1. Palabras, frases bonitas pero engañosas que intentan esconder, poco a poco, las
sospechas confirmadas.
Las palabras no se diferencian en sí mismas cuando son empleadas en una referencia de
intención correcta o, en cambio, mentirosa.
Una tijera corta la palabra dividiendo verdadero de falso.
Las partes de las tijeras varían según su uso, el filo de la misma no importa para el caso.
El corte esta hecho.
En un aparador se encuentran dos libros uno al lado del otro, ambos cortados por
diferentes tijeras. Lo irónico es que parecen exactamente iguales, casi resulta divertido,
de verdad.
Es forzoso hacer recortes, el escenario se amplía, tantos malentendidos conscientes,
dirigidos, elaborados.
La mentira de la palabra.
Asustados tratan de reaccionar y se dan cuenta de que todo es neblina y que no hay
forma de llegar a ningún lado, porque todos sabemos que el lenguaje abre y oculta y
entonces empezamos a escuchar lo que no estamos diciendo cuando lo estamos
diciendo.
No se como lo podría llamar, no tengo nombre para eso, pero es eso, indescripto, sin
nombre, personalidad o defensa.
Lo que miro morir entre mi lengua y que existe en mis ojos y no es sino un intento
trasnochado por decir, si es que es posible decir, sin usar tijeras.