Un huracán azotó fuertemente un pueblo en Medellín, Colombia, trayendo lluvia y viento intensos que causaron inundaciones al desbordarse los ríos. La gente se quedó atrapada en sus casas con agua por todas partes. El narrador construyó una balsa grande y fuerte con troncos de árboles caídos para salvar a toda la población del pueblo que estaba en peligro durante los días que duró la inundación. Los residentes del pueblo están agradecidos con él por su labor altruista y le
1. EL FRIO HURACAN KARL DE MEDELLIN<br />Era un día tan fresco como todos los de la semana y sucede que cuando estaba descansando en casa, en algún momento escuché ruidos que parecían distintos a los acostumbrados. Empezó a soplar aire y fue aumentando su fuerza cada segundo hasta que ya era intensamente fuerte. Había mucha tristeza y desesperación por todos los rincones del pueblo, por la lluvia y el viento no cesaban por lo que la gente imaginaba cosas horribles ya que por cualquier lugar les llegaba agua y ésta era tanta que solo se quedaban pasivos en un lugar seco dentro de sus casas. A pesar de la fuerza de este fenómeno natural me dispuse a hacer algo por mi pueblo.<br />Cuando me percaté que los árboles eran azotados por el viento y que se caían por la intensidad del aire, traté de soportarlos con las manos para que no se lastimaran sus ramas, pero cuando quise defender a los que estaban cayendo me vi rodeado de agua que arrastraba todo lo que encontraba a su paso, la misma llegó porque salía sin control alguno de los ríos y arroyos de la región, el nivel de ésta empezó a subir y a subir y se fue extendiendo hacia todos los lados que alcanzaba a mirar. En poco tiempo ya todo estaba lleno de agua, no había lugar seco para transitar. El lugar estaba viviendo una gran tragedia, todo era pánico y desgracia. Era tiempo de actuar y hacer algo para salvaguardar la integridad física de mi familia, mis, vecinos y amigos. Con los troncos de los árboles caídos; armé una balsa y me di a la tarea de salvar a toda persona que estaba en peligro, en mi balsa cabía mucha gente porque era tan grande y tan fuerte que los días que demoró la inundación pudimos estar a salvo toda la población de la localidad. Las personas del lugar están muy agradecidas conmigo y en respuesta a mi labor altruista me obsequiaron una pelota de futbol.<br />