1. ANTOLOGÍA DEL MODERNISMO
Rubén Darío
SONATINA CAUPOLICÁN
La princesa está triste...¿Qué tendrá la princesa? ¡Pobrecita princesa de los ojos azules!
Es algo formidable que vio la vieja raza;
Los suspiros se escapan de su boca de fresa, Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
robusto tronco de árbol al hombro de un campeón
que ha perdido la risa, que ha perdido el color. en la jaula de mármol del palacio real;
salvaje y aguerrido, cuya fornida maza
La princesa está pálida en su silla de oro, el palacio soberbio que vigilan los guardas,
blandiera el brazo de Hércules o el brazo de Sansón.
está mudo el teclado de su clave sonoro, que custodian cien negros con sus cien alabardas,
Por casco sus cabellos, su pecho por coraza,
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor. un lebrel que no duerme y un dragón colosal.
pudiera tal guerrero, de Arauco en la región,
El jardín puebla el triunfo de los pavos reales. ¡Oh, quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!
lancero de los bosques, Nemrod que todo caza,
Parlanchina, la dueña dice cosas banales, (La princesa está triste, la princesa está pálida)
desjarretar un toro o estrangular un león.
y vestido de rojo piruetea el bufón. ¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
Anduvo, anduvo, anduvo. Le vio la luz del día,
La princesa no ríe, la princesa no siente; ¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe,
le vio la tarde pálida, le vio la noche fría,
la princesa persigue por el cielo de Oriente -la princesa está pálida, la princesa está triste-,
y siempre el tronco de árbol a cuestas del titán.
la libélula vaga de una vaga ilusión. [...] más brillante que el alba, más hermoso que abril!
"¡El Toqui, el Toqui!", clama la conmovida casta.
¡Ay!, la pobre princesa de la boca de rosa -«Calla, calla, princesa -dice el hada madrina-;
Anduvo, anduvo, anduvo. La aurora dijo "Basta",
quiere ser golondrina, quiere ser mariposa, en caballo, con alas, hacia acá se encamina,
e irguióse la alta frente del gran Caupolicán.
tener alas ligeras, bajo el cielo volar; en el cinto la espada y en la mano el azor,
ir al sol por la escala luminosa de un rayo, el feliz caballero que te adora sin verte,
saludar a los lirios con los versos de mayo y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
o perderse en el viento sobre el trueno del mar […] a encenderte los labios con un beso de amor».

2. MELANCOLÍA
El cisne en la sombra parece de nieve; Yo persigo una forma que no encuentra mi estilo Hermano, tú que tienes la luz, dime la mía.
su pico es de ámbar, del alba al trasluz; botón de pensamiento que busca ser rosa; Soy como un ciego. Voy sin rumbo y ando a tientas.
el suave crepúsculo que pasa tan breve se anuncia con un beso que en mis labios se posa Voy bajo tempestades y tormentas
las cándidas alas sonrosa de luz. al abrazo imposible de la Venus de Milo. ciego de ensueño y loco de armonía.
Y luego, en las ondas del lago azulado, Adornan verdes palomas el blanco peristilo; Ese es mi mal. Soñar. La poesía
después que la aurora perdió su arrebol, los astros me han predicho la visión de la Diosa; es la camisa férrea de mil puntas cruentas
las alas tendidas y el cuello enarcado, y en mi alma reposa la luz como reposa que llevo sobre el alma. Las espinas sangrientas
el cisne es de plata, bañado de sol. el ave de la luna sobre un lago tranquilo. dejan caer las gotas de mi melancolía.
Tal es, cuando esponja las plumas de seda, Y no hallo sino la palabra que huye, Y así voy, ciego y loco, por este mundo amargo;
olímpico pájaro herido de amor, la iniciación melódica que de la flauta fluye a veces me parece que el camino es muy largo,
y viola en las linfas sonoras a Leda, y la barca del sueño que en el espacio boga; y a veces que es muy corto...
buscando su pico los labios en flor. y bajo la ventana de mi Bella-Durmiente, Y en este titubeo de aliento y agonía,
Suspira la bella desnuda y vencida, el sollozo continuo del chorro de la fuente cargo lleno de penas lo que apenas soporto.
y en tanto que al aire sus quejas se van, y el cuello del gran cisne blanco que me interroga. ¿No oyes caer las gotas de mi melancolía?
del fondo verdoso de fronda tupida
chispean turbados los ojos de Pan.
LO FATAL Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
Dichoso el árbol que es apenas sensitivo, y sufrir por la vida y por la sombra y por
y más la piedra dura, porque ésta ya no siente, lo que no conocemos y apenas sospechamos,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo, y la carne que tienta con sus frescos racimos
ni mayor pesadumbre que la vida consciente. y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,
Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto, ¡y no saber adónde vamos
y el temor de haber sido, y un futuro terror... ni de dónde venimos...!

3. ANTOLOGÍA DEL MODERNISMO
Manuel Machado
ADELFOS
Yo soy como esas gentes que a mi tierra vinieron ¡Ambición!,no la tengo. ¡Amor!, no lo he sentido. Era un suspiro lánguido y sonoro
-soy de la raza mora, vieja amiga del sol- No ardí nunca en un fuego de fe ni gratitud. la voz del mar aquella tarde... El día,
que todo lo ganaron y todo lo perdieron. Un vago afán de arte tuve... Ya lo he perdido. no queriendo morir, con garras de oro
Tengo el alma de nardo del árabe español. Ni el vicio me seduce ni adoro la virtud. de los acantilados se prendía.
Mi voluntad se ha muerto una noche de luna De mi alta aristocracia dudar jamás se pudo. Pero su seno el mar alzó potente,
en que era muy hermoso no pensar ni querer... No se ganan, se heredan, elegancia y blasón... y el sol, al fin, como en soberbio lecho,
Mi ideal es tenderme, sin ilusión ninguna... Pero el lema de casa, el mote del escudo, hundió en las olas la dorada frente,
De cuando en cuando un beso y un nombre de mujer. es una nube vaga que eclipsa un vano sol. en una brasa cárdena deshecho.
En mi alma, hermana de la tarde, no hay contornos...; Nada os pido. Ni os amo ni os odio. Con dejarme Para mi pobre cuerpo dolorido,
y la rosa simbólica de mi única pasión lo que hago por vosotros hacer podéis por mí... para mi triste alma lacerada,
es una flor que nace en tierras ignoradas ¡Que la vida se tome la pena de matarme, para mi yerto corazón herido,
y que no tiene aroma, ni forma, ni color. ya que yo no me tomo la pena de vivir! ... para mi amarga vida fatigada...
Besos ¡pero no darlos! Gloria.... ¡la que me deben! Mi voluntad se ha muerto una noche de luna ¡el mar amado, el mar apetecido,
¡Que todo como un aura se venga para mí! en que era muy hermoso no pensar ni querer... el mar, el mar, y no pensar en nada!
Que las olas me traigan y las olas me lleven De cuando en cuando un beso, sin ilusión ninguna.
y que jamás me obliguen el camino a elegir. ¡El beso generoso que no he de devolver!

4. A UN POETA QUE EMPIEZA LA CANCIÓN DEL PRESENTE Yo, poeta decadente,
Ni senda más estrecha ni camino No sé odiar, ni amar tampoco. español del siglo veinte,
más áspero, ni esfuerzo rudi Y en mi vida inconsecuente, que los toros he elogiado,
tanto como el que emprendes, siervo del encanto amo, a veces, como un loco y cantado
falaz que oculta el trágico destino. u odio de un modo insolente. las golfas y el aguardiente...,
No huyas, empero, del dolor divino. Pero siempre dura poco y la noche de Madrid,
Nada vale la vida en que no hay llanto. lo que quiero y lo que no... y los rincones impuros,
Es el vía.crucis de dolor lo santo ¡Qué sé yo! y los vicios más oscuros
en el peregrinar del peregrino. Ni me importa... de estos bisnietos del Cid:
Cree con amor, con fe invencible ama. Alegre es la vida y corta, de tanta canallería
Pon toda en la Belleza tu alma absorta. pasajera. harto estar un poco debo;
Vive y miere por ella, que es tu dama. Y es absurdo, ya estoy malo, y ya no bebo
Llegar, ¡quién piensa! Caminar importa, y es antipático y zurdo lo que han dicho que bebía.
sin que se extinga la divina llama complicarla Porque ya
del arte largo en nuestra vida corta. con un ansia de verdad una cosa es la poesía
duradera y otra cosa lo que está
y expectante. grabado en el alma mía...
¿Luego?... ¡Ya! Grabado, lugar común.
La verdad será cualquiera. Alma, palabra gastada.
Lo precioso es el instante Mía... No sabemos nada.
que se va. Todo es conforme y según.

6. ANTOLOGÍA DEL MODERNISMO
Juan Ramón Jiménez
DE ARIAS TRISTES (1902-1903) De POEMAS AGRESTES (1910-1911)
NOCTURNO MADRIGAL DE AUSENCIA EL VIAJE DEFINITIVO
Yo no volveré. Y la noche Flor blanca, tibia al sol, … Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros
tibia, serena y callada, Música de mi alma, cantando;
dormirá el mundo, a los rayos ¿adónde miran los dos ojos negros y se quedará mi huerto, con su verde árbol,
de su luna solitaria. de aquella cara iluminada y pálida? y con su pozo blanco.
Mi cuerpo no estará allí, Tus raíces están Todas las tardes, el cielo será azul y plácido;
y por la abierta ventana En mi vida clavadas; y tocarán, como esta tarde están tocando,
entrará una brisa fresca ¡cada vez que te alejas, siento, rosa, las campanas del campanario.
preguntando por mi alma. que se me parten las entrañas! Se morirán aquellos que me amaron;
No sé si habrá quien me aguarde No me dejes dormido, y el pueblo se hará nuevo cada año;
de mi doble ausencia larga, tan sólo con mi sueño; ablanda y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado,
o quien bese mi recuerdo mi corazón, del que me tira el tuyo, mi espíritu errará, nostáljico…
entre caricias y lágrimas. amor, trayéndoselo. ¡Blanca y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol
Pero habrá estrellas y flores sea, cual tú, la pesadilla de mi vida, verde, sin pozo blanco,
y suspiros y esperanzas, luminosa, serena y aromada! sin cielo azul y plácido…
y amor en las avenidas, Y se quedarán los pájaros cantando
a la sombra de las ramas.
Y sonará ese piano
como en esta noche plácida,
y no tendrá quien lo escuche,
pensativo, en mi ventana.

7. De DIARIO DE UN POETA RECIÉN CASADO De ETERNIDADES (1916-1917)
(1916)
Vino, primero pura,
¡Intelijencia, dame vestida de inocencia;
SOLEDAD
el nombre exacto de las cosas! y la amé como un niño.
En ti estás todo, mar, y sin embargo,
… Que mi palabra sea Luego se fue vistiendo
¡qué sin ti estás, qué solo,
la cosa misma de no sé qué ropajes;
qué lejos, siempre, de ti mismo!
creada por mi alma nuevamente. y la fui odiando, sin saberlo.
Abierto en mil heridas, cada instante,
Que por mí vayan todos Llegó a ser una reina,
cual mi frente,
los que no las conocen, a las cosas; fastuosa de tesoros…
tus olas van, como mis pensamientos,
que por mí vayan todos ¡Qué iracundia de yel y sinsentido!
y vienen, van y vienen,
los que ya las olvidan, a las cosas; …Mas se fue desnudando.
besándose, apartándose,
que por mí vayan todos Y yo le sonreía.
en un eterno conocerse,
los mismos que las aman, a las cosas… Se quedó con la túnica
mar, y desconocerse.
¡Intelijencia, dame de su inocencia antigua.
Eres tú, y no lo sabes,
el nombre exacto, y tuyo, Creí de nuevo en ella.
tu corazón te late, y no lo siente…
y suyo, y mío, de las cosas! Y se quitó la túnica,
¡Qué plenitud de soledad, mar solo!
y apareció desnuda toda…
¡Oh pasión de mi vida, poesía
desnuda, mía para siempre!