1. Confía en mi (la confianza)
EL TEMA
Este es un gran problema para los adolescentes de hoy. Algunos no confían en sus
padres. Otros han sido lastimados o se abusó de ellos. También están los que no tienen
muchos amigos o no confían en la gente. Es importante enseñarles qué es la confianza
y qué significa para los cristianos. Esta guía para las
Conversaciones Dinámicas orientará el debate sobre si debemos o no creer en los
otros y nos mostrará cómo encaja Dios en esta situación.
PARA COMENZAR
Para iniciar podemos mostrarles a los chicos un sobre que contenga un premio, como
un vale para un helado o algo por el estilo. Les preguntamos a los chicos si alguien
quiere recibir el sobre. Ellos desconocen lo que hay adentro.
Les recordamos que tomar el sobre tiene sus consecuencias. ¿Están dispuestos a
correr el riesgo sin saber lo que hay adentro? ¿Qué hace que confíen o no en nosotros.
¿Tomarán el sobre sin conocer las consecuencias?
Finalmente, si alguien decide tomar el sobre, le preguntaremos delante de los demás
por qué quiere el sobre y por qué ha decidido confiar en nosotros.
Luego se lo entregaremos para que lo abra. ¡Por supuesto que lo único que tendrá que
hacer será recibir el premio!
Si nadie se atreve, lo ofreceremos una vez más y después abriremos el sobre y les
mostraremos lo que hay adentro: un premio. ¡No había que hacer nada para ganarlo,
solo tomar el sobre!
Esto ilustra la manera en que funciona la confianza. Hay gente que enseguida confía en
los demás. Los jóvenes del grupo confiaron en nosotros sin conocerlos riesgos que
corrían. Recordémosles que el confiar en alguien implica un cierto grado de peligro y
puede tener consecuencias. Ser cristiano también incluye sus riesgos: significa darle el
corazón y la vida a Dios. ¿Cuáles son las consecuencias? Qué otros nos menosprecien,
por ejemplo. Pero, ¿cuál es el premio? No tenemos que tratar de merecer ni de ganar
nada. Alcanza con aceptar el regalo del amor de Dios y la vida eterna. ¡No está nada
mal para ser un premio por el que no tenemos que pagar!
EL DEBATE, PREGUNTA POR PREGUNTA Necesitaras copias de hoja de trabajo: Confía
en Mí
1. Permitir que el grupo comparta sus respuestas. Algunas pueden resultar graciosas.
Podríamos hacer una lista con todas las respuestas.
2. ¿A quién escogieron los jóvenes como digno de confianza y a quién no?
¿Por qué?
3. La mayoría de los jóvenes deben tener algún amigo que haya traicionado su
confianza alguna vez. Haremos un espacio para que puedan contar sus experiencias,
siempre sin dar nombres. ¿Qué les enseñaron esas experiencias?
2. 4. Este punto trae a la vida real el tema de la confianza. Algunos chicos no querrán dar
sus respuestas en voz alta. No los obliguemos. En cambio, pidámosles que piensen por
qué la gente confía o no confía en ellos. ¿En qué necesitan cambiar para volverse
confiables? Pongamos el énfasis en que la confianza resulta fundamental para
desarrollar relaciones buenas y sanas.
5. Pidámosles que voten indicando sus opiniones en relación con estas preguntas.
Algunos quizás quieran sincerarse y contar algo que tenían guardado.
Discutiremos entonces cómo una persona puede ganarse la confianza de los demás y
cuánta confianza debemos depositar en alguien que recién conocemos.
6. Cómo se aplican estos versículos a la confianza que debemos depositar en nuestras
relaciones. Enfoquemos el hecho de que podemos confiar en Dios siempre. Él no
cambia y nunca cambiará.
EL CIERRE
Hay personas en las que simplemente no se puede confiar. Es importante que les
digamos esto a los chicos. En otros casos, hay personas que parecen confiables, pero
no lo son. La confianza se construye con tiempo y paciencia. Nadie merece que
confiemos en él apenas lo conocemos. Cuando alguien traiciona la confianza de otro,
lleva mucho tiempo, a veces años, reconstruirla.
No es fácil confiar en los demás y que otros confíen en nosotros. Podemos pedirle a
Dios que sane nuestras heridas. Dios nos perdona aun si la gente no lo hace. Él conoce
nuestro corazón y puede convertirnos en personas más dignas de confianza.
UN POCO MÁS
● En una pizarra o en una cartulina grande, escribamos la palabra CONFIANZA, en
sentido vertical. Dividamos al grupo en nueve equipos. A cada uno le asignaremos una
letra para que escriba al menos dos palabras o frases que describan la confianza y que
comience con esa inicial. Por ejemplo, si un grupo tiene la F, puede anotar “fidelidad” o
“facilitar la comunicación”.
Que todo el equipo trabaje junto para buscar estas definiciones. Luego, repasaremos
las propuestas y discutiremos lo que significa cada una.
● Podemos destinar un tiempo a hablar sobre cómo se traiciona la confianza.
Si percibimos que a alguno de los jóvenes le cuesta confiar en los demás, tal vez sea
porque esté atravesando otro tipo de conflictos, como abuso sexual, problemas en su
casa, o dificultades en la escuela. Tomemos nota de sus actitudes. Quizá podamos
dedicar unos momentos para conversar personalmente con ese adolescente. Y si
pensamos que alguno de los jóvenes del grupo es víctima de abusos, acerquémonos
para ofrecerle ayuda o recordarle que puededenunciarlo ante las autoridades.