2. *: …Antares!!! Minutos después… *: Mila? Mila!, despierta – era uno de los niños del orfanato Yo: ¿qué pasó? ¿Cómo llegué aquí? – tenia niños a mi alrededor *: ¿Al suelo? ¡Te desmayaste! Erie y Miho se acercaron rápidamente a mí Miho: Mila, ¿por qué hiciste eso? Yo: ¿Hacer qué? 14 agujeros en línea en la pared y uno no muy grande, y cerca a este, un niño en el rincón dándonos la espalda. Así que me acerqué a este…
3. Yo: ¿Qué te ocurre? *: ¡Aléjate de mí! – estaba llorando Erie lo toma y, oh sorpresa, su brazo estaba sangrándola herida era como un alinea horizontal. Esto me puso muy nerviosa y empecé a llorar. Yo: ¡no pude haber hecho todo esto! – y corrí hasta la habitación que comparto con las chicas. En el comedor, Miho y Erie se miraban… Erie: lleva al niño a la enfermería, creo saber que le ocurre – y suspiró – le diré lo de Milo Miho: Erie, no es el momento Erie: créeme, sé lo que hago
4. Cuando Erie llegó me encontró en mi cama llorando boca-abajo… Erie: Mila… Yo: aléjate de mí, Erie; tal vez te haga daño Erie: ¡no!... Mila… es que… sé que te ocurre – y se sentó a la orilla de mi cama – ¿recuerdas cuando la diosa Eris tomó posesión de mi cuerpo? Yo: si, pero mi hermano está vivo, está sirviéndole a Athena en… no-se-donde Erie: no, Mila… tu hermano… Yo: ¿Qué? ¿Qué pasa con mi hermano? Erie: b-bueno… es que… Sus ojos tristes y sus nervios me lo dijeron todo y me enojé con ella
5. Yo: ¿por qué me lo dices ahora? Erie: ¡no sabíamos cómo hacerlo! , pero mira lo que está ocurriendo ahora, Mila. Ese debe ser él, te está dando una señal Yo: oh, por Dios… ¡mi hermano!... Erie, déjame sola… déjame llorar a mi hermano … y así cayó la noche. La hora en que todos dormíamos, yo dormía de medio lado, un hombre, me llamaba… *: Milaaaa… Milaaaaaaaaa…. – Mas yo no abrí los ojos – oye… no te asustes… ¿no reconoces mi voz? – hacia mucho no la escuchaba, pero supe que se trataba de él cuando se puso detrás mío y me abrasó. Puso su rostro en el mío… mi hermano – la que fue tu armadura, hoy te pertenece… es a ti a quien ha elegido… a quien yo elijo también… mis poderes son tuyos ahora… cuentas con mi protección.
6. Su presencia me hizo llorar Yo: te quiero mucho Milo: y yo a ti… Quise verlo así que voltee hacia atrás y vi cómo se desvanecía con un rostro sereno y una sonrisa en sus labios. Erie se había despertado Erie: ve, Mila… búscala – me observó por unos segundos y volvió a cerrar sus ojos…
7. Al día siguiente yo… no era yo. Estaba vestida de jeans con camisa sin mangas y tenis. No hablaba con nadie y me dirigía a salir del orfanato… me encontré con Erie y Miho Miho: Mila, ¿a dónde vas? Pero no presté atención Erie: ¿Milo? Yo: ¿Qué quieres? Se quedaron paralizadas y salí del orfanato… al parecer caminé mucho. Cuando entré en si, frente a mi estaba la casa de Aries
8. Yo: ¿cómo es que llegué hasta acá? Y alguien me empujó por detrás: sube hasta la octava Cuando vi hacia atrás no había nadie. Eso me asustó, así que pasé cada casa corriendo. Cuando llegué a la quinta casa, no pude contener mis lágrimas y abrasar a su habitante Yo: Aioria… mi hermano… Aioria: perdóname, Mila… perdóname por no habértelo dicho yo mismo Yo: se supone que eres mi mejor amigo, ¿Por qué…? Aioria: no me hagas sentirme más culpable, ¿quieres?... no llores más, por favor – Así que me fui calmando - ¿qué haces aquí?
9. Yo: eso quiero saber yo también. Quiero saber qué es ese algo que mi hermano quiere que tenga. Me faltan tres casas para encontrarlo y llevármelo Aioria: no vas a encontrar nada ahí, Mila… ni siquiera la armadura No le hice caso Yo: tengo que ir, Aioria. – y seguí mi camino Aioria: ¡Mila, por favor, no vayas!... ¡no hay nada ahí! – yo ya iba lejos – sólo te encontrarás con Shaka… ¡RAYOS! Empezará la pesadilla
10. A la mitad dentro de la 6ta casa… Shaka: ¿tú qué haces acá? Me detuve y miré hacia mi derecha Yo: Ah… hola, idiota – y seguí caminando Él me perseguía Shaka: oye, ¿tú qué crees qué estás haciendo? Me detuvo agarrando mi brazo derecho. Miré su mano en mi brazo, lo miré a los ojos y luego lo empujé con mi mano abierta en su cara Yo: ¡aleja tu presencia de mí, estorbas! Shaka quedó sorprendido, congelado, ¡mudo! Por ello, pero aún así me siguió hasta la octava casa.
11. Shaka: ¿por qué no dices que estás buscando? Yo: ¿tú todavía detrás de mí? ¿Qué, no sabes lo que significa el rechazo? Shaka me quedó viendo muy serio Yo: … perdón… ¿pero qué haces aquí? No te pedí que me acompañaras Shaka: ¿para qué quiso Milo que vinieras acá? Yo: … Milo quiere que obtenga su armadura Shaka aguantaba las ganas de reírse hasta que no pudo contenerse más y se reía a carcajadas. Ahora era yo quien lo miraba seria Yo: … hice catorce agujeros en la pared del comedor del orfanato y al parecer eran quince… herí el brazo de uno de los niños Entonces dejó de reírse
12. Shaka: ¿Qué dices? Yo: no te repetiré más, Shaka. Yo sola buscaré eso que mi hermano quiere que tenga Shaka: ¡n-no! Espera, yo te ayudaré Yo: haz lo que quieras De tanto buscar en toda la casa de escorpio no hallamos nada, hasta llegar a su recámara. Debajo de la cama había un cofre grande, lo rodamos y al abrirlo… Shaka: definitivamente, Milo quería que obtuvieras la armadura de escorpio
13. … dentro había una armadura completa como para una mujer, una de entrenamiento. Shaka esperó afuera hasta que salí de la recámara con la armadura puesta… quedó sin palabras Shaka: es… se te ve… n-no… es para… te queda… ¡BIEN!, si, fue hecha para ti. No dejaba de verme, ¡que fastidio! Yo: ¿que tanto me ves? Shaka: e-e-e eeeeeeeees mejor que… no te presentes así donde Athena Yo: ¿Quién dijo que quiero verla? Shaka: ella es quien tiene la armadura
14. Yo: mmmm…. ¿y por qué no quieres que lleve esta armadura puesta donde ella? Shaka: no quiero que se burle de ti Yo: ¿Qué dijiste? Shaka: QUE NO QUIERO QUE… la uses aquí, úsala para otra ocasión … ¡hace cuanto no lo veía así! ¿Por qué ahora?... nah, no importaba Yo: bueno, iré donde la tal Athena Shaka: t-te acompaño Yo: no es necesario, ya sé donde es Así que, sin la armadura, seguí sola. Shaka me acompañó hasta la salida de la casa de escorpio y desde ahí me observaba…
15. Al llegar a la onceava casa… ¡rayos! Mejor hubiera pedido a Shaka que me acompañara. Ahí estaba Camus observándome llegar con una mirada fija. Camus: Mila, ¿qué haces aquí? Yo: ¿también tengo que decírtelo? Tengo que ir donde Athena Camus: te acompaño Yo: ¡NO!... déjame, yo puedo ir sola Camus: entonces dime a que has venido aquí, de lo contrario no te puedo dejar pasar Sabía como era todo eso de ser un caballero, así que me tocó contarle todo
16. Camus: entonces… supongo que te tengo que dejar pasar – ya no me generaba confianza como antes – Mila, ¿podrías dejar de verme como si fuera un asesino? Yo: un día lo creí así Camus: ¡cielos! Hasta Shaka se ha olvidado de eso Yo: pero yo no Camus: Mila… rayos, por… ¿Por qué?... ¿sabes qué? Adelante – y abrió paso Yo: pero no me… Camus: hace mucho me prometí no volver a hacerlo… así que vete tranquila Oops! ¡Qué fue lo que dije!... no importaba en ese momento. Quería llegar rápido donde Athena.
17. Al llegar allí… Athena: ¿dices que Milo quiere darte la armadura de escorpio? … me pareció que era una bruja Yo: ¿te lo dijo el viento? Athena me miraba muy seriamente: ¿Qué te hace pensar que tú, siendo una mujer, mereces la armadura de escorpio? Yo: la verdad… quisiera saber que vio mi hermano en mí para que lo pensara así. Tal vez teniéndola pueda descubrir que es aquello tan especial que tengo y pueda lucirla con honor, ya que un tiempo la llevaba mi hermano – no lograba quitarle esa cara de pocos amigos del rostro – ¿n-no lo cree?
18. Athena: …no lo creo ¡Rayos, Una mujer difícil de convencer!... ¿de qué me quejo?, la entiendo. Por mucho que pensaba, no se me ocurría nada para convencerla Athena: ¡no lo pienses tanto!, no me convencerás Yo: TAL VES pueda hacer algo… ¡lo que sea!... sólo dígame… por favor ¡Athena estaba pensando!... ¿que si la convencí? Creo que empeoré las cosas Athena: …todo caballero si quiere una armadura tiene que luchar primero por ella… necesitas de alguien que te entrene para ello
19. Un momento, ¿se refirió a peleas? ¡¿En qué lio me metí?! Yo: ¿de qué hablas? Athena: irás donde Eris, ella será quien te entrene… no quiero perder mi tiempo contigo Yo: p-pero… Athena: ¿QUIERES LA ARMADURA O NO? Yo: CLARO QUE SI Athena: entonces irás con ella Si desde un principio supiera que me enviaría donde Eris, no hubiera subido esas escaleras tan largas
20. … ya donde Eris Yo:… entonces fue por ello que la misma Athena me envió con usted Eris: seguro tiene sus razones… pero hizo mal en enviarte conmigo …eso no me gustó: ¿ocurre algo con ello? Eris: tu hermano vio en ti, lo que yo ahora estoy viendo… y al parecer esa Athena te subestimó por el solo hecho de que seas una chica. Le enseñaremos que estaba equivocada… y de paso, contigo le demostraré que soy superior a ella…