2. La dictadura de Primo de Rivera fue el régimen político
que hubo en España desde el golpe de Estado del
capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, el
13 de septiembre de 1923, hasta la dimisión de éste el
28 de enero de 1930 y su sustitución por la
"Dictablanda" del general Berenguer.
A pesar de sus esfuerzos de regeneración y el inmenso
progreso de la economía y las infraestructuras, la
Dictadura fue capaz de estabilizar la situación política
durante un largo periodo, pero a finales de la Dictadura
se produjo una crisis política que desprestigió al rey
Alfonso XIII y allanó el camino a la Segunda República
española.
3. ÍNDICE
1.Causas del Golpe de Estado.
2.El Golpe de Estado.
3.Fases de la Dictadura:
3.1.Directorio Militar.
3.2.Directorio Civil.
4. La Guerra en África y la satisfacción del
Ejército
5.La Economía como Motor del Progreso
6.Las Reformas Administrativas y Políticas
7.La oposición a la Dictadura y la caída de
Primo de Rivera.
4. 1.Causas del Golpe De Estado
Diversos factores explican que la dictadura militar empezara
a contemplarse como una solución a la crisis del país entre
la alta burguesía, gran parte de las clases medias y el
Ejército:
Descontento del ejército tras el desastre de Annual y el
afán de evitar las consecuencias del expediente Picasso para
algunos importantes generales, entre ellos el general
Berenguer.
Auge de los nacionalismos periféricos y ascenso de
republicanos y del movimiento obrero.
El triunfo del fascismo en Italia tras la Marcha sobre Roma
en 1922 y el ascenso al poder de Mussolini.
6. 2.El Golpe De Estado
El 13 de septiembre de 1923 el capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, se sublevó
contra el Gobierno y dio un golpe de Estado con el apoyo de la mayoría de las unidades militares. La
reunión prevista de las Cortes Generales para fechas inmediatamente posteriores con el objetivo de
analizar el problema de Marruecos y el papel del ejército en la contienda fueron el detonante
último de la sublevación. A esta situación se une una grave crisis del sistema monárquico que no
acaba de encajar en un siglo XX marcado por la revolución industrial acelerada, un papel no
reconocido a la burguesía, tensiones nacionalistas y unos partidos políticos tradicionales incapaces
de afrontar un régimen democrático pleno. Previamente, Antonio Maura había desaconsejado al
rey la posibilidad tanto de un golpe de estado como del establecimiento de cualquier sistema
autoritario. El 14 de septiembre el gobierno legítimo había pedido al rey la destitución inmediata de
los generales sublevados, concretamente José Sanjurjo y el propio Primo de Rivera, y la
convocatoria de las Cortes Generales, pero el monarca dejó pasar las horas hasta que finalmente se
mostró abiertamente a favor del golpe.
En el Manifiesto de los sublevados se invocó la salvación de España de "los profesionales de la
política". Con el apoyo del ejército, de la burguesía catalana y de los terratenientes
andaluces, Alfonso XIII no pone mayores obstáculos a nombrar Presidente del Gobierno a Primo de
Rivera en su calidad de dictador militar el 15 de septiembre. La dictadura sólo fue contestada por
los sindicatos obreros y los republicanos, cuyas protestas fueron inmediatamente acalladas con la
censura y la represión.
Se creó un Directorio Militar con nueve generales de brigada del Ejército y un almirante, cuya
finalidad en sus propias palabras era "poner España en orden" para devolverla después a manos
civiles. Se suspendió la Constitución, se disolvieron los ayuntamientos, se prohibieron los partidos
políticos, se crearon los Somatenes como milicias urbanas y se declaró el estado de guerra.
7. MANIFIESTO DE PRIMO DE RIVERA AL PUEBLO ESPAÑOL.
Españoles:
Ha llegado para nosotros el momento más temido que esperado
(porque hubiéramos querido vivir siempre en la legalidad y que
ella rigiera sin interrupción la vida española) de recoger las
ansias, de atender el clamoroso requerimiento de cuantos
amando la Patria no ven para ella otra salvación que libertarla de
los profesionales de la política, de los hombres que por una u
otra razón nos ofrecen el cuadro de desdichas e inmoralidades
que empezaron en el año 98 y amenazan a España con un
próximo fin trágico y deshonroso. La tupida red de la política de
concupiscencias ha cogido en sus mallas, secuestrándola, hasta
la voluntad real. Con frecuencia parecen pedir que gobiernen los
que ellos dicen no dejan gobernar, aludiendo a los que han sido
su único, aunque débil freno, y llevaron a las leyes y costumbres
la poca ética sana, el tenue tinte moral y equidad que aún
tienen; pero en la realidad se avienen fáciles y contentos al turno
y al reparto y entre ellos mismos designan la sucesión.
Pues bien, ahora vamos a recabar todas las responsabilidades y a
gobernar nosotros u otros hombres civiles que representen
nuestra moral y doctrina. Basta ya de rebeldías mansas, que sin
poner remedio a nada, dañan tanto y más a la disciplina que está
recia y viril a que nos lancemos por España y por el Rey.
Este movimiento es de hombres, el que no sienta la masculinidad
perfectamente caracterizada, que espere en un rincón, sin
perturbar los días buenos que para la Patria preparamos.
Españoles: ¡Viva España y viva el Rey!
8. Una de las primeras medidas que tomó Primo de Rivera tras Cuando Miguel Primo de Rivera dio el golpe
el Golpe fue disolver todos los ayuntamientos. El objetivo de Estado, sus primeras decisiones fueron
esgrimido fue la necesidad de depurar la administración suspender la Constitución, las Cortes y los
local, que era considerada corrupta y relacionada con el
entramado caciquil. Por eso el segundo alcalde comenta que
jurados.
ha salido (expulsado) por una bota (de militar) Visto en El Imparcial, 26-09-1923
El Imparcial, 4 de octubre de 1923.
9. 3.Fases de la Dictadura:
3.1. Directorio Militar
Tras el golpe, el dictador Primo de Rivera se constituyó en ministro único, pasando a ser
asesorado por un Directorio Militar. Tras el nuevo gobierno estaba el mismo bloque de
poder que había dominado el país durante la Restauración, la oligarquía de terratenientes
e industriales.
El Directorio Militar tomó rápidamente medidas:
Prohibición de la bandera y el himno catalán y restricción de la lengua catalana al terreno
privado.
Política de "mano dura" en todo lo referente al orden público.
Formación de la Unión Patriótica, partido único bajo la dirección de un militar. Se trataba
de seguir el modelo fascista impuesto por Mussolini en Italia.
El gran éxito del Directorio tuvo lugar en África. El Desembarco de Alhucemas en 1925
puso fin de la resistencia de las cábilas del Rif . Su líder Abd-el-Krim se entregó a las
autoridades del Marruecos francés.
El fin de la guerra en Marruecos les dio gran popularidad al dictador.
10. 3.Fases de la Dictadura:
3.2.Directorio Civil
A fines de 1925, un gobierno civil, presidido por Primo de
Rivera, sustituyó al Directorio Militar.
Se trataba de institucionalizar la Dictadura. En 1927, se
constituyó una Asamblea Nacional Consultiva, formada en
su mayoría por miembros de Unión Patriótica elegidos por
sufragio restringido. Primo de Rivera de nuevo seguía el
modelo italiano, en este caso el Consejo Fascista. Esta
Asamblea fracasó rápidamente en su intento de redactar
una ley fundamental que hiciera el papel de Constitución de
la dictadura.
También se imitó el modelo social del fascismo
italiano, estableciéndose la Organización Corporativa del
Trabajo, especie de sindicato que trataba de arbitrar entre
patrones y obreros. De nuevo el intento de
institucionalización del régimen de Primo de Rivera fracasó.
12. 4.La Guerra en África y la satisfacción del
Ejército
El ejército español mantenía un pesimismo de décadas sobre su propio papel en la
historia reciente de España. Por un lado, el sentimiento de frustración por el
desastre del 98 permanecía, y por otro, la guerra en Marruecos estaba marcada
por el desastre de Annual y la incomprensión de los ciudadanos. Consciente de la
importancia de mantener al ejército satisfecho, la campaña militar en Marruecos
se inició con la liberación de Cobba Darsa en julio de 1924 y el día 10 del mismo
mes, Primo de Rivera se embarcaba en Algeciras para recorrer durante quince días
la costa marroquí. No obstante este hecho, la sublevación en la zona del Rif en
agosto dio pie a Primo de Rivera para sustituir a algunos generales e iniciar
amplias operaciones militares que liberaron Xauen el 29 de septiembre y
permitieron evacuar otras zonas a finales de octubre. Más tarde, Abd el-Krim se
enfrentó a España y Francia en Yebala, Tazarut y Beni-Terual, lo que obligó a un
acuerdo entre ambos países en julio de 1925 y el inicio de operaciones militares el
5 de septiembre, lo que a la larga le dio el triunfo en la Guerra del Rif con el
desembarco de Alhucemas y la rendición de Abd el-Krim en 1927.
14. 5.La Economía como Motor del Progreso
Una coyuntura internacional favorable permitió al inicio a la dictadura fortalecer el crecimiento
industrial. Con tesis autárquicas, se pretendía el autoabastecimiento y, por lo tanto, el impulso antes
que nada de los instrumentos de desarrollo interno. Para este fin, era necesaria la intervención
decidida del Estado en la economía para suplir el atraso de la inversión privada. Su política económica
se caracterizó así por un intenso intervencionismo estatal en línea con la corriente que predominaba
en Europa entonces. Para garantizar la autarquía o autoabastecimiento se regularon los
mercados, precios y producción por medio del Consejo de Economía Nacional. Cobraron una gran
importancia las ayudas y subvenciones estatales y los aranceles como medida proteccionista. Todo
esto motivó una burocratización de la economía, que dio lugar a episodios de favoritismo como la
entrega de monopolios a Juan March (tabaco en Marruecos) o a Urquijo y Ussía.
Se trató de impulsar el tejido industrial, con las ya mentadas medidas proteccionistas (Decreto de
Protección de la Industria Nacional, Ley del Monopolio de Petróleos de 1927) al mismo tiempo que se
protegía el sector financiero y bancario, tanto público como privado, lo que permitió más
favoritismos. A pesar de todo se contó con la coyuntura favorable de los felices años veinte. La
economía, muy protegida por el Estado y con fijación de precios únicos o máximos, vivió momentos
de expansión en todos los órdenes, incluidos la industria pesada y la minería. Sobre estas bases, las
regiones ya industrializadas como Cataluña o el País Vasco, vieron un incremento notable de la
prosperidad económica y un crecimiento de los puestos de trabajo. Por vez primera, se pasó de un
57% de mano de obra dedicada a la agricultura, a un 45%, y el parque automovilístico se duplicó en
seis años. Se consolidaba así un modelo que iba a permitir el desarrollo económico de unas zonas y el
estancamiento de otras. Además, el incremento demográfico, unido al proceso anterior, provoca las
primeras notables migraciones interiores en la península.
15. Como gran motor económico se usó la construcción de infraestructuras formulado en el Plan Nacional de
Infraestructuras, del que era parte clave el Circuito Nacional de Firmes Especiales. Se trató con ello de
bajar el precio del transporte ampliando el mercado interno. Además, fueron medidas bastante
populares, a pesar del grave endeudamiento que suponía. Se desarrolló también una interesante política
hidráulica en la que se pensaron e idearon numerosos embalses para aumentar el regadío, evitar
problemas por crecidas y generar electricidad hidroeléctrica. Se crearon las confederaciones hidrográficas
para evitar el control de los terratenientes sobre el riego cuyo éxito fue relativo fuera del Ebro.
Para conjugar el grave endeudamiento resultante de la importante inversión en infraestructuras que
generaba déficit presupuestario se recurrió a la venta de monopolios (tabaco, Telefónica, CAMPSA en
petróleo, lotería...). Se echaba en falta una política fiscal avanzada, pues salvo un intento de José Calvo
Sotelo de crear un impuesto único y progresivo echado atrás por la burguesía no hubo intentos de mejorar
la Hacienda. Se promulgaron eso sí, decretos contra la Ocultación de la Riqueza Territorial, sobre la
Contribución Industrial y sobre el Registro de Arrendamiento y Fincas Territoriales para combatir la
evasión fiscal. Todo ello logró aumentar la renta nacional y la producción industrial, pero empeoró
drasticamente la situación de la Hacienda Pública, cada vez más endeudada. El endeudamiento se
arrastraría más allá de la dictadura, condicionando la política económica de la posterior Segunda
República.
Se trató de combatir la conflictividad laboral atrayendo al obrerismo más moderado. Para ello se recurrió a
medidas populistas y paternalistas, como la vivienda de protección oficial y el retiro obrero, o la
protección de familias numerosas y del trabajo de mujeres en temas de maternidad. No se encararon en
cambio la reforma agraria o de las estructuras económicas que creaban el grueso de la problemática. Sí se
instauraron en cambio comités paritarios para reglamentar salarios y discutir las condiciones laborales en
la llamada Organización Corporativa Nacional. En ella fueron acogidos los sindicalistas
moderados, preferentemente de la UGT y Sindicatos Libres, mientras se excluían a anarquistas y radicales.
Se reprimió el sindicalismo de la CNT y el Partido Comunista de España recién creado y favoreciendo así la
dictadura a los más moderados UGT y al PSOE, siempre reticentes, para poder mantener cierto contacto
con los dirigentes obreros.
16. Locomotora de la MZA, una de las
más potentes de su tiempo. La
ampliación y modernización de la
Red de Comunicaciones española
fue una de las bazas de la
Dictadura primorriverista.
17. 6.Las Reformas Administrativas y Políticas
En principio se preveía la dictadura como una situación transitoria para permitir una posterior vuelta a la
normalidad. Con tal fin se cesaron a las autoridades locales y a los principales cargos de la
administración, para ser sustituidos por militares, desde los ayuntamientos y autoridades locales hasta
el gobierno central. Se trató de algo en principio popular, ante el gran descontento con el caos del final
del sistema precedente. Este directorio militar duró desde 1923 a 1925, cuando Primo de Rivera se vio
obligado a aceptar la inclusión de civiles en un intento de formar un gobierno tecnócrata. Se intentó la
creación de una nueva política, frente al caduco sistema de la Restauración.
Para la reforma administrativa, Primo de Rivera se apoyó en José Calvo Sotelo que se inspiró en el
pensamiento de Antonio Maura. En 1924, la reforma culminó en el Estatuto Municipal aprobado el 8 de
marzo y un año más tarde en el Provincial, tratando de ofrecer cierto grado de autonomía local que
permitiera el desarrollo de los municipios, si bien mediante un sistema de participación electoral
parcialmente corporativo que impedía de nuevo el sufragio universal tal y como era demandado. La
reforma, sin embargo, no logró acabar con el caciquismo imperante que a la larga reaparecería.
Estos primeros éxitos le granjearon gran popularidad. Creó la organización Unión Patriótica como
aglutinador de todas las aspiraciones políticas, así como la Organización Corporativa Nacional como
sindicato vertical al modelo de la Italia fascista, sustituyendo el 3 de diciembre de 1925 el Directorio
Militar por uno civil. Más tarde, en 1927 se crea una Asamblea Nacional Consultiva, un organismo
que, según decía el Real Decreto-ley de 12 de septiembre de 1927 que lo fundó, "no ha de ser un
Parlamento, no legislará, no compartirá soberanías", sino un "órgano de información, controversia y
asesoramiento de carácter general que colaborará con el Gobierno" y que debía "preparar y
presentar, en un plazo de tres años y con carácter de anteproyecto, una legislación general y
completa".1 Este organismo, que no asume ningún poder legislativo, es elegido mediante un sistema de
elección nuevamente corporativo en parte y de otro lado por nombramiento vitalicio, muy similar al que
adoptará el franquismo años después.
18. La sección primera de la Asamblea, presidida por José Yanguas Messía, con José
María Pemán de secretario, y Antonio Goicoechea, Víctor Pradera y César Silió, entre
sus vocales, presentó en el verano de 1928 una propuesta de Carta otorgada, como la
calificó el reputado jurista Mariano Gómez, aunque fue presentada como
anteproyecto de "Constitución de la Monarquía Española", a pesar de que rompía
completamente con la historia del constitucionalismo español. Un año después de su
presentación el anteproyecto se hallaba completamente estancado, por lo que el
debate político se centró ya en la apertura de un verdadero "período constituyente".2
Para Ricardo de la Cierva este período supuso aciertos en la institucionalización
económica, fracasando en sus intentos de cerrar sólidas instituciones políticas:
«...Ya hemos registrado la dilución de su convocatoria ciudadana, la Unión
Patriótica, que sin líderes capaces acabó por convertirse en un conglomerado carente
de ilusión y de objetivos, aunque la buena voluntad de sus orientadores aficionados
no mereciese la sangrinta traducción de iniciales que propuso el general Gonzalo
Queipo de Llano: U.P., urinario público...» «...El segundo fracaso institucional fue el de
la Asamblea Nacional Consultiva, anunciada por el Dictador el 5 de septiembre de
1926, de forma extraconstitucional, pero sin derogar de momento la Constitución de
1876, que siguió suspendida hasta el final del período...»
Ricardo de la Cierva Historia de España, páginas 808-809
19. 7.La oposición a la Dictadura y la caída de Primo de Rivera.
Los logros económicos no paliaron la pérdida de popularidad del régimen. Los partidos
republicanos, entre los que destacaba Acción Republicana dirigida por Manuel Azaña y el Partido
Republicano Radical de Alejandro Lerroux, se agruparon en una Alianza Republicana que atrajo a los
monárquicos desencantados por el apoyo de la Corona a la dictadura. Entre tanto la CNT recobró sus
fuerzas, aunque escindida entre los moderados que dirigía Ángel Pestaña y los más radicales
agrupados en la FAI. Las condiciones de trabajo seguían siendo pésimas y la dura represión sobre los
obreros fue distanciando a la UGT y el PSOE que, de la mano de Indalecio Prieto, abandonaron el
proyecto del dictador.
Por otro lado, los intelectuales que, desde 1898, habían acogido no con malos ojos la posibilidad de
un dictador militar, pronto tuvieron que sufrir los efectos del sistema. Ortega y Gasset fundó una
Agrupación al Servicio de la República, Miguel de Unamuno se tuvo que exiliar por su oposición al
régimen, Ramón del Valle-Inclán participó en la creación de la Alianza Republicana, Vicente Blasco
Ibáñez y el blasquismo se oponían desde Valencia así como Ramón Menéndez Pidal desde su
cátedra. En las Universidades el régimen era impopular y la imposibilidad de dar títulos oficiales a
Universidades de órdenes religiosas extendieron el descontento a sectores de la Iglesia. Varios
periódicos fueron cerrados, así como las universidades de Madrid y Barcelona.
La burguesía catalana vio frustrados sus intentos descentralizadores, con una política aún más
centralista que antes que, en materia económica, llegó a favorecer los oligopolios, muchos de ellos
consolidados en manos del Estado o de grupos cerrados de empresarios vinculados a la dictadura.
Perdió así el régimen su aceptación inicial entre la alta sociedad catalana. Visto como
anticatalanista, cobraron impulso los nacionalismos de izquierdas, opuestos al régimen de Primo de
Rivera, como los embriones de Esquerra Republicana de Cataluña. Francesc Macià y su Estat Català
trataron de realizar una invasión infructuosa desde Francia.
20. Este descontento llegó a sectores del ejército, motivándose pronunciamientos
republicanos como la sublevación de Jaca o intentonas fallidas como la
Sanjuanada de 1926. Entre tanto, diversas fuerzas de izquierdas, que agrupaban
a un PSOE que había renegado del régimen, a los republicanos y al catalanismo
de izquierdas, firmaron en 1930 el Pacto de San Sebastián, por una unión de
acción entre las izquierdas para proclamar la República. La economía, muy
afectada desde 1927 por un sistema impositivo absolutamente deficitario, se
mostró incapaz de asumir la crisis mundial de 1929 al no ser competitiva, no
haber seguido el camino de la expansión real y no ficticia y sufrir una
importante fuga de capitales.
Anciano, enfermo y sin apoyos sociales, el 27 enero 1930, Primo de Rivera
presentó su dimisión al monarca, quién se apresuró a aceptarla. Dos meses
después, el dictador fallecía en el exilio en París.
Los gobiernos de Dámaso Berenguer, denominado la "dictablanda", y de Juan
Bautista Aznar-Cabañas no harán otra cosa que alargar la decadencia. Tras las
elecciones municipales de 1931, donde los partidos republicanos triunfan en las
zonas urbanas, el 14 de abril se proclama en Éibar la Segunda República, dando
así fin a la restauración borbónica en España.
21. Primo de Rivera junto a los
monarcas españoles. En los últimos
tiempos de la dictadura se
acrecentó la distancia entre ambos
pero la caída de Primo de Rivera
arrastraría a Alfonso XIII.