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Cap. 2
Al día siguiente no sabía qué reacción tomar. No quería verlo, me daba
mucha vergüenza porque no podría mirarlo a los ojos sin recordar lo que
había pasado ayer. Demonios, me siento muy estúpido…

-Hey Tyler! -dijo una voz varonil pero melodiosa-

-Ah, h-hola Brian –sonreí-.

Brian era taheño, de unos 5 centímetros más alto que yo, tenía ojos color
miel. Él a pesar de no estar en ningún deporte, era algo popular. ¿Por qué?
Bueno, porque era muy inteligente y algo atractivo.

-Estás algo pálido, ¿Te sucede algo? –me picó la mejilla-

-No es nada –suspiré-, hoy no debí venir a la escuela…

Él me sonrió y se fue a su asiento. Todo estaba bien, hasta que lo vi
asomarse a mi salón. La falsa brisa creada por los abanicos hacía que su
cabello revoloteara hacia diversas direcciones.

-Tyler, ven –me hizo señas con la mano indicando que me acercara-.

Yo no supe qué hacer y mientras me debatía entre ir o quedarme sentado
él vino hacia mí.

-Oye, lo que pasó ayer… bueno, es que… -se rascó la cabeza-

-Todo fue un malentendido, es eso lo que quieres decir, ¿Cierto? –lo miré
algo desilusionado-

-Para nada –sonrió-. Quería asegurarme de que por parte tuya haya sido
cierto lo que dijiste, porque de mi parte si lo fue, Tyler.

Yo lo miré sin saber de nuevo qué hacer. Si, estaba muy sorprendido,
incluso tampoco le creía esta vez. De nuevo me abordaba este
sentimiento de inutilidad.

-¿Te sientes bien? –me tomó del hombro-.

Yo aún sin saber nada y manteniéndome fuera de la realidad, asentí algo
confundido. Después noté que había varios espectadores viendo nuestra
escena, entre ellos Brian y Farrah.
Farrah… odiaba siquiera escuchar el nombre. Pertenecía a aquella
despreciable joven que continuamente hacía insinuaciones con Will. Me
molestaba mucho. Era una persona hermosa, pero solo en el exterior. Era
porrista, de las típicas rubias presuntuosas que se dejaban ser y hacer por
todos, era boba, poco inteligente, no tenía muchas habilidades, era
grosera, mal educada… De santa sólo tenía la cara.

-¿Lo podemos hablar en el receso? Me incomoda que estés aquí –lo miré
algo irritado-.

Él asintió y se fue de ahí, no sin antes ser saludado por la mencionada de
hace un rato.

Las clases pasaron una tras otra, cada una de ellas se me hizo eterna. Justo
como acordamos, lo hablaríamos en el receso. Él ya estaba puesto y
dispuesto fuera de mi salón, esperándome, algo ansioso por cierto.

Cuando nos dieron permiso, salimos; bueno, salieron. Yo esperé a que
todos estuvieran afuera, a que no quedara nadie en el salón, entonces me
paré en la entrada, a un lado suyo.

-Entonces, ¿Hablas en serio? –lo miré incrédulo-

-Yo sí, pero no pienso lo mismo de ti.

-Y-yo también hablo en serio William.

Trataba de verme normal, pero simplemente no podía. No podía
mantenerme tranquilo en una situación así. Él se me acercó de nuevo, y
con la misma postura de ayer, me volvió a besar. Lo seguí también, al
parecer, ninguno de los dos nos percatamos de que probablemente
alguien podría mirarnos. No nos importó.

-Tyler… -susurró suavemente a mi oído- Tyler quiero estar contigo
completamente a solas… no quiero que nadie nos arruine nuestro
momento.

“¿Nuestro momento?’’ ¿A qué se refería con eso? No quería detenerme…
pero tenía razón. Me alejé de él, yo pienso que estaba muy sonrojado en
ese instante, porque… él se rió.

-¡D-deja de reírte! –dije mirándolo avergonzado-
-Bah, no me dejas divertirme –me tomó del mentón y me besó una vez
más-.

Me zafé de él y me fui a mi lugar, me senté y me recosté en la paleta.
Estaba muy feliz, no creí que fuese a pasar algo como esto, pero tenía que
esconder esa sonrisa que quería aparecerse en mi rostro, si no se iba a reír
más. “Idiota, eso es lo que es, un completo idiota” me pensé.

-Oye, me tengo que ir, me llaman por allá –dijo mirando el pasillo-.

-Claro… Te veo en el entrenamiento –suspiré y sonreí de lado algo
hastiado-.

-Lo siento Tyler –hizo una mueca y se fue corriendo-.

¿Tenía qué irse? ¿Tan pronto? Genial… Sólo espero que no sea para ver a
la tipa esa… o peor, a ver con sus amigos la práctica de porristas. ¡Qué
molesto! Tengo que ir a ver que hace… Espera, ¿Tengo qué? Después de
todo, somos amigos… Bueno, no, somos novios. Espera, nos besamos, y nos
confesamos, pero no nos dijimos nada. Diablos, entonces ¿Qué se supone
que somos? De nuevo me revuelvo.

Después de unos minutos cuestionándome, me di cuenta de que se había
terminado el descanso porque todos empezaban a entrar a tomar su
lugar. Farrah no dejaba de mirarme, y cuchicheaba con Emily y Gabriela,
aunque de hecho eso era normal. Saqué el cuaderno de la siguiente clase
y estuve esperando hasta que entró un compañero y gritó “¡El maestro no
vino!”. Todos empezaron a gritar y a pararse, algunas juntaron sus
mesabancos para poder platicar y otros simplemente sacaron su celular
para escuchar música. Yo en casos así, dependiendo de qué tanto ruido
haya me duermo o me pongo a escribir, a menos que Brian se me acerque
para platicar, lo cual sucedió.

-Yo te vi –sonrió de lado-.

-¿C-cuándo? –pregunté sorprendido-.

¡NO! ¡No me digas que viste lo que hice hace rato!

-Antier, en el parque –dijo ampliando su sonrisa-.

-A-ah s-si… -dije algo aliviado-
-Estabas alimentando a las ardillas con Grace, bueno Grace estaba con
sus amigas platicando y a ti solo se te acercaban las ardillas para que les
dieras comida, fue muy divertido porque te rodeaban y tu reacción de…

No estaba escuchando nada de lo que dijo, me perdí en mis pensamientos
de nuevo. No hubiera regresado en sí de no ser porque me susurró
“William” al oído. Me sobresalté y lo miré fijo algo sonrojado.

-¿C-cómo dices? –repuse algo inquieto-

-Oh no, nada, que William está ahí afuera.

Miré rápidamente para comprobar que era mentira y cuando volteé noté
que Brian se estaba riendo.

-Tarado –susurré cruzando los brazos y desviando la mirada-.

-¿Porqué te molestas tanto? Sólo es un nombre… -hizo un mohín-

Si, es un nombre, pero pertenece a ese chico que tanto me gusta. Me
recosté en la paleta, poniendo la cabeza de lado, para verlo. Entonces
sentí como alguien acariciaba mi cabello, unas manos frías que conozco
muy bien. Me levanté para ver a mi hermana, quien me observaba algo
seria.

-¿Porqué siempre que vengo a tu salón te encuentro solo o con Brian? ¿Por
qué no eres capaz de socializar con la gente Tyler? –dijo suspirando
cansinamente-

-Porque no quiero hacerlo, así estoy bien –le dije muy calmado-.

-Como sea, necesito hablar contigo –dijo tomando mi mano y jalándome
hacia ella para que la acompañara-.

Me levanté y me solté para seguirla, me molesta que la gente me tome de
la mano como si fuese un niño pequeño; aunque, de hecho, mi hermana
nació primero que yo, y ella es mayor que yo. ¡Aún así me molesta mucho!

Nos fuimos a un salón no tan concurrido, creo que quiere hablar de algo
serio. Ni idea de qué.

-Tyler –dijo sentándose en la paleta de un pupitre-, quiero que me cuentes
algo.
-¿Qué quieres?

-¿Qué fue lo qué pasó ayer? –dijo poniéndose seria-

-¿Ayer? No pasó nada ayer…

No, no me digas que se refiere a lo de Will y yo, por favor…

-Cuando llegaste a casa después de la escuela con Will.

¡Mierda! Sí era eso… ¿Qué hago? Piensa, piensa rápido. Dale alguna
excusa.

-Me caí por su culpa ayer y los de su equipo se burlaron de mí.

¿Salvado?

-¿Y te tomó de la mano porqué…? –dijo arqueando una ceja-

-Me lastimé el brazo, supongo que quería revisarlo –dije mirando hacia otro
lado-.

¿Por qué tengo que pasar por estas cosas? ¿Por qué sólo yo?

-¿Seguro? –dijo aún poco convencida- Te voy a decir algo, te estoy
preguntando estas cosas porque últimamente te he visto muy sospechoso.
Entiendes a qué me refiero, ¿cierto?

-No, no lo entiendo.

-Por favor, Tyler. Lo miras de una forma tan… -suspiró- Es como si estuvieras
enamorado de él, a eso me refiero.

-¡Eso es muy estúpido! ¿C-cómo podría yo estar enamorado de un
hombre? Además sólo somos amigos…

Si, al final de cuentas sólo somos eso. Bueno, amigos.. amigos con
derechos. Si, tal vez y sea de esa forma.

-Tyler, si hay alguna razón por la que no confíes en mi…

-Tengo que irme… -dije intentando salir del salón-

-Tyler, por favor, soy tu hermana… Tienes que confiar un poco en mi –
agachó la cabeza-
-16 años juntos Grace, ¿Cómo es posible que no sepas que ese tipo de
“tácticas” no funcionan conmigo? –le dije cínico-.

-¡Eres muy malo! –dijo con los ojos algo enrojecidos-.

Enserio, Grace, mi hermana, la que conozco de toda la vida, Grace
Rodríguez… ¿Llorando? Sí, claro.

-Lo dije antes, no funciona conmigo.

Se limpió las pocas lágrimas que estaban atrapadas en sus ojos y me miró
aún llorosa.

-Ty, si te lo digo es p-porque… -se tomó una pausa y sollozó, luego, con su
voz fría y cortante, sentenció- Porque él me gusta.

No supe qué decirle, no tenía idea ni de qué tipo de reacción tomar. Me
quedé ahí, paralizado de la sorpresa. Al final sólo pude decir “Bien por ti” e
irme. Soy un imbécil.

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  • 1. Cap. 2 Al día siguiente no sabía qué reacción tomar. No quería verlo, me daba mucha vergüenza porque no podría mirarlo a los ojos sin recordar lo que había pasado ayer. Demonios, me siento muy estúpido… -Hey Tyler! -dijo una voz varonil pero melodiosa- -Ah, h-hola Brian –sonreí-. Brian era taheño, de unos 5 centímetros más alto que yo, tenía ojos color miel. Él a pesar de no estar en ningún deporte, era algo popular. ¿Por qué? Bueno, porque era muy inteligente y algo atractivo. -Estás algo pálido, ¿Te sucede algo? –me picó la mejilla- -No es nada –suspiré-, hoy no debí venir a la escuela… Él me sonrió y se fue a su asiento. Todo estaba bien, hasta que lo vi asomarse a mi salón. La falsa brisa creada por los abanicos hacía que su cabello revoloteara hacia diversas direcciones. -Tyler, ven –me hizo señas con la mano indicando que me acercara-. Yo no supe qué hacer y mientras me debatía entre ir o quedarme sentado él vino hacia mí. -Oye, lo que pasó ayer… bueno, es que… -se rascó la cabeza- -Todo fue un malentendido, es eso lo que quieres decir, ¿Cierto? –lo miré algo desilusionado- -Para nada –sonrió-. Quería asegurarme de que por parte tuya haya sido cierto lo que dijiste, porque de mi parte si lo fue, Tyler. Yo lo miré sin saber de nuevo qué hacer. Si, estaba muy sorprendido, incluso tampoco le creía esta vez. De nuevo me abordaba este sentimiento de inutilidad. -¿Te sientes bien? –me tomó del hombro-. Yo aún sin saber nada y manteniéndome fuera de la realidad, asentí algo confundido. Después noté que había varios espectadores viendo nuestra escena, entre ellos Brian y Farrah.
  • 2. Farrah… odiaba siquiera escuchar el nombre. Pertenecía a aquella despreciable joven que continuamente hacía insinuaciones con Will. Me molestaba mucho. Era una persona hermosa, pero solo en el exterior. Era porrista, de las típicas rubias presuntuosas que se dejaban ser y hacer por todos, era boba, poco inteligente, no tenía muchas habilidades, era grosera, mal educada… De santa sólo tenía la cara. -¿Lo podemos hablar en el receso? Me incomoda que estés aquí –lo miré algo irritado-. Él asintió y se fue de ahí, no sin antes ser saludado por la mencionada de hace un rato. Las clases pasaron una tras otra, cada una de ellas se me hizo eterna. Justo como acordamos, lo hablaríamos en el receso. Él ya estaba puesto y dispuesto fuera de mi salón, esperándome, algo ansioso por cierto. Cuando nos dieron permiso, salimos; bueno, salieron. Yo esperé a que todos estuvieran afuera, a que no quedara nadie en el salón, entonces me paré en la entrada, a un lado suyo. -Entonces, ¿Hablas en serio? –lo miré incrédulo- -Yo sí, pero no pienso lo mismo de ti. -Y-yo también hablo en serio William. Trataba de verme normal, pero simplemente no podía. No podía mantenerme tranquilo en una situación así. Él se me acercó de nuevo, y con la misma postura de ayer, me volvió a besar. Lo seguí también, al parecer, ninguno de los dos nos percatamos de que probablemente alguien podría mirarnos. No nos importó. -Tyler… -susurró suavemente a mi oído- Tyler quiero estar contigo completamente a solas… no quiero que nadie nos arruine nuestro momento. “¿Nuestro momento?’’ ¿A qué se refería con eso? No quería detenerme… pero tenía razón. Me alejé de él, yo pienso que estaba muy sonrojado en ese instante, porque… él se rió. -¡D-deja de reírte! –dije mirándolo avergonzado-
  • 3. -Bah, no me dejas divertirme –me tomó del mentón y me besó una vez más-. Me zafé de él y me fui a mi lugar, me senté y me recosté en la paleta. Estaba muy feliz, no creí que fuese a pasar algo como esto, pero tenía que esconder esa sonrisa que quería aparecerse en mi rostro, si no se iba a reír más. “Idiota, eso es lo que es, un completo idiota” me pensé. -Oye, me tengo que ir, me llaman por allá –dijo mirando el pasillo-. -Claro… Te veo en el entrenamiento –suspiré y sonreí de lado algo hastiado-. -Lo siento Tyler –hizo una mueca y se fue corriendo-. ¿Tenía qué irse? ¿Tan pronto? Genial… Sólo espero que no sea para ver a la tipa esa… o peor, a ver con sus amigos la práctica de porristas. ¡Qué molesto! Tengo que ir a ver que hace… Espera, ¿Tengo qué? Después de todo, somos amigos… Bueno, no, somos novios. Espera, nos besamos, y nos confesamos, pero no nos dijimos nada. Diablos, entonces ¿Qué se supone que somos? De nuevo me revuelvo. Después de unos minutos cuestionándome, me di cuenta de que se había terminado el descanso porque todos empezaban a entrar a tomar su lugar. Farrah no dejaba de mirarme, y cuchicheaba con Emily y Gabriela, aunque de hecho eso era normal. Saqué el cuaderno de la siguiente clase y estuve esperando hasta que entró un compañero y gritó “¡El maestro no vino!”. Todos empezaron a gritar y a pararse, algunas juntaron sus mesabancos para poder platicar y otros simplemente sacaron su celular para escuchar música. Yo en casos así, dependiendo de qué tanto ruido haya me duermo o me pongo a escribir, a menos que Brian se me acerque para platicar, lo cual sucedió. -Yo te vi –sonrió de lado-. -¿C-cuándo? –pregunté sorprendido-. ¡NO! ¡No me digas que viste lo que hice hace rato! -Antier, en el parque –dijo ampliando su sonrisa-. -A-ah s-si… -dije algo aliviado-
  • 4. -Estabas alimentando a las ardillas con Grace, bueno Grace estaba con sus amigas platicando y a ti solo se te acercaban las ardillas para que les dieras comida, fue muy divertido porque te rodeaban y tu reacción de… No estaba escuchando nada de lo que dijo, me perdí en mis pensamientos de nuevo. No hubiera regresado en sí de no ser porque me susurró “William” al oído. Me sobresalté y lo miré fijo algo sonrojado. -¿C-cómo dices? –repuse algo inquieto- -Oh no, nada, que William está ahí afuera. Miré rápidamente para comprobar que era mentira y cuando volteé noté que Brian se estaba riendo. -Tarado –susurré cruzando los brazos y desviando la mirada-. -¿Porqué te molestas tanto? Sólo es un nombre… -hizo un mohín- Si, es un nombre, pero pertenece a ese chico que tanto me gusta. Me recosté en la paleta, poniendo la cabeza de lado, para verlo. Entonces sentí como alguien acariciaba mi cabello, unas manos frías que conozco muy bien. Me levanté para ver a mi hermana, quien me observaba algo seria. -¿Porqué siempre que vengo a tu salón te encuentro solo o con Brian? ¿Por qué no eres capaz de socializar con la gente Tyler? –dijo suspirando cansinamente- -Porque no quiero hacerlo, así estoy bien –le dije muy calmado-. -Como sea, necesito hablar contigo –dijo tomando mi mano y jalándome hacia ella para que la acompañara-. Me levanté y me solté para seguirla, me molesta que la gente me tome de la mano como si fuese un niño pequeño; aunque, de hecho, mi hermana nació primero que yo, y ella es mayor que yo. ¡Aún así me molesta mucho! Nos fuimos a un salón no tan concurrido, creo que quiere hablar de algo serio. Ni idea de qué. -Tyler –dijo sentándose en la paleta de un pupitre-, quiero que me cuentes algo.
  • 5. -¿Qué quieres? -¿Qué fue lo qué pasó ayer? –dijo poniéndose seria- -¿Ayer? No pasó nada ayer… No, no me digas que se refiere a lo de Will y yo, por favor… -Cuando llegaste a casa después de la escuela con Will. ¡Mierda! Sí era eso… ¿Qué hago? Piensa, piensa rápido. Dale alguna excusa. -Me caí por su culpa ayer y los de su equipo se burlaron de mí. ¿Salvado? -¿Y te tomó de la mano porqué…? –dijo arqueando una ceja- -Me lastimé el brazo, supongo que quería revisarlo –dije mirando hacia otro lado-. ¿Por qué tengo que pasar por estas cosas? ¿Por qué sólo yo? -¿Seguro? –dijo aún poco convencida- Te voy a decir algo, te estoy preguntando estas cosas porque últimamente te he visto muy sospechoso. Entiendes a qué me refiero, ¿cierto? -No, no lo entiendo. -Por favor, Tyler. Lo miras de una forma tan… -suspiró- Es como si estuvieras enamorado de él, a eso me refiero. -¡Eso es muy estúpido! ¿C-cómo podría yo estar enamorado de un hombre? Además sólo somos amigos… Si, al final de cuentas sólo somos eso. Bueno, amigos.. amigos con derechos. Si, tal vez y sea de esa forma. -Tyler, si hay alguna razón por la que no confíes en mi… -Tengo que irme… -dije intentando salir del salón- -Tyler, por favor, soy tu hermana… Tienes que confiar un poco en mi – agachó la cabeza-
  • 6. -16 años juntos Grace, ¿Cómo es posible que no sepas que ese tipo de “tácticas” no funcionan conmigo? –le dije cínico-. -¡Eres muy malo! –dijo con los ojos algo enrojecidos-. Enserio, Grace, mi hermana, la que conozco de toda la vida, Grace Rodríguez… ¿Llorando? Sí, claro. -Lo dije antes, no funciona conmigo. Se limpió las pocas lágrimas que estaban atrapadas en sus ojos y me miró aún llorosa. -Ty, si te lo digo es p-porque… -se tomó una pausa y sollozó, luego, con su voz fría y cortante, sentenció- Porque él me gusta. No supe qué decirle, no tenía idea ni de qué tipo de reacción tomar. Me quedé ahí, paralizado de la sorpresa. Al final sólo pude decir “Bien por ti” e irme. Soy un imbécil.