Los antiguos griegos buscaban crear obras de arte que trascendieran el tiempo mediante la belleza eterna. Platón consideraba que el arte y la poesía, y por lo tanto la belleza, pueden alegrar la vista pero no están directamente relacionados con la verdad. Los primeros conceptos de belleza se basaban en que los objetos bellos satisfacían los sentidos, especialmente la vista y el oído, a través de su forma.