PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO: CLAVES PARA LA REFLEXIÓN.pdf
LA SANTISIMA TRINIDAD.ppt
1. 5. LA SANTÍSIMA TRINIDAD
La Trinidad es una.
No confesamos tres dioses sino
un solo Dios en Tres Personas
2. Procesiones, relaciones y Personas en
Dios
Noción de los conceptos filosóficos de esencia, naturaleza, sustancia,
accidente, persona, procesión y relación.
Esencia es aquello por lo cual una cosa es lo que es. Así la esencia
del hombre es «ser racional».
Naturaleza es el principio de operaciones de un ser. Cuando el ser se
considera desde el punto de vista de las operaciones que realiza, se
habla de naturaleza y no de esencia (aunque son prácticamente
sinónimos). Por ejemplo, es más propio decir que la risa es una
operación de la naturaleza humana que de la esencia humana.
Sustancia es lo que es en sí mismo y no es en otro. Por ejemplo, la
naturaleza humana de cada persona es su sustancia.
3. Circumincesión (circuminsesión): Significa el estar una de
las tres personas divinas en otra, su interpretación, su
interioridad recíproca.
Eón: Época, considerada no sólo como un espacio de tiempo
concreto, sino en un plano espiritual.
Procesión: En teología trinitaria, derivación de una persona
partiendo de otra, pero consubstancialmente, (Que es de la
misma sustancia, naturaleza y esencia que otra cosa) en la
unidad de una misma divinidad.
Espíritu: Ser inmaterial y dotado de razón. || Alma racional. ||
Don sobrenatural y gracia particular que Dios suele dar a
algunas criaturas. Espíritu de profecía.
4. Procesión. A las operaciones de Dios las llamamos
también procesiones.
Toda operación conduce a algo, por ello de toda
procesión se origina una realidad.
Cuando la realidad que se origina, que es término
de la operación, permanece dentro de su principio
de origen, como, por ejemplo, los propios
pensamientos, se llaman operaciones o
procesiones ad intra (hacia adentro).
5. Noción de relación.
Por relación entendemos la referencia de una cosa a otra. Así,
decimos que una cosa A está junto a otra cosa B, o sea que está
relacionada.
Pero, si nos fijamos bien, también es cierto que B está junto a
A; es decir, también se relacionan.
Por ello, hay que concluir que entre dos realidades A y B
siempre hay dos relaciones, la que va de A a B y, viceversa, la que
une B con A.
Para que exista una relación son necesarias tres cosas.
1° Que haya un sujeto, en nuestro ejemplo A.
2° Un término absolutamente opuesto al sujeto; en nuestro
ejemplo, B. Deben estar absolutamente opuestos A y B, porque si
no fuera así de algún modo -en lo que no fuera opuesto o distinto-.
B sería A y al revés, y no podría establecerse una relación en el
6.
7. EL ESQUEMA TRINITARIO
De acuerdo con su enunciación más sencilla, la
doctrina contiene cuatro verdades:
1.En una única naturaleza divina hay tres
personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
2.Ninguna de las personas es otra, sino que cada
una es, por completo, ella misma.
3.El Padre es Dios, el Hijo es Dios, el Espíritu
Santo es Dios.
4.No son tres Dioses, sino un solo Dios.
8. Sobre la persona y la naturaleza:
Cuando utilizamos la frase «mi naturaleza», queremos decir que
hay una persona —«yo»-- que posee una naturaleza. La persona
no podría existir sin tener una naturaleza, pero parece que hay
que hacer una precisión: la persona posee a la naturaleza, y no
viceversa: Decimos «mi naturaleza», no hablamos de «la
persona de mi naturaleza» o del «yo de la naturaleza».
Después, vemos que persona y naturaleza responden a dos
preguntas distintas. Si nos damos cuenta (a media luz, por
ejemplo) de que hay algo en una habitación, preguntamos:
«¿Qué está ahí?» Si vemos que es una persona, pero no
distinguimos su cara, preguntamos : «Quién está ahí?» «Qué» se
refiere a la naturaleza; «Quién», a la persona.
Hay otra distinción que no requiere ninguna formación filosófica
para ser comprendida.
9. naturaleza determina lo que puedo hacer. Puedo levantar mi mano,
por ejemplo, porque esa acción es adecuada a mi naturaleza humana;
puedo comer, reír, dormir o pensar, porque cada una de esas acciones
se adecúa a mi naturaleza humana. No puedo poner un huevo, porque
eso es propio de la naturaleza del pájaro; si muerdo a un hombre, no le
enveneno, porque eso es propio de la naturaleza de la serpiente; no
puedo vivir en el agua, porque eso es propio de la naturaleza del pez.
Pero, aunque sea mi naturaleza la que determina qué acciones puedo
realizar, yo las hago personalmente; la naturaleza es la fuente de
nuestras operaciones, y la persona es quien las lleva a cabo.
Aplicando esto al ser de Dios, podemos decir que no hay más que una
naturaleza divina, una sola respuesta a la pregunta «¿Qué es
Dios?», una sola fuente de las operaciones divinas. Pero son tres
los que poseen esa única naturaleza totalmente.
A la pregunta: «¿Quién eres?», cada uno de los tres daría su
propia respuesta: «el Padre», «el Hijo» o «el Espíritu Santo».
Pero a la pregunta «¿qué eres?», los Tres responderían «Dios»,
porque cada uno de los Tres posee totalmente la misma
naturaleza divina, y es la naturaleza lo que determina qué es un
ser.
10. Puesto que cada uno posee esa naturaleza divina, puede hacer todo lo
que es propio de Dios. Puesto que cada uno es Dios, no hay distinción,
ni en el ser ni en sus operaciones. Es necesario —de todas formas—
precisar aquí dos puntos especialmente.
En primer lugar, las tres personas no se reparten la naturaleza divina,
que es esencialmente simple y no puede ser dividida: sólo puede ser
poseída en su totalidad.
En segundo lugar, las tres Personas son distintas, pero no están
separadas. Son distintas, porque cada una es Ella misma; pero no
pueden separarse, porque cada una es lo que es por el mero hecho de
poseer una misma naturaleza; separada de esta única naturaleza,
ninguna de las Tres personas podría existir.
Al principio, el esfuerzo de pensar en todo esto puede parecer arduo e
infructífero. Pero sólo al principio: los frutos de la perseverancia son
inmensos.
Misterio, pero no contradicción
11. 1. La revelación del misterio de la Trinidad
de Personas en la Unidad de Dios
• El misterio de la Santísima
Trinidad nos ha sido revelado al
llegar la plenitud de los tiempos.
• En el Antiguo Testamento se
encuentran únicamente algunas
alusiones .
Por ejemplo:
• Gen 1, 26: "Dijo Dios: hagamos
al hombre a nuestra imagen y
semejanza"; y algunas teofanías
como la del Sinaí (cfr. Ex 19,16-
20.30).
12. SIMBOLOS DE FE
Se denominan así también las fórmulas o breves
resúmenes de las verdades que los creyentes deben
aceptar en una religión.
De manera particular en el cristianos se intento desde los
primeros tiempos resumir en una formula o lista de frases
la síntesis de las doctrinas: el llamado “símbolo de los
Apóstoles”, el de Nicea, el de Constantinopla, el de San
Atanasio.
13. Magisterio de la Iglesia acerca de la Santísima Trinidad
En todos los Credos hay una definición precisa de la fe en la Trinidad.
La fol111a más antigua que conocemos del Símbolo Apostólico (I)
dice: «Creo en el Padre omnipotente, y en Jesucristo, salvador
nuestro, y en el Espíritu Santo» (DS 1).
Esta profesión sacada de la fórmula del bautismo atestigua la fe de la
Iglesia antigua. Se conocen otras muchas formulaciones del Credo de
la Iglesia, como la llamada Símbolo Apostólico del siglo V , que
profesa: «Creo en Dios Padre omnipotente, creador del cielo y de la
tierra; y en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor..., creo en el
Espíritu Santo».
Junto a estos Credos conviene recordar el Símbolo de Nicea, año
325, que recoge la divinidad del Hijo y su consustancialidad con el
Padre;
y el Credo Niceno-constantinopolitano, del Concilio de Constantinopla
del año 381 (4), que enseña al mismo tiempo la divinidad del Hijo y
del Espíritu Santo.
14. • La Iglesia ha expresado la
fe acerca de este misterio en
los primeros concilios
• En el primer Concilio
ecuménico (Nicea, a. 325)
enseñó que el Hijo es
"consubstancial" al Padre,
es decir un sólo Dios con el
Padre .
• En el segundo Concilio
ecuménico (Constantinopla,
a. 381) confesó que el Hijo
es Dios
15. "Dios verdadero de Dios
verdadero, engendrado
no creado, consubstancial
al Padre“ , y que el
Espíritu Santo "con el
Padre y el Hijo recibe una
misma adoración y
gloria“ .
• El Símbolo Atanasiano o
Quicumque, es un
resumen preciso de la fe
de la Iglesia en el misterio
de la Santísima Trinidad
madre
16. Quicumque
También llamado Símbolo Atanasiano, aunque no es de
San Atanasio. Se llama Quicumque porque empieza
con esta palabra.
Es el Credo más desarrollado, donde la Iglesia fija
definitivamente la Unidad de la naturaleza divina, la
diversidad y divinidad de cada una de las Tres
Personas de la Santísima Trinidad, Dios Padre, Dios
Hijo, Dios Espíritu Santo. También, define la no
procedencia del Padre, la generación del Hijo y la
procedencia del Espíritu Santo del Padre y del Hijo.
Termina así: «Esta es la fe católica y el que no la
creyere fiel y firmemente no podrá salvarse».
17. • Es el misterio central de
la fe y de la vida
cristiana.
• Es el misterio de Dios en
sí mismo.
• Es la fuente de todos los
otros misterios de la fe.
• Es la luz que los ilumina.
• Es la enseñanza más
fundamental y esencial
en la jerarquía de las
verdades de fe.
18. • Es también el misterio de
la vida íntima de Dios, a la
que hemos sido llamados a
participar por la gracia .
• Es un misterio
estrictamente
sobrenatural, inaccesible a
la sola razón .
• Se puede mostrar que no
hay contradicción en el
misterio, pero el hombre
nunca podrá entenderlo
del todo.
19. 2. Procesiones, relaciones y Personas en
Dios
• Las personas divinas son
realmente distintas entre sí por
sus relaciones de origen.
• El Padre es quien engendra,
el Hijo quien es engendrado,
y el Espíritu Santo es quien
procede.
• Cada una de las Personas es
Dios, y no "parte" de Dios;
pero cada Persona se distingue
realmente de las otras dos.
20. • La distinción real de las
personas entre sí reside
únicamente en las
relaciones mutuas.
• El Hijo procede del
Padre:
• se llama generación a
esta procesión, porque el
Hijo procede por vía de
conocimiento:
• es el Verbo e
• Imagen del Padre;
21. • El Espíritu Santo procede del
Padre y del Hijo: procede de
ambos, como de un único
principio, por vía de amor
mutuo: se llama espiración a
esa procesión.
De estas dos procesiones
(generación y espiración)
se siguen cuatro relaciones entre
sus términos: paternidad,
filiación, espiración activa y
espiración pasiva.
22. El Espíritu Santo no procede por
generación (de fe).
El símbolo Quicumque confiesa
refiriéndose al Espíritu Santo: «no fue
hecho, ni engendrado, ni creado, sino que
procede» (DS 75).
Por tanto El Espíritu Santo no es Hijo de
Dios. Verdad contenida en la Revelación
que no habla más que de un Único Hijo o
Unigénito de Dios.
23. Aun siendo cuatro las relaciones que se predican
de Dios, sólo tres se oponen mutuamente: la
paternidad se opone a la filiación, la filiación a la
paternidad y la espiración pasiva a las dos anteriores
simultáneamente, de modo que la paternidad
conviene sólo al Padre, la filiación solamente al Hijo y
la espiración pasiva sólo al Espíritu Santo.
La fe de la Iglesia enseña que: «El Padre no fue
hecho por nadie, ni engendrado, ni creado; el Hijo es
sólo del Padre, no hecho, ni creado, sino engendrado
El Espíritu Santo no fue hecho, no creado ni
engendrado, sino que procede del Padre y del Hijo»
{Símbolo Quicumque, DS 75).
24. • Una es la divinidad (la esencia
divina), y una es la
omnipotencia, la eternidad, la
simplicidad, la bondad, la
verdad, la inmensidad, la
inmutabilidad.
• Se llama misión (o envío) de una
Persona divina a su misma
procesión eterna en cuanto que
tiene un término temporal. El
Hijo ha sido enviado por el
Padre y el Espíritu Santo ha
sido enviado por el Padre y el
Hijo .
25. 3. La vida sobrenatural de las criaturas
espirituales es participación en la
vida divina intratrinitaria
• Dios nos ha hecho partícipes
de su naturaleza divina: nos
ha divinizado por la gracia
sobrenatural, adoptándonos
como hijos en el Hijo.
• El hombre en gracia participa
de la vida intratrinitaria .
.
26. • El Paráclito nos
identifica con
Cristo y nos hace
clamar: Abba,
Padre
• Por la gracia, la
Santísima Trinidad
habita en el alma
del justo.
27. Herejías antitrinitarias
• Frente a la fe verdadera de la Iglesia se
produjeron varias herejías que negaban que el
Hijo fuera Dios y afirmaban que era un modo
de manifestarse del Padre (monarquianismo) ;
o que era una simple criatura humana elevada
a la condición de Hijo de Dios (arrianismo).
También se negó que el Espíritu Santo fuera
una persona divina (macedonismo, derivado
de Macedonio (13), el autor de esta herejía).
28. Otros, por el contrario, afirmaron que había tres dioses
(triteísmo) u otros errores como el dualismo, el
monofisismo y el monotelismo .
Finalmente, en la época moderna, algunos protestantes,
aunque utilizan la terminología trinitaria, piensan que las
Personas divinas son meras personificaciones de los
atributos divinos como el poder, la sabiduría y la bondad. El
Padre es el poder, el Hijo la sabiduría y el Espíritu Santo la
bondad o amor.
29. Para m e ditar :
El Símbolo Atanasiano (Quicumque)
• El fin último de toda la economía divina es la entrada de las
criaturas en la unidad perfecta de la Bienaventurada
Trinidad. Pero desde ahora somos llamados a ser habitados
por la Santísima Trinidad (CIC 260).
• El Símbolo Atanasiano fue atribuido a Atanasio de
Alejandría (+373) pero muy probablemente es posterior al
siglo IV. Escrito en latín, es un resumen didáctico de la
doctrina cristiana, y se centra especialmente en el dogma
de la Santísima Trinidad. Puede rezarse y meditarse una vez
al mes, especialmente en el tercer domingo, como signo de
adoración y alabanza a la Trinidad Beatísima.
30. • Ant.: Gloria a Ti, Trinidad igual, única Deidad, antes de los siglos, y ahora, y
siempre (T. P. Aleluya).
• 1. Todo el que quiera salvarse, es preciso ante todo que profese la fe católica:
• 2. Pues quien no la observe íntegra y sin tacha, sin duda alguna perecerá
eternamente.
• 3. Y ésta es la fe católica: que veneremos a un solo Dios en la Trinidad Santísima y
a la Trinidad en la unidad.
• 4. Sin confundir las personas, ni separar la substancia.
• 5. Porque una es la persona del Padre, otra la del Hijo y otra la del Espíritu Santo.
• 6. Pero el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son una sola divinidad, les corresponde
igual gloria y majestad eterna.
• 7. Cual es el Padre, tal es el Hijo, tal el Espíritu Santo.
• 8. Increado el Padre, increado el Hijo, increado el Espíritu Santo.
• 9. Inmenso el Padre, inmenso el Hijo, inmenso el Espíritu Santo.
• 10. Eterno el Padre, eterno el Hijo, eterno el Espíritu Santo.
31. • 11. Y sin embargo no son tres eternos, sino un solo eterno.
• 12. De la misma manera, no tres increados, ni tres inmensos, sino un increado y
un inmenso.
• 13. Igualmente omnipotente el Padre, omnipotente el Hijo, omnipotente el
Espíritu Santo.
• 14. Y, sin embargo, no tres omnipotentes, sino un omnipotente.
• 15. Del mismo modo, el Padre es Dios, el Hijo es Dios, el Espíritu Santo es Dios.
• 16. Y, sin embargo, no son tres Dioses, sino un solo Dios.
• 17. Así el Padre es Señor, el Hijo es Señor, el Espíritu Santo es Señor.
• 18. Y, sin embargo, no son tres Señores, sino un solo Señor.
• 19. Porque así como la verdad cristiana nos obliga a creer que cada persona es
Dios y Señor, la religión católica nos prohibe que hablemos de tres Dioses o
Señores.
• 20. El Padre no ha sido hecho por nadie, ni creado, ni engendrado.
• 21. El Hijo procede solamente del Padre, no hecho, ni creado, sino engendrado.
32. • 22. El Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo, no hecho, ni creado, ni
engendrado, sino procedente.
• 23. Por tanto hay un solo Padre, no tres Padres; un Hijo, no tres Hijos; un Espíritu
Santo, no tres Espíritus Santos.
• 24. Y en esta Trinidad nada hay anterior o posterior, nada mayor o menor: pues
las tres personas son coeternas e iguales entre sí.
• 25. De tal manera que, como ya se ha dicho antes, hemos de venerar la unidad en
la Trinidad y la Trinidad en la unidad.
• 26. Por tanto, quien quiera salvarse es necesario que crea estas cosas sobre la
Trinidad.
• 27. Pero para alcanzar la salvación eterna es preciso también creer firmemente en
la Encarnación de Nuestro Señor Jesucristo.
• 28. La fe verdadera consiste en que creamos y confesemos que Nuestro Señor
Jesucristo, Hijo de Dios, es Dios y Hombre.
• 29. Es Dios, engendrado de la misma substancia que el Padre, antes del tiempo; y
hombre, engendrado de la substancia de su Madre Santísima en el tiempo.
33. • 30. Perfecto Dios y perfecto hombre: que subsiste con alma racional y carne
humana.
• 31. Es igual al Padre según la divinidad; menor que el Padre según la humanidad.
• 32. El cual, aunque es Dios y hombre, no son dos cristos, sino un solo Cristo.
• 33. Uno, no por conversión de la divinidad en cuerpo, sino por asunción de la
humanidad en Dios.
• 34. Uno absolutamente, no por confusión de substancia, sino en la unidad de la
persona.
• 35. Pues como el alma racional y el cuerpo forman un hombre; así, Cristo es uno,
siendo Dios y hombre.
• 36. Que padeció por nuestra salvación: descendió a los infiernos y al tercer día
resucitó de entre los muertos.
• 37. Subió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso:
desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
• 38. Y cuando venga, todos los hombres resucitarán con sus cuerpos, y cada uno
rendirá cuentas de sus propios hechos.
34. • 39. Y los que hicieron el bien gozarán de vida eterna, pero los que hicieron el mal
irán al fuego eterno.
• 40. Ésta es la fe católica, y quien no la crea fiel y firmemente no se podrá salvar.
• Gloria al Padre...
• Ant.: Gloria a Ti, Trinidad igual, única Deidad, antes de los siglos, y ahora, y
siempre (T. P. Aleluya).
• V. Señor, escucha mi oración. R. Y llegue a Ti mi clamor.
• Los sacerdotes añaden: V. El Señor esté con vosotros. R. Y con tu espíritu.
• Oremos: Oh Dios todopoderoso y eterno, que con la luz de la verdadera fe diste a
tus siervos conocer la gloria de la Trinidad eterna, y adorar la Unidad en el poder de
tu majestad: haz, te suplicamos, que, por la firmeza de esa misma fe, seamos
defendidos siempre de toda adversidad. Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que
contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, Dios, por todos los siglos de los
siglos. R. Amén.
•