Este poema describe la evolución de la relación del hablante con Zenobia, a quien inicialmente amó como una niña inocente, pero luego comenzó a odiar sin darse cuenta a medida que se volvió más ostentosa. Finalmente, Zenobia se despojó de su inocencia original para convertirse en una reina llena de tesoros, aunque el hablante continuó sonriéndole.