Este documento describe a Elon Musk, el fundador de Tesla Motors y SpaceX. Nació en 1971 en Sudáfrica y estudió física y economía en la Universidad de Pensilvania. Fundó varias empresas exitosas como Zip2, PayPal y Tesla. Con Tesla creó el Tesla S, un automóvil eléctrico popular en EE.UU. que ha sido nombrado el mejor automóvil del año por varias revistas. Musk también fundó SpaceX para enviar cohetes y naves espaciales. Su visión es acelerar la trans
1. UNIVERSIDAD NACIONAL DE CHIMBORAZO
ESCUELA DE INFORMÁTICA APLICADA A LA EDUCACIÓN
QUINTO SEMESTRE PARALELO "A"
ALUMNAS:
Elizabeth Paredez
Carla Guamán
TEMA:
Joyas españolas por el mundo
La nueva Apple se llama Tesla
Marzo-Julio
2013*2014
2. UNIVERSIDAD NACIONAL DE CHIMBORAZO
Escuela de Informática Aplicada a la Educación
Elizabeth Paredez
Carla Guamán
TESLA S, LA BERLINA ELÉCTRICA QUE ARRASA EN ESTADOS UNIDOS
ELON MUSK, EL NUEVO VISIONARIO
Al igual que otros emprendedores tecnológicos, Musk
(Sudáfrica, 1971) ya de niño jugaba en serio con
ordenadores. Con 12 años escribió un videojuego que
vendió a una empresa. Antes de cumplir los 20 se
trasladó a Canadá, el país de su madre. Y tras estudiar en
la Universidad de Pensylvania, donde se licenció en Física
y en Economía (Wharton), se fue a Stanford, la mítica
universidad californiana, y se especializó en Física de la
Energía. Corría el año 1995, estaba naciendo Internet, y el
no dudó en participar. Con 24 años fundó su primera
empresa, Zip2 Corporation, una guía urbana en Internet
que logró contratos con el New York Times y el Chicago
Tribune. Tenía tan poco dinero que dormía en la oficina
para no gastar en alquiler. Cuatro años después, Compaq
Computer compraba Zip2 por 307 millones de dólares, lo
que significó embolsarse 22 millones a los 28 años. En vez
de ir a dar la vuelta al mundo, cogió parte de ese dinero,
10 millones, y fundó un banco online. Casi nada.
FACTORES DE ÉXITO Y PROYECCIONES AL FUTURO
Su gran golpe de suerte vino con PayPal, la empresa de pagos en Internet, en la que Musk
decidió entrar e invertir en el 2000. La empresa apostó por eBay como plataforma preferente y
creció exponencialmente. Dos años después era adquirida por eBay, con lo que Musk se fue a
su casa con 165 millones de dólares. Tenía 31 años. Ese año fundó SpaceX, la única de sus tres
empresas actuales que no está en bolsa, una compañía que envía cohetes y naves a la órbita
de la Tierra y otros planetas para clientes como la NASA y en la que Musk supervisa el
desarrollo de los artefactos espaciales. En el 2003 se lanzó al coche eléctrico con Tesla, donde,
según explican, se ocupa de todo el negocio como CEO y responsable máximo del producto. La
tercera de sus empresas, fundada también por él, es SolarCity, una de las líderes de energía
solar para empresas y comunidades en EEUU y que, al igual que Tesla, cotiza en el Nasdaq. Su
fortuna está valorada, según Forbes, en 2.400 millones de dólares. Dicen que se multiplicará
en los próximos años.
Igual que hizo Steve Jobs, Musk está revolucionando el producto y el modelo de negocio del
sector. Mientras los fabricantes convencionales han apostado por eléctricos modestos, buena
parte de ellos para flotas industriales o de servicios, con escasa autonomía, lentos y poco
atractivos en su conducción, en Tesla han optado por hacer coches irresistibles. Tan
irresistibles que la totalidad de la prensa automovilística de EEUU está eufórica con el vehículo.
Consumer Report lo ha calificado “como el mejor coche que jamás hemos probado”. Ha sido
elegido también ‘Mejor Coche del Año’ por la mayor parte de las revistas, desde Automobile a
Motor Trend, que llegó a exclamar que “es la prueba de que América pode seguir haciendo
grandes cosas”.
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Musk tampoco ha imitado el modelo de fabricación al uso, en el que las marcas se limitan a
ensamblar vehículos cuyos componentes vienen completos desde la industria auxiliar, y ha
optado por producir la casi totalidad del coche. Tampoco ha seguido la norma a la hora de
comercializar sus vehículos. En lugar de entregar su venta a concesionarios, está creando su
propia red.
Además, ha diseñado un coche fácil de cargar y, para desmontar los argumentos negativos
sobre la recarga, está creando sus propias estaciones de ’superrecarga’, en las que el vehículo
vuelve a rellenarse en menos de una hora Gratis.
Ahora se prepara para reproducir el éxito del Tesla S en EEUU en Europa. Está previsto que las
primeras unidades, ensambladas en Holanda, lleguen a los puntos de venta que la compañía
tiene en el continente. La gran pregunta es si Tesla, una empresa aún pequeña (2.000
empleados) logrará cambiar el escenario e la industria automóvil, como hizo Apple con su
smartphone. De hecho, muchos expertos han empezado a opinar que Tesla podría suponer
una amenaza para los fabricantes convencionales. A la gran pregunta de por qué el mejor
coche eléctrico del mundo (y para algunos críticos, el mejor, eléctrico o no) lo ha construido
una empresa de fuera del sector, en Tesla explican que se debe a que “las enormes inversiones
hechas, en producción y tecnología, por los grandes fabricantes en el automóvil convencional,
que los ha inhibido de innovar en el coche eléctrico”.
El propio Musk dijo en una entrevista que se decidió a construir un coche eléctrico al darse
cuenta de que “nadie lo iba a hacer”. También criticó la estrategia de las marcas
convencionales de hacer coches poco atractivos y enfocados al segmento bajo, “que nadie va a
comprar”. En su opinión, la única manera de romper el mercado es entrar a través del
segmento alto, tal como hizo con el Roadster, con el que buscaba ante todo desmontar la
’leyenda negra’ del vehículo eléctrico. En la compañía no ocultan que el propósito de sus
fundadores es más que ganar dinero. En línea con ese tipo de evangelismo tan típico de los
entrepreneurs americanos (en Google dicen que su misión es “organizar la información del
mundo”), la compañía afirma que su propósito es acelerar la transición hacia el coche eléctrico
en el mundo, que supondrá “una nueva era en la industria”, para lo que cuentan, indican
medio en broma, medio en serio, con un plan secreto.
La idea es que según vayan llegando modelos más baratos, los eléctricos acaben siendo
totalmente competitivos con los de combustión. El Tesla X, un todoterreno deportivo (SUV)
que llegará al mercado a finales del año que viene, será seguido de modelos la mitad de precio
que los actuales, en torno a los 30.000 dólares y que estarán a la venta sobre 2017.
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Carla Guamán
JOYAS ESPAÑOLAS POR EL MUNDO
Las joyas que estos cinco diseñadores
empezaron a crear hace años, casi sin dinero,
en el salón en sus casas, las lucen celebrities
como Keira Knightley, Penélope Cruz o Kate
Middleton, y se venden en sitios como Harrods
de Londres o Barneys New York.
Diseñar bellísimas pulseras o colgantes que
despierten un fuerte deseo de posesión, no
está al alcance de cualquiera. Hacer que las
aprecien y compren esa clientela que deambula
por la Quinta Avenida, Ginza o la Kudam es
como un sueño imposible que sólo ve cumplido
una pléyade de diseñadores de la talla de
Mónica Vinader, Helena Rohner, Joaquin Berao,
Enric Majoral y Alexandra Yagüe. Ellos lo han
logrado y ahora se codean en las mejores
tiendas de moda frente a marcas como Lanvin,
Chloé, Swarovski, Alexander McQueen. A veces con piezas incluso más caras.
Jóvenes en su mayoría, han huido de la alta joyería para centrarse en la gran tendencia actual,
la joya de diseño o prêt-à-porter, como una especie de bisutería superior, con materiales más
nobles y el soplo del arte sobre ella. Pero que, a precios nunca superiores a los 300 o 400
euros, es la que arrastra las masas y los ingresos.
Industria fortalecida
La proliferación de estos estilistas joyeros, con productos epatantes y marcas cada vez más
reconocidas, es un fenómeno nuevo que viene a fortalecer –y renovar– un sector marcado
hasta hace poco por firmas legendarias como Carrera y Carrera o Masriera, posicionadas en la
alta joyería. También a potenciar una industria joyera, la española, con una larga tradición de
grandes artesanos que se estaba desvaneciendo, debido a la crisis y a su tendencia a hacer una
joyería convencional que nadie quiere comprar y que ahora tampoco podía fabricar para
terceros.
No es casual que sólo uno de los cinco protagonistas de este reportaje, Berao, proceda del
oficio. Los demás son autodidactas. Transmiten una cierta sensación de facilidad, pero detrás
de su éxito hay un estado de permanente brainstorming creativo y un esfuerzo titánico por
enseñar sus piezas en todos los sitios: ferias, revistas, tiendas, corners, películas, desfiles de
moda, actos sociales y museos. Quizá porque intuyan que, al final, lo bello se impone.
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Las exportaciones salvan al sector
Hay algo incuestionable. Nuestros protagonistas son lo que son gracias a su visión global de la
joyería. En todos los casos, una parte fundamental de sus ventas proceden del exterior. Y como
muestra, el botón que representa Alexandra Plata, que exporta el 45% de su producción a más
de 30 países. Hablamos de diseñadoras y tiendas que en las más exclusivas calles comerciales
de Nueva York, Londres o Tokio. En el diseño de joyas, hay otros universos y están ahí fuera.
¿En qué se basa la competitividad de las joyas españolas?. Principalmente en la alta
especialización de la mano de obra, de un alto componente artesanal, que se traduce en una
calidad extrema de sus productos.
¿Cuáles son las nuevas tendencias, nuevos nichos de éxito?. En los últimos tiempos han
proliferado nuevos estilistas joyeros, jóvenes en su mayoría, que se desmarcan del marchamo
“alta joyería” de empresas españolas tan emblemáticas como Carrera y Carrera y Masriera, y
que apuestan por la joyería prêt-à-porter: un segmento de bisutería superior, con materiales
más nobles y un soplo de diseño y arte. Las piezas nunca superan los 300 ó 400 €, pero
consiguen arrastran a las masas, y con ellas, a los ingresos.