhambriento.Comen-
zabaaoscurecer.Transcurridoslosminutosderitual,quise
cerciorarmedequeelhornoestabaalcorriente,comoasí
fue.Entoncesmeencaminéalaalcoba,cogíalbebéentre
misbrazosylodesnudé.Eraalgoincomparable,puedecreer-
TIEMPO 79 MEMORIA
18. meusted,doctor,ymuyprometedor,desdeluego,pues,
comousteddebesaber,paraqueunasadoresultejugosoes
indispensable,antetodo,quelapiezasealomástiernaposi-
ble,alosumodeseismesesounañodeedad.Habíaopta-
do, a la postre, por un fino asado a la royal, y procedí a
prepararlo.Elbebéseresistíaynocesabadellorar.Encam-
bio, probó a sonreír con malicia cuando le coloqué en la
bocaunespárrago,queempezóachuparávidamente.Ter-
minadamilabor,abríelhorno.Elhornoestabaapuntoy
recuerdoquemequeméundedo.Enseguidaintrodujeallí
albebéycerréconcautelalapuerta.Nolesentíllorarmás.
Muyprontoseesparcióporlacasaunolorgratoypenetrante,
quemeobligóarecostarmeenlacama.Dosotresveces
volvíalacocinayentreabríelhorno.Habíaempezadoa
dorarseyelaromadellaurelinvadíayalashabitaciones.
Cerré,pues,todaslasventanas,ymediahoramástardeha-
bíaconcluidodeponerlamesa.Meatélaservilletaalcue-
llo.Enlamesahabíaunabotelladeborgoñayunabuena
racióndepan.Fuemuysensacionalelmomentoenque
depositéelasadosobrelamesa,pues,atravésdeloscristales
delaventana,penetrabanlosúltimosrayosdelsol,ytodo
sevolvió,depronto,másdoradoyopíparo,másincitante.
Me serví una copa de vino y la fui bebiendo a pequeños
sorbos.Acontinuación tomé el cuchillo y procedí con el
mayorcuidadoacortarlaprimerarebanada.Sinembargo...
Aquíeldoctor,intempestivamente,interrumpióasuclien-
tecongestoansiosoparahaceralgoquenuncajamásensu
vidadeberíahaberhecho;algodetodopuntoimperdona-
bleydeloqueinútilmentehabríadearrepentirsemástar-
de:hizosonartresveceseltimbreyordenóconvoztrémula
alaenfermeraqueletrajera,alamayorbrevedadposible,
un par de huevos fritos con tocino, un cochinillo al horno
conensalada,mediabotelladevinoyunheladodevainilla.
Teníaelrostrobañadoensudory,porloquedioaentender
alasclaras,acababadeperdereldominiosobresímismo.
Esodecidiósusuerte.Continuabaaúneldetectivesurela-
to,ydecíaahora,relamiéndosedegusto,bienseguroyade
su triunfo:
—Como le venía diciendo, doctor, comprendí que la ra-
ciónseriaexcesiva,yfueporelloquemelimitéprecavida-
menteacortartansólounascuantasrebanadas,afinde
guardarelrestoparaeldíasiguiente.Desuerte,pues,que
melevantédelamesayfuienbuscadeunasegundasalsera,
dondefuivertiendoeljugoquemepareciórazonable.
Eldoctorhabíavueltoarecuperar,enparte,lacalmayba-
lanceabadenuevolapierna,sosteniendoenaltosuestilo-
gráficaojugandoartificiosamenteconella.Eraobvioque
seesforzabaahoraporborrarcualquiermalaimpresiónque
hubierapodidocausarlealclienteconsuintemperancia,y,
aunqueprocuróendulzarlavozylamirada,notábaseleun
tantoreceloso,comosinsabermuybienaquéatenerse,pero
sinsospechar,enningúncaso,loqueseleveníaencima.
Habíaechadoelcuerpoatráscondesenfadoyhastaprobóa
sonreírenalgúnmomento;masalrepararenquesuinter-
locutordabavueltassincesaraunbotóndesuchaleco,vol-
vióadarpruebasdeunagraninsensatezyleordenódemuy
malmodoquesuspendieraaquelestúpidojuegoyprestase
mayoratenciónaloquedecía.Obedecióeldetective,sumi-
so,cuandoalcabodeuncuartodehoraseabriósinprevio
avisolapuertayaparecióenellaunpolicíaportandouna
bandejaconloshuevosfritoscontocinoymediabotellade
vino.Talvezelcochinillonoestuvieraaúnensupunto.El
doctorsepusoenpie,blancocomouncadáver,yesbozó
unadeplorablesonrisadehiena;peronointentóresistirse.
Incluso,sinsoltarlaestilográfica,ofreciósusmanosalpoli-
cíaparaqueloesposaraadecuadamente.Teníaciertaexpre-
sióncaninaenlosojosymostraba,yasinningúndisimulo,
susdientesminuciosamenteafilados.Elpolicíalecedióel
pasoydesaparecieronjuntos.
Cumplidasubrillantetarea,eldetectiveprocurósonreírtam-
bién,llevándoseconcansancioelpañueloalafrente.En
seguidaacercólabandejayolfateóloshuevosfritos.Eltoci-
noparecíadeprimerorden.Asíque,despojándosedesu
chaqueta, ocupó el sillón del médico, hizo a un lado el
periódicoypartióporlamitadunhuevo,cuyayemasede-
rramóostentosamente,inundandoelplato.Peseatodo,
habíaunavagamelancolíaensusojosycomouníntimo
sentimientodeculpaensuconciencia.Sucargonodebió
parecerlemuyhonrosoenaquelmomento.Sinembargo,
mojó un trozo de pan en la yema y se repitió para sus
adentros:
—¡Excelente!¡Excelente!—ysiguiócomiendo.
Enuntristeamanecerdediciembre,cuandotodavía bri-
llabanenelcielolasúltimasestrellas,elantropófagosubió
a la horca. Unos minutos más tarde apareció el sol en el
horizonteytodoelmundoenlaciudadseencaminóasu
trabajo.•
TIEMPO 80 MEMORIA