1. Ilustración 1 Representación copta de Santa Ana. Siglo VIII
SANTA ANA, MADRE DE LA VIRGEN MARÍA
Alumna: E. R. R.
Asignatura: Religión
Curso: 6ºB
2. SANTA ANA, LA MADRE DE MARÍA
Ilustración 2 Icono de Santa Ana y San Joaquín con la pequeña Virgen María
Una antigua tradición, datada ya en el siglo II, atribuye los nombres de Joaquín y Ana a los
padres de la Virgen María. El culto aparece para Santa Ana ya en el siglo VI y para San Joaquín
un poco más tarde. La devoción a los abuelos de Jesús es una prolongación natural al cariño y
veneración que los cristianos demostraron siempre a la Madre de Dios.
La antífona de la misa de hoy dice: “Alabemos a Joaquín y Ana por su hija; en ella les dio el
Señor la bendición de todos los pueblos”.
La madre de nuestra Señora, la Virgen María, nació en Belén. El culto de sus padres le está muy
unido. El nombre Ana significa “gracia, amor, plegaria”. La Sagrada Escritura nada nos dice de
la santa. Todo lo que sabemos es legendario y se encuentra en el evangelio apócrifo de
Santiago, según el cual a los veinticuatro años de edad se casó con un propietario rural
llamado Joaquín, galileo, de la ciudad de Nazaret. Su nombre significa “el hombre a quien Dios
levanta”, y, según san Epifanio, “preparación del Señor”. Descendía de la familia real de David.
Moraban en Nazaret y, según la tradición, dividían sus rentas anuales, una de cuyas partes
dedicaban a los gastos de la familia, otra al templo y la tercera a los más necesitados.
Llevaban ya veinte años de matrimonio y el hijo tan ansiado no llegaba. Los hebreos
consideraban la esterilidad como algo oprobioso y un castigo del cielo. Se los menospreciaba y
en la calle se les negaba el saludo. En el templo, Joaquín oía murmurar sobre ellos, como
indignos de entrar en la casa de Dios.
Joaquín, muy dolorido, se retira al desierto, para obtener con penitencias y oraciones la
ansiada paternidad Ana intensificó sus ruegos, implorando como otras veces la gracia de un
hijo. Recordó a la otra Ana de las Escrituras, cuya historia se refiere en el libro de los Reyes:
habiendo orado tanto al Señor, fue escuchada, y así llegó su hijo Samuel, quien más tarde sería
un gran profeta.
Y así también Joaquín y Ana vieron premiada su constante oración con el advenimiento de una
hija singular, María. Esta niña, que había sido concebida sin pecado original, estaba destinada a
ser la madre de Jesucristo, el Hijo de Dios encarnado.
3. Desde los primeros tiempos de la Iglesia ambos fueron honrados en Oriente; después se les
rindió culto en toda la cristiandad, donde se levantaron templos bajo su advocación.
Aunque el culto de la madre de la santísima Virgen María se había difundido en Occidente,
especialmente desde el siglo XII, su fiesta comenzó a celebrarse en el siglo siguiente
VENERACIÓN A SANTA ANA
En la Iglesia del Oriente ya se veneraba a Santa Ana en el siglo IV. La mejor prueba de ello es
que el emperador Justino I (+565) le dedicó una iglesia. La devoción a Santa Ana se encuentra
en los más antiguos documentos litúrgicos de la Iglesia griega. En el Occidente no se venera a
Santa Ana, excepto quizás en el sur de Francia, hasta el siglo XIII. Su imagen, pintada en el
siglo VIII en estilo Bizantino, fue más tarde encontrada en la iglesia de Santa María Antiqua en
Roma. Su fiesta, bajo la influencia de la “Leyenda Dorada”, aparece en el siglo XIII donde se
celebraba el 26 Julio.
En 1382, Urbano VI publicó el primer decreto pontificio referente a Santa Ana, concediendo la
celebración de la fiesta de la santa a los obispos de Inglaterra exclusivamente, tal como se lo
habían pedido algunos ingleses. Muy probablemente la ocasión de dicho decreto fue el
matrimonio del rey Ricardo II con Ana de Bohemia, que tuvo lugar en ese año. La fiesta fue
extendida a toda la Iglesia de Occidente en 1584.
LAS RELIQUIAS DE SANTA ANA
Se dice que las reliquias atribuidas a Santa Ana fueron traídas de la Tierra Santa a
Constantinopla en el 710. Allí estaban en la iglesia de Santa Sofía en 1333. La tradición de la
Iglesia de Apt, en el sur de Francia dice que el cuerpo de Santa Ana fue llevado a Apt por San
Lázaro, el amigo de Jesucristo, fue escondido por San Auspicio (+398) y vuelto a encontrar
durante el reino de Carlomagno. La cabeza de Santa Ana se mantuvo en Mainz hasta el 1510,
cuando fue robada y llevada a Düren, Alemania. Lamentablemente, no hay sólidos
fundamentos para asegurar la autenticidad de estas reliquias.
VENERACIÓN DE SANTA ANA HOY
Su imagen milagrosa es venerada en Notre Dame D’Auray, en la diócesis de Vannes. También
en Canadá, donde es la principal patrona de la provincia de Quebec, el santuario de Santa Ana
de Beaupré es bien conocido. Es patrona de la Bretaña y de numerosas ciudades y pueblos en
España. Santa Ana es patrona de las mujeres en parto. También es patrona de los mineros,
Cristo siendo el oro y María la plata.
ICONOGRAFÍA (describe el tema de las imágenes artísticas)
Ilustración 3 Santa Ana, la Virgen Niña y el Niño Jesús
4. En la iconografía occidental, Santa Ana puede reconocerse por la larga túnica roja y un manto
verde que le cubre la cabeza, a menudo sosteniendo un libro. También puede encontrarse
acompañada por una pequeña Virgen María quien sostiene, a veces, al Niño Jesús en brazos.
Ilustración 4 Santa Ana enseñando la Ley a María Santísima
ORACIONES A SANTA ANA
ORACIÓN A SANTA ANA
PARA PEDIR POR LOS HIJOS
Gloriosa Santa Ana, Patrona de las familias cristianas, a Ti encomiendo mis hijos. Sé que los he
recibido de Dios y que a Dios les pertenecen por tanto te ruego me concedas la gracia de
aceptar lo que su Divina Providencia disponga para ellos.
Bendíceles oh Misericordiosa Santa Ana, y tómalos bajo tu protección. No te pido para ellos
privilegios excepcionales; sólo quiero consagrarte sus almas y sus cuerpos, para que preserves
ambos de todo mal. A Ti confío sus necesidades temporales y su salvación eterna.
Imprime a sus corazones, mi buena Santa Ana, horror al pecado; apártales del vicio;
presérvales de la corrupción; conserva en su alma la fe, la rectitud y los sentimientos
cristianos; y enséñales, como enseñaste a Tu Purísima Hija la Inmaculada Virgen María, a amar
a Dios sobre todas las cosas.
Santa Ana, Tu que fuiste Espejo de Paciencia, concédeme la virtud de sufrir con paciencia y
amor las dificultades que se me presenten en la educación de mis hijos. Para ellos y para mí,
pido Tu bendición, oh Bondadosa Madre Celestial.
5. Que siempre te honremos, como a Jesús y María; que vivamos conforme a la voluntad de Dios;
y que después de esta vida hallemos la bienaventuranza en la otra, reuniéndonos Contigo en la
gloria para toda la eternidad.
Así sea.
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
(para obtener un favor especial)
¡Oh gloriosa Santa Ana que estas llena de compasión por quienes te invocan y de amor por los
que sufren! Agobiado con el peso de mis problemas, me postro a tus pies y humildemente te
ruego que tomes a tu especial cuidado esta intención mía... Por favor, recomiéndala a tu hija,
Santa María, y deposítala ante el trono de Jesús, de manera que El pueda llevarlo a una feliz
resolución. Continúa intercediendo por mí hasta que mi petición sea concedida. Pero por
encima de todo, obtenme la gracia de que un día pueda ver a Dios cara a cara para que
contigo, la Virgen y todos los santos pueda alabarle y bendecirle por toda la eternidad. Amén.
Jesús, María y Santa Ana, ayudadme ahora y en la hora de mi muerte.
Santa Ana ruega por mí.
ORACIÓN
Santa Ana, Madre de la Inmaculada, esposa del Espíritu Santo, por los méritos y la santidad de
que os llenó el Espíritu Santo, obtened de ese mismo divino Espíritu muchos y muy dignos
operarios para la viña del Señor.
Por tanto, pedid para todas las familias cristianas el espíritu de piedad y del santo temor de
Dios, y para todos los llamados al servicio del Señor, la verdadera humildad y fidelidad, a fin de
que el Espíritu Santo pueda obrar en ellos con la fuerza de su divina gracia, haciéndolos dignos
instrumentos en la mano del Eterno y sumo Sacerdote. Amén.
ORACIÓN
Señor, Dios de nuestros padres, tú concediste a Santa Ana la gracia de ser la Madre de Virgen.
¡Con qué adornos de virtud y santidad preparaste a aquella mujer que iba a ser llamada madre
por la Madre de tu Hijo!. Realiza también tus maravillas en nuestras almas. Todos tenemos una
misión que cumplir en la vida. Ayúdanos a responder a tus santos designios. Por Jesucristo,
nuestro Señor. Amén.