1. 18 REGLAS DE ETQUETA PARA LA OFICINA
1. Evita comer en tu escritorio. Sobre todo si se trata de alimentos
condimentados o de olor fuerte, como atún o cebolla, ya que pueden
resultar molestos para tus compañeros. No pasará nada si te
desapareces durante un par de minutos para comer tranquilamente
en el comedor.
2. No hables por teléfono sobre temas personales. Así de simple.
A nadie le interesan tus conversaciones, así que haz el sencillo
esfuerzo de salir al pasillo o a una sala de juntas libre. Nunca uses
el modo altavoz a menos de que estés completamente solo.
3. No digas palabras altisonantes aunque estés muy molesto. Si
se te dificulta controlarte, recuerda que este tipo de actitudes sólo
demuestran tu falta de respeto hacia los demás.
4. Si quieres escuchar música, usa audífonos. ¡Esto es básico! No
a todo el mundo le gusta el mismo tipo de música, por lo que no
debes “forzarlos” a compartir melodías contigo.
5. Si vas a prender o apagar el aire acondicionado, pregunta al
resto de los compañeros. Sin embargo, toma en cuenta que trabajar
con calor puede disminuir la concentración de las personas.
6. Pon tu celular en vibrador. Si tu Smartphone suena
constantemente (y con la misma melodía), puedes molestar a los
demás.
2. 7. No rocíes perfumes o lociones... a menos de que sea necesario o
que los demás estén de acuerdo. Lo mismo ocurre con tu propia
loción; evita ponerte demasiada o que sea un aroma muy dulce.
8. Procura mantener tu lugar lo más limpio posible. Trabajar en
un lugar sucio y lleno de papeles puede afectar el desempeño de las
personas y darte muy mala imagen.
9. No te rías como loco frente al monitor. Esto, además de ser
molesto, es una prueba de que no estás trabajando en algo
importante, sino que estás chateando con algún amigo o viendo
videos en YouTube. Si vas a distraerte durante un momento, sé
discreto.
10. Apréndete el nombre de todos tus colegas. Aunque tengas
pésima memoria, intenta recordar el nombre y cargo de todas las
personas presentes en la oficina. No hay nada más incómodo que se
refieran a ti como “hey, tú” u “oye, tú”.
11. Evita los ataques de ira o de llanto. Todos somos humanos,
pero como líder o empleado no puedes demostrar abiertamente tus
emociones, ya que esto genera desconfianza entre el equipo. Si
sientes que no puedes controlarte, retírate y busca otro espacio.
12. No regañes a alguien frente a los demás. Además de ser una
situación humillante para la persona que recibe la llamada de
atención, es incómodo para quienes lo escuchan.
3. 13. No chismees sobre tus colegas, empleados o jefes. Nada afecta
más un clima laboral que este tipo de actitudes dañinas. Si hay algún
tema que clarificar, hazlo pronto antes de que se corran rumores por
toda la oficina.
14. Sé puntual. Si la hora de entrada es a las 8, a esa hora debes
estar en la oficina, especialmente si eres el líder. Llegar tarde puede
considerarse falta de respeto y afectar los procesos y trabajos de
todos los demás.
15. Pide las cosas prestadas. Sin importar qué tanta confianza
tengas con una persona, no es correcto tomar sus cosas mientras no
se encuentra en la oficina. Y obviamente mucho más incorrecto es
no regresarlas.
16. Ten cuidado con los apodos. Aunque usar motes puede ser un
aspecto divertido que impulse la camaradería, también puede
generar sentimientos negativos en las personas. Evita usar
sobrenombres ofensivos.
17. Si estás enfermo, evita el contacto. Si tú o alguien de tu equipo
contraen una enfermedad contagiosa, no deben asistir a la oficina
para evitar que se propague. En caso de que lo hagas, no saludes de
beso ni de mano.
4. 18. No interrumpas a tus colegas ni invadas espacios. Si tienes
un cubículo definido, procura que todos tus adornos o accesorios
estén en él y (obvio) nunca te quites los zapatos.
LA IMAGEN PROFESIONAL: LA IMPRESIÓN
ADECUADA
Seguro que has oído en más de una ocasión que una persona rechaza o critica una idea
e incluso a otra persona con la expresión “da mala imagen”. ¿Es exagera la importancia
que le damos a este concepto en todos los ámbitos de nuestra vida, tanto profesional
como personal? ¿En la era digital donde las costumbres y los usos sociales parecen
haberse relajado, continua la imagen siendo tan importante?
La imagen que proyectamos es siempre nuestra tarjeta de presentación. A veces, casi
la única, porque la percepción que nuestro interlocutor recibe al primer golpe de vista
va a condicionar lo que piense de nosotros y es una percepción muy difícil de
cambiar. En la profesión de secretaria es importante sin ninguna duda. Se convierte en
un eje fundamental de su trabajo porque no solo está en juego su imagen personal
sino la de su jefe y la de su empresa también.
¿Qué perciben de mí los demás?
Todo influye: el modo de vestirse, de maquillarse, el perfume que llevamos y la forma
de movernos; la risa, la expresión de la cara, la inflexión de la voz al contestar al
teléfono… Todo conforma la imagen. En permanente contacto con otras personas y
otras empresas, dentro y fuera de la empresa. una secretaria debe ser y estar
impecable en cualquier ámbito y circunstancia.
5. La imagen no es un concepto que se relacione exclusivamente con la belleza o el
atractivo físico, aunque pueda parecer que quien lo posee tiene la mitad del camino
recorrido. Lo cierto es que influyen tantos pequeños detalles que basta una fracción de
segundo para que alguien excepcionalmente atractivo pierda todo el encanto: una
expresión desafortunada, una risa a destiempo, un gesto inadecuado…
La imagen es también una forma de comunicarnos con los demás. A través de ella
mandamos mensajes y de ella depende que seamos aceptados o rechazados.
¿Qué conforma mi imagen?
La apariencia física: la forma de vestir, de peinarnos, los complementos,
etc. Es obvio que siempre hemos de procurar ir aseados, pulcros, y cuidar
nuestro aspecto externo. Pensemos si no, en una camisa mal planchada, o
con una mancha, una carrera en las medias o un descosido en el bajo de los
pantalones.
Los aspectos de la comunicación no verbal: el tono o la inflexión de la voz,
los gestos, el lenguaje corporal y la postura, son elementos que refuerzan lo
que decimos o por lo contrario, lo contradicen, pudiendo dar más
información sobre nosotros a nuestro interlocutor, que nuestras propias
palabras.
La indumentaria: nuestra forma de vestir también dice mucho acerca de
nosotros, por lo que debemos cuidarla al máximo.
Cómo vas vestida es importante si eres secretaria de dirección y la secretaria debe
cuidar todos los detalles. lo fundamental para acertar es elegir una forma de vestir
adecuada a nuestra personalidad, a nuestro trabajo y a nuestra empresa.
Es evidente que cada compañía tiene sus reglas al respecto, muchas veces no escritas.
Lo mejor cuando se llega por primera vez a una nueva empresa es observar a las
personas que trabajan allí: su modo de vestir nos indicará la política al respecto. Y a
partir de ahí tener un buen fondo de armario adaptado a nuestra personalidad y a
6. nuestro puesto, siempre nos ayudará. Lo mejor es confeccionarlo con prendas de
buena calidad que nos permitan hacer varias combinaciones.
Lo que no se debe hacer
Llevar un aspecto descuidado: una camisa con hilos, ir despeinada, con
manchas en la ropa o zapatos sucios, son pequeños detalles que dicen de
nosotros más de lo que nos podemos permitir si de imagen estamos
hablando.
Usar un perfume fuerte: no hay que olvidar que hoy en día muchas
personas son alérgicas, tienen sensibilidad química, etc. Pero no sólo eso,
todos sabemos que no hay nada más incómodo que un olor fuerte a nuestro
lado, constante y persistente, aunque sea de un perfume carísimo.
Las estridencias: mejor dejarlas para nuestra vida personal. Si queremos
destacar por algo que sea por nuestras virtudes como profesionales y no por
la combinación de colores de nuestra indumentaria diaria o por la forma en
que vestimos.
Mantener una postura poco adecuada: mejor no sentarse con la espalda
poco erguida, hombros caídos, caminar con desgana…
No sonreír: aunque parezca mentira una sonrisa es siempre una puerta
abierta que muchas veces nos olvidamos de utilizar.
Descuidar nuestra vertiente no verbal: nuestros gestos, el tono de nuestra
voz, la modulación correcta de las palabras, la dicción, la mirada…
Una secretaria es, en definitiva, embajadora de su jefe y de la empresa ante el resto de
compañeros y ante las personas ajenas a las organizaciones, y como tal debe cuidar al
7. máximo su presencia física y el resto de condicionantes que ayudarán a su interlocutor
a hacerse esa primera imagen tan importante.