1. “Cuando Dios nos señala un camino a seguir...”
M. Margarita
19 de Septiembre de 1926. Después de una solemne Eucaristía de acción de
gracias, la comunidad de monjas mercedarias del Convento de clausura de Bérriz,
despide con emoción a sus seis primeras misioneras. Desde el corazón de los montes de
Vizcaya, marchan a Wuhu (China), tierra lejana y extraña para ellas, movidas por el
único deseo de compartir la Buena Noticia de Jesús con quienes no le conocen.
El envío de estas seis hermanas era el primer fruto de la semilla misionera que
Dios había sembrado unos años antes. Dios señaló un camino a seguir: el del anuncio
del Evangelio hasta los confines de la tierra. Y el amor redentor, que había animado la
vida del convento desde su fundación en 1540, impulsó a aquellas mujeres a adentrarse
por este camino hasta acoger la transformación del Monasterio de clausura en Instituto
Misionero.
Margarita María López de Maturana. Una mujer evangélica, fuerte, abierta,
emprendedora y tenaz. En las raíces de su espiritualidad encontramos la profunda
experiencia de un “Dios que nos ama maternalmente”: un amor que pedía ser
compartido y conocido por todo el mundo.
El camino entonces emprendido nos sigue llevando hoy a vivir el Evangelio de
Jesús en los cinco continentes y a compartir nuestra vida con pueblos y razas diversas,
que son para nosotras verdadero don y “merced” de Dios, “que nos lleva como en las
palmas de sus manos”.
Hoy, en un mundo tan diferente al que vivió la M. Margarita, sentimos que su
mismo carisma misionero es el que nos invita a ser mujeres de Dios, signos de
Merced para la humanidad, anunciando con nuestras vidas el amor liberador del Dios
de Jesús, que sueña con la vida plena para toda su Creación.
LOS PRIMEROS PASOS
(1884-1903)
Margarita había nacido en Bilbao con el nombre de Pilar, el 25 de Julio de 1884,
en una familia modesta, en la que fue creciendo su fe. Hasta los ocho años, ella y su
hermana gemela Leonor, asistieron al colegio de las Hijas de la Cruz. A partir de
entonces, fue su hermana Lola quien se ocupó de su educación.
En 1901, cuando contaba dieciséis años, entra en el Colegio-Internado que tenían
las mercedarias. Allí la llevaba su oposición al deseo de su madre de poner fin a la
amistad con un joven estudiante de náutica…
Su primer encuentro con el Convento de Bérriz no fue, por tanto, demasiado
gozoso. El dolor más grande era la separación de su familia y de su querida gemela
Leonor. Pero Pilar era entera y venció pronto el disgusto. Hizo fuertes amistades y, por
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2. su carácter alegre y participativo, se integró fácilmente en el ambiente familiar del
Colegio.
Dos meses después de ingresar en el Colegio, a raíz de unos Ejercicios
Espirituales, se avivan con fuerza en Pilar todos los deseos que había compartido con
Leonor de vivir para Dios, poniendo en el centro de su vida la relación con Jesús: quiere
entregarle toda su vida, vivir para amarle y seguirle. Y sus deseos encuentran un cauce
concreto y claro en la vida de clausura del Convento de Bérriz.
En 1903, a los 19 años, su hermana Leonor entra en el noviciado de las
Carmelitas de la Caridad, en Vitoria. Pilar lo haría unos días más tarde en el Monasterio
de la Merced de Bérriz. La despedida marcó hondamente la vida de las gemelas.
Su camino hacia Dios fue un camino compartido y, en él, una para la otra
fueron el mayor apoyo. Compartieron los deseos, las luchas, las crisis, la novedad de
Dios en sus vidas, la solidez de su amor por Él, incluso las amistades. Y, con el correr de
los años, arraigó también en las dos la vocación misionera.
Este apoyo mutuo dio en cada una los mejores frutos, con sabor a Evangelio: la
Iglesia ya ha declarado Venerables a las dos hermanas, reconociendo así que han
recreado a Jesús en sus vidas con la mayor fidelidad.
DESCUBRIENDO SU CAMINO
(1903-1912)
“Le consagré también mi voluntad, con un ardiente deseo de no tener
otro que el suyo... y esto será vivir en verdad, pues si Cristo es vida, en ella he
de fundar la mía” M. Margarita (1906)
La historia del Convento de Bérriz se remonta a 1540, cuando bajo la iniciativa de
un sacerdote del pueblo, don Martín de Aguirresacona y de tres mujeres sencillas, se
formó el Beaterio de la Vera-Cruz. Desde un principio se puso bajo la advocación de
María, y el Beaterio quedó ligado a la antigua Orden Mercedaria. Esta había sido fundada
por San Pedro Nolasco en 1218, como respuesta a una necesidad urgente de su tiempo:
rescatar a los cristianos cautivos, que, en las cárceles musulmanas, se veían obligados a
renunciar a su fe para conseguir la libertad.
En 1903, Pilar toma el hábito de novicia en el Monasterio de clausura y cambia
su nombre por el de Margarita María. Un año después pronuncia sus votos
temporales y comienza a participar de la vida del Colegio como profesora de caligrafía y
dibujo.
En los primeros años de su camino espiritual, Margarita desea ardientemente
centrar su corazón en Dios. Trabaja por unificar su vida, “su memoria, su entendimiento,
sus afectos y deseos” en aquel que descubre como su Maestro y Amigo: “¿Por dónde
voy, Señor, si a Vos, que sois verdadero camino, no os sigo?”
Desde que hace sus primeros votos, Margarita comienza a trabajar en el Colegio-
Internado como profesora. Poco a poco sus responsabilidades aumentan, también su
dedicación y el enorme atractivo que siente por la formación de las niñas. Fue una gran
educadora. Durante más de veinte años, sus alumnas ocuparon su tiempo y energías,
con una profunda vocación que la hacía sentirse “en su centro”.
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3. UN NUEVO HORIZONTE
(1913-1918)
La mentalidad religiosa de la época no entendía entonces del actual aprecio y diálogo con
otras religiones que nos trajo el Vaticano II. Más bien, presentaban al mundo no
cristiano, como “el paganismo”, descrito con rasgos de gran oscuridad y desolación. Se
pensaba que una gran porción de la humanidad estaba condenada, ajena al Amor
Salvador de Dios, manifestado en Cristo. Esa era considerada entonces como la
mayor de las esclavitudes. Por eso, Margarita, que vibra intensamente con su
vocación mercedaria, va vislumbrando poco a poco un nuevo horizonte al carisma
liberador de Pedro Nolasco.
En el año 1914 la Iglesia española empieza a participar del movimiento misionero
que había comenzado ya años antes en otros países europeos. Los jesuitas
Hilarión Gil y José Zameza fueron figuras esenciales de este viento del Espíritu
que daba un nuevo impulso de vitalidad a la Iglesia.
Ya desde 1915, las colegialas de Bérriz habían comenzado a tener correspondencia con
los enfermos de la leprosería de Fontilles (Alicante). Margarita fue una de las impulsoras
de esta iniciativa que se prolongó durante más de diez años y llenó de vida tanto al
Colegio como al sanatorio.
“COMENZABA UNA NUEVA ERA: YA SOMOS MISIONERAS“
M.
Margarita
(1919 – 1926)
Son los años decisivos en el camino que Dios va señalando a la M.
Margarita, y con ella, al monasterio de Bérriz.
Sí, “de un hecho que parece insignificante…” en el año 1919, empieza en el
Colegio el movimiento misionero.
José Vidaurrazaga, jesuita, y Juan Vicente Zengotita-Bengoa, carmelita, visitaron
el Colegio en enero y setiembre de este año respectivamente. El primero marchaba a la
misión de Wuhu ( China) . El segundo a Verapoly (India)
El año 1920 estuvo lleno de actividades misioneras. El 19 de marzo se funda en el
Colegio de Bérriz la Juventud Mercedaria Misionera que canalizó el espíritu misionero de
las colegialas : comienza la correspondencia con misioneros conocidos de China, Japón,
Indostán, Africa e Islas del Pacífico, se sostiene una escuelita en China, se recogen
fondos para apoyar diversas necesidades de otros lugares…
En 1923 la M. María Nieves es reelegida Comendadora, con la M. Margarita
como Consultora y Directora del Colegio. Dos mujeres que soñaron juntas, que se
supieron compenetrar y apoyar siempre, “con tal de buscar la gloria de Dios”.
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4. Y con estas dos grandes mujeres, una comunidad monástica, viva, dinámica,
entusiasta y abierta, sin miedo a los cambios y al riesgo de lo nuevo, con un gran
“espíritu de familia” y un sello notable de sencillez y caridad. Su amor a Dios, ahondado
en la oración contemplativa y en el espíritu mercedario, es la raíz vigorosa de donde nace
la andadura misionera de Bérriz, su entrega generosa a la misión universal de la Iglesia.
En poquísimo tiempo, Roma no sólo accedía a la salida de la clausura para ir a
misiones, sino que el mismo Papa Pio XI enviaba su especial bendición y el General de la
Orden de la Merced alentaba aquellos audaces sueños. En expresión gozosa de la M.
Margarita “comenzaba una nueva era… ¡Ya somos misioneras!”
Inesperadamente conseguían también los medios económicos necesarios para la
primera fundación misionera del Monasterio de Bérriz en Wuhu ( China).
En mayo de 1926 cada una de las monjas de la comunidad recibe el crucifijo de
misionera. Pocos meses después, el 19 de setiembre del mismo año, salía del monasterio
de clausura de Berriz la primera expedición misionera. Y aún no había llegado a su
destino, cuando ya se estaba proyectando la segunda expedición, esta vez a Ponapé, en
las Islas Carolinas, en el Pacífico.
“AQUÍ ESTÁ EL DEDO DE DIOS”
(1927-1930)
El 16 de abril de 1927 Margarita Mª era elegida Comendadora del Monasterio.
Desde su nueva responsabilidad sigue impulsando, más aún si cabe, las fundaciones en
las islas del Pacifico y en Japón.
Llegan dificultades inesperadas, noticias de revueltas y guerras en China,
problemas económicos muy serios… Todo ello le hace exclamar: “Estos comienzos
difíciles son el sello de Dios con el que afirma nuestra primera misión en la peña viva que
es Cristo”
El 5 de agosto de 1928 parte de Bérriz la tercera expedición misionera. Esta vez,
la M. Margarita les acompaña. Va con el deseo de “ver sobre el terreno lo que allí
conviene hacer, poder hacerme cargo de aquellas costumbres y maneras de vida que
luego habrá que tener en cuenta al tratar de modificar las Constituciones”.
En ese viaje realiza también la fundación de Tokyo, sin ninguna seguridad
económica, fiada tan sólo en que Dios lo quería… ”me lo daba a sentir el Señor
clarísimamente y delante de El hice la elección del personal…creo que es el Señor el que
me ha movido a determinarme”.
Regresa a Bérriz el 19 de marzo de 1929, después de su primer viaje misionero,
con el corazón lleno de experiencias y consciente de que el camino emprendido pedía un
paso definitivo: la transformación del monasterio en Instituto misionero.
Desde octubre a diciembre de 1929, la M. Margarita se dedica sobre todo a
escribir las Constituciones del nuevo Instituto.
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5. El documento de concesión, fechado el 23 de mayo de 1930, y el de la aprobación
de las Constituciones pocos meses más tarde, el 14 de agosto del mismo año,
confirmaba el camino seguido: nacía en la Iglesia un nuevo Instituto misionero.
“EL CONOCIMIENTO DE JESUCRISTO
ME ABSORBE Y LLENA DE GOZO…”
(1931-34)
Son ya los años finales. Años de plenitud espiritual. Mientras su débil salud se va
quebrantando cada vez más, el amor a Jesucristo florece en ella como un espléndido
regalo del Padre.
El 13 de diciembre de 1930, el Obispo de Vitoria entrega a cada religiosa las
nuevas Constituciones. Era necesario celebrar el primer Capítulo General, que se retrasa
hasta julio de 1931, pues la M. Margarita ha de emprender un nuevo viaje para apoyar la
misión de Japón. Aprovechará para visitar por segunda vez el resto de las fundaciones.
Entre enero y julio de 1931 la encontramos en Tokio, Saipán, Ponapé y Wuhu.
Fueron meses de duras e intensas preocupaciones. Se vio agobiada por las
grandes cargas económicas que habían contraído con el nuevo colegio de Tokio. En Wuhu
se pone enferma y recibe la noticia de la muerte de su hermana Leonor, “la mitad de su
ser”. En Saipán le llegan noticias de la proclamación de la República en España, con la
quema de conventos y la persecución religiosa… lo que le obligó a adelantar su regreso.
En los pocos años que le quedan de vida, ya muy debilitada por la enfermedad,
Dios le sigue mostrando sus caminos, y la va llevando hasta la madurez de la
espiritualidad misionera, que quiere dejar como herencia a su querido Instituto. Es
frecuente encontrar en sus escritos la expresión: “Tengo el alma de fiesta… gozo
profundo, felicidad íntima y persuasión de que estoy en el verdadero camino para
contentar al Padre”.
Está cerca ya el final del camino. Ha vivido la vida entera dejándose atraer sin
resistencia por aquel deseo que, desde el comienzo, hacía arder su corazón: vivir
de la vida de Cristo, dejarle vivir en ella, centrar en Él la vida.
El 23 de julio de 1934 -dos días antes de cumplir los 50 años- fallecía en la clínica
de San Ignacio, en San Sebastián, después de una segunda intervención quirúrgica. Sus
últimas palabras fueron para la Vicaria General, la M. Nieves Urízar que le acompañaba
en esos momentos, junto con las Madres del Consejo: Madre, tiene mucho en que
pensar,… pero yo les ayudaré desde el cielo. Sí.
Era el Sí final que le llevaba definitivamente a los brazos de Dios.
Radio Vaticano dijo de ella al comunicar su muerte: Mujer que tenía el corazón en
el cielo, la mirada en el tiempo y los pies en la tierra.
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6. Y DIOS NOS SIGUE SEÑALANDO UN CAMINO…
“Convocadas a ser mujeres de Dios, signos de Merced para la humanidad”
También hoy las Mercedarias Misioneras de Berriz, desde nuestra pequeñez y
fragilidad, miramos el presente como un camino abierto a la fidelidad del Señor que
nos llamó para prolongar su amor en la historia, camino cuyo horizonte es el Reino.
Somos actualmente 72 comunidades de Hermanas, presentes en los cinco
continentes:
Japón y China (Taiwan), Micronesia y Filipinas forman dos provincias en el área de Asia-
Pacifico.
Una Provincia en América Latina, que agrupa a las comunidades de Perú, Ecuador,
Guatemala, Nicaragua y México.
España y Africa, con presencia en la R.D. del Congo y Zambia, constituyen otra
Provincia.
Y tres comunidades en Liberty ( Kansas City), forman el área de EE.UU. dependiente del
gobierno General, que se encuentra en Roma.
En este momento, aún en medio de la incertidumbre y la complejidad, sentimos
que el Espíritu nos sigue conduciendo y nos muestra una vez más la ruta a seguir, como
lo hizo con la M. Margarita y con el monasterio de Berriz.
Vivimos tiempos de globalización, con toda la ambigüedad que este fenómeno
lleva consigo. Nos toca vivir cambios y acontecimientos que nos confrontan a diario con
cuestiones graves de injusticia, exclusión, violencia…:
Pero también van emergiendo unas “nuevas sensibilidades” : el valor de la
persona, el despertar de la mujer y de lo femenino, el descubrimiento de la riqueza que
encierra lo plural y diverso, la solidaridad, el cuidado de la tierra, el sabernos seres en
relación, nuevas iniciativas de vida, paz y armonía.
Hoy, en tiempos de globalización, somos invitadas a:
• mirar al mundo como Dios mismo lo hace: incluyendo, amando con
ternura y compasión. Mirada de fe que penetre la realidad y que nos haga
capaces de un análisis crítico, sin miedo a la verdad.
• con una mirada contemplativa, femenina, integradora, desde la
certeza de que todo está habitado por Dios, Corazón de la realidad.
• Mirarlo con los ojos de los empobrecidos. Una mirada solidaria,
esperanzada y abierta.
• Mirada celebrativa de la vida, gozosas de ver y festejar las
transformaciones positivas hechas por el ser humano.
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7. En estos tiempos de interrelación, deseamos hacer visible el amor de Dios para la
humanidad, tratando de que toda nuestra vida sea mensaje que anuncie la Buena
Noticia del Dios de Jesús.
Con pequeños signos de la ternura y de la Merced de Dios, especialmente
para las víctimas de la globalización (mujeres, emigrantes, ancianos, jóvenes sin
futuro…) Una misión que se hace servicio al débil desde la propia debilidad, desde
el gesto pequeño y gratuito… al estilo del Señor- Siervo, compañero y amigo.
Con acciones de solidaridad efectiva, a través de proyectos de desarrollo
alternativo, trabajo en redes…atentas a los movimientos de esperanza que se
van dando en nuestro mundo, para alentarlos, difundirlos.
Facilitando el diálogo interreligioso, el conocimiento y admiración ante otras
religiones, colaborando en el cuidado y defensa de la VIDA.
Experimentamos una renovada llamada a ser Mujeres de Dios, orantes,
contemplativas, dejándonos recrear por la acción compasiva de Dios, que nos
impulsa a “dar la propia vida para que otros y otras tengan vida”
Vemos que las estructuras de pecado esclavizan hoy a tantos seres humanos,
y sentimos que el Dios de la VIDA nos pide dar respuesta a los gritos de los excluidos y
excluidas de esta hora, colaborando con otras personas y grupos para crear una cultura
de vida y esperanza.
Un cauce para hacerlo es la Red de solidaridad por la Justicia, la Paz y el
cuidado de la Creación (JPIC). Poco a poco vamos viendo también que la JPIC no nos
pide sólo acciones solidarias puntuales, sino que supone un estilo o talante de vida:
“Vivir la Justicia, Paz e Integridad de la Creación como motivación y aliento en todas
nuestras presencias, acciones y etapas de la vida”
La experiencia de nuestros orígenes como Instituto, nos habla del papel que
tuvieron entonces las colegialas de Berriz. La Madre Margarita supo compartir con
aquellas niñas y jóvenes la nueva llamada que ella sentía y… ellas fueron cauce
importante en las transmisión del entusiasmo misionero a las monjas del Monasterio!
Abiertas a la vocación y misión del laicado en la Iglesia, venimos haciendo un
camino de compartir el carisma y espiritualidad que Dios regaló a su Iglesia en la
persona de la M. Margarita. Los procesos y estilos de crecimiento y apropiación del
carisma son muy variados, de acuerdo a las distintas realidades de las Iglesias locales,
culturas y pueblos en que trabajamos, en México, Nicaragua, Perú, las islas de
Micronesia, Japón, España, Filipinas…
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8. NUESTRAS MISIONES HOY…
Comparte un grupo laical de Nicaragua :
Somos un grupo de hombres y mujeres solter@s y casad@s, que participamos en la
Iglesia con una identidad propia, desde el carisma Mercedario Misionero de Berriz,
comprometid@s en la construcción del Reino desde nuestra realidad personal, social y
eclesial.
En la cárcel de Lubumbashi (R.D. del CONGO): “aliviando a los que lo pasan
peor”
Cada domingo, desde hace varios años, vamos a la prisión con un grupo de voluntarios/
as. La situación que viven los presos es dramática, no recibe alimentación ni ningún tipo
de atención sanitaria, indefinidamente, con la sensación de estar olvidados.
Escuela de preparación profesional N. Sra. de la Merced en POHNPEI
(Carolinas)
Hoy día, en las lejanas islas de Micronesia, el compromiso educativo de la M. Margarita
para con las niñas y jóvenes sigue inspirando y fortaleciendo nuestra misión liberadora
como educadoras.
La Escuela de preparación profesional Ntra. Sra. de la Merced, en Pohnpei, (Carolinas)
ofrece un programa de educación alternativa para adolescentes y mujeres jóvenes, de
edades comprendidas entre los 14 y 23 años, la mayoría de de ellas consideradas
“juventud en riesgo”. Deseamos promover y educar a las jóvenes para un futuro
distinto para ellas mismas, para sus familias para la sociedad y la Iglesia. Se brinda un
programa de formación integral de tres ó cuatro años.
JAPON: Buscando una educación que intenta “sanar el corazón”
Si con algo soñó la M. Margarita al fundar en Japón, fue con la educación del corazón
de la mujer japonesa. Ella misma pudo ver en marcha el colegio de Tokio, que según
dijo: “ha constituido la mayor ilusión de mi vida”.
La situación actual de la sociedad japonesa, con su fuerte competitividad, supone una
presión grande sobre la psicología de niñas y jóvenes.
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9. Como Región de Japón, nos hemos propuesto que nuestros centros educativos
procuren una formación en valores evangélicos, tratando de “sanar el corazón”, para
integrar toda dimensión humana y acompañando a la gente con compasión.
Diversidad de tareas en TAIWAN y CHINA CONTINENTAL
Vivimos nuestra misión liberadora en Taiwan y en China, con bastante diversidad de
tareas: en la universidad, apoyando a grupos emigrantes latinoamericanos, niños
abandonados, jóvenes de la calle y en la parroquia.
Región de ESPAÑA
En Bérriz y esde la Pastoral Juvenil, tratamos de ofrecer a l@s jóvenes espacios
en los que puedan hacer la experiencia de encontrarse a fondo con Dios.
Uno de los momentos más importantes del año es para nosotras la celebración
de la Pascua Misionera. Nos reunimos en Bérriz con jóvenes de distintos lugares de
España para vivir intensamente la Pascua de Jesús. Oramos, compartimos nuestra
reflexión, preparamos y vivimos con profundidad las celebraciones, damos espacio a la
fiesta y al encuentro.
Nuestros Centros Educativos presentes en Vitoria y Markina procuran una
educación liberadora desde el referente de los más necesitados.
Además, trabajamos en Madrid y Sevilla en diferentes tareas pastorales con las
personas inmigrantes y las mujeres en situaciones desfavorecidas.
Desde Roma (Italia)
Una pequeña comunidad MMB apoyamos en Roma la misión del Gobierno
General del Instituto y también intentamos ser presencia y acción liberadora en otros
ámbitos de esta ciudad de tantos contrastes, culturas y credos.
La casa acoge a un grupo de estudiantes, universitarias, procedentes de otros
lugares de Italia, que conviven con nosotras el año académico. Es un período
importante de sus vidas, en el que maduran integralmente como personas: en lo
humano, intelectual y también en su fe.
Liberty ( USA)
Experimentando la llamada a ser “Mujeres de Dios”, signos de merced y
compasión, deseamos seguir encarnando hoy el carisma de la M. Margarita en USA.
Queremos dar testimonio de Jesús viviendo el carisma liberador a través de
nuestro estilo de vida y de nuestros diferentes apostolados. Además de otros servicios,
tanto en el ámbito de la salud como en el crecimiento en la fe dentro de la Pastoral
parroquial, nuestra misión comunitaria es la Casa de Nuestra Señora de la Merced,
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10. residencia para personas ancianas, en la que procuramos ofrecer una atención integral
que mire con especial cuidado a la dignidad de cada persona.
Estas y otras sencillas presencias y acciones misioneras nos van llevando a
continuar hoy el camino misionero –liberador, que nos dejó abierto la M. Margarita, y que
Dios nos sigue señalando hoy…
Desde lo pequeño y cotidiano, nos vamos comprometiendo en la construcción de
un mundo, donde los valores de compasión, ternura, cooperación y participación, nos
hagan capaces de convivir con todas las personas, aceptando las diferencias, cuidando y
nutriendo la vida del universo…tratando de ser anuncio del Dios-ABBA de Jesús,
Fuente y Plenitud de la VIDA, EL AMOR Y la PAZ.
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