Este documento es una oración que pide la bendición de San Juan Pablo II. Pide su bendición para la Iglesia, los jóvenes, las familias y el mundo, y también describe a San Juan Pablo II como un apóstol de los últimos tiempos formado por la Virgen María para combatir el mal y conducir al mundo a la devoción de María.
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1.
2. ORACIÓN INICIAL
En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
¡Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo dónanos tu bendición!
Bendice a la Iglesia, que tú has amado, servido, y guiado, animándola a caminar con coraje
por los senderos del mundo para llevar a Jesús a todos y a todos a Jesús.
Bendice a los jóvenes, que han sido tu gran pasión. Concédeles volver a soñar, volver a
mirar hacia lo alto para encontrar la luz, que ilumina los caminos de la vida en la tierra.
Bendice las familias, ¡bendice cada familia!
Tú advertiste el asalto de satanás contra esta preciosa e indispensable chispita de Cielo, que
Dios encendió sobre la tierra. San Juan Pablo, con tu oración protege las familias y cada
vida que brota en la familia.
Ruega por el mundo entero, todavía marcado por tensiones, guerras e injusticias. Tú te
opusiste a la guerra invocando el diálogo y sembrando el amor: ruega por nosotros, para
que seamos incansables sembradores de paz.
Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo, donde te vemos junto a María, haz
descender sobre todos nosotros la bendición de Dios.
Amén
3. DÍA 9
SAN JUAN PABLO II, COMO APÓSTOL
DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS
Al referirnos a los apóstoles de los últimos tiempos
nos preguntamos: ¿qué serán?;
¿qué harán?; y ¿quiénes los formarán?
Muchas veces y en muchos lugares, habló y escribió Juan Pablo II sobre su
conocimiento interno, profundo y sapiencial, del Tratado de la Verdadera devoción a
la Santísima Virgen María, escrito por San Luis María Grignion de Montfort. Ello
ocurrió de manera particular cuando trabajaba en la cantera y luego en la fábrica
química Solvay entre los años 1940-1944 en Cracovia.
En el célebre Tratado, San Luis María hace la profecía acerca de los Apóstoles de
los últimos tiempos y cómo ellos serían formados por la Virgen María, como lo
fue el Papa Wojtyla.
Como es sabido, Jesucristo es el que inauguró los últimos tiempos, que es la sexta
edad del mundo y que es el tiempo de la Iglesia peregrina.
4. DÍA 9
SAN JUAN PABLO II, COMO APÓSTOL
DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS
¿Qué serán?
1. Verdaderos discípulos de Jesucristo
2. Singularmente devotos de María
3. Muy unidos a Dios: por la caridad, por una invencible
confianza en la Providencia, por la recta intención, por un
gran deseo de santidad, por su magnanimidad, por su
oración, por la mortificación, por su señorial libertad, por
ser pacíficos, por ser valientes y por ser justos.
4. Grandes enemigos de los enemigos de Dios: que con
la humildad de su calcañar y en unión de María
aplastarán la cabeza del demonio. La Virgen nos suscita
para hacerle la guerra a Satanás.
5. DÍA 9
SAN JUAN PABLO II, COMO APÓSTOL
DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS
¿Qué harán?
Con una mano combatirán, derribarán y aplastarán al mal y al error y con la otra
mano edificaran la mística ciudad de Dios conduciendo a todo el mundo a la
verdadera devoción de María. El arma principal será la predicación y el ejemplo.
Tendrán en su boca la espada de dos filos de la palabra de Dios; llevarán sobre sus
espaldas el estandarte ensangrentado de la cruz; el crucifijo en la mano derecha, el
rosario en la izquierda, los nombres sagrados de Jesús y María en el corazón, y en toda
su conducta la modestia y la mortificación de Jesucristo.
6. DÍA 9
SAN JUAN PABLO II, COMO APÓSTOL
DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS
¿Quiénes los formarán?
El Espíritu Santo y la Santísima Virgen
Dios quiere que su Madre Santísima sea ahora más
conocida, más amada, más honrada que lo ha sido
jamás…
Verán con la claridad que permite la fe, a esta
hermosa estrella del mar y orientados por ella,
arribarán a puerto seguro, a pesar de las tempestades
y de los piratas; conocerán la grandezas de esta
Soberana y se consagrarán completamente a su
servicio como súbditos suyos y sus esclavos de amor.
7. Virgen, Madre de mi Dios,
¡haz que yo sea todo tuyo!
Tuyo en la vida,
tuyo en la muerte;
tuyo en el sufrimiento,
tuyo en el miedo
y en la miseria;
tuyo en la cruz
y en el doloroso desaliento;
tuyo en el tiempo y en la eternidad.
Virgen, madre de mi Dios,
¡haz que yo sea todo tuyo!
Amén
TOTUS TUUS
8. ORACIÓN FINAL
En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Oh Dios Padre Misericordioso, que por mediación de Jesucristo, nuestro
Redentor, y de su Madre, la Bienaventurada Virgen María, y la acción del
Espíritu Santo, concediste a san Juan Pablo II la gracia de ser Pastor ejemplar
en el servicio de la Iglesia peregrina, de los hijos e hijas de la Iglesia y de todos
los hombres y mujeres de buena voluntad, haz que yo sepa también
responder con fidelidad a las exigencias de la vocación cristiana, convirtiendo
todos los momentos y circunstancias de mi vida en ocasión de amarte y de
servir al Reino de Jesucristo.
Te ruego que me concedas por su intercesión el favor que te pido…
(pídase la gracia que deseas)
A Tí, Padre Omnipotente, origen del cosmos y del hombre, por Cristo, el que
vive, Señor del tiempo y de la historia, en el Espíritu Santo que santifica el
universo, alabanza, honor y gloria ahora y por los siglos de los siglos.
Amén.