2. ■ El Reggaetón es uno de los géneros musicales que más ha
crecido en los últimos años, alcanzando su difusión niveles de
aceptación fantásticos en todo el planeta. Se trata de una
combinación entre el reggae jamaiquino, el rap y el hip hop.
Sin dudas, el reggae, ha sido uno de los géneros musicales
que más se ha combinado con otros géneros a lo largo de su
historia y esto ocurrió oportunamente con el hip hop y el rap,
dando paso al reggaetón.
Si bien su origen se remonta a la década del setenta del siglo
pasado, recién, en la década del noventa comenzaría a
hacerse popular y se convertiría en una de las músicas más
populares del mundo entero. Podríamos decir que tardó en
difundirse pero cuando le llegó la hora superó cualquier
expectativa
5. ■ Es oriunda de la región de América Central y el
Caribe y por ello se explica que la mayor parte
de los solistas y grupos que interpretan este
ritmo son originarios de estas zonas.
6.
7. Sus precursores le introdujeron
elementos del rap y el hip hop que le
darían su sonido característico
8. ■ En tanto, se ubica a Panamá como el lugar desde el cual se
difundió en principio como consecuencia de la gran
cantidad de inmigrantes jamaiquinos que llegaron a estas
tierras en momentos de la construcción el Canal de
Panamá. La particularidad es que al reggae le introdujeron
elementos del rap y el hip hop que le darían su sonido
característico.
■ Con el correr de los años este género fue evolucionando y
así es que la propuesta de hoy se caracteriza por una mayor
influencia del hip hop, hecho que se aprecia claramente en
las letras de las canciones que son recitadas por sus
intérpretes.
11. ■ Pero además del predominio del rap y el hip hop, en el
reggaetón de la actualidad, se distinguen dos elementos que
lo hacen único, por un lado, las letras de las canciones, casi
todas le hablan a la mujer y de sentimientos especialmente, y
por otra parte no podemos soslayar la sensualidad con la cual
se ha impuesto bailar este ritmo. No solo marcada la misma
en lo que respecta a los movimientos de la pareja que los baila
sino también en la interacción que los tiene realizando
movimientos que se acercan mucho a los que se despliegan
en una relación sexual.
Cabe destacarse que es correcto también escribirlo como
reguetón.
12.
13. ■ El reggaeton entró en España por vías inusuales. A mediados de la
década de los 2000, durante las tertulias de cotilleo rosa, anuncios
chillones ofrecían politonos de Palante (Nicky Jam), Gasolina (Daddy
Yankee) y Baila, morena (Héctor yTito). El género también pegaba
desde la calle: paseando por la madrileña plaza de Cascorro, los grupos
de niñas gitanas jugaban a la goma al ritmo del Papi Chulo(Lorna). El
mapa disponible para orientarse era El disco del reggaeton (Vale Music,
2004), una tormenta de himnos saturados de argot macarra, hasta el
punto de que tuvieron que incluir un pequeño diccionario en el libreto.
Así nos enteramos de que Bling bling era sinónimo de
joyas, perrear significaba frotarse con la pareja de baile (el chico detrás)
y a fuegote equivalía a nuestro “darlo todo”. Otras puertas de entrada
fueron las islas Canarias, los foros de Internet y la red de discotecas.
“Podías hacer cien galas de un solo artista sin apoyo de las radios”,
explica David López Cendros, ejecutivo discográfico, refiriéndose a la
diva JMP, que arrasó con Tu gatita. Aquel año había 1,2 millones de
emigrantes latinoamericanos en España. El reggaeton fue uno de los
escasos contactos con su cultura popular.
14. ■ Para recordar aquello entrevistamos al jefe de producto latino de una
multinacional que pide omitir su nombre. “Hoy el reggaeton no existe.
Hubo una explosión entre 2003 y 2007, pero ya nadie mantiene ese
sonido tan bestia. El género se ha dulcificado, digamos, después del
tercer disco de Don Omar. Fue una época explosiva de la música latina,
con himnos que triunfaron en medio mundo”. Durante el primer
semestre de 2005, mientras las ventas de álbumes descendían un 8% en
Estados Unidos, la música latina subió un 18%, según Nielsen
Soundscan. “Aquella explosión no podía durar, porque los discos
sonaban demasiado agresivos. Con el paso del tiempo, los artistas
grandes se fueron dando cuenta de que debían encontrar registros
suaves si querían competir con David Guetta,Tiësto o Avicci [el joven DJ
sueco productor de Madonna].
15. ■ DaddyYankee y Don Omar renunciaron a las letras crudas y los sonidos
de metralleta en las producciones. Empezaron a entrar las baladas
románticas y los ritmos estándar de discoteca.Tampoco lo critico: es un
proceso normal en la sociedad de mercado”. El hip-hop tuvo una
trayectoria similar: en los años noventa pasó de rimar sobre armas y
drogas a presumir de Moët y millones en el banco. “Otro ejemplo claro
es la salsa, donde las crónicas del gueto de Rubén Blades o Héctor
Lavoe dieron paso al melodrama de Marc Anthony”, remata el ejecutivo
discográfico.
16. ■ Estados Unidos se rindió pronto al perreo. “Desde la fiebre del
mambo en los años cincuenta, el reggaeton fue la primera
música cantada en castellano que competía en pie de
igualdad con los lanzamientos anglosajones”, afirma el
etnomusicólogoWayne Marshall. Un español estuvo presente
en la génesis del movimiento. Hablamos de Jesús López
Jerez, máximo responsable de la división latina de Universal
Music.
17. ■ Desde su despacho de Miami comparte algunos recuerdos:
“La industria no prestaba atención, pero yo percibía un
fenómeno potente, con enorme base popular. Era la banda
sonora de los barrios pobres de Puerto Rico. En 2004
fundamos Machete Music y firmé con DaddyYankee, Don
Omar, Wisín &Yandel…Tampoco me pilló por sorpresa: ya en
los noventa había trabajado en Panamá con pioneros como
Vico C o El General, cuando al ritmo lo
llamaban raggamufin”. ¿Le sorprendió el rechazo inicial por
parte de las discográficas españolas? “Pues no, porque
tenemos la industria más reaccionaria del mundo latino.
España es el país que más tarda en enterarse de lo nuevo. Se
miran mucho el ombligo. Los cazatalentos no ven más allá de
lo que pasa en Madrid, mientras en Alcorcón y otras periferias
urbanas ya estaban perreando”.
18.
19. ■ En Estados unidos, Diplo es quien marca la pauta. Hijo de un
magnate de las gambas, decidió convertir su vida en eterna
juerga caribeña. Propagó el evangelio del funk de las favelas,
se hizo adicto al dancehall (el estilo más fiestero de Jamaica) y
ahora cultiva el moombahton, cruce de reggaeton con
electrónica para estadios. No le va mal: Beyoncé confía en él
para animar sus canciones más bailables.