2. Es una época especialmente sensible en la que madre
e hijo descubren nuevas sensaciones.
Pueden presentarse dolores de espalda, ardores de
estómago e hinchazón de piernas. La mamá tiene que
descansar y adoptar algunas costumbres que
mejorarán su estado general como iremos viendo.
Los cambios en el cuerpo de mamá
Es muy posible que la madre sufra de hinchazón de
pies y tobillos. Para mejorar, además de tener una
dieta equilibrada con la sal adecuada y una correcta
hidratación, es importante que eleve los pies y que
duerma manteniéndolos levantados.
3. Aunque ya deberíamos estar cuidando nuestra piel desde
hace meses, ahora, con la mayor dilatación de vientre, es
indispensable usar crema hidratante para tratar de evitar
las estrías.
El útero ha crecido bastante y llega hasta el ombligo. Eso
hace que la madre sienta molestias en el estómago, y a
veces, una sensación de opresión en los pulmones.
El volumen de sangre ha crecido y el corazón va más rápido
para poder bombearla. En este mes es importante que se
realice correctamente el control de la presión de la sangre
para detectar a tiempo posibles problemas de presión
sanguínea o pre eclampsia.
Además de ciertas dificultades respiratorias por la opresión
sobre el diafragma también, por el pesó del bebé, pueden
presentarse otros problemas como la incontinencia urinaria
o el estreñimiento.
6. En el octavo mes de embarazo, el parto es la idea
más recurrente.
La situación de la mamá
A la dificultad creciente de realizar las actividades
ordinarias se añade el nerviosismo porque todo salga
bien, y como las posibilidades de moverse son menores,
es más fácil caer en pensamientos repetitivos, dudas y
temores.
Parece razonable entonces que sea positivo encontrar
una ocupación que permita pasar el tiempo de la forma
más rápida y placentera posible.
8. De hecho, sólo el 5% de los bebés nacen en la fecha estimada,
y en la medida que sean sometidos a una buena
monitorización para vigilar su salud se debería seguir con el
embarazo hasta que se produzca el parto de manera natural.
La posición del bebé
En la semana 37 el bebé ya debería estar encajado para el
parto. Si el bebé se encuentra en presentación cefálica, es
cuando la cabeza desciende hacia la pelvis. Es entonces cuando
la madre siente cierto alivio, pues se mitiga la presión sobre las
costillas y sobre los órganos internos, dejando algo más de
espacio en el estómago por ejemplo. De este modo, se hará
más fácil respirar y comer.
Por contrapartida, el útero estará presionando con mayor
intensidad la vejiga, por lo que habrá que ir más a menudo al
cuarto de baño. Además, el bebé sigue creciendo a buen ritmo,
por lo que los pies volverán a llegar a la parte inferior del
esternón hacia la semana 39-40.
El cuerpo de la madre en el noveno mes de embarazo
9. También es muy probable que, a medida que el bebé
descienda para colocarse, como va acercándose a los
músculos y ligamentos del suelo pélvico, los dolores
punzantes y calambres en las ingles y en las piernas pueden
aumentar.
Sin duda los calambres son unos molestos compañeros que
incrementarán su presencia durante estas semanas, y para
calmarlos nada mejor que un masaje en la zona, la práctica
de ejercicio moderado y una sana alimentación.
En el noveno mes de embarazo es muy probable que otras
molestias se vean agravadas, especialmente el edema o la
hinchazón producida por el exceso de líquido en los tejidos.
La retención puede ser más acusada incluso si estamos en
meses calurosos