Ideas para la Sanidad Pública: un caso de ciberactivismo ciudadano
1. Ideas para la Sanidad Pública: un caso de ciberactivismo cívico Alberto Ortiz de Zárate Donostia, 23/06/09 http://www.flickr.com/photos/ablaeninternet/574919388/
2. espacios para la participación http://www.flickr.com/photos/ablaeninternet/2436297534/
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4. escala de la participación ciudadana no participación participación simbólica poder ciudadano
5. momentos de la participación ciudadana identificación del problema formulación de opciones deliberación toma de decisión implantación prestación del servicio evaluación
6. momentos de la participación ciudadana identificación del problema formulación de opciones deliberación toma de decisión implantación prestación del servicio evaluación
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15. mejora de la sanidad pública http://www.flickr.com/photos/ablaeninternet/1917399551/
16. Sanidad2.0: red con múltiples agentes ciudadanos: usuarios pacientes cuidadoras ciudadanos: usuarios pacientes cuidadoras profesionales: de medicina enfermería administración ... profesionales: de medicina enfermería administración ... administración sanitaria administración sanitaria proveedores farmacias y otros agentes privados recursos sociosanitarios y otros del 3er. sector
17. un ejemplo de ciberactivismo cívico ciudadanos: usuarios pacientes cuidadoras ciudadanos: usuarios pacientes cuidadoras partidos políticos y administración sanitaria
30. Experimenta: no hay una ruta trazada http://www.flickr.com/photos/ablaeninternet/500758596/
31. Ideas para la Sanidad Pública: un caso de ciberactivismo cívico http://www.flickr.com/photos/ablaeninternet/427146171/ muchas gracias alorza3@gmail.com [email_address] http://eadminblog.net http://blog.alorza.net
Notas del editor
La democracia liberal se encuentra con problemas de legitimación que no proceden de su incapacidad de producir desarrollo, sino de su inadecuación a los valores de la ciudadanía de nuestro tiempo. Podemos decir que el gobierno representativo genera derechos y beneficios para el pueblo, pero sin el pueblo. Por otra parte, se da un hecho un cierto grado de corrupción en la gestión de lo público, y se espera que las urnas y los tribunales lo mantengan en un nivel moderado. Últimamente, la percepción de corrupción en la política municipal ha crecido. Entre tanto, los partidos políticos han adoptado la guerra sin cuartel como estilo de vida político. Internamente, aprietan las filas. Entre ellos, ahondan las divisiones. De cara a la ciudadanía, actúan como cadenas de televisión en busca de la mayor cuota de pantalla. El sistema de gestión de lo público, tras 25 años de Nueva Gestión Pública, ha llegado al límite de sus contradicciones. Los ciudadanos hemos quedado caracterizados como consumidores y, como efecto secundario, se ha fomentado una ciudadanía irresponsable y perpetuamente insatisfecha. Como consecuencia, cada vez el gobierno es más ingobernable. Ante la sensación de fracaso, la primera víctima es la transparencia: no se pueden reconocer los errores. La autocrítica enfrenta el riesgo de la aniquilación política.
Centrémonos, pues, en el asunto que nos ocupa: la participación ciudadana. Debemos analizar la participación con el esquema, antes expuesto, de la separación radical entre los que habitan las enrarecidas cumbres de la política, y el pueblo que infesta calles y plazas. Tenemos, pues, dos visiones de la participación: Desde arriba, hay interés en ceder poder para ganar legitimidad Desde abajo, hay interés en ganar poder para intervenir en las decisiones que les atañen La paradoja, es que estos objetivos, que parecen convergentes, no convergen. ¿Por qué es tan difícil la participación ciudadana?
Empecemos por ver qué pasa en lo alto de la torre, en la cumbre política. Desde una torre, uno puede optar por varios roles. El primero sería el papel de muecín que habla desde lo alto. Habla, emite, informa, arenga a las masas que se hallan abajo. Para ejercer su función, precisa de altavoces. En el mundo de la web 2.0 puede ser que inicie un blog. Otro habitante de la torre es el vigía, que es un papel cercano al de voyeur. Éste no habla. Mira y escucha. Para eso cuenta con potentes prismáticos y sistemas de escucha. Los estudios de opinión, las consultas y los foros le son de utilidad. Por fin, algunos torreros tienen vocación de pescador. Desde lo más alto de la más alta torre, aprestan el cebo y lanzan sus cañas para enganchar a ciudadanos y enrolarles en sus propuestas de participación. Pero los peces no pican, o pican poco. En los despachos de la torre diagnostican falta de civismo y de interés de la ciudadanía. El siguiente paso es fácil: no me esfuerzo en buscar la participación porque, total, para lo poco que participan... Lo que pasa es que desde los despachos de los palacios públicos no se puede ver nada de lo que pasa en la calle. Es el síndrome de Rompetechos. Viven rodeados de participación y no se enteran.
Entre tanto, en la playa cunde una conversación rica, difusa, autoorganizada, caótica, memética, en primera persona, entusiasta, obscena, egoísta Esta frase cernudiana es cierta especialmente a este lado de la brecha digital, donde florece la web 2.0. Algunas características de esta verbena popular son: La participación se da entre iguales, sin privilegios, sin cúspide, sin vértices, sin centro, en una red extensamente distribuida y autoorganizada. Cualquiera puede hablar desde su propio blog, en los blogs de los demás, en wikis colectivos, en foros temáticos, y puede compartir sus fotografías, sus vídeos, su música, …a ambos lados de la frontera legal. Abundan las personas entusiastas, los hackers dispuestos a ayudar, las almas gemelas la final de la larga cola.