En el siglo XVII en Lima, Perú, un mulato pintó una imagen de Cristo crucificado en la pared de una cofradía de negros angolanos. En 1655, un terremoto destruyó todas las paredes menos aquella con la imagen, la cual se mantuvo intacta. Años después, Antonio León sanó de un tumor luego de orar ante la imagen, lo que atrajo a más devotos. Las autoridades intentaron destruir la imagen milagrosa, pero los pintores no pudieron borrarla o dañarla debido a temblores y visiones.
1. Hecho por: Ana paula cruz dioses
Miss: Miriam Santisteban
2014
2. Cuenta la historia que a mediados del siglo XVII un humilde mulato pintó al Cristo crucificado en un paño de
muro, dentro del muladar de Pachamilla, una zona donde los negros angolanos se agruparon viviendo en una
pobreza absoluta.
El 13 de Noviembre de 1655, a las 2:45 de la tarde se produjo un terrible terremoto en Lima y El Callao,
derrumbando Iglesias, sepultando mansiones dejando miles de muertos y daminificados.
Todas las paredes de la cofradía se vinieron abajo, excepto el débil muro de adobe en el cual se encontraba
pintada la imagen de Jesús. La imagen quedó intacta, sin ningún resquebrajamiento.
La imagen atrajo gran cantidad de adoradores, que con sus cánticos y bailes semipaganos escandalizaban a las
autoridades políticas y religiosas, el Virrey ordenó la destrucción de la imagen. Al subir un pintor la escalera para
borrarla, empezó a sentir temblores y escalofríos, teniendo que ser atendido de inmediato para proseguir con su
labor. Luego intentó nuevamente subir pero fue tanta la impresión causada que bajó raudamente y se alejó
asustado del lugar sin culminar con la tarea encomendada.
Un segundo hombre, un soldado de Balcázar, de ánimo más templado, subió pero bajó rápidamente, explicando
luego que cuando estuvo frente a la imagen vió que se ponía más bella y que la corona se tornaba verde; por esa
razón no cumplió la orden dada. Ante la insistencia de las autoridades por desaparecer la imagen, la gente
manifestó su disgusto y comenzó a protestar con airadas voces y actitudes amenazantes que obligaron a retirarse
a la comitiva. La orden fué revocada y se acordó que en ese lugar se rindiera veneración a la poderosa imagen.
El 20 de Octubre de 1687 un maremoto arrasó con el Callao y parte de Lima y derribó la capilla que se habia
levantado en honor a la imagen de Cristo. Quedando solo en pie la pared de adobe con la imagen del Cristo
Crucificado. De esta forma fue admitido por la Iglesia y se consagró su culto.
3. En el siglo XVII, en Lima, la capital de Perú, llegaron migraciones muy variadas, muchas de ellas
pocedentes de las costas africanas, que veneraban a diferentes santos. A mediados del siglo, los
negros de Angola se establecieron en Pachacamilla (llamado así porque allí habían vivido los indios
del Pachacamac). Conformaron una cofradía y levantaron una edificación. Uno de los angoleños
pintó en la pared una preciosa imagen de Cristo.
El 13 de noviembre de 1655, a las 2:45 de la tarde, un fuerte terremoto sacudió a Lima y Callao,
causando muchos estragos: muchos edificios se vinieron abajo y hubo miles de muertos. Todas las
paredes de la cofradía se cayeron, pero en medio de la tragedia, aparece el gran milagro: El muro
de adobe con la imagen del Cristo permaneció en pie.
Quince años después, Antonio León, de la parroquia de San Sebastián, descubrió la imagen del
Señor en esa pared y comenzó a venerarla. Fue entonces que ocurrió otro milagro: Antonio
padecía de terribles dolores de cabeza, debido a un tumor que tenía, por lo que le pidió al Cristo,
con toda su fe en Él, que lo aliviara y el Cristo lo sanó. Aquel milagro, fortaleció más su fe y
decidió propagar por todas partes ese Don Divino. Muy pronto, cantidad de gente empezó a acudir
a ver al Cristo milagroso. La gran mayoría eran negros y pobres. Se reunían los viernes por la
noche a rezar y a cantarle al Señor.
Aquellas reuniones atraían a toda clase de personas, pero no todas llegaban con buenas
intenciones, así que las autoridades tuvieron que intervenir para prohibir dichas reuniones y
mandaron destruir la imagen de Cristo, en septiembre de 1671. Cuando el pintor trató de cubrir la
imagen de Cristo, empezó a temblar tan fuerte que no logró cubrirla, a pesar de que hizo varios
intentos. De inmediato, un soldado de Balcázar trató de dañar la imagen, pero tampoco lo logró.
Más tarde relató que en el momento de estar frente a la imagen, se percató de que ésta se
embellecía y que la corona adquiría un color verdoso.