Este documento discute varias teorías populares sobre el fin del mundo, incluyendo que la Tierra será destruida en 2012, una explosión de una estrella cercana, el enfriamiento y apagado del Sol en millones de años, y el derretimiento de los casquetes polares debido al calentamiento global. Sin embargo, concluye que no hay evidencia científica que respalde que el fin del mundo ocurrirá en 2012 y que la Tierra ha permanecido estable por millones de años.