1. LOS OBREROS DE LA
ÚLTIMA HORA
Evangelio según el Espiritismo capítulo XX
Ricardo Cardona
2. El reino de los cielos es
semejante a un padre
de familia que salió muy
de mañana a ajustar
obreros para trabajar en
su viña; habiendo
concertado con los
trabajadores que ellos
tendrían una moneda
por su jornada, los
envió a la viña.
Ricardo Cardona
3. Saliendo cerca de la hora
tercera del día, vio a otros que
estaban en la plaza ociosos, y
les dijo: Id también vosotros
para mi viña y os daré lo que
fuere razonable; y ellos para
allá se fueron. Salió, aún, en la
sexta y en la novena hora del
día, e hizo lo mismo. Y
saliendo en la décima primera
hora halló otros que estaban
sin hacer nada y les dijo: ¿Por
qué estáis aquí todo el día sin
trabajar? Es – dijeron – porque
ninguno nos ajustó. Y les dijo:
Id también vosotros a mi viña.
Ricardo Cardona
4. Cuando llegó la tarde, el señor
de la viña dijo a su mayordomo:
Llama a los obreros y págales
comenzando desde los últimos
hasta los primeros. Aquellos,
pues, que habían venido sólo
cuando estaba cerca la décima
primera hora, recibieron cada
uno una moneda. Los que fueron
ajustados primero, llegando su
vez, creyeron que se les daría
más, pero no recibieron sino una
moneda cada uno; y recibiéndola
murmuraban contra el padre de
familia diciendo: Éstos últimos
sólo trabajaron una hora y los
has hecho iguales a nosotros,
que cargamos el peso del día y
del calor.
Ricardo Cardona
5. Mas, en respuesta, dijo a uno
de ellos: Amigo, no te hice
injusticia; ¿no concertaste
conmigo una moneda por tu
jornada?
Toma lo que te pertenece y
vete; pues quiero dar a este
último tanto como a ti. ¿Acaso
no me es lícito hacer lo que
quiero con lo mío?
Así, los últimos serán los
primeros y los primeros serán
los últimos, porque muchos
son llamados, más pocos
escogidos. (San Mateo, cap. XX, v.
de 1 a 16.
Ricardo Cardona
6. LOS ÚLTIMOS SERÁN LOS
PRIMEROS
El obrero de la última
hora tiene derecho al
salario, pero es menester
que su voluntad haya
estado a disposición del
señor que debía
emplearlo, y que este
retraso no sea fruto de su
pereza o de su mala
voluntad.
Ricardo Cardona
7. Pero si hubiese rehusado el trabajo todas las horas
del día, si hubiese dicho: Tengamos paciencia, el
reposo me es agradable; cuando suene la última hora,
será tiempo de pensar en el salario de la jornada:
¿por qué tengo necesidad de molestarme por un
patrón que no conozco, a quien no quiero? Cuanto
más tarde, será mejor.
Éste, amigos míos, no hubiera encontrado el salario
del obrero, sino el de la pereza.
Ricardo Cardona
8. ¡Qué será, pues, de aquel que, en lugar de
permanecer simplemente en la inacción, haya
empleado las horas destinadas al trabajo del
día en cometer actos culpables; que haya
blasfemado de Dios, vertido sangre de sus
hermanos, puesto la turbación en las familias,
arruinado a los hombres de buena fe,
abusado de la inocencia, que se haya, en fin,
arrastrado en todas las ignominias de la
Humanidad!; ¿Qué será, pues, de aquél? ¿Le
bastará decir en la última hora: Señor, yo he
empleado mal el tiempo; tómame hasta
concluir el día, aunque haga poco, muy poco
de mi tarea, y dame el salario del trabajador
de buena voluntad?
Ricardo Cardona
9. No, no; le dirá el Señor: no tengo trabajo
para ti por ahora, tú has malgastado el
tiempo; has olvidado lo que has aprendido;
ya no sabes trabajar en mi viña. Empieza
otra vez a aprender, y cuando estés mejor
dispuesto, vendrás a mí y te abriré mi vasto
campo y podrás trabajar en él todas las
horas del día.
Ricardo Cardona
10. Todos vosotros habéis venido
cuando se os ha llamado, un poco
más temprano o un poco más
tarde para la encarnación cuya
cadena lleváis; ¡pero cuántos
siglos hace desde que el Señor os
llamó a su viña sin que hayáis
querido entrar en ella! He aquí el
momento de recibir el salario;
emplead bien esta hora que os
resta, y no olvidéis jamás que
vuestra existencia, tan larga como
os parece, sólo es un momento
fugitivo en la inmensidad de los
tiempos que forman para vosotros
la eternidad.
Ricardo Cardona
11. A Jesús le gustaba la
sencillez de los símbolos y
en su varonil lenguaje, los
obreros llegados a la
primera hora son los
profetas, Moisés, y todos los
iniciadores que marcaron las
etapas del progreso
continuadas a través de los
siglos por los apóstoles, los
mártires, los Padres de la
Iglesia, los sabios, los
filósofos, en fin, los espíritas
Ricardo Cardona
12. La reencarnación, este
hermoso dogma, eterniza
y precisa la filiación
espiritual. El Espíritu
llamado a prestar cuenta
de su mandato terrestre,
comprende la continuidad
de la tarea interrumpida,
pero siempre retomada.
Ve y siente que atrapó en
el vuelo el pensamiento
de sus antepasados;
vuelve a entrar en la lid,
maduro por la experiencia,
para avanzar aún más.
Ricardo Cardona
13. MISIÓN DE LOS ESPÍRITAS
Id y predicad la palabra divina. Ha llegado
la hora en que debéis sacrificar, para su
propagación, vuestras costumbres, vuestros
trabajos y vuestras ocupaciones fútiles. Id y
predicad. Los Espíritus de lo alto, están con
vosotros.
Ricardo Cardona
14. “Ciertamente hablaréis a personas que no
querrán escuchar la voz de Dios, porque esta
voz les recuerda sin cesar la abnegación;
predicaréis el desinterés a los avaros, la
abstinencia a los viciosos y la mansedumbre a
los tiranos domésticos y a los déspotas:
palabras perdidas, ya lo sé; pero, ¡qué importa!
Es preciso regar con vuestros sudores el
terreno que debéis sembrar, porque no
fructificará y no producirá sino con los
esfuerzos reiterados de la azada y del arado
evangélico. ¡Id y predicad!”
Ricardo Cardona
15. La fe es la virtud que levanta las montañas, os dijo
Jesús, pero más pesadas que las más pesadas
montañas, yacen en el corazón de los hombres la
impureza y todos los vicios de ella. Partid, pues,
con valor para levantar esa montaña de
iniquidades que las generaciones futuras no
deben conocer sino como una leyenda
Ricardo Cardona
16. Id, pues, y llevad la palabra divina: a los
grandes que la desdeñarán, a los sabios que
pedirán pruebas, a los pequeños y sencillos
que la aceptarán, porque sobre todo entre
estos mártires del trabajo, en esta expiación
terrestre, encontraréis el fervor y la fe.
Ricardo Cardona
17. “Pregunta: Si muchos de los llamados al
Espiritismo se extraviaron, ¿cuál es la señal para
reconocer a los que están en el buen camino?
Respuesta: Los reconoceréis en los principios de
verdadera caridad que profesarán y practicarán; los
reconoceréis por el número de afligidos que habrán
consolado; los reconoceréis por su amor al prójimo,
por su abnegación, por su desinterés personal; los
reconoceréis, en fin, en el triunfo de sus principios,
porque Dios quiere el triunfo de su ley; los que
siguen sus leyes son sus elegidos y él les dará la
victoria, pero abatirá a los que falsean el espíritu de
esa ley y hacen de ella un medio para satisfacer su
vanidad y su ambición”
Ricardo Cardona
18. LOS OBREROS DEL SEÑOR
Tocáis el tiempo del
cumplimiento de las cosas
anunciadas para la
transformación de la
Humanidad. ¡Felices serán
los que hayan trabajado en
el campo del Señor con
desinterés y sin otro móvil
que la caridad! Sus jornales
de trabajo serán pagados al
céntuplo de lo que hayan
esperado.
Ricardo Cardona
19. Felices los que hayan dicho a sus hermanos:
“Hermanos, trabajemos juntos y unamos nuestros
esfuerzos, a fin de que el Señor cuando llegue,
encuentre la obra terminada”. Porque el Señor les
dirá: “¡Venid a mí, vosotros que sois buenos
servidores, que callasteis vuestros celos y vuestras
discordias para no perjudicar la obra! ¡Pero, ay de
aquellos que, por sus disensiones, hayan retardado
la hora de la cosecha, porque la tempestad vendrá y
serán arrebatados por el torbellino!
Ricardo Cardona
20. “Dios hace en este momento un nuevo
censo de sus servidores fieles, y ha
señalado con su dedo a los que no tienen
sino la apariencia de la devoción, a fin de
que no usurpen más el salario de los
servidores valerosos, porque a los que no
retrocedan ante su tarea, les va a confiar
los puestos más difíciles en la gran obra
de la regeneración por el Espiritismo, y
estas palabras se cumplirán: “Los
primeros serán los últimos, y los últimos
serán los primeros en el reino de los
cielos”