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IDENTIFICACIÓN DE OPORTUNIDADES DE MERCADO: RUSIA
El mercado farmacéutico ruso tiene una gran potencial
que merece la atención de las empresas españolas. En
2017, el gasto per persona en medicamentos fue de 130
euros, lo que sitúa a Rusia en el puesto 17 entre las 32
economías de Europa central y oriental (CEE). En
términos de ventas, 18.000 millones euros de productos
farmacéuticos se vendieron en Rusia en 2017,
equivalente a 1.3% del PIB y 20.3% del gasto en salud de
la nación.
Los factores demográficos continuarán impulsando el
crecimiento del mercado farmacéutico a medida que la
población envejece. A pesar de que gobierno ruso
prioriza la autosuficiencia, y aspira a que la producción
propia aumente de 28.5% a 75% en 2020, existen
numerosas persisten las oportunidades rentables,
incluidos los acuerdos de licencia / transferencia de
tecnología, productos
farmacéuticos y para
farmacéuticos y el suministro
de bienes de equipo realizado
farmacéuticos. Es previsible
que en el corto y mediano
plazo, el mercado de
medicamentos genéricos
continúe su crecimiento
debido a los incentivos del
gobierno ruso, así como a la
preferencia de la población
por medicamentos más baratos.
El mercado farmacéutico ruso se puede dividir por
medicamentos recetados y medicamentos de venta libre
(OTC). Las ventas de medicamentos recetados han
dominado tradicionalmente el mercado, y esta
tendencia continuó en 2017:
los medicamentos recetados representaron el 61.3% de
las ventas. Sin embargo, las ventas de genéricos
representaron el 65,3% de las ventas de medicamentos
recetados de Rusia en 2017, en comparación con el
39,7% de las ventas farmacéuticas mundiales en 2017.
Las ventas de productos farmacéuticos aumentaron un
25% en términos de dólares desde 2016-2017 y las
previsiones proyectan un crecimiento del 9% en 2018.
Durante muchos años, el gobierno ruso representó
aproximadamente la mitad de los gastos de atención
médica. Sin embargo, la industria anticipa un cambio
significativo hacia el gasto privado en salud. El sistema
de salud ruso está financiado por el gobierno federal, el
gasto social y el Fondo Federal de Seguro Obligatorio
(FOMS). El presupuesto del FOMS consta de dos fuentes
de ingresos: las compañías que pagan por sus
empleados y el gobierno federal que paga por los
empleados. El FOMS operó con un déficit en 2017 que
probablemente continuará hasta 2018, pero los
expertos proyectan un superávit en 2019 debido al
aumento planeado de la contribución personal del 5.1%
al 5.9% sobre los ingresos de cada persona. Los
fabricantes de medicamentos prefieren no trabajar con
cadenas de farmacias minoristas o farmacias
directamente, sino que dependen de los distribuidores
para promocionar sus productos en los puntos de venta.
Los distribuidores operan por medio de grandes redes
de contactos y trabajan para dirigir los canales de
distribución minorista.
Los principales distribuidores
en el mercado ruso son Protek
Katren, Pulse, Pharmkomplekt
y CIA. El número de cadenas
de farmacias ha ido creciendo
y en la actualidad supera las
50.000. Las principales ventas
provienen de las siguientes
cadenas: Apteka 36.6, A5,
Samson Pharma, Rigla y
Neopharm. Los exportadores
farmacéuticos españoles han de lidiar con un complejo
sistema regulador en el mercado ruso. El nuevo régimen
de Buenas Prácticas de Manufactura de Rusia puede
llevar a retrasos en productos farmacéuticos extranjeros
que acceden al mercado, y hay que tener en cuenta la
débil protección de los derechos de propiedad
intelectual. Los temas de derechos de propiedad
intelectual incluyen erosiones en la protección de datos
regulatorios y derechos de patente, y el espectro de
licencias obligatorias.
Las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y el VIH
son las enfermedades más prevalentes en Rusia e
impulsan la demanda de productos farmacéuticos
asociados. Las altas tasas de consumo de tabaco y
alcohol también contribuyen significativamente a las
enfermedades. Según un informe de la OMS de 2015, el
39,1% de la población rusa fuma, en comparación con
una tasa del 22,7% a nivel mundial y el 27,3% en Europa.
Además, el consumo per cápita de alcohol puro por año
es 5 puntos mayor que en España.