Unitario - Serie Fotográfica - Emmanuel Toloza Pineda
Prólogo: La muerte del libertador
1. Eso es
cosa de dios,
Gregorio...
¡Afírmese,
padre!
¡AAAAAH!
¡Pero si los muertos
llegan a ser tres, será tu
culpa, mulato infeliz!
Se encuentra muy mal
mi señor Bernardo, padre.
Quizá ni pase esta noche.
Lima, Perú. 24 de octubre de 1842.
2. Hacienda Montalván. Hogar en el exilio
del Libertador Bernardo O’Higgins.
Ya, padrecito.
Llegamos.
No hay nada
más que hacer,
Rosita.
¡Pero por obra
y gracia del señor,
desgraciado!
Tome,
doctor. Es
cuanto pude
reunir.
Descuide. Es lo menos
que puedo hacer por el
Libertador del Perú.
Ahora
sólo nos queda
rezar.
Hermana...
Tranquilo,
Bernardo, no
se agite...
Tenga.
Gregorio
sabe qué
hacer.
Doctor, Rosita.
Espero estemos a
tiempo aún...
Don Francisco,
Gregorio, pasen.
Tranquilo,
hermano. Ya
llegó el padre
Francisco.
3. Magallanes...
Que la paz del señor
llegue a esta casa y a
los aquí presentes...
Que esta agua nos recuerde
nuestro baustismo en Cristo, que
nos redimió con su muerte y
resurrección...
Amén.
¡Argh!
Magallanes...
4. Luego.
Permítame
mostrarle...
...otra
cara de la
moneda.
Gregorio,
tenga.
Como
Ud. mande,
Rosita.
Anita,
despeje la
mesa.
Sí, doña
Rosita.
Aquí yacen
los secretos del
Libertador.
junto a los rastros
de la vida secreta que
vivió en Europa.
Léanos algo
de esa bitácora,
Gregorio.
Claro, Rosita,
con el permiso del
Libertador...
está su bitácora,
escrita de su propio
puño y letra.
Qué
bella
chica.
¡CLICK!