Este documento es la transcripción de una misa católica que incluye oraciones, lecturas bíblicas, cánticos y una homilía. La misa se enfoca en la humildad y la compasión, basándose en la lectura del Evangelio sobre el publicano y el fariseo.
2. MONICIÓN DE ENTRADA
Presentamos a Dios en la
Eucaristía nuestra vida y la
vida de todos los hombres. Y
lo hacemos con toda
confianza, seguros de su
amor y misericordia. Nos
ayudan a hacerlo así las
palabras que hoy
escucharemos en los labios
del publicano: ¡Oh, Dios, ten
compasión de este pecador!.
3. CANTO DE ENTRADA
Alrededor de tu mesa, venimos a recordar,
alrededor de tu mesa, venimos a recordar,
que tu palabra es camino, tu cuerpo
fraternidad,
que tu palabra es camino, tu cuerpo
fraternidad.
Juntos y a veces sin vernos, celebramos
tu presencia sin sentir que se interrumpe
el camino, si no vamos como hermanos
hacia ti.
4. SALUDO
Que el amor de Dios Padre, el
perdón de su Hijo Jesús y la
fuerza del Espíritu estén con
todos vosotros...
5. PEDIMOS PERDON
Señor, tú que enalteces al que se humilla,
escucha nuestra confesión humilde y
confiada:
•Porque nos tenemos por justos.
SEÑOR, TEN PIEDAD...
•Porque nos sentimos seguros de nosotros
mismos y despreciamos a los demás.
CRISTO, TEN PIEDAD...
•Porque ponemos la confianza más en
nuestras obras que en Tí.
SEÑOR, TEN PIEDAD...
6. Lectura del libro del Eclesiástico 35, 12-14.
16-18
El Señor es un Dios justo, que no puede ser
parcial; no es parcial contra el pobre, escucha las
súplicas del oprimido; no desoye los gritos del
huérfano o de la viuda cuando repite su queja;
sus penas consiguen su favor, y su grito alcanza
las nubes; los gritos del pobre atraviesan las
nubes y hasta alcanzar a Dios no descansan; no
ceja hasta que Dios le atiende, y el juez justo le
hace justicia.
Palabra de Dios.
7. Salmo responsorial .Sal 33
R. Si el afligido invoca al Señor, él lo
escucha.
Bendigo al Señor en todo momento, su
alabanza está siempre en mi boca; mi alma
se gloría en el Señor: que los humildes lo
escuchen y se alegren.
R. Si el afligido invoca al Señor, él lo
escucha.
8. El Señor está cerca de los atribulados, salva
a los abatidos. El Señor redime a sus siervos,
no será castigado quien se acoge a él.
El Señor se enfrenta con los malhechores,
para borrar de la tierra su memoria. Cuando
uno grita, el Señor lo escucha y lo libra de
sus angustias.
R. Si el afligido invoca al Señor, él lo
escucha.
R. Si el afligido invoca al Señor, él lo
escucha.
9. Lectura de la segunda carta del apóstol san
Pablo a Timoteo 4, 6-8. 16-18
Querido hermano:
Yo estoy a punto de ser sacrificado, y el
momento de mi partida es inminente.
He combatido bien mi combate, he corrido
hasta la meta, he mantenido la fe.
Ahora me aguarda la corona merecida, con
la que el Señor, juez justo, me premiará en
aquel día; y no sólo a mí, sino a todos los
que tienen amor a su venida.
La primera vez que me defendí, todos me
10. abandonaron, y nadie me asistió. Que Dios
los perdone.
Pero el Señor me ayudó y me dio fuerzas para
anunciar íntegro el mensaje, de modo que lo
oyeran todos los gentiles. Él me libró de la
boca del león.
El Señor seguirá librándome de todo mal, me
salvará y me llevará a su reino del cielo.
A él la gloria por los siglos de los siglos.
Amén.
Palabra de Dios.
11. Aleluya 2Co 5, 19
Dios estaba en Cristo, reconciliando al
mundo consigo,
y a nosotros nos ha confiado la palabra
de la reconciliación.
12. + Lectura del santo evangelio según san
Lucas 18, 9-14
En aquel tiempo, a algunos que, teniéndose
por justos, se sentían seguros de sí mismos
y despreciaban a los demás, dijo Jesús esta
parábola:
- «Dos hombres subieron al templo a orar.
Uno era fariseo; el otro, un publicano. El
fariseo, erguido, oraba así en su interior:
"¡Oh Dios!, te doy gracias, porque no soy
como los demás: ladrones, injustos,
adúlteros; ni como ese publicano. Ayuno
13. dos veces por semana y pago el diezmo de
todo lo que tengo."
El publicano, en cambio, se quedó atrás y no
se atrevía ni a levantar los ojos al cielo; sólo
se golpeaba el pecho, diciendo:
¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador. "
Os digo que éste bajó a su casa justificado, y
aquél no. Porque todo el que se enaltece
será humillado, y el que se humilla será
enaltecido.»
Palabra del Señor
15. ORACIÓN DE LOS FIELES:
Dios siempre escucha la súplica de quien se dirige a
Él. Presentamos a Dios nuestra oración, diciendo:
¡Escúchanos, Señor!
1.- Para que los que formamos la Iglesia sepamos
aceptar las críticas, pedir perdón por nuestros
fallos y ser signo de reconciliación y de unidad.
Oremos.
¡Escúchanos, Señor!
2.- Para que sepamos valorar lo que de bueno hay
en cada persona y comprendamos sus fallos para
ayudarle a cambiar. Oremos.
¡Escúchanos, Señor!
16. 3.- Para que pongamos a disposición de los
demás, todo cuanto recibimos en la vida. Oremos.
¡Escúchanos, Señor!
4. - Para que no caigamos en la tentación de
creernos los mejores y de pensar que ya somos
cristianos del todo. Oremos.
¡Escúchanos, Señor!
5. - Para que nuestra comunidad parroquial haga
suya el problema de las personas más
desfavorecidas. Oremos.
¡Escúchanos, Señor!
Escúchanos, Señor, y acoge nuestra oración. Por
Jesucristo.
17. CANTO DE OFERTORIO
EN ESTE MUNDO QUE CRISTO NOS DA
HACEMOS LA OFRENDA DEL PAN,
EL PAN DE NUESTRO TRABAJO SIN FIN
Y EL VINO DE NUESTRO CANTAR.
TRAIGO ANTE TI NUESTRA JUSTA INQUIETUD,
AMAR LA JUSTICIA Y LA PAZ.
SABER QUE VENDRÁS, SABER QUE ESTARÁS
PARTIENDO A LOS POBRES TU PAN.
18. LA SED DE TODOS LOS HOMBRES SIN LUZ,
LA PENA Y EL TRISTE LLORAR,
EL ODIO DE LOS QUE MUEREN SIN FE,
CANSADOS DE TANTO LUCHAR.
EN LA PATENA DE NUESTRA OBLACIÓN,
ACEPTA LA VIDA SEÑOR.
SABER QUE VENDRÁS, SABER QUE ESTARÁS
PARTIENDO A LOS POBRES TU PAN
20. CANTO DE COMUNION
HACIA TI, MORADA SANTA,
HACIA TI TIERRA DEL SALVADOR,
PEREGRINOS, CAMINANTES,
VAMOS HACIA TI.
Venimos a tu mesa, sellaremos tu pacto,
comeremos tu carne, tu sangre nos limpiará.
HACIA TI, MORADA SANTA,
HACIA TI TIERRA DEL SALVADOR,
PEREGRINOS, CAMINANTES,
VAMOS HACIA TI.
21. Reinaremos contigo en tu morada santa,
beberemos tu sangre, tu fe nos salvará.
HACIA TI, MORADA SANTA,
HACIA TI TIERRA DEL SALVADOR,
PEREGRINOS, CAMINANTES,
VAMOS HACIA TI.
Tú eres el camino, Tú eres la esperanza,
hermano de los pobres, Amén. Aleluya.
HACIA TI, MORADA SANTA,
HACIA TI TIERRA DEL SALVADOR,
PEREGRINOS, CAMINANTES,
VAMOS HACIA TI.
22. Oración
Señor, tú te fijas en la anciana que echa una
monedita,
en el que ora en el último rincón del templo,
en el que es más sencillo y más pequeño
y nosotros, mientras, queremos parecer
grandes,
importantes, los mejores, los principales.
Así de pequeños somos por dentro, Señor,
que necesitamos parecer más de lo que
somos,
23. que vendemos una imagen magnificada,
que por dentro competimos con los demás,
para disimular nuestra fragilidad.
Tú, que conoces cada rincón de nuestra
mente,
que nos formaste en el vientre de nuestra
madre,
que tienes contados cada uno de nuestros
cabellos,
sabes de nuestra pequeñez y de la necesidad
de «fardar»,
que somos competitivos y poco igualitarios.
24. Haznos, Señor, personas fraternas,
que se saben pequeñas y grandes al mismo
tiempo,
que aceptan sus deficiencias como algo
humano,
que reconocen sus carencias y sus
necesidades
y que saben que dependen de los demás,
igual que los demás necesitan de ellos.
Haznos una gran familia, Señor,
de gente sencilla, que se ayuda,
que se complementa, que se apoya,
25. que comparte sus riquezas
y se facilita la vida en las dificultades,
que está atenta a lo que necesita el otro
y que sabe recibir con naturalidad y
sencillez.
Haznos como tú, Señor,
pequeños por fuera pero muy grandes por
dentro. Amén.
27. BENDICIÓN Y DESPEDIDA.
CANTO FINAL.
Hoy, Señor, te damos gracias
por la vida, la tierra y el Sol;
hoy, Señor, queremos cantar
las grandezas de tu amor.
1.- Gracias, Padre, mi vida es tu vida,
tus manos amasan mi barro,
mi alma es tu aliento divino,
tu sonrisa en mis ojos está.