1. La selección de los contenidos
ha de ser lógica: debe tener
una lógica interna y ser
coherentes con otros
contenidos del mismo ámbito
de conocimiento.
2. Los contenidos se tienen que
adecuar al nivel del usuario: un
mismo contenido se tendrá que
presentar desde enfoques
diferentes según el nivel del
usuario.
3. Además, tiene que ser posible
relacionar los contenidos
nuevos con los conocimientos
previos del destinatario,
partiendo de lo cercano y
conocido al alumnado hacia los
nuevos conocimientos que han
de adquirir.
4. Tienen que ser relevantes,
significativos. Es decir, han de
ser diferentes de los que tienen a
su alcance para despertar el
aprendizaje.
5. Deben ser actuales respecto a
los contenidos que tienen fecha
de “caducidad” o que pueden
perder vigencia.
6. Rigurosos: hay que contrastar
los contenidos con fuentes
fiables y se ha de perseguir en
todo momento el rigor y la
objetividad.
7. Tienen que ser concretos, es
decir, han de estar
encaminados a conseguir los
diferentes tipos de objetivos.
8. La apariencia del material
didáctico ha de estar
personalizada a las necesidades
y características del alumnado así
como a la naturaleza de los
contenidos. Todas estas
consideraciones deben detallarse
en un Manual de Normas de
Estilo que estará disponible en el
área de documentos
complementarios.