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Caso Vegas Pérez, secuestro y asesinato de 1973
1. Caso Vegas Pérez.
Información recopilada por Alejandro Leal Mármol, ex integrante de la PTJ, Grupo BAE.
El Caso Vegas Pérez es la investigación policial en torno al secuestro y asesinato de Carlos
Vicente Vegas Pérez, de 13 años de edad, ocurrida en Venezuela, el 22 de febrero de 1973.
Ese día, Carlos Vicente Vegas Pérez, de 13 años de edad, fue secuestrado en las cercanías
de su casa, situada en un lujoso barrio de Caracas. Aunque el rescate fue pagado
oportunamente por los familiares del adolescente, su cadáver fue encontrado unos días
más tarde, el 1 de marzo de 1973, en un barranco a las afueras de Caracas.
Se encuentra entre los interrogados el hermano mayor de la víctima, Federico Vegas quien
nunca pudo dar luces para la solución del caso. En el curso de las investigaciones se
sospechó que el secuestro podría haber sido efectuado con la finalidad de saldar una deuda
con narcotraficantes colombianos. El equipo de la Policía Técnica Judicial, encabezado por
el comisario Fermín Mármol León, imputó como sospechosos a Omar Cano Lugo (alias el
Chino), Gonzalo Rafael Cappecci (alias Fafa), José Luis Branger Quiroba (alias Caramelito
Branger), Javier Paredes, Alfredo Luis Parilli Pietri, Julio Morales, Diego Rísquez y Rolando
Peña.
Los imputados fueron detenidos inmediatamente, pero liberados más tarde, en lo que se
dice sin comprobación alguna que fue uno de los casos representativos de la impunidad del
poder en Venezuela, particularmente del poder económico, en la visión de Mármol León,
quien escribiría con posterioridad un libro sobre las supuestas dificultades que tuvo que
enfrentar durante la investigación criminalística.
El Caso Vegas Pérez recibió una cobertura sin precedentes en Venezuela por parte de la
prensa, la radio y la televisión. Fue un caso que despertó el morbo de los caraqueños.
Secuestro y asesinato.
Nacido en 1959, Carlos Vicente Vegas Pérez era hijo de Trina Pérez Machado y Martín
Vegas Pacheco, un renombrado profesor y arquitecto, autor de la Torre Polar de Caracas y
miembro de la Comisión de Urbanismo a cuyo cargo estuvo la modernización urbanística
de la capital venezolana durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez.
Carlos Vicente fue visto con vida por última vez el 22 de febrero de 1973 en los predios de
su casa, en el sector denominado Lomas del Mirador. Se especuló que incluso podría haber
aceptado voluntariamente un aventón hacia al lugar donde se dirigía.
El rescate fue pagado por su familia el 26 de febrero tal como lo pedían los secuestradores.
El dinero había sido previamente fotografiado por la Policía Judicial.
El cadáver del niño fue encontrado el 1 de marzo de 1973, en la Cortada del Guayabo un
barranco cerca de la Autopista Coche-Las Tejerías, en las afueras de Caracas. Un portavoz
2. del gobierno expresó que no se iban a escatimar esfuerzos para encontrar a los asesinos.
Se declaró una emergencia nacional.
La investigación demostró que el niño ya había sido asesinado para el momento en que el
rescate fue pagado. Tenía el cráneo fracturado y lesiones de golpes en el cuerpo. Se
supuso que las lesiones las provocó la caída en el barranco una vez muerto el niño. Podría
haber muerto asfixiado al estar encadenado en la maleta del auto el mismo día del
secuestro. El 6 de marzo fueron detenidos algunos de los supuestos secuestradores
pertenecientes a las llamadas «patotas del este», es decir, de los barrios ricos.
El Caso Vegas Pérez recibió una cobertura sin precedentes en Venezuela por parte de la
prensa, la radio y la televisión. Cada vez que José Luis «Caramelito Branger» entraba o
salía de los tribunales una turba de fans enloquecía a su alrededor para tocarlo y besarlo al
pasar. Al hermano de la víctima, Federico Vegas Pérez se le exigió disponibilidad para ser
interrogado, prohibiéndole temporalmente la salida del país. En el curso de las
investigaciones se sospechó que el secuestro podría tener la finalidad de saldar una deuda
con narcotraficantes colombianos. Funcionarios venezolanos viajaron a Colombia para
investigar el tema del tráfico de estupefacientes relativo al caso.
El equipo de la Policía Técnica Judicial, encabezado por el comisario Fermín Mármol León
y con la participación en el terreno del pesquisa Comisario Silvio Vargas, no detuvo ni acusó
a nadie, el Juez Cumare Nava pidió el expediente y dictó autos de detención a Omar Cano
Lugo (alias el Chino) como autor material del asesinato, a Alfredo Parilli Pietri (pariente de
la primera dama Alicia Pietri de Caldera) como autor intelectual del secuestro y a Gonzalo
Rafael Cappecci (alias Fafa), José Luis Branger Quiroba (alias Caramelito Branger), Julio
Morales, Javier Paredes y Diego Rísquez Cupello, jóvenes entre 18 y 24 años, por el
secuestro, encubrimiento y complicidad en el homicidio, todos pertenecientes a familias
ilustres y de renombrado apellido de la clase alta caraqueña. En enero de 1974, la Corte
Superior II o Juzgado II Penal revocó todos los autos de detención «debido a fallas
sustanciales en la instrucción y sustentación del proceso» y a que no había suficientes
pruebas para sustentar las acusaciones.
Cierta declaración del comisario Fermín Mármol León fue considerada por los tribunales
como una violación del secreto sumarial, lo que llevó, junto a la debilidad de las pruebas, a
que las causas penales fueran revocadas en enero de 1974. Un grupo de reporteros abordó
al comisario Fermín Mármol León, hombre clave en las investigaciones, para requerir su
opinión en torno a la decisión de Cumare Nava y Fermín Mármol León declaró que,
compartía las decisiones y en particular la que afectaba al “Chino” Cano. De inmediato los
padres de los jóvenes detenidos interpusieron una demanda al comisario, a través de sus
abogados, por violación del secreto sumarial. Fermín Mármol León fue citado por el juez y
se le ordenó presentarse al término de la distancia, de lo contrario sería arrestado por
3. desacato. Luego de recriminarle duramente, el juez le ordenó que no se pesquisara nada
sin su expreso conocimiento y consentimiento. El equipo de detectives liderado por Fermín
Mármol León fue así marginado de las investigaciones.
El magistrado Meléndez Hurtado votó en contra por considerar que en el expediente había
suficientes indicios como para confirmar los autos de detención. Cano y Capecci, los únicos
que no pertenecían a familias poderosas, permanecieron presos por tenencia de
estupefacientes pero no por el secuestro. Los demás imputados salieron,
«sospechosamente» para la sociedad venezolana de ese momento, en libertad.
El crimen permanece impune.
Los imputados José Luis "Caramelo" Branger, Javier Paredes, Julio Morales, Diego
Rísquez Cupello y Gonzalo Rafael Capecchi permanecieron recluidos en el Retén de
Catia por menos de 7 meses hasta que sus familias acordaron la exoneración de los cargos;
a excepción de Omar "Chino" Cano Lugo, cuyos allegados no tenían suficiente poder
monetario.
El más tarde Ministro de Justicia Fermín Mármol León, protagonista en las investigaciones
narró el caso en su obra «Cuatro Crímenes Cuatro Poderes», en el año 1978. La mayoría
de los testigos involucrados en el caso se accidentaron de alguna manera. Todos los
implicados en el caso de tráfico de drogas y asesinato fueron absueltos totalmente, aun
cuando las pruebas encontradas les inculpaban directamente. Este caso estuvo plagado de
irregularidades, sobre todo por tratarse de una época muy convulsiva en la historia de
Venezuela, donde los jóvenes se rebelaron contra las injusticias del sistema imperante,
motivados por la contracultura del poder joven y la rebeldía del Mayo Francés de 1968.
Años después Diego Rísquez se convirtió en un conocido cineasta. El hermano Federico
Vegas, es ahora un reconocido arquitecto y escritor.
La historia fue llevada al cine, con el título de «Cangrejo», en 1982, bajo la dirección
de Román Chalbaud. En la película, el investigador cree que los secuestradores conocían
al niño y pronto comienza a sospechar de varios jóvenes pertenecientes a familias
adineradas de Caracas. Además, como los secuestradores estaban pidiendo casualmente
el mismo precio de un kilo de cocaína, concluye que el secuestro se debe a un problema
de drogas de gente adinerada, ya que «en el Este los pavos se dan con eso. No en los
barrios, porque es caro Bs. 200 el gramo». Cuando aparece el cuerpo del niño, el
protagonista deduce que el niño murió asfixiado accidentalmente en la maletera del carro
en que lo habían secuestrado. Decide detener a los culpables a sabiendas que pertenecen
a familias poderosas de la ciudad. Finalmente, los culpables son exonerados por un sistema
corrupto al cual sirve de chivo expiatorio el menos influyente y pudiente de todos los
involucrados.
4. En la película el presidente se apresura a prometer la captura de los criminales, promesa
que dura hasta que se descubre que los culpables pertenecen a familias adineradas de
Caracas. La película fue un enorme éxito de taquilla y crítica. También aparecieron
documentales sobre el tema.
El 22 de febrero de 1973, Alfredo Luis Parilli Pietri fue exonerado de los cargos por el
secuestro y homicidio de Carlos Vicente Vegas Pérez. Su vida cambió poco, pues siguió
siendo traficante de drogas. El 30 de octubre de 2009, 36 años después de los hechos,
Parilli Pietri fue capturado cuando transportaba marihuana, en Los Palos Grandes en
Caracas, y, posteriormente, condenado a 9 años de prisión en el Internado Judicial de Los
Teques por tráfico y ocultamiento de drogas. Durante la madrugada del sábado 27 de
agosto de 2011, Parilli Pietri falleció en el área de emergencias del hospital Victorino
Santaella, donde presuntamente no había médicos para atender la descompensación que
presentó a causa de una Hepatitis C.
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