DE LAS OLIMPIADAS GRIEGAS A LAS DEL MUNDO MODERNO.ppt
M2_T2_Consideraciones sobre la familia (1).pdf
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2. Consideraciones sobre la familia
● Curso: Primer respondiente en primeros auxilios psicológicos para la primera infancia (ICBF)
● Módulo 2 ¿Cómo proporcionar primeros auxilios psicológicos desde los entornos protectores?
● Tema 2 Reflexiones sobre el contexto sociocultural
Dentro de la comunidad familiar, los principales educadores son el padre y/o la madre, quienes
normalmente se encargan del bienestar, la salud física y psicológica del menor, así como de establecer
las normas de convivencia y moldear la conducta de sus hijos o hijas, a través de su propia experiencia y
acciones cotidianas.
Los infantes aprenden por imitación en sus primeros años, por eso replican lo que ven en su núcleo familiar.
Además, este es un ámbito donde sentirse atendido, acogido, aceptado y amado incondicionalmente.
Las familias comparten costumbres, normas, comportamientos, roles y valores. Enseñan al niño o niña, a
comportarse según se espera en la cultura en la que están inmersos, acompañándole y dirigiéndole desde
la total dependencia hacia la autonomía y la madurez.
Enseñanza de las reglas
Como todo entorno de convivencia la familia tiene reglas, habitualmente marcan los progenitores, a partir
de las cuales se definen las expectativas sobre el comportamiento de los integrantes del grupo, en
diferentes contextos y circunstancias, además de definir las consecuencias de sus actos.
A través de la experiencia diaria el infante va aprendiendo las reglas expresas, debido a que los
progenitores, cuidadores o mayores las reconocen y comunican abiertamente. Por eso todo niño o niña
sabe claramente lo que se espera de su comportamiento.
Sin embargo, en todas las familias existen reglas tácitas que los niños van comprendiendo a través de la
experiencia, pero que no se reconocen abiertamente e incluso, en muchos casos, se niegan. La mayoría
de estas reglas sesgan y negativizan tener determinados sentimientos y emociones, como lo puede ser
enfurecerse, sentir miedo, tristeza o celos, discutir para defender un criterio y postura, o bien relacionarse
a través del conflicto y la discusión, entre otros.
3. Huellas emocionales en el menor
Lo cierto es que, en ese relacionamiento familiar con las reglas tácitas e implícitas, los infantes pueden
desarrollar ansiedad por las consecuencias de infringir una regla, también existe la culpabilidad por los
sentimientos y emociones propios, además de la necesidad de ocultarlos.
La ansiedad que supone el temor a lo desconocido y la culpabilidad son sentimientos corrosivos y
paralizantes, por ello la niña o el niño es capaz de comportarse como los padres esperan de ella o él para
evitarlo, aunque esto provoque otros sentimientos autodestructivos.
Control desde las emociones
Los padres aprenden a controlar la conducta de sus descendientes a través de los sentimientos
mencionados, por lo que amenazan con privarle de su afecto o buscan provocar temor al abandonado.
Este tipo de acción es usada pues resulta mucho más eficaz que el castigo físico o la privación de
beneficios, privilegios y bienes materiales.
El temor a ser abandonado, o que los padres dejen de quererle, le provoca al menor tal ansiedad que
cambia su conducta para evitar ese sentimiento. Esto es un modelo conductista que ha sido utilizado de
generación en generación, especialmente en el contexto colombiano.
También es habitual que los hijos e hijas se sientan responsables del enfado y la ansiedad de los padres,
aunque ellos no sean los causantes.
4. A través de estas experiencias dolorosas hemos instaurado el respetar reglas que nadie nos ha explicado
y de las que nunca se habla, pero también queda el aprendizaje de que es arriesgado ser “uno mismo” y
a sentir culpa por los sentimientos y emociones que se sienten.
Conclusiones
La familia es mucho más que la suma de sus miembros.
Cada integrante desarrolla una personalidad propia en relación y como respuesta a las otras
personalidades que, a su vez, se desarrollan y modifican como respuesta a la suya.
Cualquier cambio o problema afecta a todos los miembros y requiere un proceso de adaptación
mutua, para restablecer el equilibrio.
Del modo de adaptarse o reequilibrarse de cada uno de los miembros va a depender no sólo el
equilibrio del conjunto sino también el bienestar general de la familia.