1. AVE FENIX
Introducción:
El fénix correspondiente al Bennu egipcio, es un ave mitológica del tamaño de un águila, de plumaje
rojo, anaranjado y amarillo incandescente, de pico y garras fuertes. Se trataba de un ave fabulosa que
se consumía por acción del fuego cada 500 años, para luego resurgir de sus cenizas. Según algunos
mitos, vivía en una región que comprendía la zona del Oriente Medio y la India, llegando hasta Egipto,
en el norte de África. Muy presente en la poesía árabe.
El mito del ave Fénix, alimentó varias doctrinas y concepciones religiosas de supervivencia en el Más allá,
pues el Fénix muere para renacer con toda su gloria. Según el mito, poseía varios dones extraños, como
la virtud de que sus lágrimas fueran curativas, fuerza descomunal, control sobre el fuego y gran
resistencia física. En el Antiguo Egipto se le denominaba Bennu y fue asociado a las crecidas del Nilo, a
la resurrección, y al Sol. El Fénix ha sido un símbolo del cuerpo físico y espiritual, del poder del fuego, de
la purificación, y la inmortalidad. Para Heródoto, Plinio el Viejo y Epifanio de Salamina, esta sagrada ave
viajaba a Egipto cada quinientos años, y aparecía en la ciudad de Heliópolis, llevando sobre sus
hombros el cadáver de su padre, a donde este iba a morir, para depositarlo en la puerta del templo del
Sol.
Probablemente la leyenda del Fénix pasó de la tradición egipcia a la grecorromana a través del
historiador Heródoto (484-425 a. C.), quien cuenta en sus historias que viajó a Egipto y también conoció
a los sacerdotes egipcios de Heliópolis.
2. CERBERO
Introducción:
En la mitología griega, Cerbero (en griego Κέρβερος Kérberos, ‘demonio del pozo’), también conocido
como Can Cerbero, era el perro de Hades, un monstruo de tres cabezas en la tradición más común pero
de cincuenta cabezas según Hesíodo, con una serpiente en lugar de cola.
Cerbero guardaba la puerta del Hades (el inframundo griego) y aseguraba que los muertos no salieran
y que los vivos no pudieran entrar. Era hijo de Equidna y Tifón, y hermano de Ortro. La existencia de un
perro infernal en la entrada de los infiernos parece que ya estaba presente en la mitología indoeuropea
original, pues aparece en los mitos de otros pueblos indoeuropeos, como es el caso del perro
ensangrentado Garm en la mitología escandinava.
HERACLES CAPTURAS A CERBERO:
El último de los doce trabajos de Heracles fue
capturar a Cerbero. Viajó primero a Eleusis
para ser iniciado en los misterios eleusinos y
aprender así cómo entrar y salir vivo del
Hades, y de paso para absolverse a sí mismo de
la culpa por haber matado a sus hijos.
Encontró la entrada al inframundo en Ténaro.
Atenea y Hermes le ayudaron a traspasar la
entrada a la ida y a la vuelta. Gracias a la
insistencia de Hermes y a su propio aspecto
fiero, Caronte le llevó en su barca a través del
Aqueronte.
Mientras estaba en el inframundo, Heracles liberó a Teseo, pero la tierra tembló cuando intentó
liberar a Pirítoo, por lo que tuvo que dejarlo atrás. Ambos habían sido encarcelados por Hades,
quien los había sujetado mágicamente a un banco cuando intentaron secuestrar a Perséfone.
Dicha magia era tan fuerte que cuando Heracles tiró de Teseo para liberarlo, parte de los muslos
de éste quedaron pegados al banco, lo que explicaría por qué sus descendientes tenían muslos
notablemente delgados.[cita requerida]
Algunas versiones cuentan que, para llevarse a Cerbero, Heracles simplemente le pide permiso al
dios Hades, y éste accede con la condición de que Heracles no haga daño al perro. Pero en otras
versiones, Heracles dispara una flecha a Hades. Tras esto, en algunas versiones Heracles lucha
contra el perro y lo arrastra fuera del Hades, pasando por la cueva Aquerusia. En otras, Heracles
trata con amabilidad al fiero perro, y éste, al ser tratado así por primera vez, lo acompaña afuera
dócilmente.
3. MINOTAURO
Introducción:
El Minotauro era un monstruo con cuerpo de
hombre y cabeza de toro. Su nombre significa "Toro
de Minos", y era hijo de Pasífae y el Toro de Creta.
Fue encerrado en un laberinto diseñado por el
artesano Dédalo, hecho expresamente para
retenerlo, ubicado en la ciudad de Cnosos en la
isla de Creta. Por muchos años, siete hombres y
otras siete mujeres eran llevados al laberinto como
sacrificio para ser el alimento de la bestia hasta
que la vida de ésta terminó a manos del héroe
Teseo (aunque existen dos versiones conocidas
acerca de la frecuencia de este tributo). Según
una historia, las catorce vírgenes eran enviadas
anualmente; en cambio, otra versión dice que los
siete muchachos y siete doncellas eran llevados
cada nueve años Los catorce jóvenes eran
internados en el laberinto, donde vagaban
perdidos durante días hasta encontrarse con la
bestia, sirviéndole de alimento. El mito tiene su
versión más completa en la Biblioteca mitológica de Apolodoro.
NACIMIENTO:
Existían varias versiones acerca de la afrenta que ocasionó que la esposa de Minos, Pasífae, tuviese
la necesidad de unirse al Toro de Creta sintiendo por él una pasión insensata. La versión más
extendida dice que Minos, hijo de Zeus y de Europa, pidió apoyo al dios Poseidón para que su gente
lo aclamara como un temprano rey, ya que su padre Asterión (hijo de Téctamo) era el antiguo rey
ya difunto de Creta. Poseidón lo escuchó e hizo salir de los mares un hermoso toro blanco, al cual
Minos prometió sacrificar en su nombre. Sin embargo, al quedar Minos maravillado por las
cualidades del hermoso toro blanco, lo ocultó entre su rebaño y sacrificó a otro toro en su lugar
esperando que el dios del océano no se diera cuenta del cambio. Al saber esto Poseidón, se llenó
de ira, y para vengarse, inspiró en Pasífae un deseo tan insólito como incontenible por el hermoso
toro blanco que Minos guardó..
4. EL LABERINTO DE CRETA Y EL TRIBUTO A ATENAS:
El castigo de Poseidón continuaba. El Minotauro sólo comía carne humana, es decir, era
antropófago y conforme crecía se volvía más salvaje. Cuando la criatura se hizo incontrolable,
Dédalo construyó el laberinto de Creta, una estructura gigantesca compuesta por cantidades
incontables de pasillos que iban en distintas direcciones, entrecruzándose entre sí, de los cuales sólo
uno conducía al centro de la estructura, donde el Minotauro fue abandonado.
A la par que el laberinto encerraba al Minotauro, uno de los hijos de Minos, Androgeo, fue asesinado
en Atenas después de una competición olímpica donde quedó campeón. El rey de Creta declaró
la guerra a los atenienses. Minos atacó el territorio ateniense y, ayudado por la peste que azotó a
los asediados, conquistó Megara e hizo rendir a Atenas.4 La victoria de Minos imponía varias
condiciones por la rendición, y se dice que el oráculo de Delfos fue quien aconsejó a los atenienses
ofrecer un tributo a Creta.5 Así, una de las condiciones emergentes era entregar siete jóvenes y
siete doncellas como sacrificio para el Minotauro. Existen dos versiones conocidas acerca de la
frecuencia de este tributo. Según una historia, los catorce vírgenes eran enviados anualmente; en
cambio, otra versión dice que los siete muchachos y las siete doncellas eran llevados cada nueve
años. Los catorce jóvenes eran internados en el laberinto, donde vagaban perdidos durante días
hasta encontrarse con la bestia, sirviéndole de alimento.
5. GRIFO
INTRODUCCIÓN:
El grifo es una criatura mitológica, cuya parte superior es la de un águila gigante, con plumas
doradas, afilado pico y poderosas garras. La parte inferior es la de un león, con pelaje amarillo,
musculosas patas y rabo.
ORIGEN:
Una hipótesis plantea que el origen real del grifo como criatura mitológica se encuentra en los
numerosos restos fósiles de dinosaurios pertenecientes a la familia Ceratopsidae, que se pueden
encontrar en gran número en los desiertos de Asia central, especialmente Mongolia.
Para algunas culturas antiguas, el grifo tenía el poder de controlar los cuatro elementos, (cinco para
los hindúes),(Según algunos relatos hindúes, arrojaban fuego por un orificio junto a su nariz, y aire
helado de sus pulmones salía por su boca, incluso se decía que al batir sus alas podían generar
maremotos y que al rugir, hacían temblar)3
Los esqueletos aplastados de estos dinosaurios, de boca en forma de pico ganchudo, amplios
huesos escapulares, cola larga y patas con pezuñas de varios dedos pueden haber dado lugar a
una reinterpretación de los dueños de esos esqueletos convirtiéndose en criaturas mitológicas a
falta de un referente real.
6. HIDRA DE LERNA
INTRODUCCIÓN:
En la mitología griega, la Hidra de Lerna era un antiguo y despiadado monstruo acuático crónico con forma de serpiente
policéfala cuyo número de cabezas va desde tres, cinco o nueve hasta cien, e incluso diez mil según la fuente) y aliento
venenoso a la que Heracles mató en el segundo de sus doce trabajos. La Hidra poseía la virtud de regenerar dos cabezas
por cada una que perdía o le era amputada, y su guarida era el lago de Lerna en el golfo de la Argólida (cerca de
Nauplia), si bien los arqueólogos han confirmado que este lugar sagrado es anterior incluso a la ciudad micénica de Argos,
pues Lerna fue el lugar del mito de las Danaides. Bajo sus aguas había una entrada al Inframundo que la Hidra guardaba.
La Hidra era hija de Tifón y Equidna y en algunas tradiciones fue madre de Quimera. Fue criada por Hera bajo un plátano
cerca de la fuente Amimone en Lerna. Se decía que era hermana del león de Nemea y que por ello buscaba venganza
por la muerte de éste a manos de Heracles. Por esto se decía que había sido elegida como trabajo para Heracles, de
forma que éste muriese.
MUERTE A MANOS DE HERACLES:
Tras llegar a la ciénaga cercana al lago Lerna, Heracles y su sobrino Yolao se cubrieron sus bocas y narices con una tela
para protegerse del aliento venenoso de la Hidra. Heracles disparó flechas en llamas al refugio del monstruo (la fuente de
Amimone) para obligarle a salir. Entonces se enfrentó a ella con su espada y empezó a cortarle las nueve cabezas que
tenía. Pero cada vez que se le cortaba una, otra renacía en el mismo lugar más fuerte que la anterior. Su sobrino le ayudó
quemando el cuello de la cabeza cortada para que no renaciera otra. Al final, la Hidra murió sin cabezas y Heracles mojó
las puntas de sus flechas con la sangre de la Hidra para que así fueran mortíferas para quienes hiriese (entre ellos Neso).
Los detalles del enfrentamiento son explicados por Apolodoro: advirtiendo que no podría derrotar a la Hidra de esta forma,
Heracles pidió ayuda a su sobrino Yolao. Este tuvo la idea (posiblemente inspirada por Atenea) de usar una tela ardiendo
para quemar el muñón del cuello tras cada decapitación, cauterizando la herida y evitando así que las dos nuevas
cabezas brotasen. Heracles cortó todas las cabezas y Yolao quemó los cuellos abiertos, matando así a la Hidra. Heracles
tomó entonces su única cabeza inmortal y la enterró bajo una gran roca en el camino sagrado entre Lerna y Eleunte.
Mojando sus flechas en la sangre venenosa de la Hidra y completando así su segundo trabajo.
En una versión alterna, Hera enviaba un
cangrejo para que mordiese los pies de
Heracles y le estorbase, esperando provocar
así su muerte. No obstante, Heracles aplastó
al crustáceo y siguió luchando contra la
Hidra.
Cuando Euristeo, el rey que asignaba los
trabajos a Heracles, supo que había sido su
sobrino quien le había dado la antorcha,
declaró que no había completado el trabajo
solo y por tanto no contaba para el total de
diez labores que se le habían asignado. Este
elemento mítico es un ambiguo intento de
resolver el conflicto entre los antiguos diez
trabajos y los doce más recientes.
7. CENTAURO
En la mitología griega, el centauro es una criatura con
la cabeza, los brazos y el torso de un humano y el cuerpo
y las patas de un caballo. Las versiones femeninas
reciben el nombre de centáurides.
Vivían en las montañas de Tesalia y se les consideraba
hijos de Kentauros (el hijo de Ixión y Néfele) y algunas
yeguas magnesias, o de Apolo y Hebe.
Los centauros son muy conocidos por la lucha que
mantuvieron con los lápitas, provocada por su intento
de raptar a Hipodamía el día de su boda con Pirítoo, rey
de los lapitas y también hijo de Ixión. La riña entre estos
primos es una metáfora del conflicto entre los bajos
instintos y el comportamiento civilizado en la
humanidad. Teseo, un héroe y fundador de ciudades
que estaba presente, inclinó la balanza del lado del
orden correcto de las cosas, y ayudó a Pirítoo. Los
centauros huyeron. (Plutarco, Teseo, 30; Ovidio, Las
metamorfosis xii. 210; Diodoro Sículo iv. 69, 70.) Escenas
de la batalla entre los lápitas y los centauros fueron
esculpidas en bajorrelieves en el friso del Partenón, que estaba dedicado a la sabia Atenea.
Como la Titanomaquia, la derrota de los Titanes por los dioses olímpicos, las contiendas con los centauros
representan la lucha entre la civilización y el barbarismo y es conocida como Centauromaquia.
El personaje general de los centauros es el de seres salvajes, sin leyes ni hospitalidad, esclavos de las
pasiones animales. Dos excepciones a estas reglas son Folo y Quirón, que expresaban su «buena»
naturaleza, siendo centauros sabios y amables.
Entre los centauros, el tercero con una identidad individual es Neso. El episodio mitológico del centauro
Neso raptando a Deyanira, la prometida de Heracles, también proporcionó a Giambologna (1529-1608),
un escultor flamenco que trabajó en Italia, espléndidas oportunidades de concebir composiciones con
dos formas en violenta interacción. Giambologna realizó varias versiones de Neso raptando a Deyanira,
representados por los ejemplos conservados en diversos museos. Sus seguidores, como Adriaen de Vries
y Pietro Tacca, continuaron esculpiendo incontables repeticiones del tema. Cuando Albert-Ernest
Carrier-Belleuse abordó la misma composición de formas en el siglo XIX, la tituló Rapto de Hipodamía.
8. MEDUSA
Las tres hermanas gorgonas —Medusa, Esteno
y Euríale— eran hijas de Forcis y Ceto, o a
veces de Tifón y Equidna, en ambos casos
monstruos ctónicos del mundo arcaico. Esta
genealogía la comparten sus otras hermanas,
las Greas, como en el Prometeo liberado de
Esquilo, quien ubica ambas trinidades muy
lejos, en la «espantosa llanura de Cistene»:
No lejos, las alígeras hermanas
con serpientes por cabellos; las gorgonas,
enemigas del hombre
Aunque los pintores de vasijas y talladores de relieves griegos antiguos imaginaban a Medusa y sus
hermanas como seres nacidos con forma monstruosa, los escultores y pintores del siglo V empezaron a
imaginarla como hermosa a la par que terrorífica. En una oda escrita en el 490 a. C. por Píndaro ya se
habla de la «Medusa de bellas mejillas».4 En una versión posterior del mito, narrada por el poeta romano
Ovidio,5 Medusa era originalmente una hermosa doncella, «la celosa aspiración de muchos
pretendientes» y sacerdotisa del templo de Atenea, pero cuando fue violada por el «Señor del Mar»,
Poseidón, en el mismo templo, la enfurecida diosa transformó el hermoso cabello de la joven en
serpientes.
En la mayoría de las versiones de la historia, Medusa estaba embarazada de Poseidón cuando fue
decapitada mientras dormía por el héroe Perseo, que había sido enviado a buscar su cabeza por el rey
Polidectes de Sérifos. Con la ayuda de Atenea y Hermes, que le dio las sandalias aladas, el casco de
invisibilidad de Hades, una espada y un escudo espejado, el héroe fue a visitar las Grayas para que le
dijeran donde se encontraba la cueva de las gorgonas. Finalmente Perseo cumplió su misión. El héroe
mató a Medusa acercándose a ella sin mirarla directamente sino observando el reflejo de la gorgona
en el escudo para evitar quedar petrificado. Su mano iba siendo guiada por Atenea y así cortó su
cabeza. Del cuello brotó su descendencia: el caballo alado Pegaso y el gigante Crisaor.6
Jane Ellen Harrison argumenta que «su potencia sólo comienza cuando su cabeza es cortada, y aquella
potencia reside en la cabeza; es en una palabra una máscara con un cuerpo más tarde añadido... la
base del Gorgoneion es un objeto de culto, una máscara ritual incomprendida».7 En la Odisea, Homero
no menciona específicamente a la gorgona Medusa:
el pálido terror se apoderó de mí, temiendo que la ilustre Perséfone me enviase del Hades la cabeza del
horrendo monstruo grisáceo8
Lo que Harrison traduce como «la gorgona fue creada del terror, no el terror de la gorgona.»
9. Según Ovidio, Perseo pasó por el noroeste de
África junto al Titán Atlas, que estaba allí sujetando
el cielo, y lo transformó en piedra. De forma
parecida, se decía que los corales del Mar Rojo se
habían formado de la sangre de Medusa que
salpicó las algas cuando Perseo dejó la cabeza
petrificadora junto a la playa durante su breve
estancia en Etiopía, donde salvó y se casó con la
hermosa princesa Andrómeda. Incluso se decía
que las víboras venenosas del Sáhara habían
brotado de las gotas caídas de su sangre.
Perseo voló entonces a la isla donde su madre
estaba a punto de ser casada por la fuerza con el
rey. Gritó «Madre, protege tus ojos», y todos menos
ella fueron convertidos en piedra por la vista de la
cabeza de la Medusa.
Entonces le dio la cabeza a Atenea, quien la
colocó en su escudo, la égida. Según algunas
fuentes, la diosa le dio la sangre mágica de
Medusa al médico Asclepio, pues la que manaba
del lado izquierdo del cuello era un veneno mortal,
y la del lado derecho tenía el poder de resucitar a los muertos.
Aunque algunas referencias clásicas aluden a las tres gorgonas, Harrison considera que la multiplicación
de Medusa en un trío de hermanas era un rasgo secundario del mito:
La forma triple no es primitiva, sino simplemente un ejemplo de una tendencia general... que hace de
cada diosa una trinidad, lo que nos ha dado a las Horas, las Cárites, las Erinias y una multitud de tríos más.
Es inmediatamente obvio que las gorgonas no eran realmente tres sino una más dos. Las dos hermanas
supervivientes son meros apéndices debidos a la costumbre: la auténtica gorgona es Medusa.
Según cuenta Pausanias, el mito de Medusa es una versión novelada de la historia de una reina quien,
tras la muerte de su padre, habría recogido ella misma el cetro, gobernando a sus súbditos cerca del
lago Tritonide, en Libia. Habría muerto de noche durante una campaña contra Perseo, un príncipe del
Peloponeso.
10. CARONTE
En la mitología griega, Caronte1 o Carón era el
barquero de Hades, el encargado de guiar las sombras
errantes de los difuntos recientes de un lado a otro del
río Aqueronte si tenían un óbolo para pagar el viaje,
razón por la cual en la Antigua Grecia los cadáveres se
enterraban con una moneda bajo la lengua. Aquellos
que no podían pagar tenían que vagar cien años por
las riberas del Aqueronte, tiempo después del cual
Caronte accedía a portearlos sin cobrar.
Aunque con frecuencia se dice que porteaba las almas
por la laguna Estigia, como sugiere Virgilio en su Eneida,
según la mayoría de las fuentes incluyendo a
Pausanias4 y más tarde Dante el río que en realidad
transitaba Caronte era el Aqueronte.
Caronte era el hijo de Érebo y Nix. Se le representaba
como un anciano flaco y gruñón de ropajes oscuros y
con antifaz (o, en ocasiones, como un demonio alado
con un martillo doble) que elegía a sus pasajeros entre
la muchedumbre que se apilaba en la orilla del Aqueronte, entre aquellos que merecían un entierro
adecuado y podían pagar el viaje (entre uno y tres óbolos). En Las ranas, Aristófanes muestra a Caronte
escupiendo insultos sobre la gente obesa.
Se desconocen los motivos por los que Caronte dejó pasar a Heracles (Hércules), pero a causa de ello
Caronte fue encarcelado un año con la acusación de haberle dejado pasar sin haber obtenido el pago
habitual exigido a los vivos: una rama de oro que proporcionaba la sibila de Cumas. Virgilio narra en la
Eneida el descenso de Eneas a los Infiernos acompañado de dicha sacerdotisa.
Otro mortal que logró «cruzar dos veces victorioso el Aqueronte»6 es Orfeo, quien encantó a Caronte y
a Cerbero para traer de vuelta al mundo a su amada muerta, Eurídice, a quien perdió definitivamente
en su viaje de vuelta. Psique también logró hacer el viaje de ida y vuelta estando viva.
Homero y Hesíodo no hacen ninguna referencia al personaje. La primera mención de Caronte en la
literatura griega parece ser un poema minio, citado por Pausanias. Dicho poema atribuye a la leyenda
de Caronte un origen egipcio, como confirma Diodoro Sículo. Los etruscos mencionan también a un
Caronte que acompañaba a Marte a los campos de batalla.
Dante Alighieri incorporó a Caronte en el Infierno de La divina comedia. Aquí era el mismo que su
equivalente griego, pagándosele un óbolo para cruzar el Aqueronte. Es el primer personaje con nombre
que Dante encuentra en el infierno.
11. ESCILA
En la mitología griega, Escila es un monstruo marino que anteriormente fue una hermosa ninfa hija de
Forcis y Ceto.
Escila es descrita como un monstruo con torso de mujer y cola de pez, así como con seis perros partiendo
de su cintura con dos patas cada uno, haciendo un total de doce; según otras versiones, sería un ser
con seis largos y serpentinos cuellos con cabezas grotescas, mientras que sus doce patas serían de otra
naturaleza; finalmente, según otras fuentes, compartiría algo de ambas descripciones. Sin embargo, se
dice siempre que poseía en cada cabeza tres apretadas hileras de afilados dientes, así como que emitía
un aullido similar al de un perro.
Este ser habitaba en un estrecho paso marítimo, en el lado opuesto a su contraparte Caribdis. Los lados
del canal estaban dentro del alcance de una flecha, de modo que los barcos que intentasen evitar a
Caribdis deberían acercarse a Escila, y viceversa. Con el tiempo fue transformada por los dioses en una
roca, aún existente, que suponía graves peligros para los navegantes.
Esta figura mitológica aparece en las aventuras de Odiseo.