El documento resume dos experimentos que muestran que las emociones y pensamientos pueden afectar el ADN y la materia a distancia. En el primer experimento, el ADN de donantes reaccionó de manera idéntica y simultánea a los estímulos emocionales de los donantes aún cuando estaban separados por 80 km. En el segundo, el ADN humano cambió su forma en respuesta a las emociones positivas y negativas generadas por investigadores. Esto sugiere que existe una red de energía que conecta toda la creación y que podemos influir