La vaca estudiosa quería ir a la escuela a pesar de ser vieja y sorda de una oreja. Se vistió con ropa de estudiante y se sentó en el primer banco, causando la risa de los niños y la curiosidad de la gente que llegaba en diferentes vehículos. Aunque el alboroto impedía estudiar, la vaca se quedaba sola rumiando la lección. Un día los niños se convirtieron en burros, dejando a la vaca como la única sabia en la Quebrada de Humahuaca.