2. Había una vez un burro que se llamaba bruno.
Vivía con su dueño, un hombre mayor llamado
Deogracias.
Bruno y su amo iban todos los días al campo a
trabajar las tierras, las cuidaban para que no
salieran malas hierbas, araban y sembraban para
luego recoger la siembra.
La labor de Bruno era muy importante, pues gracias a
él, Deogracias no se cansaba tanto, pues era Bruno el
encargado de las tareas más duras.
3. Hoy, como todos los días, Bruno y Deogracias
estaban en el campo, y mientras su amo
descansaba, echándose la siesta bajo un árbol,
bruno aprovecho para comer algo.
Inesperadamente, algo apareció debajo de la
tierra donde comía Bruno… parecía un topo!!
“¿Pero tú que haces comiendo de mi tierra? Burro
tonto… ¿no ves que es propiedad privada!?!
Vamos! Fuera de aquí!!”, dijo el topo.
Entonces, el burro bruno contesto: “perdone señor
topo, pero esta tierra es de mi amo, y yo puedo comer
todo lo quiera. Desde luego, que no me voy a quitar, y
es más, veo que ha intentado engañarme…”
4. Entonces, el burro bruno contesto: “perdone señor
topo, pero esta tierra es de mi amo, y yo puedo
comer todo lo quiera. Desde luego, que no me voy
a quitar, y es más, veo que ha intentado
engañarme…”
Entonces, el topo se quedó sorprendido al ver que
no había conseguido engañar al burro, parecía ser
mas inteligente que otros burros a los que
conocía… pensaba el topo.
5. Entonces, el topo se quedó sorprendido al ver que
no había conseguido engañar al burro, parecía ser
mas inteligente que otros burros a los que
conocía… pensaba el topo.
“No te enfades burro, que no era mi intención
engañarte, no sabía que esta tierra era de tu
amo…“, respondió el topo.
Y bruno , el burro, le contestó: “me gustaría decirte
solo una cosa topo, no esta bien querer
aprovecharse de los demás y tú has pensando
que los burros somos muy tontos, y debo decirte
que no es así, y que no hay que tener prejuicios“.
6. Así fue como el topo se volvió a meter en su
madriguera, sonrojado y reflexionando sobre lo
ocurrido.
Nuestro querido amigo el bruno, le había dado
una lección al topo muy valiosa: no hay que ir
engañando a nadie, pues conseguirás más cosas
si eres buena persona y honesto.
FIN