El movimiento estudiantil de 1968 en México involucró a estudiantes, profesores, amas de casa, obreros y profesionales que protestaron contra el gobierno, resultando en la masacre de Tlatelolco donde murieron cientos. Un informe de 2006 concluyó que el gobierno reprimió las demandas legítimas del movimiento a través de detenciones ilegales, torturas y ejecuciones extrajudiciales con ayuda de la CIA, caracterizando sus acciones como criminales. Víctimas intentaron llevar el caso a tribunales como
1. Isabel Juarez Soto V-104
EL OCURRIDO DEL 3 DE OCTUBRE
l movimiento estudiantil de 1968 fue un movimiento social
en el que además de estudiantes de la UNAM, IPN, y
diversas universidades, participaron profesores, intelectuales,
amas de casa, obreros y profesionales en la Ciudad de México
y que fue reprimido el 2 de octubre de 1968 por el gobierno de
México en la «matanza en la Plaza de las Tres Culturas de
Tlatelolco» y finalmente disuelto en diciembre de ese año. El
hecho fue cometido por el grupo paramilitar denominado
Batallón Olimpia, la Dirección Federal de Seguridad (DFS), la
llamada entonces Policía Secreta y el Ejército Mexicano, en
contra de una manifestación convocada por el Consejo
Nacional de Huelga, órgano directriz del movimiento. De
acuerdo con lo dicho por sí mismo en 19691 y por Luis
Echeverría Álvarez, el responsable de la matanza fue Gustavo
Díaz Ordaz.2
E
La Fiscalía Especial para
los Movimientos Sociales
y Políticos del Pasado
(FEMOSPP) del gobierno
de México concluyó en
2006 en su Informe
Histórico presentado a la
sociedad mexicana3 que
el movimiento estudiantil "marcó una inflexión en los tiempos
políticos de México, fue "independiente, contestatario y que
recurría a la resistencia civil"3 y se potenció "con las
demandas libertarias y de democratización que dominaban el
imaginario mundial"3 . El mismo reporte concluyó que durante
el movimiento el gobierno mexicano aplicó "sus mecanismos
de control y disuasión que solía utilizar frente a la disidencia
social (...) lo caracterizó como subversivo y, en lugar de
encontrar formas de atender las legítimas demandas, optó por
reprimirlo y aniquilar su dirigencia y al sector que consideró
más combativo"3 . Para ello recurrió a detenciones ilegales,
maltratos, torturas, persecuciones, desapariciones forzadas,
espionaje, criminalización, homicidios y ejecuciones
extrajudiciales, caracterizando dicha fiscalía el uso de la fuerza
institucional del estado mexicano como "criminal"4 . En los
hechos fue activa la asesoría, presencia e inteligencia de la
Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos5 6 bajo
la operación LITEMPO.7 8
Algunas víctimas de dichas acciones intentaron caracterizar la
masacre de Tlatelolco ante tribunales nacionales e
internacionales como un crimen de lesa humanidad y un
genocidio9 10 11 , afirmación que fue sustentada por la fiscalía
mexicana3 pero rechazada por sus tribunales.10 También
intentaron llevar a los autores materiales e intelectuales de los
hechos
ante la
justicia.
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